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Sabía que tendría que llegar

en Hetero: Primera vez

                            Antes de nada, he de confesar que dudaba donde publicar éste relato. Después de muchas dudas he decidido hacerlo en éste apartado de Primera Vez, aunque la verdad, tiene cabida perfectamente en General, confesiones e infidelidad, aunque mis anteriores relatos lo he efectuado en Voyerismo.

                           Para no extenderme en demasía, sólo he de decir que soy Paqui y que ya cumplí los 46 años. Los demás datos están explícitos en mis anteriores relatos en el apartado de Voyerismo. En ellos pueden saber como soy, como actúo y como siento. Así que iré directa a mi muy reciente experiencia..........

                          Éste verano, junto con mi marido y mis hijos hemos pasado unos dias alojados en una casa rural en un pueblecito muy cerca de la Ciudad de Granada. El motivo, asistir a la boda de un sobrino celebrada en la citada ciudad y que al permanecer varios dias, por comodidad e independencia, decidimos no alojarnos con los familiares y hacerlo en una pequeña y coqueta urbanización, donde casi todas las pequeñas viviendas se alquilan como casas rurales. El sitio es precioso y tranquilo. Apenas transita nadie por sus calles y la intimidad es total. Cada bungaló tiene su pequeña piscina totalmente oculta a miradas indiscretas ya que una densa y poblada cerca de setos la rodea totalmente. Cada día, un empleado de la agencia, recorre montando en una pequeña motocicleta, todas las viviendas por si es necesario su servicios para solventar posibles anomalías, bien pérdida de grifos, problemas eléctricos, limpieza de las piscinas, etc.  Esteban, que ese es su nombre, es un moreno de unos 27 años, muy atractivo, simpático y agradable. Muy atento y para " mis gustos especiales " excitante ". Yo naturalmente ya le había echado el ojo y en su visita de cada mañana, según su hora habitual, procuraba, aunque estaban en casa mi marido e hijos, ser yo la que le abriera la puerta y le diera conversación recibiéndole con una amplia sonrisa y con la mínima ropa posible. Acompañada de un generoso escote y una más que pequeña minifalda. A veces le ofrecía una cerveza que se bebía sentado en la cocina frente a mi y que yo situada enfrente pero que me permitía divisar la puerta que da a la piscina por si éramos interrumpidos por algún miembro familiar. Por "descuido" y con toda "naturalidad" yo entreabría mis piernas "olvidando" que aquella mañana no llevaba bragas y que mi bien poblado coñito aparecía apetitoso y visible a las miradas cada vez más calientes de Esteban. Naturalmente, ese rato era delicioso para mi y con el morbo de que mi marido y mis hijos, estaban a un paso ignorantes de que yo estaba saciando mi satisfacción de satisfacer el voyerismo. Ese era el momento más deseado de cada mañana. Coñito semioculto, tetas más enseñando que ocultando y sobretodo, contemplar mañana sí y la otra también, que el miembro de Esteban, crecía y crecía aprisionado en su pantalón playero. Su mirada permanecía clavada en mi, pero claro " yo no era consciente de ello", ja,ja,ja.

                        Naturalmente, ideas más que calientes se habían adueñado de mi mente. Mis fantasias eróticas bullían sin cesar. Allí solos, sin ser conocida de nadie, con la intimidad absoluta. Mi ardor era creciente.........

                       Como dice el refrán.......... " va tanto el cántaro a la fuente "...........

                       Hacía dias que mi marido había adquirido los boletos para visitar la Alhambra y contemplar el restaurado  Patio de los Leones. Pués bien, la tarde anterior, por azar, de imprevisto, resbalé junto a las pequeña piscina y me torcí el tobillo. No fué nada grave  por suerte, pero la torcedura era dolorosa y aunque podía andar, era imposible aguantar horas de pié y caminar viendo la Alhambra. Así que decidí que fueran ellos solos ya que a mí me resultaba imposible acompañarlos. Sabía que la visita era extensa y de varias horas de duración. Pensé, medité y llegué a la conclusión que se daban las circunstancias para hacer posible lo que mi mente había idealizado desde hacía tiempo, mucho tiempo. Que follara con otro hombre, que no era mi marido. Idea largamente soñada y que no había llevado a efecto por temor, por indecisión o realmente por falta de oportunidad. La cuestión era que se presentaba la ocasión ya que lo más  probable, que nunca más nos hospedáramos en dichos alojamientos y localidad y por consiguiente, mi identidad y reputación quedaban a salvo.

                     A primera hora de la mañana mi familia partió hacia la visita turística y sabiendo que se quedarian a comer y que su regreso no sería hasta bien caída la tarde. Así que me puse a realizar mi plan trazado. Cogí unas hojas secas y algunas pequeñas ramas y las eché en el agua de la piscina. Me coloqué mi pequeño bikini de lunaritos rojos, pero enseguida deseché la parte superior y fuí a dejar entreabierta la puerta de la calle por estar cerca la llegada de Esteban. Efectivamente, a los pocos minutos llegó el deseado sonido de la moto que se detenía ante la puerta. Me coloqué en la tumbona al lado de la piscina, con mis tetas al descubierto, la tela de mi braguita del bikini incrustada en mi poblado coñito y dejando al descubierto mis labios derechos que ya notaba lubricados. Me puse mis amplias gafas de sol para que mis ojos no fuesen vistos y me decidí a llevar a cabo el plan tan largamente soñado en mis correrias de exibicionismo.

