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Tarde en el sex shop 1/2

en Hetero: General

Una tarde fría de invierno decidí ir a dar un paseo con mi novia por la ciudad, no había grandes opciones pues era domingo y solo teníamos la posibilidad de parar en alguna cafetería a tomar algo.

            El paseo transcurría normal, al llegar a una zona peatonal echamos un vistazo a los escarotes de las tiendas, comentando que había cosas que merecían la pena comprar pues estaban en rebajas.

El frío se hacia más intenso, las farolas empezaban a encenderse poco a poco a nuestro paso por la calle completamente desierta, al doblar una esquina vimos una tienda, que nunca habíamos reparado en ella, al llegar a su altura miramos el escaparate y comprobamos que la persiana metálica estaba levantada, indicando que estaba abierto.

Tras una mirada rápida vimos que se trataba de un sex shop, se veía que era una chica joven quien estaba tras el mostrador, nos miramos con sonrisa picara y decidimos entrar por si encontrásemos algo que nos pudiera gustar y quien sabe si desatar nuestra pasión más tarde en la intimidad de nuestra casa.

           

Entramos la chica nos dio las buenas tardes y comenzamos a mirar por las estanterías, la chica no nos perdía la vista pues parecía ser que éramos sus primeros clientes y estaba algo nerviosa.

Por fin vimos algo que nos empezó a llamar la atención, eran unas esposas, mi pareja siempre tuvo esa fantasía pero no se había fiado de hacerla y cuando vi su cara al coger las esposas me imagine lo que la pasaba por su mente. Cogimos las esposas y seguimos mirando por si hubiera algo más que nos gustase, tras una vuelta rápida solo vimos un estuche de pintura corporal comestible, que también cogimos de la estantería, con lo cual nos fuimos asta el mostrador, para que la chica nos cobrase.

            Allí la preguntamos por las esposas que aunque llevaban una llave queríamos saber si se podrían abrir en el caso de que las perdiéramos y nos comento que llevaban un botón por temas de seguridad por el mismo motivo, una vez que nos aseguramos de eso pagamos y con nuestra nueva adquisición en una bolsa de papel nos marchamos camino hacia casa.

Cuando llegamos al portal de nuestra urbanización, nuestras caras se iluminaban poco a poco, ella deseosa de realizar su fantasía y yo de hacer que se hiciera realidad. Lo habíamos intentado con cintas del pelo o pañuelos para el cuello, pero vimos que las esposas estaban forradas de terciopelo y bueno quisimos probar un juego más.

           

Una vez en el interior de nuestro hogar nos decidimos poner cómodos, nos sentamos en el sofá al principio, pero tras unos besos y caricias decidimos que podíamos pasar a la habitación que estaríamos mejor que en el sofá. Caminamos por el pasillo mientras nos besábamos y abrazábamos. Llegamos a la cama mi chica me empujo sobre ella y se subió encima mía, mientras no parábamos de jugar con nuestros labios.

La temperatura empezaba a subir en nuestra cama, poco a poco nuestras camisas empezaron a sobrar y uno al otro nos fuimos quitando ropa hasta quedarnos solo en bóxer y braguitas. De momento no necesitábamos quitarnos nada más.

Tumbe a mi chica sobre la cama y con un pañuelo la tape los ojos asegurándome que no veía nada, en este momento al dejar uno de sus sentidos inutilizados el resto se agudizarían asta limites inusitados.

Con una de mis manos cocí uno de los bolígrafos que habíamos comprado hacia un rato y comencé a escribir sobre su cuerpo.

Comencé por su cuello dibujando líneas y círculos, para seguir por su pecho, el bolígrafo pintaba con una especie de gelatina de colores, ahora con mi lengua comencé a pasarla por donde estaba la gelatina lamiendo el cuello, los lóbulos de las orejas y su pecho, al principio seguía el camino dibujado pero era difícil no salirse del camino marcado, si miraba su cara se veía en ella que le estaba encantando.

Cuando llegue a su pecho con sus manos sujeto mi cabeza entre ellos para que permaneciera un rato allí, notando lo que quería, permanecí un tiempo lamiendo suavemente sus pezones y mordisqueándolos hasta que poco a poco comenzaron a crecer y ponerse erectos.

