miprimita.com

Un hogar alterado II

en Amor filial

Al otro día me despierto temprano y Mariana ya estaba en la cocina.

-          Como te fue? Me pregunta

-          Bien. Muy bien. Sabía a qué se refería pero me hacía la tonta

-          Te puedo hablar sin filtro? Dice Mariana dándose vuelta y mirándome a los ojos

-          Creo que a esta altura no deben haber muchos secretos entre nosotras, la tranquilizo

-          Necesito ver la pija de Hernán, no aguanto más.

-          Qué?

-          Eso que te dije, la manera en que la describiste y la cara que tenías me dicen que tengo que verla con mis propios ojos

-          Estas loca…

-          No sé, no puedo más. No tengo otra cosa en la cabeza que esa pija

-          Bueno… pará, calmate.

-          No puedo. Contame más. Como era la cabeza?

-          Que te pasa Mariana?, yo intentaba calmarla

-          No sé. El verle el bulto y que vos me la describas me tienen loca

-          Tenes que calmarte

-          Por favor, contame mas

-          Si me prometes que te tranquilizas…

-          Si, te lo prometo

-          Bueno, es una pija tremenda. Dura, gruesa, larga, venosa y…

-          Y qué más?

-          No, nada

-          Decime, que más?

-          Aunque no la probé… Rica. Muy rica parece ser

En ese momento Mariana metió una mano dentro de su pantalón y mirándome me dice:

-          Discúlpame, no doy más…

-          Yo tampoco, y meto una mano en mi bombacha para acariciarme

Es entonces cuando tengo un rapto de lucidez y me doy cuenta donde estamos y quienes podrían aparecer. Me voy a mi cuarto, le digo. Yo también, dice ella.

A los 20 minutos volvemos ambas a la cocina. No podíamos dejar de mirarnos y no sonreír. Al rato llegan Paula y Hernán y aunque tratamos no logramos guardar mucho la compostura. Durante todo este tiempo mi mirada se dirigía a Hernán y a Mariana. A mi hijo le miraba, ya descaradamente, el bulto. Él no parecía ponerse nervioso, al contrario. En un momento me miró y se volvió a acomodar la pija. Yo no sabía qué hacer. Paula me sacó de mis pensamientos diciendo que necesitan que la acompañen hasta la casa de una compañera. Mariana se ofrece a acompañarla diciendo que en 1 hora está de vuelta

Se fueron y nos quedamos, como tantas otras veces solos, mi hijo y yo.  Dejé pasar un tiempo para asegurarme que vaya a su habitación y volver a encontrarlo masturbándose. Sabía que lo haría. Pero se me ocurrió algo mejor. Un juego. Peligroso, pero podía llegar a ser muy divertido. Agarré mi celular y le mandé un

-          Te estás haciendo una (emoticón de ok, dedo en forma de anillo)?

-          Jajá, como sabes?

-          Conozco a mi hijito de toda la vida…

-          Y vos?

-          Y yo que?

-          No te haces una de vez en cuando?

-          Si, porque no? Intentaba desdramatizar y no dejarlo solo en esta situación

-          Ufff me gusta saber que no soy el único que se pajea…

-          Sssiiii, le contesté sintiendo que esas palabras me encendían como nunca

-          Vos también tocate, debes estar muy caliente mamá

-          Siiii, mucho. En que vas a pensar? En Mariana?

-          Si, no sé. Y vos?

-          Herni pará! No sigamos. Esto no está bien

-          Lo que no está bien es que me mires la pija como me la miras, mami…

-          Ya sé, por eso tenemos que parar ahora

-          No quiero parar ahora, estoy muy caliente, ma

-          Siiii?

-          Si, no sabes cómo tengo la pija

Ese solo comentario hizo que estallara de golpe con un grito que lo debió escuchar porque ahí nomás se iluminó mi celular:

-          Ahhhhh acabaste?

-          Siiiiiiiiiii

-          Yo voy a acabar ahora, mami…

-          Siiiii, dale. Yo lo estimulaba, estaba desatada

-          Estoy a punto de acabar….

-          Dale, acabá para mí, le dijo totalmente enajenada

-          Aaaaaaahhhhhh, gritó él apropósito

-          Siiiii mi amor, acabá bien para mi asiiiii

-          Ufff nunca había largado tanta leche

-          Siiiii? Y eso fue por mí?

-          Siiiii por vos….

No podía creer lo que estaba viviendo. La calentura empezó a bajar y con esto el sentimiento de culpa comenzó a crecer. No sabía que hacer, como actuar a partir de ahora. Fui a la habitación de Hernán a los 5 minutos. Él ya estaba vestido y recuperado.

-          Hernán

-          Que ma? Me miró con una sonrisa que me desarmó  por completo

-          Tenemos que parar esto.

-          Parar qué?

-          No me lo hagas más difícil Herni, por favor

-          Que pasa mami? Por mí no pasó nada…

-          Hernán, dije mirándolo con seriedad, lo que hicimos recién fue grave. Somos madre e hijo.

