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Mi sobrina...

en Hetero: Primera vez

MI SOBRINA...

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Aquél año... iba a ser el peor año de mi vida, tal como había empezado el año...

Mis chalets, el de Gandía, ubicado en 1ª línea de mar y el de Lloret de Mar también a pie de playa, 1ª línea de mar. Se lo había dejado a mi ex-mujer, así como un amarradero para mi velero y mi velero en Benidorm, también le dejé mi joya, un Mercedes 300 SL Roadster (1958), un deportivo descapotable, biplaza, una pieza de coleccionista. Me había costado demasiado sudor, el poder conseguir aquél deportivo “Alas de Gaviota”, la verdad, es que la sensación de libertad al conducir aquella alhaja de coleccionismo, no la había tenido con ningún otro deportivo. Me dolió perder a mi Mercedes. ¿A mí esposa? No hombre no, a mi deportivo.

La verdad es que ya estoy un poco harto de sus excentricidades, de la de mi ex-mujer. Ya hemos tenido más de dos separaciones, pero luego siempre nos hemos vuelto a juntar, esta vez al separarse me pidió el chalet de Gandía, el amarradero y mi velero de Benidorm. Se llevó mi descapotable, mis Alas de Gaviota sin decirme nada. No se ha querido llevar el suyo, un Renault Mégane Coupé-Cabrio, un deportivo descapotable color negro, diesel, 4 plazas con los asientos forrados en cuero negro y rojo. Me ha dolido que se lleve mi joya, me ha dicho que ya volverá...

Yo le he dicho que tal como se ha ido que no vuelva más. Le he pedido el divorcio, hemos llegado a un acuerdo, los gastos a medias, los chalets de Gandía y Lloret de Mar para ella, así como el velero y la plaza de amarre. También le he cedido el motivo de discordia, mis Alas de Gaviota. Yo me he quedado con su Mégane, el chalet de Peñíscola, el estudio de arquitectura y un apartamento de 60 metros en Barna (Barcelona), he salido perdiendo porque es mucho menor su valor que lo que a ella le he cedido, pero con tal de no escucharla más, ni pasar más berrinches o broncas, pues nada, hala, adiós.

El otro motivo de discordia es una de mis sobrinas, que convive con nosotros, está estudiando arquitectura en la Universitat Internacional de Catalunya (Universidad Internacional de Cataluña), las practicas las está haciendo en mi buffet de arquitectura. Mi sobrina es como una de tantas y tantas de las muchachas de hoy en día, se viste con un top muy escotado, con unos sujetadores que parecen que van a reventar en cualquier momento, unas faldas y minifaldas que si la viera mi hermana le daría un bofetón sin pensárselo dos veces, es que mi hermana es muy católica, yo más bien diría beata. En su ciudad, Palencia, la tiene muy controlada, en horarios y compañías. Me pidió el favor de si podía vivir con nosotros hasta que acabara la carrera y encontrara empleo por su cuenta.

Ya lleva un año viviendo con nosotros. Al principio yo pensaba que era una rabieta pasajera de mi ex-mujer, pero no, le ha ido tomando celos y envidia a la nena. Ya antes también he tenido que despedir a varias empleadas, por sus celos. Ahora dice que la nena es más joven y más guapa que ella. Sí, más joven sí, por supuesto, solo tiene 18 años. Y mi ex-mujer va a tener dentro de poco 26, bueno yo soy el más viejo tengo treinta y cuatro tacos (años). A veces traía una amiga de su edad, a casa a repasar y hacer deberes, una muchacha majísima rubia de padres alemanes, separados. Su madre vive aquí en Barna y su padre en Düsserldorf, Alemania. Ya hace casi seis meses, que tuvimos una discusión por esta nena y mi sobrina, con sus minifaldas y su forma de vestir. Para mí que estaba que se la llevaban los demonios de los celos. Por eso se ha largado, con mis Alas de Gaviota, pero esta vez no se la dejo pasar, como tantas otras veces, que he tenido que cerrar el buffet por su culpa y sus celos.

