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Resignado al taller

en Gays

Me volví para el taller cabizbajo y con pocas ganas de nada, deprimido y desolado, caminaba por el paseo nuevo mandándolo todo a la mierda.

 

En una de las calles que terminan en el paseo vi un coche con una puerta abierta con un tio sentado, era un citroen c2 de esos pequeños, parecía que estaba escuchando música, quizá podía ir a hablar con él para pasar el rato y olvidarme de todos mis problemas, gire mi sentido de la marcha y me dirigí hacia ese coche, unicamente estaba aparcado ese coche en esa calle, conforme me iba acercando pensaba ... qué demonios estoy haciendo, pero no, estaba decidido, iba a hablar con el, no se, a preguntarle algo, algo para entrar en conversación. 

 

Ya a apenas unos metros escuchaba musica de aquel coche, baje la velocidad de mis pasos, y poco a poco me fui acercando a lado del conductor, ... "¿¿hola??, ¿¿perdon??" le dije, entonces salio del coche un tio alto con los pantalones cortos de bañador bermudas, camiseta blanca, tenia barba de varios dias, pelo castaño rizado, se me quedó mirando, "dime", fue lo unico que dijo, medio sonriendome, "no es que queria saber si por aqui, ... habia alguna peluquería", el se quedó un poco parado, como diciendo, ¿que cojones me está preguntando éste tio?, yo tampoco sabia como me habia salido aquella frase asi sin mas, pero bueno, habia roto el hielo, "es que... ¿te molesto?", el igualmente perplejo, me dijo, "ey lárgate chaval", yo le respondí, "¿por favor, podemos hablar un rato?, es que he discutido con mi mujer y ahora no tengo a donde ir", él se quedó callado por unos instantes, ... me contestó, "venga siéntate", le agradecí su amistad.

 

Di la vuelta al coche y me senté en el asiento del acompañante, el coche estaba verdaderamente hecho un asco por dentro, creo que no le habian pasado un trapo desde que lo compró, cerré la puerta, y dentro del coche, me quedé mirando al horizonte por unos instantes pensando en qué coño hacía yo allí con aquel tipo desconocido dentro de aquel coche, "el tio lanzaba la colilla del pitillo que se acababa de fumar y se sentó en el lado del conductor, cerró su puerta y se me quedó mirando, "¿que ha pasado?, cuentame", yo empece a contarle mis problemas, lo que me ocurria con mi mujer, etc, etc, despues de unos minutos rajando de mi vida, el se adelanto a mis palabras y me pregunto "¿y de sexo?, ¿cuanto tiempo hace que no follais?, yo me quede un poco parado, porque de ese tema no había dicho nada de nada, "desde que tuvimos a nuestro segundo hijo, nada de nada", el se rio, y me dijo "es lo que siempre acaba con las parejas, que no se folla", yo le asentí, y le dije, "tienes toda la razón, la vida matrimonial es una puta mierda", le dije, 

 

Estuvimos riéndonos los dos por unos instantes mientras el me apoyó su mano derecha sobre mi pierna izquierda, me la apretó unos instantes, me aflojó su apretón y volvió a hacérmelo subiendola un poco hacia mi pantorrilla, y me dijo "sabes, Jorge, a lo mejor lo que tendrías es que probar otras experiencias", yo me quedé muy parado, me quedé en silencio sin decir nada, "si, si quieres podemos hacer algo para que liberes toda esa tensión que llevas dentro", me dijo, yo seguí sin decir nada, su mano se deslizaba por mi pantorrilla izquierda y subía sin control hacia mi entrepierna, pronto se topo con ella posandose suavemente y sopesando mi paquete dándole un leve apretón, me dio un escalofrio de arriba a abajo e instintivamente fui a apartársela, pero él no quiso, no me dejaba apartar su mano de mi paquete. 

