Ese chico tan especial,

El más deseado de todos, un verdadero príncipe,

Un día te sonrió de esa manera colosal,

y de tu vida se convirtió en participe.

No dejabas de soñar con él,

“Es normal” te decías a ti misma,

Pensaste que sería tu compañero fiel,

Un muchacho con mucha carisma.

A la semana te preguntó si querías quedar,

Todo era como un cuento de hadas,

Sabías que jamás lo podrías olvidar,

Él era como tu ángel de la guarda de alas delicadas.

Al cabo de unas semanas te pidió salir,

Y tu, gustosa, dijiste que sí,

Ahora sí que no podías por las noches dormir,

Todo te recordaba a él, tenías su olor en ti.

Pasaron los meses, todo era genial,

Besos, abrazos, comentario cursis en el muro,

Te sentías completa, te sentías fenomenal,

Él era un muchacho inteligente, honrado y maduro.

Tus amigas te decían: “¡Tía, un amor como el tuyo yo quería!”

Eras feliz y él lo era contigo,

Estar juntos es lo que siempre te importaría,

Tenías suerte, lo tuyo no era un amor mendigo.

Erais famosos por ser la pareja perfecta,

Poco a poco fuiste madurando,

Hasta transformarte en una dama culta y selecta,

Y él también fue cambiando.

Cada día estaba de peor humor,

Pero tu no le querías darle importancia,

Pronto empezó a correr un terrible rumor,

“Tu novia te es infiel” a él le decían con mucha prepotencia.

Empezó a ser agresivo,

Intentabas calmarlo, pero era  imposible,

Pronto empezó a soltar  comentarios de carácter cada vez más ofensivos.

Era una fiera, se transformó en una bestia impasible.

El primer paso fue la desconfianza,

Y pronto las restricciones absurdas,

No querías perderlo, así que obedecerlo era tu fianza,

No querías conocer sus intenciones malvadas.

Te alejó de tu familia y amigos,

De tus ilusiones y anhelos,

Todo ello se transformó en recuerdos perdidos,

Tus noches se basaban en continuos desvelos.

Tras la primera amenaza llegó el primer golpe,

“Si se lo cuentas a alguien te mato” repetía,

Tú le amabas, a pesar de que él cambiase un beso por un azote,

tu mundo de color de rosa poco a poco se extinguía.

En casa nadie sospechaba,

Aprendiste a falsamente sonreír,

Todo ello por estar a él enganchada,

Olvidaste como se sentía, olvidaste como una vida vivir.

Un día, por salir con tus amigos sin decirse lo a él,

Dejó sus manazas en tu delicado rostro,

Cada centímetro estaba morado de tu blanca piel,

Sus golpes te atizaban con más fuerza uno y tras otro.

Cuando quisiste revelarte, cuando de tu cárcel querías librarte,

Decidiste buscar la  fuerza para huir,

Pero de las garras de aquella bestia  no podías escaparte,

Tarde te diste cuenta, así que pediste ayuda, pero nadie pudo contribuir.

A la semana siguiente tu foto y la de él aparecieron en el telediario,

otra víctima más del maltrato,

Una más, como a diario,

Así cerraste con el diablo un mortal tratado.

Ahora contesta a mi pregunta,

Estás dispuesta a callar si tu príncipe se transforma en una bestia?

Esto te puede pasar, no dejes que nadie te cambie ni te hunda,

Es una lucha de derechos, no es una molestia.