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Cinco días

en Amor filial

Cinco días

Jueves

El problema surgió porque habíamos resuelto con mi novio Cesar pasar un fin de semana en la quinta que, con mi familia, tenemos en Ezeiza y después de hablar con mis padres para decirle que iríamos me enteré que ese mismo fin de semana iban a estar también mi hermano Ignacio con su novia Mariela y su amigo Hernán (que siempre me había gustado) con alguna chica. La desilusión fue más que nada porque pensaba coger todo el fin de semana con Cesar y con estos cuatro la fiesta se me aguaba.

Ante todo me presento: mi nombre es Julieta y tengo 22 años y según dicen un cuerpo muy bueno. Cesar también tiene un muy buen cuerpo, alto, delgado y una pija muy linda (alrededor de 22 cm. en erección).

Era jueves a la medianoche pasada la desilusión del sin de semana que yo me encontraba mirando la TV acostada en el sofá. Haciendo zapping descubro una película muy erótica que estaban dando. La escena se centraba en una pareja que estaba cogiendo y otra chica espiaba mientras se masturbaba. Las imágenes eran increíbles y casi rozaban lo pornográfico. Estaba realmente muy mojada y caliente. En eso aparece detrás del TV mi hermano Ignacio casi desnudo y con un slip que se le marcaba toda la pija. No pude evitar fijarme en su miembro en cuanto lo vi. Él vino a sentarse donde yo estaba y por instinto cambié de canal.

Dejá donde estaba, dice mi hermano.

No, era un embole esa película, digo yo para zafar la situación.

Pero… me parecía a mí o había un poco de sexo por lo menos. Y se me tira encima para quitarme el control remoto.

No quise entrar en lucha con mi hermano y se lo dejé. Lo que hizo al instante fue volver a la película que en ese momento estaban dos chicas besándose entre ellas mientras el chico las acariciaba.

¡Esto es lo que me gusta! susurra mi hermano.

Yo no podía creer que iba a mirar esta escena conmigo al lado y en un slip en donde apenas entraba su miembro. ¿Y si tenía una erección? ¿Qué pasaría? Todo me decía que me tenía que levantar e irme a mi cuarto pero una fuerza hacía que me quedara mirando la tele sin decir nada, y obviamente, calentándome mas y mas.

Juli! ¡Mirá como se matan estas dos! Como lo envidio a ese chabón por Dios!

Yo seguía con los ojos en la pantalla. Estaba realmente muy caliente y pensaba si Ignacio se estaría calentando también. En ese momento el diablo decidió intervenir: Me estiro como para acomodarme y miro con disimulo el bulto de mi hermano y… ¡La tenía súper parada y se le escapaba la cabeza de la pija por la parte superior del slip!!!!

Esa visión me mató. Mi hermano se acomodó como pudo la pija, la guardó dentro del calzoncillo y se giró como para que yo no pudiera verlo. Acto seguido me levanté y me fui a mi cama con la cabeza que me daba vueltas y mi bombacha que era un lago.

Ni bien llegué a mi cuarto me saqué la ropa y me metí en la cama. No aguantaba más. Me empecé a tocar pensando en la película y a medida que me acercaba al orgasmo por mi mente se cruzaba la pija de mi hermano. Subía y bajaba mi dedo por todo el largo de mi concha y me detenía a frotarme el clítoris mientras con la otra mano me metía dos dedos en la concha. En un momento me imaginé que el chico de la película me ponía la pija en la boca y me empezaba a acabar. Me metí los dedos hasta el fondo y acabé como nunca antes en mi vida. Lo más loco fue que sentí que esta pija que me había imaginado era la de Ignacio, mi hermano. Aturdida agotada y agobiada me dormí hasta la mañana siguiente en la que Cesar me pasaría a buscar.

Viernes

Esa mañana me desperté muy bien. Después de ese orgasmo había dormido casi 9 horas seguidas sin despertarme una sola vez siquiera. Me tuvo que despertar Ignacio preguntándome si iba a ir con el hasta la quinta o si me pasaba a buscar Cesar. Yo le dije que llevara hasta la casa de Cesar que quedaba de pasada y después iba con él, con Cesar.