 

La situación empezó a ser un poco embarazosa, me gire para decirle que me dejara, que me iba, y mirándole a la cara, sus ojos se entornaban mirandome con mirada viciosa, aquel tipo quería sobarme y tocarme bien mis pelotas y yo estaba nervioso y muy sorpendido a la vez, no sabia muy bien qué hacer, "vamos chaval anímate", me dijo con voz de deseo sexual, yo flipaba, pero la verdad es que empezaba a no desagradarme, ya que la tensión de mi situación personal me hacía dejarme llevar diciendome a mi mismo (qué cojones), así que solté su mano para que tuviera rienda suelta a lo que me quisiera hacer.

 

Él seguía acariciándome mi bragueta por encima de mi pantalón y habiendo decidido que me hiciera lo que quisiera, mi pene empezaba a dar signos de erección, mi paquete empezó a engordar, lo que hizo que se diera cuenta enseguida a mi anfitrión, lo que le ruborizó de inmediato, "¿has visto como te gusta que te lo haga un tio?" me replicó, yo asentí tímidamente, "no me hagas daño por favor", le contesté, el negó con su cabeza y sus ojos de salido desesperado miraban mi paquete bajo mi pantalón.

 

Subió mi camisa para contemplar mi ombligo peludo, y se amorró a mi barriga, mientras con sus manos me fue desabrochando los botones de mi bragueta, sin duda, me esperaba una mamada de esas de campeonato y encima por un desconocido, vamos aquello iba a ser para no olvidar, me dispuse a facilitarle la faena levantando mi culo del asiento para poder bajarme mis pantalones.

 

Recordé que esa misma mañana me había depilado a conciencia, me gustaba tener mi intimidad cuidada y depilada, ingles, huevos, nalgas, me había dejado un hilillo fino de vello en mi pubis muy sexy y para rematar me había puesto una loción corporal perfumada hidratante por todas mis partes, así que estaba más suave que la piel de un bebé.

 

Me desenfundó mis pantalones junto con mis calzoncillos, mi enorme polla cabezona se hacía ver, tumbada boca arriba sobre mí, él no tardó en darse cuenta de mi delicada intimidad tan cuidada, "ostias tio, ¿que limpito estás no?, si no tienes ni un solo pelo en los huevos!!", dijo gratamente sorprendido, yo enseguida le contesté "me gusta cuidarme", el sonrió palpandome mis peladas pelotas, yo deseaba recibir su boca sobre mi glande, mi polla rebentona lo deseaba incomensurablemente, mi capullo emergía de la piel que normalmene lo recubre pidiendo a gritos los labios de aquel tipo.

 

Me bajé los pantalones hasta mis tobillos para poder abrirme de piernas y estar más cómodo, "¿como te llamas?", le pregunté, el me contestó casi sin terminar la pregunta "Sergio", me dijo, mientras, me apretaba una de mi pelotas para ver como mi piel escrotal brillaba ante la luz interior del coche dejando bien claro lo que era estar bien depilado, pronto lo hacía con su gemela, me cogía del pellejo de la piel testicular me la levantaba, me la dejaba caer, jugueteaba como un niño con sus canicas.

 

Fui escurriéndome sobre el asiento hasta quedarme tumbado boca arriba y me levantó mis piernas apoyándomelas sobre mi barbilla, yo me las sujetaba con mis manos dejándo mi depiladito agujero anal también a la vista de cualquiera, rosadito, allí debajo permanecía inmovil, me dijo "aguántate en esta postura que quiero ver bien tu ojete", de repente cogió su movil y se dispuso a hacerme una fotografía de mi orificio trasero, la verdad es que era digno de foto y etc, etc, me hizo varias fotografías.