-          Ya se mami. Fue solo un juego. Y nos divertimos. Punto

No podía creer lo fácil que se tomaba todo y de la manera en que me sacaba de mis prejuicios y mis tabúes. Bueno, Ok dije muy suelta y me fui a la calle a aclarar mis pensamientos

Al otro día nueva situación. Estábamos los tres solos con Hernán y Mariana. Comenzaron las miradas de mi hijo pero esta vez iban dirigidas más a mi cuerpo que al de Mariana. Me miraba descaradamente las tetas y me sonreía. Mariana lo notó. Y empezó a pasearse más erguida y descarada exhibiéndose de una manera casi descarada. A mí no me molestaba, es más, en un punto me sentía muy halagada y volvía a sentirme deseada como cuando era más joven. En un momento, sin que Mariana lo viera,  Hernán se acomodó la pija metiendo la mano dentro de su pantalón y pude ver la cabezota rosada y brillante por un instante fugaz pero que alcanzó para ponerme loca y provocar lo que se desató a continuación.

Me acerqué a Hernán y le dije al oído mientras miraba a Mariana a los ojos: anda a descargarte a tu habitación por favor, no podes quedarte así… Hernán dio media vuelta y se fue de la cocina. Mariana totalmente encendida e intrigada me soltó:

-          Que me estoy perdiendo?

-          Ni te imaginas…

-          Qué?! Contame por favor. La cara de súplica de Mariana era total

-          Está cada día más caliente mi hijo…

-          Sí, pero yo pensaba que la cosa era conmigo…

-          Y sigue siendo con vos, pero un poquito también conmigo, reía yo divertida

-          Pero qué pasó? Se la volviste a ver? La tocaste?

-          Noooooo. Para. Que te crees

-          Que pasó entonces?

-          Le escribí un mensaje cuando supe que se estaba masturbando y nos fuimos contestando, cada vez más calientes

-          Uffff, muero por ver ese chat. Decime que no lo borraste

-          Claro que no. De hecho lo volví a leer anoche y me re calenté.

-          Me lo mostras? Por favor! Mariana a esta altura ya suplicaba

Saqué mi teléfono y se lo mostré.

-          Lo leemos juntas y lo borramos, si? Le propuse

-          Podemos leerlo en mi habitación? Tercio ella

-          Como quieras? No sabía que intenciones tenía Mariana o las imaginaba, pero no me importaban…

-          A ver mostrame

-          Te estás haciendo una (emoticón de ok, dedo en anillo)?

-          Jajá, como sabes?

-          Conozco a mi hijito de toda la vida…

-          Y vos?

-          Y yo que?

-          No te haces una de vez en cuando?

-          Si, porque no? Intentaba desdramatizar y no dejarlo solo en esta situación

-          Ufff me gusta saber que no soy el único que se pajea…

-          Sssiiii, le contesté sintiendo que esas palabras me encendían como nunca

-          Vos también tocate, debes estar muy caliente

-          Siiii, mucho. En que vas a pensar? En Mariana?

-          Si, no sé. Y vos?

-          Herni pará! No sigamos. Esto no está bien

-          Lo que no está bien es que me mires la pija como me la miras, mami…

-          Ya sé, por eso tenemos que parar ahora

-          No quiero parar ahora, estoy muy caliente, mi

-          Siiii?

-          Si, no sabes cómo tengo la pija

En ese momento acabé, le cuento a Mariana. A esa altura ella ya se tocaba las tetas y la concha por encima de la ropa sin disimulo.

-          No sabes lo caliente que estoy…  me decía

-          Se te nota, yo estoy igual…

-          No te molesta si me meto la mano acá, no aguanto más….

-          Mmmm no se

-          Por favor, no doy más…

-          Y si te muestro como sigue….

-          Qué?!!! Sigue? No por Dios, mostrame todo, Y sin que le diera permiso se metió la mano dentro del pantalón de gimnasia

-          Mirá. Y le extiendo el teléfono. En la pantalla se veía:

-          Ahhhhh acabaste?

-          Siiiiiiiiiii

-          Yo voy a acabar ahora, mami…

-          Siiiii, dale. Yo lo estimulaba, estaba desatada

-          Estoy a punto de acabar….

-          Dale, acabá para mí, le dijo totalmente enajenada

-          Aaaaaaahhhhhh, gritó él apropósito

-          Siiiii mi amor, acabá bien para mi asiiiii

-          Ufff nunca había largado tanta leche

-          Siiiii? Y eso fue por mí?

-          Siiiii por vos….