Me empiezo a cambiar y desnudo todo mi cuerpo para ponerme la bikini. Paso por el espejo desnuda y empiezo a mirarme. Me siento terriblemente caliente. Me veo sexy. Primero miro de frente, luego de costado, de atrás y miro sobre el hombro como es mi cola. Tengo una cola muy linda y bien parada. Me toco las nalgas, acaricio mis tetas lentamente, me pellizco los pezones y bajo para explorar mi cuevita. Sigo mirándome como embelezada. Que me pasa? Ayer me masturbé frenéticamente y ahora estoy por hacerlo nuevamente. Me acaricio el clítoris, me meto un dedo y sí! Estoy empapada nuevamente. Me meto otro dedo y empiezo una masturbación frenética sin dejar de mirarme en el espejo. Giro y me pongo de espaldas al espejo, abro las piernas, me inclino hacia adelante para mirar entre ellas mi cola a través del espejo. Me encanta mirar mi agujerito y masturbarme. Dirijo uno de mis lubricados dedos hacia mi virgen y apretado agujerito. Lo apoyo suavemente y veo que se siente riquísimo. Meto un poquito y lo dejo sintiendo como mi anito late y me lo aprieta. Con la otra mano no dejo de frotar mi clítoris. Estoy por acabar. Viene el orgasmo…. Ahhhhhhh Ahhhhhh ahhhhhh. Estallo de una manera impresionante. En eso un grito del otro lado de la puerta me saca de mi trance y aturdimiento: Ya estás lista Julieta?!!! Grita mi hermano desde el pasillo. Me vuelvo a cambiar mientras vuelvo a la realidad.

En ese momento empiezo a pensar en la suerte que tuve de que no entrara mi hermano mientras me masturbaba. No podía creer que yo no me hubiese podido controlar y haya actuado de esa manera sin tomar la precaución mínima de cerrar la puerta con llave. Ahora estaba como si nada hubiera pasado. Estaba en paz conmigo misma, había tenido los dos orgasmos más hermosos de mi vida. Me terminé de cambiar sin pasar ni un minuto por el espejo, por las dudas, para no tentarme ante mi belleza, Jana.

Con el bolso en la mano bajo las escaleras de mi casa. Me sentía radiante y liviana. Segura y sexy. Todo lo veía de manera excitante. Al salir a la calle, donde me esperaba, muy fastidiado por cierto, mi hermanito me parecía que el sol brillaba más que nunca. El auto era mas lindo, el asiento más cómodo, mi hermano estaba mas lindo.

Mi hermano me reprochaba mi demora y yo lo miraba con una sonrisa. Mis ojos destellaban alegría. Con ese estado de ánimo bajé en la casa de Cesar. Abro la puerta y lo primero que le pregunto es si está solo y me dice que no, que está la hermana. Le dije que no importaba que antes de salir que vayamos a la habitación ya que podría llegar a pasar que ante la presencia de mi hermano y su compañía no disfrutemos el fin de semana como esperábamos. El decía Pará! Que te pasa que estás tan caliente?! No se decía yo y lo iba metiendo en la habitación mientras lo besaba.

Pará que está mi hermana.

No me importa. Ella no entra cuando estamos en la habitación.

La habitación de Cesar es grande con una cama de una plaza y media con la cabecera contra una de las paredes enfrentada a una ventana que da al patio trasero de la casa. La decoración la completan un pequeño escritorio, dos estantes con libros, un mueble con muchos CDS, dos cuadros y dos láminas de John Lennon enmarcadas.

Alcanzó a cerrar la puerta con llave, por las dudas, y ahí nomás lo tiré en la cama con la cabeza de él mirando a la pared y yo me senté desabrochándole el pantalón de frente hacia la ventana.

¿Qué te pasa que estás tan caliente?

Ya estaba abriéndole el cierre del pantalón al tiempo que metía una mano para sacarle la pija del calzón. Con la pija en la mano y a punto de metérmela en la boca le digo:

¿Qué pasa? ¿Te molesta que esté caliente?

Para nada, al contrario.

¿Seguro? Mira que si querés paramos y no te la chupo nada.

Noooo. No pares ahora!!!