 

Dejó el móvil y enseguida se llevaba el dedo indice a la boca, "¿que vas a hacer?", le pregunté medio con sorpresa, "tu déjate llevar", me contesto, goteándole de saliva, me lo restregó directamente en mi agujerito, aquello me hizo tener cosquillas, lo que instintivamente hizo apretar mi esfinter, "¿que haces Sergio, que me haces cosquillas", yo pensaba aun en la mamada que me prometían sus labios en los preliminares anteriores, pero él, se cebó en dejarme mi ano bien suculento de su saliva.

volvió a meter su dedo en la boca y volvió a metérmelo entre mis piernas, empezó haciendo movimientos circulares y de repente sentí que iba adentrándomelo en mi ojete, le dije "¿que haces tio?", y él me contestó: "cha joder, no te preocupes, si te va a encantar, déjate llevar, cara cojones", me replicó con voz más autoritaria, yo me estremecía de lo que me estaba haciendo, mi polla dejó de estar empinada pasando a un estado más inerte, mi culito estaba siendo profanado por su dedo indice que ya hacía intentos de adentrarse en mi culito, yo no se lo permitía, apretaba mi esfinter para evitar su profanación irremediable, Sergio volvía a chuparse nuevamente el dedo "relájate anda, y veras el cielo", me dijo, yo le contesté enseguida con voz más baja y medio susurrante "pero tio, por qué me haces esto?"

 

Yo allí con mis pantalones en los tobillos con mis zapatos aun puestos, me ponía mis rodillas sobre mi barbilla, mi culito permanecía al querer para mi toqueteador que volvía a deslizar su dedo sobre mi agujerito esperando ansiosamente mi relajación anal para conquistarme irremediablemente, noté como lo empujaba el cabrón para metérmelo, yo no pude apretar más e irremediablemente me relajé para coger fuerzas, en ese momento de mi relajación esfinteral noté como su dedo indice se clavaba con decisión dentro de mi, "ahhh" sollocé de gusto, me encantó que me hiciera aquello, me quedé flipado, inconscientemente eclipsado y muy sorprendido de que me encantara que me metiera su dedo en mi culo, le dije "ahhhh, Sergio, ¿pero qué me haces?", él me contestó "¿te gusta eh maricona?".

 

Me dejó su dedo por unos instantes al tope en mi interior, pero el momento de sacarlo ya no me gustó tanto, prefería la entrada a la salida, pero no tardó en volverlo a hundir nuevamente hasta el tope y seguidamente lo volvía sacar esta vez con más facilidad, fue frotándome mi agujerito con su dedo unas cuantas veces, cuando de repente lo sacó del todo dejándome vacío y desconsolado, la verdad es que le había cogido el gustillo a que me hiciera aquello y se lo tuve que decir "ummmm, me encanta que me hagas eso".

 

Decirle aquello se ve que le ruborizó, se separó de mí, y se tumbó para atrás en su asiento toqueteándose el paquete de su bañador, yo, huntado en su saliva, notaba el frescor en mi agujerito anal, con mi pene con nuevos sintomas de erección bajé mis piernas y me reincorporé, sentado sin nada sobre aquel sucio asiento y como bien pude me descalcé y me fui quitando mis pantalones y seguidamente mis calzoncillos quedándome unicamente con mi camisa medio desbotonada por la parte baja, me desabroché todos los botones dejando todo mi torso al descubierto. 

 

Me incliné hacia él, estaba claro que ahora quería su ración, y yo no dudé en ofrecerle mis servicios, se echó el asiento para atrás quedándose del todo tumbado boca arriba, él seguía masturbándose por encima de su inchado bañador, pero a penas podía estar con él en el mismo asiento ya que no había a penas espacio, me dijo, "vamos detrás", el iba vestido y pudo salir a la calle y echando el asiento suyo para adelante entró en las plazas traseras, yo hice lo mismo, pero entre medias de los dos asientos delanteros, pasé atrás rozando mis partes y mi culito sobre aquellos sucios asientos excitándome aun mas.

 

Si los asientos de delante estaban asquerosos, no os imaginais los de detrás, había mucha suciedad y muchas migas de pan como de haber comido varias veces allí, habían abejas muertas, papeles arrugados, revistas en el suelo pisoteadas, en fin, un desastre de coche.

