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Felices los cuatro

en Zoofilia

Conocí a Jose hace muy poco, él me envió un mensaje para decirme que le encantaban mis relatos y agregué como amigo en el Chat y bueno nos hemos conocido el fin de semana, el no vive cerca pero ha viajado hasta aquí. También es zoofilico y vino con su preciosa amante Vilma, una dálmata de cuatro años.

Le fui a buscar al aeropuerto y nos fuimos para mi casa, por el camino nos fuimos contando nuestras anécdotas y me repetía una y otra vez que no se pensaba que fuera tan guapa, que como una mujer así podía sólo entregarse a un perro, lo que él no sabe (lo sabrá cuando lea la historia) es que yo pensaba lo mismo de él sólo que yo soy más tímida.

Cuando entramos a mi casa ya me besó en la boca y en el cuello, me tocó por debajo de la falda y notaba como su polla dura quería penetrarme, yo no me negaba pero quería presentarse primero a Rex, pero estaba muy desesperado y me dijo que luego, que su mayor fantasía era mamar de los pechos de una mujer, así que me levantó la camisa y el sujetador y como loco se pegó a mis tetas. Yo le decía que se tranquilizara, que mamara más despacio y con menos fuerza pero ni caso, estuvo así más de media hora, chupándome un pecho y luego otro, mientras sus dedos penetraban fuertemente en mi vagina lo cual me hacía disfrutar mientras le agarraba su miembro viril. Dios mío no se si hacía mucho tiempo que no estaba con una mujer pero nunca había visto un desespero igual.

Cuando terminó me dijo: ¿quieres que te la meta? Yo sí quería pero no pensé que aquello fuera tan rápido y me dijo que sólo estaría el fin de semana y que teníamos que aprovechar, que luego se iría y quería tenerme para él sólo, a mí también me gustaba así que acepté. Me abrí de piernas allí en el sofá y Jose me bajó las braguitas y empezó a lamerme el coño, yo gemía de placer, la verdad es que lo hacía muy bien y me preguntó:

¿lo lamo mejor que Rex? Yo no sabía que contestar porque Rex también me chupa bien así que le dije que ya le contestaría. Él estaba de rodillas en el borde del sofá, me empujó hacia el borde, abrió mis piernas y empezó a penetrarme, la tiene muy grande la verdad, aquello me produjo una sensación que hacía tiempo que no sentía, mientras me penetraba fuertemente me chupaba las tetas y me besaba, yo gemía como una loca y le me decía ¿Te gusta? yo le gritaba que siguiera que no parara que me la metiera más profundo, gozaba como un loca. Entonces me la sacó y me puso de espaldas y me penetró por detrás, José también gemía como un loco, me agarraba y empujaba fuertemente y decía: Joder, que apretadita estás tía, me encantan tu coño y tu culo y seguía dándome hasta que de un empujón se corrió.

Cuando terminó se sentó y le dije que hay no había terminado, que quería ver como se follaba a su perra, así que pasado un rato sacó a su perra del transportin y yo traje a Rex. Creo que a Rex no le hizo mucha gracia ver extraños y supo lo que había pasado. A la perra no le hizo mi caso estaba más preocupado en lamerme el coño.

José se quedó sentado en el borde del sofá y llamó a su perra, ella obedeció y José empezó a besarla y a introducirle los dedos en el coñito, la perra jadeaba, así que la acomodó y empezó a penetrarla. Yo me puse a cuatro patas y Rex enseguida me montó como siempre. Y allí estábamos José y yo, él follándose a su perra y mi perro follándome a mí. Por supuesto cuando ellos ya habían terminado, Rex tenía su bola metida en mi coño, así que José se puso debajo de mí y me chupaba los pezones y me metía su polla en el boca mientras Rex me daba por detrás.

Pero lo mejor fue el sábado, cuando me penetraron los dos a la vez. Estuvimos toda la noche follando, pero no con nuestras mascotas, sino nosotros, Jose es muy perverso en la cama pero a su vez muy tierno, me penetró por el coño y por el culo una y otra vez, me chupaba, me la ponía en mi boca para que se la mamara, me enseñó posturas que no había hecho antes, yo alucinaba con él, no sé como aguantaba tanto, hasta que a las 5.30 de la madrugada le dije que no podía más así que me dijo que se correría la última vez y lo dejaríamos hasta mañana. Cuando se corrió me puso un video que había traído donde una mujer es follada por un hombre y un perro a la vez, el hombre se ponía debajo de la mujer justo en el borde de la cama y la mujer se tumbaba encima metiéndose la polla en el culo, la mujer se tumbaba de espaldas encima del hombre y el perro se la follaba por el coño en posición de misionero, la mujer gritaba mucho parecía que le dolía. Jose me dijo que quería intentarlo cuando nos despertaramos. Al principio me negué pero acabé cediendo, me dijo que si me dolía me la sacaba y ya está.

Nos despertamos sobre las once, le ofrecí algo de comer pero me dijo que quería chupar mis pechos, así que le dejé y cuando terminó fue a buscar a Rex, estaba muy nervioso creo que porque habían intrusos en la casa. Se colocó al borde de la cama y me invitó a sentarme encima de su polla. Dios mío ya la tenía dura, muy dura, obedecí sin más y me fui sentando poco a poco, me puse un poco de lubricante en el culito, para que no me doliera, le dije que por favor si me dolía me la sacara, me dijo que sí tonta no te preocupes así que me tumbé de espaldas encima de él mientras Jose me bombeaba y me apretada loe pechos, después con sus manos agarró mis piernas por las rodillas, abriéndomelas todo lo que pudo y me dijo que llamara a Rex. Lo llamé y enseguida empezó a lamerme el coño, como hacemos siempre, yo estaba en la gloria, jadeábamos los dos de placer, entonces Rex se subió para montarme, le guié con mi mano hasta mi entrada y también empezó a bombearme. Jose no podía moverse sólo me la tenía dentro y me decía ¿te gusta sentir dos pollas dentro? ¿estas disfrutando verdad?.

No sé como describir lo que sentía, llegué a dos orgasmos casi seguidos, nunca me había pasado, y gritaba de placer, les pedía a mis dos machos que no pararan que me follaran una y otra vez. Entonces Rex me introdujo su bola cada vez más grande y así si me dolía, así que le pedí a Jose que me la sacara, me dijo espera un rato, siéntela un poco más, espera que me corra, yo le gritaba que se diera prisa que me dolía, me dolía la presión de las dos pollas, sobre todo a la entrada de la vagina así que cuando Jose se corrió me la sacó y esperamos así a que Rex me llenara y se liberara. Cuando la sacó me oriné encima de placer.

Fue maravilloso el fin de semana, Jose se fue el domingo pero me prometió que volverá y yo le prometí que esperaría. Hoy todavía no he dejado que Rex me monte porque aún me duele un poco el coñito por dentro, porque Jose y yo no paramos en tres días.