Le paso la lengua por la cabeza mirándolo fijamente a los ojos. Él cierra los ojos y tira la cabeza para atrás y en ese momento con la pija en la boca veo como pasa la hermana de Cesar por la ventana que habíamos dejado abierta. Pero eso no es todo. Patricia, la hermana de Cesar tiene 18 años, es pelirroja, bajita y con un par de tetas fabulosamente grandes para ese cuerpito. Lo peor, o mejor es que pasa vestida solo con una bombachita y en tetas, Sí!! Esas tetas tremendas todas transpiradas. Todas transpiradas por haber estado tomando sol seguramente y ni mira para adentro. Menos mal. César ni se da cuenta de todo esto y yo, que estoy muy caliente, sigo chupándole la pija como una poseída.

¿Te gusta como te la estoy chupando?

Siiii. Me encanta. Seguí así.

Yo seguía chupando y chupando cuando la sorpresa me invadió de golpe. Evidentemente se escuchaban muy claras todas las guarradas que estábamos diciendo por lo que Patricia se asomó a mirar. En ese momento nuestras miradas se cruzan y ella se esconde detrás de la ventana

¿Queres que siga chupándotela?

Siiiiii, decía Cesar.

Y en voz un poco más alta le digo:

Mirame! Mirame!

Que me pasaba? Se lo decía a Cesar o a su hermana?

Cesar me miraba con una sonrisa tremenda mientras con la lengua le chupaba las bolas y lo pajeaba. Vuelvo a mirar para arriba y vuelve a aparecer en cuadro Patricia esta vez mas de cuerpo entero y se vuelven a cruzar nuestras miradas. Ella me sonríe y cruza su dedo índice sobre sus labios como pidiéndome que no diga nada. Yo asiento con la cabeza metiéndome la pija de su hermano en la boca. Cesar me seguía mirando y gemía como loco pero yo no quería que acabe todavía. Quería que el espectáculo dure mas tiempo. Pero…¿Qué espectáculo? ¿El que le daba yo a su hermana? ¿O acaso el que Patricia me daba a mi ahora que se tocaba las tetas mientras me miraba? Como me estaba calentando por Dios!

¿Si? ¿Te gusta como chupo la pija?, le grito a Cesar

Patricia me mira tocándose las tetas y mueve la cabeza como diciendo sí

Siiiiiiiii!!! Grita Cesar.

Le aprieto la base de la pija para que no acabe todavía mientras le pido que me saque la ropa. Cesar no duda y empieza a desnudarme. Desnuda como estoy me le monto arriba de su boca para que me chupe la concha. Después de la manera en que le chupé la pija no puede negarse. El espectáculo entre Patricia y yo es hermoso y mutuo. Ambas masajeándonos las tetas mientras nos miramos. Yo con las dos manos mientras su hermano me chupa maravillosamente y ella con una mientras con la otra dentro de su bombachita se masturba frenéticamente.

Ahhhhhh, ahhhhhhhh, aaaaaaaahhhhhh grito yo volviéndome loca y a punto de acabar.

Pará de gritar que te va a escuchar mi hermana! Dice Cesar saliendo de mi concha por un momento.

Patricia y yo nos miramos y nos sonreímos radiantemente.

Estoy por acabar!!!! grito yo entre jadeos.

Patricia mueve la cabeza asintiendo como pidiéndome que acabe y con su boca hace la mímica de Yo también!

Siiiiiii grito yo, No pares ahora!!!

¿A quien le decía no pares ahora? A Cesar o a Patricia? El caso es que Cesar no paró, Patricia tampoco y acabé con un grito de locura mientras nos mirábamos con patricia como dos nenas que han cometido una gran travesura y vaya si había sido una hermosa travesura!!!

Quiero cogerte! Dice Cesar que a esa altura necesita acabar también.

Me subo encima para cabalgarlo cuando sucede el último episodio que me sorprende aún mas si es que a esa altura se podía. No lo sabía pero faltaba la frutilla del postre. Ni bien me meto la pija de Cesar en la concha y empiezo a cabalgar miro a Patricia, que a esa altura pensé que iba a haber desaparecido, que saca su mano de adentro de la bombacha y con los dedos índice y mayor pegados los acerca a su boca, saca la lengua los lame y se los mete en la boca mientras me mira a los ojos como una terrible puta. Y me encanta.

Ahhhhhh Ahhhhhh grito yo mientras veo esa imagen que me cautiva.

Acabo!!!! Dice Cesar

Patricia me mira y me saluda agitando una mano.

Chau! Digo yo.

Chau? Que te pasa nena? Terminamos tremendo polvo y decís Chau?

Y si!, miento yo, sentí que me iba cada vez que acababa.

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