 

Sergio se había inclinado de espaldas a la puerta abriéndose de piernas para mí, sus peludas piernas me daban paso directo a su manoseado sexo, "venga vamos ven", me dijo, así que subí una pierna sobre el asiento, la otra en el suelo sobre aquellas revistas, (aun llevaba mis calcetines negros puestos), noté como mis huevos y mi polla se posaban en el borde de aquel asiento rozándose en aquella sucia tela, movía mi pelvis y me daba gustito aquel roce, pero ahora iba a por Sergio, me acerqué a él, no sabía muy bien que hacerle, quería hacerle disfrutar como nunca sin tener ni idea de como hacerlo. 

Él me miraba con cara de vicio incontrolable, me gustaba que me metiera el dedo en mi culo y deseaba que me lo volviera a hacer, mi culito depiladito, limpio, un poco baboseado por Sergio, en pompa de cara a la otra ventanilla lateral quedaba irremediablemente al querer para cualquiera que lo quisiera disfrutar, me daba igual que se nos quedara mirando cualquiera del exterior, mi polla volvía a estar dura del roce con aquel asiento. 

 

Me acerqué a Sergio y acerqué mi cara a su barriga, él rapidamente se bajaba su bañador sin que yo se lo pidiera, estaba claro lo que quería de mi, le subí su camiseta blanca emergiendo su enorme barrigota peluda y su profundo ombligo que me miraba con deseo, yo comencé a besuqueársela, a darle pequeños mordisquitos, y sobretodo a lamérsela. Mi lengua surcaba aquel abrupto monte de carne y negro pelo enrroscado. Fui humedeciéndole su vientre con mi saliva sujetándole su bañador todo lo que pude para que no se lo quitara del todo haciéndole que lo deseara más, pero no pude aguantarselo más, y repentinamente apareció su sexo a escena. 

 

Un enorme rabo erecto muy venoso, muy inchado, inclinado hacia arriba, con una enorme cabezota rosada y descapullada con emanaciones preseminales en la punta hacía acto de presencia, el olor a sudor sexual llenaba el habitáculo de aquel coche, aquella enorme polla empinada me debaja ver bien sus dos imponentes testículos muy peludos, oscuros, con la piel muy granulosa, removiéndose al compás preparándome la lefa de su interior, pensaba yo, su polla palpitaba sobre su bajo vientre apoyándose sobre una enorme cama peluda púbica que contrastaba cosa mala con la mia depiladita y muy cuidada. 

Volví a dedicarme a la parte baja de su barriga baboseándole toda su piel acercándome peligrosamente hacia aquello que tanto deseaba Sergio, bajó sus manos para pajearse mientras le cosquilleteaba con mi lengua por sus alrededores sexuales, "vamos chúpamela, no lo pienses mas", me dijo entre súplicas y obligándome, me puso una mano en mi cuello para obligarme a meter su polla en mi boca, bajando hacia ella irremediablemente, le quite su mano de mi cuello y rodee su enorme pepino rebentón para dedicarle un poco a sus pelotas.

Con mi mano izquierda le cogí primero con miedo, pero después con ganas su imponente rabo abarcándolo y tirándole la piel para abajo para dejarle el pellejo bien echado para detrás y que su capullo no se ocultara de ninguna manera, con toda mi lengua lamí su huevo izquierdo llevándome consigo unos cuantos pelos retorcidos que sin que se notara mucho me quité con mi mano derecha, hice la misma operación con su huevo derecho, nuevamente volví a su hermano gemelo y succioné para intentar metermelo en la boca, Sergio echaba la cabeza para detrás cuando me miraba y veía lo que le estaba complaciendo, "ostias tio, que gustooo cabrooon, sigue asíííí, no pareees" me decía entre gemidos. 