Ya hace más de tres meses que estamos divorciados, mi sobrina sigue viviendo en mi apartamento conmigo, hace un mes y medio escaso, una noche después de cenar, he irnos a dormir sobre las 23:30 h. se puso a tronar y a llover a mares, se fue la luz y se conectaron las luces de emergencia. A lo que mi sobrina viene corriendo toda atemorizada, se mete en la cama conmigo, se abraza a mi pecho apoya su cabecita sobre mi pecho y empieza a llorar. Yo la abrazo amorosamente, acariciándole su pelo como a una niña, intentando tranquilizarla. Cuando se tranquiliza y parece que ya no hay relámpagos. La cojo en brazos y la traslado a su cama, tapándola dándole un besito en su frente.

Me vuelvo a mi cama de nuevo, al cabo de rato, como casi media hora o una hora, otro trueno o dos truenos seguidos, hizo un estruendo como si se fuera a caer la casa. Haya que viene otra vez mi sobrina corriendo se abraza a mi otra vez como antes, pero esta vez echa su pierna izquierda sobre las mías rozándome el paquete con sus muslos, como si quisiera que la cobijara del terror que padecía en aquellos momentos. A lo que la cobijo en mis brazos, acariciándole su carita bonita. A lo que se esta quedando dormida, desliza su mano izquierda por dentro de mis calzoncillos, cogiéndome el pene rascándome los huevos con dos de sus deditos, quedándose dormida en aquella posición.

¿Y yo ahora qué hago? Actúo como tío o actúo como hombre, mi mente me decía que actuara como un hombre. Tome una decisión salomónica, viéndola dormir tan a gusto y sin temor, la dejé reposar en aquella posición, teniendo una mujer tan apetecible en la plenitud de la vida. Y yo allí con la polla tiesa y sin poder hacerme una buena paja. Menos aún propasarme con la nena, mi sobrina. Al día siguiente no hubo clases en la Universitat, varias aulas o dependencias se habían arriado con tanta lluvia y la lluvia continuaba como si no fuera a parar en una semana, las clases las han suspendido durante una semana, hasta que esté todo en orden. El parte meteorológico decía que había un frente lluvioso sobre Catalunya, que duraría como mínimo tres días lo menos, ya llevamos uno y yo sin dormir. Fui todo el día como un sonámbulo.

A las 20:00 horas, ya se me cerraban los ojos, media hora más tarde le digo a mi sobrina, que me voy a la cama a dormir, me dice que no la deje sola que tiene miedo, que se viene conmigo a lo que caen unos relámpagos seguidos de un trueno, a lo que sale corriendo y chillando a abrazarme, así se ha pasado casi todo el día, estaba que no podía más, con tal de dormir haría lo que quisiese, casi todo el día sea pasado pegada a mí como una lapa. Solo quiero dormir. Me fui al dormitorio, me desvisto casi medio dormido, me acuesto, como si en mi cuarto no hubiera nadie, ella se quita el top y unos pantalones vaqueros que lleva todo rotos, si la viera mi hermana con los pantalones rotos se iba a llevar un disgusto y la nena un guantazo por vestir de esa manera.

Se me cierran los ojos, se acuesta a mi lado, como la noche anterior, y como la noche anterior desliza su manita por dentro de mis calzoncillos, ahora el dormido soy yo, no le dije ni media palabra. Claro ¿Cómo se lo voy a decir? Si estoy dormido. Empieza con dos deditos sobre mi pene abajo y arriba suavecito, muy suavecito, yo sin enterarme, dormido. Así se hubiera caído la casa no me hubiera enterado, ahora que mi pene si se entero, empezó a despertarse y a desperezarse, a levantarse y a henchirse como un pavo real, haciendo la danza sexual.

Por la mañana nos despertamos los dos abrazos, yo me desperté un poco antes que la nena, se llama Vanessa pero a su amiga la he escuchado alguna vez decirle Vane, mi ex-mujer también se llama igual que mi sobrina. ¿Vane? No, Vanessa. Pero no le agrada que la llamen Vanessa, prefiere que la llamen María, ya digo yo que solo le gustan las excentricidades. Yo cuando llegaba a casa, no sabía si llegaba a mi casa o a la casa de la vecina, mi vecina se llama María, un bombón treinta añero de muy buen ver, una rubia despampanante. Claro, no sabía si llegaba a mi casa o a la de la vecina, ya que ha este bombón explosivo ya me la he follado, tantas veces como las que mi mujer se separo de mí. Mi mujer también es rubia, de un color oro sucio. Así se sentía mi ex, sucia y pequeña ante cualquier mujer más guapa que ella. Aunque a los jovencitos se les iba la mirada detras de mi ex, cuando paseábamos juntos o iba sola por la calle, mi ex también es un bombón, pero no un bombón tan explosivo del que te lo comes al primer mordisco, un bombón más delicado del que no sabías si comértelo o guardarlo en el escaparate.