Yo miraba a Mariana y veía como movía su mano mientras miraba la pantalla del teléfono, Yo hice lo mismo y empecé a masturbarme al mismo tiempo.  En ese momento sucedió algo que no lo esperaba y me dejó shockeada: Mariana se sacó la remera y el corpiño en un solo movimiento.  Esa sola imagen de las tetas duras y con los pezones súper parados y tocándose con esa cara de placer única. Se empezaron a desatar mil demonios dentro de mí. No podía dejar de mirar a Mariana, veía su cuerpo, su cara de excitación. Su mando frotando su concha y no daba más. Me contenía las ganas de tocarme en ese momento. No sé cómo pero lo lograba. Podía mantener el control de mi cuerpo pero no de mi mente que no dejaba de pensar  lo que sería chupar esas tetas o besar esa boca. No se cuánto tiempo pasó pero no podía dejar de mirarla. Estaba a 30 centímetros de ella, parada frente a ese cuerpo escultural y no podía creer lo que estaba viviendo. Solo quería que no terminara nunca. En un momento suelta el teléfono y me toma la mano. Yo me deje hacer y haciendo fuerza subió mi mando y con la punta de mis dedos rozó su pezón derecho. En ese momento Mariana estalló en un orgasmo tremendo al grito de AAAAAAAHHHHHHHHHHHHH y moviendo su cuerpo como en una convulsión y apretando aún más si se podía m imano contra su pecho. Yo estaba a punto de acabar y ella lo sabía. Tocate!, me ordenó. Yo la miraba y en silencio negaba con la cabeza. Intentaba zafarme de ella y de la situación. Dale, tocate que tenes ganas. No lo pensé y me metí la mano en la concha que en ese momento era un charco viscoso. Los dedos se deslizaron con una facilidad asombrosa. Me rocé una o dos veces y acabé cerrando los ojos y sin dejar de apretar el pezón de Mariana. No daba más. Como pude  me acomodé la ropa y salí corriendo de la habitación de esta chiquita que empezaba a volverme loca a mí y a toda la casa.

Esa misma tarde coincidimos en la cocina con Mariana. Yo me había ido a la panadería durante el día. Mi marido dormía. Los chicos en la facultad. Ella me mira, seria. Yo también. Nos sostenemos las miradas. Ella rompe ese silencio:

-          Disculpame hoy, me fui al carajo

-          Yo también tuve parte de culpa, no debimos haber llegado tan lejos. No debí mostrarte ese chat, digo tratando de no hacerla sentir tan culpable

-          No, no. Si alguien tiene la culpa soy yo

-          Tranquilizate Mariana. No te martirices tanto

-          Es que cuando me caliento no tengo límites, insistía Mariana

-          Yo también me descontrolé en un momento, reconozco

-          Te puedo hacer un pedido? Espero que no te moleste.

A esta altura temblaba por lo que me podría llegar a pedir Mariana. Imaginaba cualquier cosa, cada una más morbosa que la otra. Finalmente cuando me lo dijo sentí un poco de decepción:

-          Quiero ver la pija de Hernán, me soltó así nomás

-          No. Eso sí que no dije rotundamente

-          Pero…Porque? Mariana parecía una niña caprichosa

-          Es imposible Mariana, cómo queres que haga?

-          No sé, pero lo necesito

-          Que queres? que le pida que te la muestre?

-          No sé, podes ir llevándolo de a poco y convencerlo

-          Vos estás loca? Es mi hijo

-          Pará! que después de ese chat que tuvieron podrías animarte a eso y mas

-          No me animo, entendeme Mariana

-          Está bien. Mariana puso una cara de tristeza y decepción que me partió en dos.

-          No te prometo nada, pero voy a intentar algo, le digo sonriendo

-          Gracias, gracias, gracias

-          Una fotito estaría bien, no? Le dije divertida

-          Uuuuuhhhh si, responde ella encendida

-          Vamos a ver...

(Continuará...)

Si les gusta dejen sus comentarios...

Mas de rey

El Umbral (4) Madre e hija de vacaciones

El umbral (3) Juntas es mejor

El umbral (2) Madre e hija de vacaciones

El umbral (1) Madre e hija de vacaciones

Madre e hijo XX. La historia de Juana y Martín. FI

Madre e hijo XIX. La historia de Juana y Martín

Madre e hijo XVIII. La historia de Juana y Martín

Madre e hijo XVII. La historia de Juana y Martin

Madre e hijo XVI. La historia de Juana y Martin

Madre e hijo XV. La historia de Juana y Martin

Madre e hijo XIV La historia de Juana y Martín.

Madre e hijo XIII La historia de Juana y Martín

Madre e hijo XII La historia de Juana y Martín

Madre e hijo XI La historia de Juana y Martín

Madre e hijo X La historia de Juana y Martín

Madre e hijo IX La historia de Juana y Martín.

Madre e hijo VIII La historia de Juana y Martín

Madre e hijo VII La historia de Juana y Martín.

Madre e hijo VI La historia de Juana y Martín

Madre e hijo V La historia de Juana y Martín

Madre e hijo IV La historia de Juana y Martín.

Madre e hijo III La historia de Juana y Martín.

Madre e Hijo II La historia de Juana y Martín

Madre e hijo I La historia de Juana y Martín.

Un hogar alterado 10 (y final)

Un hogar alterado IX

Un hogar altertado VIII

Un hogar alterado VII

Un hogar alterado VI

Un hogar alterado V

Un hogar alterado IV

Un hogar alterado III

Un hogar alterado

Viviendo con mi hermano

Cinco días (4)

Cinco días (3)

Cinco días (2)

Cinco días

Pasión sin límites

Vacaciones en Buzios (4)

Vacaciones en Buzios (3)

Vacaciones en Buzios (2)

Vacaciones en Buzios