 

Yo mamaba sus huevos en aquella postura tan denigrante, arrodillado ante el, con mi culo en pompa hacia la ventanilla, me comia sus pelotas una y otra vez dejándoselas bien babeadas, y abandonándolas fui surcando con la punta de mi lengua aquel tronco venoso, corpulento, con granitos, mientras con mi mano derecha abarcaba sus abandonados huevos masajeándolos, con mi mano izquierda me apoyé en el asiento del coche y note como Sergio volvia a cogerse de mi cabeza, enganchado a mi pelo me guiaba a lo que deseaba, mirándole a su viciosa cara llegaba a la zona de su frenillo, donde comenzaba la puntita de su enorme rosado y suave capullo, la rodee surcando la gran superficie suave y lisa de su glande y con toda mi lengua lo relamí, Sergio se estremecía de gusto estirándome de mi pelo "siiiii, vamoooos", finalmente abrí mi boca todo lo que pude metiéndome toda aquella cabezota rosada palpitante entre mis labios, líquido preseminal se posaba sobre mi lengua dándome a entender que aquello era de verdad, estaba haciendole una mamada a un tío.

 

Succioné a más no poder mientras con mi mano derecha dejaba sus huevos para agarrar la base de aquel tallo descomunal y tirarle la piel para descapullarlo completamente, su frenillo, toda la cazoleta de su glande se deslizaba por mis labios abarcándolo todo y bajando un poco por el tronco notaba que enseguida me tocaba en mi garganta teniendo que retroceder succionando como un aspirador todo lo que pude volviendo a notar toda la punta de la enorme polla palpitante de Sergio, mirándole a la cara lo veia que flipaba, le dije: "¿te gusta que te la chupe?", él asintió con la cabeza sin mediar palabra, yo volvía a metérmela nuevamente en la boca y le hacia poco a poco el pájaro carpintero sin prisa, quería que disfrutara de mi mamada y no se corriera enseguida.

 

El sonido de descorche de botella de champagne se repetía cada vez que la sacaba de mi boca para descansar unos segundos, que momentazo, pensaba en lo que estaba haciendo pero me encantaba a la vez el hacérselo, por fin estaba cumpliendo mi sueño erótico que tantas veces habia soñado, comerle la polla a un tio, era maravilloso el ver como hacía disfrutar a un desconocido con mi boca.

 

Su sexo quedó completamente ensalivado y enrrojecido de mi mamada. Sergio se reincorporó, enseguida me senté a su lado echándome para atrás, sabía que era mi turno, que ahora mi polla surcaría sus labios, tenía el sabor de su sudor y su sexo en mi paladar, era realmente asqueroso pero muy excitante, me relamía ante él para hacerle ver lo mucho que me gustaba hacérselo, se reincorporó también jadeando de gusto, y me dijo, "venga date la vuelta mirando para allá que te voy a follar por detrás", yo me quedé un poco colapsado, creía que era mi turno, le dije, "¿no me la chupas ahora a mi?", el riéndose me contestó "ya lo haces tú muy bien, ahora vamos a ver como te portas follando", por un momento me quedé un poco triste, pero por otro lado también quería sentirme lleno de él por detrás.

 

Así que me di la vuelta de espaldas a él, me puse nuevamente de rodillas, bajé mi cara sobre el asiento de cara a la puerta, y apoyándome sobre aquel sucio asiento mi culo se rendía abierto ante él ofreciéndole mi depilada entrepierna a placer, "pero qué culito tienes chaval, mas lindo que el de mi novia", me dijo, acercó su cara a mi traserito, me escupió y seguidamente volvía a deslizar su dedo indice por mi rajita ensalivando bien mi agujerito, rodeadaba mi ojal suavemente hasta que poco a poco volvió a hundirlo dentro mia, yo gemí de gusto.

El volvía a sacarlo y volvía a metérmelo, primero no me agradaba mucho, pero de tanto meter y sacar acabó gustándome que me lo hiciera, con la otra mano me pellizcaba mis galtas, les pegaba cachetes para enrrojecérmelas, se separó de mí, y se reincorporó, con una pierna tambien arrodillada en el suelo y la otra en el asiento fue acercándome su miembro viril hasta que lo logró apoyar entre mis gluteos. Se ayudaba con su mano derecha para acertar mi esfinter, le dije"vamos Sergio, fóllame que te deseo dentro de mí".