Era momento de seguir mi camino volví con el rotulador ahora sobre su vientre hasta llegar a su ombligo, escribía y lamía su cuerpo asta que llegue asta la frontera con sus braguitas empecé a acariciar su sexo por encima de ellas, noto como estas ya estaban humedecidas con los flujos que comenzaban a emanar, retire un poco la tela con mis dedos y los pose directamente sobre ella, estaba bastante lubricada ya, acaricie los labios empapándolos aun más, los gemidos y suspiros se hacían más sonoros por segundos.

Decidí parar y dejarla completamente desnuda, al ver que me incorporaba ya sabia lo que quería hacer y sin que me diera tiempo a nada más, anticipándose a mis pensamientos, se quito las braguitas tirándolas al suelo de nuestra alcoba.

Me cogio del rostro y nos tumbamos mientras permanecía encima de ella, nos besábamos desenfrenadamente, el pañuelo que tapaba sus ojos cada vez estaba más suelto asta que se desanudo por completo y podía ver sus ojos, en ellos podía ver solamente pasión y solo había una cosa que aquellos ojos pidieran y era más.

Sostuve en mis manos de nuevo el pañuelo y volví a tapar los ojos, en su rostro tenia una sonrisa picara demostrando que la encantaba la sensación de estar sin ver mis movimientos y solo percibir las sensaciones por el tacto de mi lengua en su piel.

Empezando a deslizar mi lengua desde sus labios poco a poco iba bajando lentamente parándome en ciertas de su cuerpo pero con un único fin, excitarla asta llegar a su sexo, por la posición que había tomado sobre ella, sabia que sabia cuales eran mis intenciones, fue en ese momento cuando llegue asta mi objetivo sus manos se posaron sobre mi cabeza, mi lengua comenzó a jugar lamiendo y mordisqueando, mientras ella gemía cada vez más profunda y rápidamente.

Una vez que su clítoris noto a hincharse ya que mis dedos jugueteaban con el, mi lengua tomo otra posición, y como si de mi pene se tratase comencé a introducirla dentro de ella, no sin dejar de que mis dedos siguieran con su tarea, sus gemidos iban en aumento

Sus piernas se movían compulsivamente y empezaba a notar temblores, el orgasmo parecía estar cerca, los signos no indicaban otra cosa, sus manos amasaban mi cabello, y empujaban mi rostro contra su pubis, seguía lamiendo cada vez más rápido, ella ya no gemía sino que gritaba de placer, se produjo un grito sordo sus manos comenzaron a perder fuerza sobre mi cabeza, el orgasmo había llegado a su fin. Sus piernas se relajaron, sus brazos también, yacía sobre la cama relajada, me incorpore de mi posición y llegue a su altura, desate el pañuelo y vi como sus ojos brillaban de placer y en su rostro se contemplaba que había satisfecha pero no por mucho rato.

Me acurruque a su lado dándola un respiro, mientras acariciaba su espalda, hasta que una chispa brillo en sus ojos, sabia lo que eso significaba y era que ahora me tocaba a mi que la dejase hacer.

Me tumbo en la cama y busco con la mirada el pañuelo, al ver que buscaba comprendí que la idea del pañuelo lo gustaba y quería darme su versión. Una vez que lo tuvo en sus manos, cubrió mis ojos con el y lo anudo por la parte de atrás, me susurro al oído:

-         No te muevas de aquí ahora mismo vuelvo

Salio de la habitación y oía como sus pasos se alejaban a los pocos segundos volví a sentir pasos en el pasillo, ya estaba otra vez de nuevo en la habitación, coloco algo en la cama y se subió sobre mi a horcajadas, en ese instante agito algo y sonó un pulverizador y a la vez note algo frió sobre mi pecho, en mi cabeza pensaba que podía ser lo que me estaba untando pero no sabia que era, no habíamos comprado ningún spray, eso era lo que hacia que sintiera esa incertidumbre.

Ahora su lengua se arrimaba a mi pecho y empezaba a lamer, lamió la zona que había impregnado con aquel spray, en ese momento con la lengua cogio aquel liquido y acercando su lengua a mis labios me dio a probar, lo unto sobre mis labios, en ese momento saque la lengua y saboree aquello que no sabia que podía ser.