No sé cuanto tiempo estuve mirando a Vane, observando su carita angelical, estaba tan bella, con aquella ligera sonrisilla en sus labios y mi polla tan a gusto en su mano, cogida por un ángel, que se quedó quieta, semi-fláccida, semi-tiesa. Que me dio un irreprimible deseo de darle un besito en su frente, lo cuál a Vane se le hizo una sonrisita traviesa, despertándose, soltando mi polla y abrazándose a mi pecho con las dos manos. Apoyando su cabecita sobre mi pecho como auscultándome, la pierna izquierda va y la echa sobre mis piernas atrayéndome a ella, Vane restregándose sobre mi cuerpo acariciándome. Mi polla acariciando su rosita, restregándose.

- Cariño para que me estoy empalmando.- La digo.

- Eso quiero.- Me dice.

Como una gata, la que espera comerse el ratón que tiene arrinconado. ¿Qué ratón? Pues yo, así me sentía como un ratón arrinconado, el cuál se va a caer de la cama. Si echo un poco más para detrás, me caigo y si echo para delante me come. Preferí dejarlo en tablas, ni para delante ni para detrás. La separo de mí, suave pero sin caer en la tentación, es mi sobrina y no deseo tener problemas con la familia.

- Para que soy tu tío.- La digo.

A lo que se echa a llorar abrazándome fuerte, muy fuerte.

- Nadie me quiere, me quiero morir.- Me dice, hipando al sentirse rechazada.

Ya ha tenido varios noviazgos y siempre la han dejado. En su ciudad porque mi cuñado la tiene muy vigilada, es guardia civil. Todo novio de la niña, le controla sus antecedentes, las amistades y los pasos que dan por la ciudad. Unos la han dejado por propia voluntad, otros agobiados por mi cuñado. Aquí en Barna, ya ha tenido dos novietes, la han dejado por estrecha...

- No digas eso quieres, eres muy guapa y yo te quiero.- La digo. A lo que la abrazo enseguida.

- Sí, pero no quieres hacer el amor conmigo, porque soy virgen aún y eres mi tío.- Me dice.

- ¡Válgame Dios! – Exclamé sorprendido.- ¿Aún no haz echo el amor con ninguno de tus novios? – La pregunto.

- No, solo tocamientos y roces.- Me dice.

- No te han introducido ninguno aún su polla.- La digo.

- Ya te digo que soy virgen. ¿Qué no te enteras, tío?- Me dice enojada, como si el ser virgen fuera un mal hereditario.

- ¿No te la han metido ni por delante ni por detrás?- La pregunto de nuevo.

- Por delante lo han intentado. Pero han desistido al no entrar, al hacerme daño y yo darle una bofetada. – Me dice.

- Válgame el cielo. Que brutos son la juventud de hoy en día, querer meterla a lo salvaje, a las primeras de cambio. ¡En mis tiempos incluso a las putas las tratábamos con cariño, mucho cariño!- La digo.- Pronto, muy pronto le vamos a dar solución a tu problema.- La digo, dándole ánimos.

Me da un beso en todos mis labios, dejando de llorar. Cojo una punta de la sábana y le limpio sus lágrimas, deposito un tierno besito en cada uno de sus bellos y enormes ojos. Y otro besito en la punta de su naricilla algo respingona. A lo que se agacha la cabecita y se pone a lamer su caramelo ¿Qué caramelo va a ser? Mi polla, que es su caramelo predilecto, aunque este caramelo está sin envoltorio. Yo estoy sin calzoncillos, desnudo, me fijo en Vane y también está desnuda. ¿Pero cuándo me desnudé del todo? Si yo recuerdo haberme acostado en calzoncillos, pienso. Mientras dirijo las operaciones de la nena, cogiéndola de su cabecita, a la nena no le sale las operaciones, no le salen las cuentas, no sabe si me he corrido en su boca cinco o seis veces, ya que está con su mano abierta como contando. ¡Ah no! No está contando ya que tiene en la mano mi semen, y en la boca mi lefa. Se relame de gusto terminando de desayunar...