 

El apoyó su glande sobre mi ojete, quedándose al querer para perderse dentro de mí, sentía el calor de la punta de su polla en mi puerta trasera, a puntito de penetrarme, deseaba que la clavara de una vez en mi, Sergio dejó caer babas de su boca desde arriba sobre la zona acertando la parte alta de la regata de mi culo y note como se deslizaba sobre mi ojete donde se posaba la cabezota de su polla, volvía a repetirlo, que asquerosidad y que excitante a la vez, me encantaba sentirme tan atrapado en su aroma que mi polla volvío a ponerse dura,  Sergio empujaba su enorme polla hacia a mi, notaba como la presión sobre mi ojete era mayor, Sergio me dijo "vamos relájate maricona". 

 

Me giré para mirar la escena, su pecho peludo se inclinaba sobre mí cayendo sobre mi espalda, ayudándose con su mano derecha que aguantaba su rabo sobre mi abertura anal, con su otra mano apoyada sobre mi galta izquierda para abrir más mi entrepierna y facilitar el acto, yo, traté de relajarme todo lo que pude, deseaba que aquel pepino palpitante surcara mis entrañas de una vez, con mis manos por detrás le cogí de sus caderas acercándole todo lo que podía a mí, Sergio insistía empujándola todo lo que podía. 

 

Despacito fui sintiendo como mi esfinter se iba rindiendo irremediablemente ante tal presión, noté como la enorme cabezota de su polla empezaba a perderse dentro mia, sentí como se abria paso y tras ella el gordo tallo venoso y granuloso que me hacía saborear el recorrido de la penetración consentida. Le gemí de gusto, "siiiiii Sergio, me encantaaaa", Sergio satisfecho de haberme penetrado llegó hasta el tope de sus huevos, quedándose unos instantes apoyando toda su pelvis sobre mi culo, me cogió de mis caderas y me palmeteó con fuerza mis nalgas, me encantaba que me lo hiciera, me sentía tan a gusto en aquella postura, me sentía mujer, me sentía protegido plenamente por mi dueño, que con su polla clavada en mi me hacía enloquecer de placer y de protección.

 

Sergio se mantenía parado disfrutando de mi calor corporal alrededor de su polla diciéndome "tio, das más gusto que follarme a mi novia, ... pero que calentito estás", yo sonreia de placer, apreté mi esfinter para acorralar más su polla, para hacermela sentir más todavía, Sergio gimió de gusto "ahhhhh, pero que gustazo chaval, sigue haciéndome eso, vamos.. " volví a repetirselo, sentía como la presión de su polla en mi culito era aún mayor cuando le hacía eso, le encantaba y a mi me llenaba más aún que encima me lo dijera, le dije, "vamos fóllame por favor, bombéame, hazme sentirte, quiero que me folles plenamente, quiero sentir tu leche dentro mía", el poco a poco comenzó a moverse para hacer el deseado movimiento sexual, mientras me decía: "tranquilo chaval que ya te tengo empalado a mi picha, ahora no te escaparás, te voy a poner este estrecho agujero como un bebedero de patos", entre gemidos me repetía lo del bebedero de patos que me ponía a mil

 

A penas su piel se deslizaba sobre la mia, habiamos quedado tan adaptados que por lo visto su glande se ocultaba sobre su prepucio y volvía a salir todo él pero siempre dentro de mi ojete, pero conforme se movía empezó a deslizarse toda la piel, él volvió a ensalivar mi ojete, aquello empezaba a frotar nuestras enganchadas pieles, hasta que su polla ya recorría mi trasero a su antojo, Sergio se me follaba ya como un perro a su perra, le cogí como pude de su peludo trasero ayudándole en aquel ritmo frenético, se comenzó a escuchar el chasqueteo de su pelvis fuertemente contra mis nalgas de forma uniforme, aquel sonido sexual me ponía a más no poder, sentía como sus pelotas me palmeteaban también chocando contra las mias, abrazándose del sudor entre ellas, que disfrute por dios