Una sonrisa apareció en mi cara y aun sin pode ver sabia que ella también me sonreía, el liquido extraño era nata, por eso había salido de la habitación a buscar nata del frigorífico. Pasó su lengua por mis labios y siguió con el bote de la nata, tenia pensado llenarme de nata y comerme como si fuera un helado.

Del pecho comenzó a escurrirse hacia más abajo asta llegar a la zona que de veras la interesaba a ella, en ese momento agarro con una de sus manos mi pene, y acariciaba su lengua sobre el glande y le daba lametazos, una vez humedecida la zona echo un chorreton de nata por encima y comenzó a lamer toda la nata poco a poco asta que desapareció por completo toda ella, quedando a la vista solo la carne humedecida con su saliva, mis manos fueron a parar sobre su cabeza, apolladas sobre ella sin hacer presión, mientras ella seguía lamiendo de arriba abajo, note como su lengua buscaba la cabeza del manjar que tenia entre las manos y empezó a jugar allí con su lengua, mis manos empezaron a ejercer una pequeña presión, mientras poco a poco se la introducía en su boca, asta que desapareció por completo en ella, los segundos pasaban y yo me estremecía de placer mientras ella seguía entre mis piernas, cada minuto que pasaba hacia más presión sobre su cabeza, me estaba matando de gusto, sabia lo que quería conseguir, que eyaculara con tan solo usar su boca y que lo hiciera sobre su cuerpo desnudo, sabia que la excitaba el sentir como caía sobre ella, a borbotones de mi pene y tibia en su piel.

            Tras pasar un par de minutos mis gemidos empezaron a oírse claramente y algunas palabras ahogadas salían por mi garganta, aunque eran poco audibles y no sabia que quería decir comprendía perfectamente que el clímax se acercaba, se incorporo un poco y sacando mi pene de su boca y colocándolo apuntando a su pecho comenzó a masturbarlo rápidamente asta que no pude aguantar más y llene sus  pechos con mi semen, al notarlo sobre su cuerpo, vi un brillo en sus ojos, sin limpiarse tan si quiera se subió encima de mi y empezó a frotar su sexo contra el mío, asta que volvió a ponerse erecto, una vez así se lo introdujo de una estocada y una cabalgada sobre mi empezó, mientras lo hacia lamía sus senos y mordía sus pezones, ella comenzó a gemir y pedir más, más, máaaaaaas, se levanto y tumbo sobre la cama ahora me tocaba estar encima a mi, antes de ello me coloque entre sus piernas, lamiendo su clítoris y jugando con él, tan cerca se encontraba del clímax que lo alcanzo con mi lengua.

            Se quedo en la cama extenuada, con cara felicidad, los ojos cerrados y la boca abierta aun, no reaccionaria ante ningún estimulo durante un par de minutos al menos, me puse encima de ella y la penetre despacio asta que estaba repleta por mi, en ese instante volvió a la vida, y gimió, mientras en mi oído me pedía que no parase, quería un segundo orgasmo, y si me movía rápido y como debía de hacerlo en un par de minutos lo tendría de nuevo.

Ella puso sus piernas alrededor de mi trasero como si quisiera abrazarme, esta posición hizo que pudiera coger impulso y no perdiera el ritmo, manteniéndome en esa posición y ritmo durante unos minutos, mientras besaba su cuello, mire de reojo como se boca se quedaba abierta, sus ojos se cerraban y no reaccionaba, había llegado por segunda vez, yo también note como estaba apunto y seguí unos segundos más, antes de que acabase ella volvió a su ser, pero sabia que ella había acabado y viendo mi cara sabia que no me quedaba mucho, en ese momento me dijo levanta, se coloco en la posición del perrito y colocándome detrás de ella de ella la penetre desde atrás, mientras apretaba sus senos, mientras no paraba de gemir asta que mis gemidos parecían gritos la saque de su interior y eyacule sobre su trasero.

Quedamos exhaustos tumbados uno al lado del otro en la cama, el ventilador de techo se movía mientras mirábamos a ninguna parte, cuando paso un rato y volvimos a reaccionar, nos dimos cuenta de que las esposas no las habiamos usado, asi que paso por nuestra mente el mismo pensamiento.

-         El próximo día me va a atar

-         Para la próxima la esposare y tapare los ojos