Y yo en ayunas, pues nada a desayunar yo también, hoy no desayunare tostadas con mermelada o mantequilla, hoy desayuno almeja en conserva, que esta almeja esta muy bien conservada. Tan conservada como aún ningún mariscador la ha catado. La pongo semi-sentada en la cama, con sus espaldas apoyadas en la cabera de la cama. Y allí me dedico a darle gusto a la nena, le paso la lengua arriba y abajo, intento introducirla, alternándola con pequeñitos mordisquitos y besitos en sus labios, en sus labios mayores, de los menores tampoco me olvido, también le doy besitos y mordisquitos.

Ahora me levanto y me voy en busca de otros labios tan placenteros como los que he dejado. Y me dedico con mi polla a subir y bajar el monte. ¿Qué monte? El de Venus, aunque estamos aquí en la tierra el placer nos ha trasportado al mismísimo firmamento. Allí estoy yo, comiéndome unos labios de melocotón, acaparando todos sus besos de miel y fresas. A lo que exclama.

- ¡Ahhhh! ¡Ahhhh! ¡Ahhhh! Tío, me viene, me viene. ¡Ahhhh! ¡Ahhhh! ¡Ahhhh! ¡Ahhhh!- Exclama con sus grititos.

Yo que dejo sus labios y me dedico a otros labios, a comerle y lamerle la almeja, a intentar llegar antes que explote la botella, que es la nena y yo con mi boca como una copa, recojo todo sus caldos. Estoy tan entusiasmado, que allí estoy intentando beber de aquél lago. A lo que aprieta sus piernas contra mis orejas, me coge fuerte de los pelos y me empuja muy fuerte adentro de su lago y yo allí, chapoteando... Bebiéndome todos sus caldos.

- Ahhhh. Ahhhhhhhhh. Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh!- Y se corrió en toda mi boca, no paré hasta que toda la limpié con mi lengua.

Me dedico a magrearle los pechos un rato, hasta que me levanta la cara y me besa. La cojo de la mano y nos vamos a la ducha. La dejo que se duche primero, yo me lavo la cara para despejarme, cuando termina la nena, me ducho yo, ella se seca, yo salgo y me seco, enchufo mi maquinilla de afeitar.

- Trae tío, que te afeito yo.- Me dice.

Cogiéndome la maquinilla, y empujándome en el pecho para sentarme en la taza del wáter, a lo que va a sentarse en mi polla, le vislumbro las ideas, la agarro por las caderas y la siento en mis piernas, tocándose nuestros sexos. Le doy un besito en su bonita y linda nariz.

- Aún no, le digo, antes hay que tomar medidas, para que no te haga daño, o te haga el menor daño posible, un daño placentero y pasajero… Y que no vengan disgustos indeseados.- La digo.

Pensando en no dejarla embarazada, ni que quede preñada por una negligencia nuestra. Terminamos, nos vamos a desayunar algo. Yo me voy para mi cuarto (habitación) de la mesita cojo una caja de pastillas de mi ex y voy y se la doy a la nena.

-Tómate, ahora una pastillita con el café con leche, sigue las indicaciones del prospecto.- La recomiendo. Dándole un pellizquito en su moflete.

- Tío, tengo que ir a la peluquería, a arreglarme el pelo. ¿Me das dinero?- Me dice.

- Claro, cariño. Coge lo que necesites de mi cartera.- ¿Te vas a hacer tirabuzones en tu largo y bonito pelo negro o esta vez te lo vas a dejar liso? Le digo, preguntándola.

- No, nada de eso, haré algo mejor que te gusta.- Me dice guiñándome el ojo, con una sonrisa pícara.