 

De repente me empezó a recorrer un escalofrio desde mi esfinter por toda mi espalda hasta mi cuello, sin duda estaba teniendo un orgasmo anal, el gemido más alargado y placentero se lo hice entender a mi anfitrión, me encantaba que se me follaran, no había sentido nunca antes algo así, era lo más liberador que podía ocurrirme, estaba en una nube con Sergio dentro de mi.

 

Me reincorporé para quedarme empalado a él sacándole mi culito todo lo que podía para no soltarme de su verga, para que me pudiera abrazar por detrás, los dos erguidos enganchados, me cogío de mis pezones retorciéndomelos y me empezó a lamer mi cuello y a mordisqueármelo pegándome fuertes chupetones, anda que no iba a salir marcado de haber estado con aquel tipo, me chupaba mi oreja derecha, yo disfrutaba como un enano sintiéndome tan atrapado a él, con su polla clavada en mi culo y siendo abrazado con sus fuertes brazos que hacían de mí como una marioneta a su antojo, me empujó sobre mi espalda para volver a caer rendido de espaldas a él para seguir follándome, no sé cuanto rato me estubo embistiendo salvajemente detrás mía hasta que se detuvo por unos instantes, quedándose al tope. 

 

"Ven, vamos a cambiar de postura que se me duermen las piernas", me dijo, sin salir de mi, me cogió de mis caderas para evitar que nos quedaramos separados, pero al empezar a reincorporarme se salió de mi irremediablemente, "no pasa nada, ven", me dijo, mi culito ya abierto como un donut deseaba ser tapado inmediatamente por aquella culpable verga, me dijo, "siéntate aquí", no sabía si ponerme de espaldas o de cara él, me decidí de cara, saltando mi pierna derecha sobre él para sentarme abierto sobre su enorme pepino, yo posé mis manos sobre mis nalgas para abrirme mi culo y facilitar la entrada, Sergio con una mano se cogía su pene para acertármelo, no fue difícil, sentía como su capullo ya atravesaba nuevamente mi ojete y era penetrada sin remedio y con extrema facilidad.

 

Estabamos hechos el uno para el otro, solté mis nalgas para que él se encargara de acariciarmelas y me agarré a su cuello, mirándole con los ojos entreabiertos y mordiéndome mis labios inferiores empecé a moverme hacia abajo para tragarme aquel rabo de inmediato por mi puerta trasera, "ummmmm, pero como me puede gustar tanto que me folles", le gemía ante su cara, Sergio me pegaba fuertes palmetazos en mis nalgas que ahora en aquella postura tenía al querer, me lo abría todo lo que podía, me lo soltaba, me lo palmeteaba "pero que culito tienes cabrón, si es que me encanta", me lo acariciaba, me lo pellizcaba, me acompañaba el movimiento sexual, mi pene caido se posaba sobre su peluda barriga cada vez que entraba su polla al tope, me encantaba sentirme suyo, que no se terminara nunca, era verdaderamente lo más placentero que nunca antes habia sentido, le gemía siseando, él gemía también jadeante de gusto.

 

Nos fuimos inclinando cayendo poco a poco hasta que Sergio se quedó tumbado sobre el asiento boca arriba, yo sentado sobre su verga notaba que la penetración era más profunda en aquella postura, pero no me cortaba, mi culo se la engullía enterita, era todo suyo, sus manos seguían jugueteando con mis nalgas, me las acariciaba, estaban suaves de mi depilación de esa misma mañana, Sergio me embestía cuando yo me detenía del cansancio que empezaba a sentir en mis piernas, mi ojete estaba ya extasiado, ya lo tenía como él me había dicho al principio, Sergio se detuvo volviéndose a reincorporar. 