                   ¿ Hay alguién casa ? -- pregunto la voz inconfundible de Esteban.

                   Sííí,.......... pasa Esteban y cierra la puerta. Estoy aquí en la piscina.

                   En breves segundos su silueta quedó visible. Enseguida sus ojos se posaron en mis tetas. Un cuerpo semi desnudo y unos pezones que ya habían empezado a mostrarse altivos, eran más que suficientes argumentos para despertar su instinto varonil.

                  Enseguida le hice un resumen de las circunstancias, de la ausencia de mi familia, de mi accidente y que me había imposibilitado subir al altillo para bajar los instrumentos necesarios para limpiar de hojarasca el agua de la piscina. Naturalmente "mi más que probable seductor" estaba solícito a "limpiarme todo". Mientras subía por los accesorios necesarios, me acomodé de una forma totalmente provocativa. Me pellizqué los pezones y me apreté a un mas si cabe, la finisima tela inferior del bikini hasta incrustarse plenamente en medio de mi vagina. Esteban no tardó en bajar y en disponerse a quitar la suciedad del agua. Sus ojos, más que mirar, devoraban. Yo, cubierta mi mirada con las oscuras gafas de sol y haciendome la distraída, lo observaba disimuladamente. De vez en cuando abría aún mas mis morenos muslos y practicamente mi coño surgía como una hermosa flor dispuesta a que la tomara el correspondiente jardinero. Mis movimientos y contoneos eran mas que insinuosos de lo que buscaba. El pecho de mi joven galán, se agitaba más y más. Y no precisamente por el esfuerzo del trabajo que estaba realizando. Se adivinaba perfectamente que su miembro había crecido en tamaño y que destacaba bajo la frágil franela de su pantalón formando como una tienda de campaña cuyo mástil central estaba erecto y duro. Yo le estaba dando todas las facilidades, pero él no se decidía. Tal vez, al ser más joven, ser pueblerino, una extraña...... La cuestión es que no se decídía  y entonces, como casi siempre, tomé yo la iniciativa. No dejé pasar la ocasión.

                 En cuanto acabó le dije que se tomara un baño. Me contestó que no tenía bañador. Me puse de pié y bajandome las braguitas del bikini, le dije que para que no se sintiera incómodo, yo también me bañaría totalmente desnuda. Salió disparado a guardar  los trastos de limpieza y bajó quitándose el pantalón. Yo ya me encontraba en medio de la piscina de pié, pues como no cubría, mis tetas quedaban completamente visibles. Sentía la frescura del agua que aliviaba mis calores uterinos. Ante mí, apareció Esteban como cuando vino al mundo. Eso sí, con un hermoso pene que sin ser, cosa extraordinaria, sí tenía la textura y la dureza necesaria. Enseguida se acercó a mi, cogiéndome las tetas. Estiré mi mano y cogí su dura polla que aunque sumergida en el agua, dejaba conciencia de su calentura y frenesí. Mi boca se ofrecía sonriente. Nos besamos y nos revolcamos en completo silencio. Sólo suspiros y gemidos. Su miembro, cubierto por mis manos parecía ser remo del cual yo asida, lo arrastraba hacia afuera del agua. Mi cuerpo chorreando agua se tendió sobre el escaso cesped y Esteban quedó de rodillas a mis pies. Me abrí de piernas y ofreciendole cual cáliz mi poblado coño, le invité a que su lengua saborease tan exquisito elixir. Su lengua, inexperta, intentaba satisfacerme. Desde luego, su bisoñez era notoria. Pero con paciencia y enseñándole, poco a poco iba calmando mi hambre sexual. Sería mas correcto decir, que era yo la que me follaba su boca. Agitaba y refregaba mi clítoris sobre sus labios, su lengua, su nariz. Así me llegaron dos hermosos y esclarecedores orgasmos. Después llegó lo que nunca antes, aún deseándolo, no había llevado a efecto. Me situé encima e introduje su duro pene en mi vagina. La firmeza y robustez de su miembro acariciaba mis carnes por dentro. Era cosa largamente esperada y deseada y no por eso dejaba de ser sorprendente. La semi caida polla de mi esposo me tenía desde hacía unos años huérfana de ímpetu erectil. Ahora, Esteban me estaba proporcionando, a pesar de su falta de práctica, unos vaivenes y un mete y saca más y más placenteros. Notaba su polla, notaba su dureza, notaba su fuerza. Aunque sabía que muy pronto no tardaría en eclosionar. Efectivamente, su semen me inundó y sentí su calor juvenil como me regaba por dentro. Fué un polvo sensacional. Algo primitivo, pero muy placentero...........

                      He  de decir, en honor a la verdad, que en los dias que me quedé de vaciones, follamos otras dos veces más. No hace falta entrar en detallles, pero hubo de todo, desde masturbaciones a conilingüis, pero una cosa me ha quedado clara. Y es que después de haberme decidido a follar con otro ajeno a mi esposo, siento la necesidad de volver a intentarlo, de nuevo. Sé que lo deseo y sé que lo voy a llevar a cabo. Se ha despertado en mí, ese morbo de sentir una polla ajena en mi interior. Y si es dura.............. mejor. Así que mis próximas experiencias no se si relatarlas en infidelidades, general,etc.  Espero que con vuestros comentarios me orienteis donde debo publicarlos. Gracias por anticipado.