Yo me voy a mi buffet, y Vanessa se fue a hacer sus cosas. Hasta la noche, yo no volví a casa. Vuelvo a casa, digo que ya estoy en casa, como de costumbre, en la cocina está mi ex-mujer, la observo de espaldas poniendo la mesa, casi en penumbras. Una cena romántica, me digo para mí mismo. Yo que estoy todo calentorro, antes de follarme a mi ex, voy al cuarto de la nena, a ver si está la nena en casa. No, no está. Me voy a mi habitación, me desnudo, cojo el pote de vaselina, me unto un poco en mi polla, dándole arriba y abajo, me unto un poco en mis dedos para untársela en su ano, mi ex esa vestidos de una sola pieza sin bragas debajo. Así en los sitios menos insospechados me bajo la bragueta y allí mismo se la meto. Como ahora que se la voy a meter poniendo la mesa, dicho y echo.

Me voy por detrás de ella, la agarro por detrás de su lindo cuello, la vuelco en la mesa con el culo en pompa, le meto los dedos por debajo el vestido, le unto la vaselina en su ano, me limpio la mano en su vestido, le levanto el vestido, echándoselo por la cabeza. Ella ha tirado casi todo lo que había en la mesa al suelo, se agarra con las dos manos, una a un lado y la otra mano al otro lado de la mesa. Y allí mismo empiezo a meterle mi polla en su estrecho culito, con amor, con suavidad, poquito a poco, con mucho amor, con mucha suavidad, centímetro a centímetro, ganándole terreno al placer. Ahora escucho sus grititos, aquí es cuando quiere más.

- Ahhh, ahhhhh, más, más, ahhh, más, más, más.- Me dice.

Y allí estoy yo, dándole más, dándole más placer, dándome placer, metiéndola y sacándola a placer. Cuando ya estoy a casi a punto de correr, me voy a mi cuarto, me tumbo en mi cama, en nuestra cama y me termino de correr haciéndome una manuela a costillas de mi ex-mujer, yo me corro en mi vientre. No. No es que me fui con Manuela no, me fui a hacerme una contra cinco, o mejor dicho un solitario. Ya que mi ex-mujer nunca a querido que me corra en su culo. Dice que no es higiénico, como si el tragarse mi semen que tanto le gusta si fuera higiénico. Mi ex-mujer que está en la puerta de la habitación con los brazos cruzados.

- ¿Por qué no te has corrido en mi culo? Quería toda tu leche en mi culo ¿Por qué no me has dado ese placer?- Me dice.

A mi me entra un poco de lucidez, está no es mi ex-mujer. Me giro hacia ella y la digo todo sorprendido.

- ¿Tú?-

- Sí, yo ¿Qué no te gusto?- Me dice.

Dirigiéndose a mí limpiándome mi semen depositado en mi vientre, me lo limpia con esa boquita de piñón y esa lengua bendita, que hace maravillas. Ya no es tan inexperta, será inexperta para otras cosas, pero no para chuparla o lamer mi cuerpo. Sí, es ella. ¿Quién va a ser? Vanessa, mi sobrina, se ha cortado el pelo a la altura los hombros, se lo ha teñido color oro sucio, aquí el sucio me siento yo haciéndole el amor a mi sobrina. ¿Pero quién es el listo que no le hace el amor? Está tan guapa o más que mi ex-mujer, yo por lo menos me he equivocado a simple vista, o era que iba demasiado salido, que las he confundido. Este bombón para mí de los que he catado es el mejor, es un bombón explosivo y a la vez dulce, muy dulce. Es un bombón para comértelo en una sesión y en dos. Es un bombón para comértelo, vomitarlo y comértelo otra vez. Y allá está, lamiéndome el capullo dejándomelo limpio, lamiendo un poquitín de sangre que ha quedado en mi polla. Claro, es de Vanessa, es virgen, también virgen por el ano. Yo no soy virgen, desde los 14 años que enganche a aquella monja y me la follé cambiándole las sábanas a mi cama en aquél colegio católico interno. Vino a hacerme la cama un día, y los demás días venía a deshacerla. Hasta que la dejé preñada, se enteraron y me expulsaron.

Se levanta se va al armario coge dos maletas de viaje, las abre.

- ¿Qué trajes te gustan más?- Me pregunta. Cogiendo el traje del día de mi boda con Vanessa, su ex–tía. Y Lo pone encima la cama.

