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Mi mejor polvo con Rex

en Zoofilia

Hola a todos, ante todo muchas gracias por vuestros comentarios. Creo que gracias a las historias que leo y cuento aquí, ayer tuve con Rex uno de los mejores polvos de mi vida.

Llegué a casa muy caliente porque me pase toda la mañana leyendo vuestras historias y hablando con algunos de vosotros. Cuando abrí la puerta, allí estaba mi amante esperándome como siempre, siempre quiere follarme nada más llegar y según entro, me mete el hocico casi de lleno en mi conchita. Lo aparté, le dije que tenía que esperar, que yo también tenía muchas ganas pero antes me daría una ducha.

Fui al patio a ver a mis cachorros y vinieron abrazarme muy contentos, Nala es muy glotona enseguida busca mis tetas para mamar, pero antes de ponerlos al pecho les dí un poco de leche en un plato, porque si tienen mucha hambre, me maman muy bruscamente y como ya tienen dientes me hacen daño, así que primero les doy algo de comer y luego los amamanto yo.

Le puse a Rex su comida y mientras comían me di una ducha de agua bien caliente. Estaba muy tranquila y relajada, así que me sequé, salí del baño y me unte en crema de olor a coco. A Rex le encanta porque cuando me la pongo me lame toda.

Me recosté sobre mi cama desnuda, me sentí muy bien y pensaba sobre el futuro de mis cachorros. Enseguida se asomaron al borde la cama para que los subiera a ella, todavía son muy pequeños y no saben subir solos. Los cogí y al ver mis pechos al aire, enseguida se pusieron a mamar, tenía el pecho derecho con más leche que el izquierdo, así que como Nala es más glotona la puse a ella al derecho, porque me lo vacía por completo, puede estar media hora mamándome y no me deja ni una gota. Thor termina antes así que lo coloqué al izquierdo. Poco a poco sentía como la presión de mis hinchados pechos empezaba a disminuir. Se que pronto tengo que destetarlos, pero me encanta que me mamen, me relajo mucho.

A los pocos minutos, Rex terminó de comer y se acercó al cuarto, creo que se desespera un poco cuando me ve amamantando a sus hijos, abrí mis piernas y dirigí su hocico hacia mi concha, empezó a lamerme como siempre, el coñito, los muslos, el culo y me daba estocadas con su cabeza en los muslos creo que para que abriera más las piernas, así que las abrí todo lo que pude, aunque no podía moverme de postura porque tenía a los cachorros encima, dándome largos chupetones. Espero que cuando los destete mis pezones vuelvan a su forma original, ya que me los han deformado un poco con el amamantamiento.

Enseguida Rex empezaba a desesperarse porque quería montarme pero de aquella manera no podía, yo estaba casi al centro de la cama. Así que aparté un momento a los cachorros, me puse una almohada debajo para incorporarme un poco y me coloqué con mi chochito en el borde de la cama. Salía leche de mis pechos, así que Rex aprovechó para lamerla. Siempre que hacemos el misionero, lo hacemos así porque mi vagina queda perfectamente a la altura de su pene. Los cachorros volvieron a pegarse, así que abrí las piernas todo lo que pude, ayudé a Rex a subirse para que hiciera su trabajo y como pude le cogí su pene. Madre mía que difícil. Con la mano izquierda agarraba la pata de Rex para que no hiciera daño a Thor que mamaba desesperadamente, con la derecha le acariciaba la polla a Rex que poco a poco se iba haciendo más grande y Nala pegada al otro pecho. La próxima vez que decida ser madre, lo haré solo de un cachorro.

Llevé la polla de Rex a la entrada de mi chochito y enseguida entró con sus fuertes bombeos, le decía: más despacio Rex, que tus hijos están mamando, pero él seguía con más fuerzas. Así que lo atrapé con mis piernas alrededor de su cadera y con mis manos agarraba a los cachorros para que no se soltaran de los pechos, ya que se movían arriba y abajo con los fuertes bombeos de Rex.

A pesar de los bruscos movimientos, por un momento cerré los ojos y me quedé en blanco. No podía pedirle más placer a la vida. Por un lado Rex dándome como nunca lo había hecho, dentro, fuera, dentro, fuera…, apretaba a Rex con mis piernas hacia mi vagina, lo que me hacía gritar de placer al clavármela más adentro, Por otro lado, mis hijos mamando de mis erectos pechos, no puedo explicar esa sensación pero en ese momento me corrí como nunca. Gemí como una loca y en ese momento noté una presión que me hizo abrir los ojos, era la bola de Rex que me había entrado de golpe.

Enseguida sus movimientos se hicieron más lentos, yo le apretaba entre mis piernas para que no intentara bajarse. Fue fantástico, me dolía un poquito la presión de su bola, creo que por el tiempo que hacía que no lo hacíamos de esa forma. Me la metía suavemente, con lentos movimientos yo le apretaba para que llegara más profundo. En ese instante llegué de nuevo al clímax que me hizo jadear más todavía. Cuando abrí los ojos ví a Rex cansado, así que le besé en la boca, le acaricié y aparté a los cachorros.

Era el momento de Rex y mío. Rex comenzó a lamer mi leche lentamente mientras yo apretaba mis pezones para que saliera más cantidad y Rex no dejara de lamerme. Era nuestro momento. Empezé a notar como mi vagina se llenaba con su semen, yo seguía apretándolo con mis piernas y dándole mi leche, lo besaba con ansia, quería besar su boca, que me lamiera, lo quería todo de él. Aguantó así más que de costumbre, nos mirábamos cara a cara mientras me tenía abotonada, yo hacía presión con mi vagina, no quería que aquello acabara nunca, me sentí suya más que nunca, le decía que era su hembra y el mi macho y que nunca nos separaríamos, que tendríamos muchos hijos, y no se cuantas cosas más. Estaba dentro de mí y yo dentro de él, era nuestro momento.

Al cabo de un rato, me la sacó de un tirón, estaba muy cansado el pobre. Mi coñito empezó a chorrear su semen, yo también estaba agotada. Los cachorros se acercaron a lamer a Rex y se enfadó, así que me incorporé un poco y los llamé para que no le molestaran. Cuando Rex se limpió empezó a lamer mi coño hasta que me lo limpio del todo, entonces se recostó en el suelo. Le dí un beso en la boca y me acomodé en mi cama con mis niños muy complacida. Dormimos casi toda la tarde. Me desperté por los chupetones de mis cachorros mamándome de nuevo los pezones. Habían pasado horas.

Dejé que mamaran durante veinte minutos y los llevé a su cuarto. Los dejo allí por la noche porque si no se la pasan toda la noche mamando y apenas me dejan dormir.

Rex se acostó en mi cama y me volví a acostar a su lado, pero no tenía ganas de volver a follármelo, así que lo besé nuevamente y lo acaricié, lamió un poco de leche de mis pezones pero nada más, creo que él entendió lo agradecida que me quedé. Así nos quedamos dormidos hasta por la mañana.

ANOCHE, REX ME FOLLO COMO NUNCA ME HABIA FOLLADO.