 

Mi culo se quedó libre de nuevo, me empujó mi pecho para que me quedara tumbado boca arriba, así lo hice, abrí mis piernas y levantando mi extasiado culito palpitante y abierto como una granada se me acercaba Sergio nuevamente con polla en mano para una vez más hacerme suyo sintiendo todo su cuerpo sobre el mio, Sergio se me volvía a follar a su antojo, sin compasión me embestía con mis piernas entre sus brazos, dejándome con su sexo follándoseme de una manera increible e inagotable, otra vez el chasqueteo de nuestros cuerpos al chocar mezclados con nuestro sudor y las emanaciones sexuales de mi culo y de la polla de Sergio hacian que aquello no podría durar mucho más, Sergio empezó a sacar saliva de su boca escupiéndome encima mia, parecía que lo había hecho sin querer, pero empezó a hacermelo más seguido, se ensalivaba la boca y me volvía a escupir, mi pecho, mi cuello y mi cara eran pasto de sus escupitajos, entonces me pegó un cachete en mi cara, su cara había pasado a ser de placer a rabia, me dijo "estoy a punto de correrme maricona". 

 

Me volvió a pegar otro cachete, esta vez fue más fuerte, comencé a tener un poco de miedo, pero sin embargo me sentía tan a gusto con su polla bombeando mi culito a su antojo que le dije "por favor no me hagas daño" me cogió de mi pezón derecho y me lo estrujó pellizcándomelo otra vez, creo que me hizo sangre, Sergio seguía embistiendome salvajemente hasta el tope, apoyando su barriga chocando contra mis huevos que se inchaban reventones sin saber como uir, "vamos, pajeate", me dijo, de la manera que me movía con sus empujones casi ni acertaba a cogérmela para pajearme, poco a poco se me fue poniendo dura, su polla entraba y salia de mi ano como cualquier cosa, apretaba mi esfinter para intentar más roce sobre mi su polla con poco éxito, mi pene empezaba a endurecerse sucumbiéndose del placer de mi mano, estaba a punto de correrme.

 

Sergio dijo, "cuanto te vayas a correr me lo dices", yo le conteste "estoy a punto ya", y entonces él a mayor velocidad aún, empezo a gemir más y más rápido, me pegó varios palmetazos en mis nalgas, bajó sus manos para abrirme más mi entrepierna y un empujón final al tope hizo que Sergio se quedara inmovil de repente mientras a la vez sollozaba con grandes gritos de gusto, mis pelotas esclafadas sobre su barriga una para cada lado. No me cabía duda que su leche ya surcaba el interior más profundo de mi ano, espasmos de corrida hacían temblar su cuerpo junto al mío al unísono, me pajeé velozmente lanzando mi leche por encima de mi pecho mezclándose con la saliva escupida de Sergio, yo gemía:

"dios, pero que gusto!!, que gustoooo!!".

 

Él, se echó sobre mí, encima de mi lefa, su pene permanecía dentro mía escurriendo con su mano su semen en mi enrrojecido agujerito abierto palpitante de tanto placer, su glande estaba a punto de salirse cuando de un pequeño empujoncito de su dueño hacía que se volviera a meter para dentro aunque con claros sintomas de comenzar la flaccidez, se quedó inmovil sobre mi, noté con mi polla se había convertido en pilila y mi más que dilatado esfinter a penas ya podía mantener su polla también flaccida dentro mia saliéndose de mi irremediablemente. 

 

Estuvimos no se cuanto tiempo allí inmoviles, abrazados, jadeantes, que gustazo, mi culito abierto como un donut, enrrojecido y blanquecino del semen de Sergio que desbordaba su interior, me lo toqué para ver como estaba, recogí con mis dedos aquellas emanaciones que salian desbordadas de él, me las llevé a la boca para saborear su lefa, "ummmm que rico..., quiero que luego te corras en mi boca", le dije, mientras el se reía de gusto tumbado, "no te preocupes", me dijo. continuará resignado 2