- Ya sabes que me gusta vestir informal, le digo. Los que te gusten a ti, me gustan a mí. – La digo.

Coge dos trajes, un par de pantalones de pinzas y unos polos, un par de jersey de manga larga y una chaqueta. Tres pares de zapatos, tres pares de calcetines y tres pares de boxers. Abre la otra maleta, se dedica a buscar entre la ropa más sexy de su ex-tía, se la prueba por encima y la que cree que le esta bien, la mete en la maleta, coge varias combinaciones sexy de esas con aberturas por debajo, medias, ligueros y zapatos de tacón de aguja. Y lo mete todo en la maleta. Coge unas bragas con abertura se las pone, se pone las medias, un liguero, se ajusta las medias, se coloca un sujetador, un corsé todo a juego en blanco. También se coloca unos guantes largos de color blanco, se pone el vestido de novia de su ex-tía, y se pone el velo a juego. Estaba espléndida, majestuosa vestida de novia.

- ¿Estoy estupenda vestida de novia?- Me pregunta.

Viéndola así tan majestuosa, recordé el día de mi boda con Vanessa, me trasporto diez años atrás en el tiempo. A mis días felices de mi luna de miel. Pero allí, había otra Vanessa está aún más explosiva, más dulce y cariñosa, más romántica. Era como haber pedido un deseo y se te hubiera concedido.

- Sí cielo, ven a mis brazos.- La digo.

Me da un abrazo, un beso, me pregunta, me dice y me pide.

- Tío ¿Te puedo llamar por tu nombre? Jaime ¡Mañana es mi 19 cumpleaños! ¿Me vas a conceder mis deseos?-

- Si, cariño mío, mi cielo. Lo que tú quieras y desees.- La digo. Estando los dos abrazados.

- Quiero hacer el amor en la playa a la luz de la luna, como si de mi viaje de novios se tratará.- Me dice.- Quiero una cena romántica a la luz de las velas en unas bellas playas.-

- ¿Pero si no tienes novio y aún no te has casado?- La digo. Y yo pensando en Peníscola en sus hermosas playas de arena, en la cuál te adentras en el agua y no te cubre hasta los cien o doscientos metros mar adentro.

- Para hacer el amor vestida de novia no hace falta casarse, yo ya estoy vestida de novia, solo me hace falta el novio. ¿No lo vas a hacer tú, Jaime? Aquí en la cama tienes el traje preparado. Y las maletas las tenemos echas para irnos de luna de miel.- Me dice.

- ¿Pero no tienes ramo de novia?- La digo yo, poniendo excusas, pero las excusas se me están terminando.

- Me compras un ramo de rosas por el camino, del color que te guste a ti. Y ya tengo ramo de novia.- Me dice.

- Pero a estas horas que ya son casi las ocho de la tarde está todo cerrado.- La digo.

- Me has dicho que me concedías todo lo que quisiese y te quiero a ti. No pongas más excusas y cúmpleme lo que me has dicho y prometido.- Me dice, dando un taconazo en el suelo, empezándose a enojar.

- Vale, si yo te lo he dicho, pues vale, así será, lo que tú desees mi reina.- La digo.

Me pongo mi traje de novio, me viene un poquitín justo, antes me iba más mucho más holgado, claro antes tenía diez años menos. Voy a la caja fuerte, que tengo disimulada detrás de un cuadro. La abro saco dinero para estar por lo menos una semana de luna de miel. Cojo las llaves del coupé y las llaves del chalet de Peñíscola, cargo con las dos maletas.

- ¿Nos vamos? Cielito mío.- La digo.

Se coge a mi brazo, como la mujer más feliz del mundo, nos bajamos con el ascensor hasta los garajes interiores. En el ascensor bajando solos nosotros dos, me mete la mano por el pantalón agarrándome una nalga apretándola y con la otra mano me abraza, me dice al oído;

- Que feliz soy, Jaime.- Me dice, metiéndome su lengua en mi oreja.

- Tú también me haces muy feliz, cariño mío.- La digo. Pero no solo por alagarla, si no porque yo también soy feliz, haciéndola feliz.

