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Mi novio es un friki

en Hetero: General

Sábado por la noche, 22º en la puta calle, un calor horrible en casa, y una noche perfecta para salir, o lo sería si no hubiera selectividad la semana que viene y la gente hubiera decidido encerrarse en casa. Así que nada, plan b, salir al cine con mi novio, pero el desgraciado me dice que no tiene un duro, vale, pasaremos la noche en su casa viendo alguna peli en el ordenador, bueno, es muuuy triste para un sábado por la noche, pero puedo aceptarlo. Lo malo es cuando llego a su casa, llamo al portero y tarda en contestar, cuando llamo dos veces más me abre y con un escueto "sube" cuelga.

Vale, el ascensor no funciona, maldigo una vez más el nombre de Murphy y subo por las dichosas escaleras. Sexto piso, la puerta entre abierta, empujo y digo -¿Hola? No hay respuesta, la luz al fondo del pasillo sugiere que está allí, además parece que oigo un murmullo, -No puede ser…- me digo para mí misma mientras cierro la puerta tras de mi… avanzo por el pasillo, y al asomarme me encuentro con lo que mas temía en aquel momento…

-Pero que cojones haces pedazo de friki…- Le digo mientras le observo, ahí está, tirado en su "trono" como él lo llama, en calzoncillos, delante del ordenador, con los cascos y el micro puestos, jugando al maldito world of warcraf del demonio. Sin girarse a mirarme se limita a decirme –espera- Mientras aporrea el teclado con énfasis.

Espero un minuto, espero dos, y me acerco, le tapo los ojos con las manos y me responde de mala manera apartando la cabeza, con lo que se gana una sonora colleja y me siento en su cama mientras el farfulla algo que no va dirigido a mí, sino a sus amigos al otro lado del micrófono.

-¿Bajamos a la terracita a tomar algo o que?- pregunto con ingenuidad.

-Espera cariño, que estoy de rai.- Que esta de rai… en este momento me estoy planteando si la policía no lo consideraría un homicidio necesario, algo así como una eutanasia, mientras cojo el móvil y me pongo a mandar algunos mensajes… Pero el tiempo pasa, y el sigue centrado, parece que les está explicando las cosas por el micrófono, incluso parece que se enfada y regaña a alguien. Es como estar en el zoo, ese pensamiento hace que lamente no tener cacahuetes para arrojarle.

Miro el escritorio, es bastante grande, además es un mueble curvado que ocupa el esquinazo y la mitad de cada una de las paredes, y algo se enciende en mi cabecita. Me acerco y me meto debajo del escritorio por un lado, pronto nota mis manos bajarle los calzoncillos dejando al aire su flácido pene, ahora si me presta atención, me mira, y todavía el lumbreras me pregunta que estoy haciendo. –¿Es obvio no?- mientras pliego la piel de su polla apoyo mi lengua en el capullo, el imbécil se retira un poco y me dices - Pero ahora no, espera que estamos en un trai.- No entiendo su jerga, y por lo que a mí respecta me da lo mismo, me vuelvo a acercar y sigo jugando con su flácido pene, lo agarro con dos dedos y los muevo adelante y atrás, pajeandolo despacio, mientras lamo la cabeza y la piel que los pliegues van dejando libres. Me sorprende su concentración en el juego, a veces trata de apartarme con una mano, y me esta costando más de lo normal levantársela, pero poco a poco va cediendo y al cabo de unos minutos ya me mira más a mí que a la pantalla, y su polla esta poniéndose morcillóna.

Mmm ahora sí, comienzo a masturbarle más rápido, pasando mi lengua desde la cabeza hasta la base, acaricio sus huevos, los masajeo con una mano mientras con la otra me apoyo en su muslo, aprisiono el capullo con mis labios, y empiezo a pelarla solo con mis labios, moviendo la cabeza adelante y atrás despacio, el ya juega con una mano, la otra acaricia y a veces sujeta mi pelo, odio que haga eso, pero sigo chupando, esta ya bien dura, me encanta.

Me levanto obligándole a echarse para atrás dejándome hueco, me remango mi vestidito de verano y me bajo la tanga, sacándola de una de mis piernas, me siento sobre sus muslos y me voy acariciando con su pene y con una de mis manos, el libera mis pechos y empieza a lamerlos, sus manos sujetan mis nalgas y las aprietan, su lengua busca la mía mientras voy sintiendo mi coñito húmedo, y dirijo su polla a mi coño, mmm empiezo a sentir como me penetra entero, empiezo a mover mis caderas, adelante y atrás mientras él se reclina en la silla, pego mi cuerpo al suyo y besa mi cuello con apenas unos leves roces de su labios, comienzo a moverme arriba y abajo, y pronto estoy gimiendo saltando sobre su polla, le miro a la cara, aun lleva esos dichosos cascos y el micrófono metido casi debajo del cuello, se los quito y los dejo caer a un lado, intensifico el ritmo, follandome esa polla ahora con ganas, mientras mis tetas saltan de arriba a abajo, él las mira casi hipnotizado, me agarra de las nalgas y con bastante esfuerzo logra levantarse, ahora que ya está de pie no le cuesta llevarme a la cama, a pesar de que yo sigo haciendo movimientos con mi cadera para seguir penetrándome.

Me pilla por sorpresa cuando en lugar de soltarme, prácticamente se deja caer en el borde, cayendo encima mía -Ayyy!- doy un pequeño aullido, pero es que verdaderamente me ha dolido la penetración, aunque él no me da pie para volver a quejarme, pronto empieza a follarme con ritmo, me agarra de las caderas y se pone de pie, manteniendo mi cadera levantada y mi espalda apoyada en la cama, en esa posición empieza a penetrarme con fuerza al borde de la cama.

Yo acaricio mi clítoris con rabia, mientras con mi otra mano me encargo de masajear mis pechos. –Uff voy a correrme, me voy a correr.- sus manera de decirlo, casi gimiendo, me indican que no está a punto de correrse, se está corriendo, la otra noticia que tengo de ello es la sensación de su semen, más que en mi coño en mi mano, pues después de soltar el primer chorro de semen en mi vagina, se ha salido y me ha pringado la mano, y el vestido negro… él se retira un paso, y yo sigo masturbándome, acariciando mi clítoris y ahora si dedeandome con la otra mano, cierro los ojos, estoy a punto, siento su lengua en mi clítoris, por lo que retiro mis manos y le dejo trabajar, apenas unos segundos después siento el estallido, me corro, creo que lo he gritado, pero no soy capaz de decirlo, sus manos se retiran de mi zona sensible, así que sin abrir los ojos son mis manos las que vuelven a darme placer mientras aun me estoy corriendo, termino jadeante, sudando, abro los ojos cuando le oigo hablar, dice algo inesperado, así que levanto la cabeza y ahí está, de vuelta en la silla, pidiendo disculpas por el micrófono, se gira hacia mí y me dice –Te han oído cariño.- ante lo cual le enseño el dedo corazón y me encierro en el baño.

Bueno, espero que no les haya aburrido demasiado, ya que el relato tiene poco contenido erótico, pero bueno, es una situación real, aunque algo exagerada pero creedme, que no mucho xD