Ya en el garaje interior, meto las maletas en el coupé. La abro la puerta izquierda (la del copiloto) para que entre, espero galantemente a que se acomode en el coche. Cierro su puerta, me subo, pongo el motor en marcha, arranco y pongo rumbo a Sitges, para mí no son tan bonitas las playas como las playas de Peñíscola, pero no les tiene nada que envidiar a las playas del caribe.

Ya en Sitges...

Casi que ya son las diez de la noche, hay esa noche luna llena, reflejándose sus rayos de plata sobre las aguas del mar Mediterráneo. En un restaurante chino de la zona marítima, les he pedido el deseo de Vanessa, cenar a la luz de las velas en la playa, me comentan que no hay problema, que muchas parejas lo suelen solicitar. Y que nosotros somos la primera pareja recién casados, que lo solicitamos desde hace ya mucho tiempo. Les doy una generosa propina, les solicito un gran ramo de rosas. A lo que me dicen que no hay problema, ya que la tienda y el restaurante que hay juntos son de los mismos dueños.

Pido de beber, un botellín de cava para Vanessa y un botellín de agua para mí y el menú especial de la casa para dos personas. Viene uno de los camareros, diciéndome que no tienen cava, que tienen champagne Moet Chandon brut, le digo que champagne está bien, que traiga la botella de champagne. A lo que estando brindando y conversando con Vanessa, me hace una señal uno de los camareros para que me acerque a la barra. Voy a la barra y me facilitan el ramo de rosas, una docena de rosas rojas y otra docena de rosas blancas, todas en un solo ramo. A lo que voy con el ramo tan pancho (tranquilo) y super-contento. Me acerco a Vanessa por su derecha, hinco mi rodilla en él entarimado que hay encima la arena y a continuación le ofrezco a Vanessa el ramo de rosas.

- Ten, mi reina y feliz cumpleaños, aunque solo faltan horas para tú cumpleaños. Feliz cumpleaños con mis mejores deseos para ti cielito mío.- La digo. Dándole un ligero besito en la mejilla a mi nena.

- ¡Hay! Que feliz me haces Jaime.- Me dice con lágrimas de felicidad en sus hermosos y bellos ojos.- ¡Como he deseado una cena así romántica con alguien que me quiera.- Me coge con sus dos manitas la cara y me la acerca a su carita, estampándome un beso que un poco más tengo que pedir auxilio.

Durante la cena yo solo tenía ojitos para ella, le sonría y le reía las gracias, nos reíamos de cualquier tontería, estábamos allí como dos tortolitos, como una pareja de pajaritos en su nido, el mundo solo existía para nosotros, giraba a nuestro alrededor. Alargamos la velada hasta casi la una de la madrugada. A lo que yo rompo el encanto del momento.

- ¿Nos vamos? Hoy ya es tu cumpleaños, hoy te haré el mejor regalo de todos. - La digo.

- Dámelo ya Jaime, dime qué es.- Me dice feliz y contenta, dando palmaditas como una niña grande.

- Vámonos, que aquí no puedo dártelo delante de todo el mundo, te lo daré a solas los dos, a la luz de la luna, como dos enamorados.- La digo.

Me voy a la barra, pago, vuelvo por Vanessa, la cojo de la mano y nos vamos al coche, arranco el motor y nos vamos a buscar una cala solitaria que yo conozco. Por el camino Vanessa, que no tiene espera, va más cachonda que una perra en celo, me ha bajado la bragueta y me va haciendo una manuela, alternándolo con chupaditas y lengüetazos, menos mal que ya hemos llegado. Aparco el coche de espaldas al mar mediterráneo y a la luna llena, para cuando hagamos el amor, Vanessa pueda contemplar el bello paisaje del mar Mediterráneo bañado por la Luna. Paro el motor desconecto la batería, las alarmas y todo lo que nos pueda molestar. Y empiezo a magrearla por encima del vestido con una mano y por debajo de su vestido con la otra mano, ya que sus bragas llevan una abertura, puedo acariciarla su almejita a mi antojo, introduciéndole mis dedos jugando con su conchita. A lo que me pide;

- Ya no puedo más, Jaime. Métemela, por favor métemela.- Me dice.

- No seas impaciente cariño, espera un poquito más, solo un poquito más cielo. Si no, te va a hacer daño, mucho daño. Espera un rato más.- La digo. Viendo que la haré daño si nos apresuramos.

Ahhh, ahhhh, ahhhhh, me corro, me corro, ahhhhhhh, ahhhhh, ahhhhh, ahhhhhhhhhhhhh.- Y allí mismo se corrió en mi mano, que es lo que yo andaba buscando. Con mi mano izquierda, recojo todos sus jugos que puedo.

- Ya Jaime, métemela ya, aunque me hagas daño.- Me dice.

Yo pienso ya está dispuesta a soportar el dolor, ya está dilatada y en su jugo, ya es la hora de su regalo. A lo que le doy unas indicaciones, que sea más placentero hacer el amor. Porque allí estábamos como una pareja de recién casados. Vanessa con su vestido de novia y yo con mi traje de novio, para hacer lo que toda pareja ha hecho desde que el mundo es mundo, darse placer y dar placer, disfrutar y que disfrute la pareja.

- Bájame los pantalones hasta las rodillas si puedes, si no puedes, rómpeme los calzoncillos, hay unas tijeras en la guantera porta-documentos, cógela y corta los calzoncillos, a continuación ponte entre mis piernas de espaldas al volante del coche, apoyas las espaldas en el volante, levanta una pierna la pones en mi hombro, luego haces lo mismo con la otra pierna, yo te aguantaré con una mano con la otra no podré. Con tus jugos me iré lubricando mi polla, hasta que entre del todo, pero hazlo despacito, sin correr ni apresurarte, tengo toda la noche para ti, así que tranquila, sin correr pasito a pasito, suave, suavecito.- La digo dándola consejos, de todos modos yo la aguantaré en el aire todo el tiempo que pueda, me digo a mi mismo.

Así lo hizo como yo quería que lo hiciera, en cuando en cuando, la mandaba salir y lubricaba mi polla, hasta que se acabaron sus jugos. La doy mi mano a lamer, para entretenerla, de pronto la cojo de los hombros y tiro para abajo bien fuerte, a la vez que impulsaba mi polla para arriba. Para romper su himen, para hacerle su regalo, para hacerla sentir mujer, fue como pinchar un globo. Subió suavecito para arriba mi polla y bajo suavecito para abajo sin introducirla toda, lo repitió como dos veces hasta que yo me corrí dentro de Vanessa. Ahora ya sentía menos dolor debido a mis fluidos a su sangre que aún estaba en su interior, yo sentí como algo calentito se deslizaba por mis huevos, supuse que era la sangre de su virginidad, su paso de niña a mujer. Estuvo un buen rato cabalgando por las llanuras del placer, hasta que decidió darme besos en los labios, en mi cuello, no paraba de besarme por toda mi cara y mi cuello. A lo que mi polla habiendo realizado su cometido, dar placer y gusto, darse gusto y placer, salió por si sola de tan placentera cueva. Vanessa bajó las piernas se salió de mí, justo cuando mi polla salió de ella, con un rastro de sangre por mis pantalones, y el asiento del coche y la tapicería. Yo le estuve acariciando sus pechos por encima el vestido, dándole besitos y cariño, todo el cariño que se merecía y más, mucho más cariño, todo el que yo podía dar, se quedo dormida en aquella posición, en mis brazos. Me dispongo a subirme los pantalones, me los abrocho y me dispongo de pasar a Vanessa, con todo mi amor, al asiento trasero. Decido cambiarme de pantalones y con los sucios limpiar un poco el asiento, saco uno pantalones de pinzas de mi maleta, procedo a cambiarme y a limpiar el asiento del coche con mis pantalones, saco dos mantas del maletero, cierro el maletero. Una de las mantas se la echo por encima a Vanessa para que no coja frío, le doy un besito en su frente, la otra la pongo de tal manera en el asiento que si hay manchas de sangre no me manchen los pantalones limpios.

Miro la hora, ya son las 2:30 horas de la madrugada, pienso que lo mejor será pernoctar, allí mismo, en Sitges y me dispuse a buscar un hotel o un motel para dormir, para dormir al lado de mi angelito.

Porque la quiero como si fuera más que mía, como si fuera mi amante... La quiero como... Mi sobrina.

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Sullyvan © 2012