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La Habitación 407

en Sexo Anal

Durante toda la tarde, Cecilia había estado acomodando a familiares y amigos en las habitaciones del hotel de la pequeña ciudad donde había nacido y donde su hermana se casaría esa noche, el hotel era pequeño y acogedor y como el salón del evento estaba ubicado en el último piso, era bastante conveniente que los invitados venidos de la capital, pernoctaran en ese mismo lugar. Como hermana de la novia, estaba realizando un excelente trabajo como anfitriona, recibiendo en la entrada del salón a todos aquellos que iban llegando; su esposo Carlos estaba haciendo su parte socializando con sus parientes. Cecilia, lucía hermosa; traía un vestido beige de una sola pieza un tanto apretado y hasta por encima de las rodillas, casi llegando a la mitad del muslo; medias nylon color café y sandalias beige de tacón alto destalonadas, su cabello largo, ondulado y de color negro, caía muy sensualmente sobre el escote de su espalda, si no fuera porque estaba casada y con su esposo en la fiesta, muchos de los jóvenes asistentes se le habrían acercado osadamente aparentando ser muy galanes, pues ella, sensual y hermosa como era, muy bien podía despertar grandes pasiones. La noche transcurría con normalidad mientras llegaban los invitados, cuando de pronto ocurrió lo impensable...era imposible !, Cecilia no sabía a dónde ir, donde esconderse, pero era ya demasiado tarde, quedó sin habla cuando en frente suyo apareció Armando; alto, muy guapo y varonil, impecable; su mandíbula perfectamente cuadrada y delineada junto con su coqueta sonrisa de dientes muy blancos, lo hacía parecer un actor de telenovelas.

- Hola, estas muy hermosa !

- ahhh...hola!, tanto tiempo sin verte, jamás habría pensado verte aquí

-  Tu hermana me envió una invitación hace dos semanas, casi no vengo!

- ahhh pues, b...b...bienvenido.

Cecilia se quedó sin habla al ver a quien había sido una pasión secreta y abrasadora de su pasado y justo cuando ya no sabía que decir mientras él la miraba directamente a los ojos; apareció Carlos junto a Cecilia, por lo que ella pareció reaccionar y los presentó.

- Hola, soy Armando, compañero del colegio de Mayra - la hermana de Cecilia, mayor que ella con cinco años pero no tan bonita.

- Bienvenido !, diviértete mucho -  dijo Carlos, a lo cual Cecilia asintió con una sonrisa e hizo con su brazo izquierdo el ademán con el cual lo invitaba a pasar.

Carlos tomó a su esposa por la cintura y la besó suavemente. - Ven a divertirte, creo que ya está bien de recibir a la gente, deja eso a tu prima-  juntos se adentraron en el salón y  se relajaron para comenzar a disfrutar de la comida y la bebida aunque Carlos ya estaba un tanto adelantado debido a que había estado charlando y bebiendo con su cuñado.

La noche pasó con gran deleite y fabulosa música; tampoco faltó la bebida y la comida . Cecilia había estado bailando con sus primos y algunos amigos, Martha, su prima, le había estado dando de beber tanto como podía, por lo que Cecilia se sentía bastante mareada. Carlos ni se diga ya que él por su lado había estado festejando bastante con sus parientes políticos con los cuales congeniaba bastante bien.

Por un momento en medio de la fiesta, Cecilia fue y se sentó frente a la barra del bar y cruzó su pierna muy sensualmente, el vestido se le subió un poco más de lo debido, delatando un hermoso muslo cubierto por el nylon semibrillante de sus pantimedias. Armando la había estado observando,  se le acercó y se sentó junto a ella. En medio de la música y la algarabía apenas se podía observar que ambos se miraban y movían sus labios, lo que hablaban lo sabían solo ellos. De pronto, Armando tomó de la mano a Cecilia y la condujo al salón de baile, donde se deleitaron, rieron y bebieron algunos cocteles por largo rato. Avanzada la noche, los invitados comenzaron a despedirse y el espacio en el salón era cada vez más grande. Ya quedaban solamente algunos familiares y amigos un tanto ebrios enfrascados en una apasionante conversación. Mientras Armando y Cecilia bailaban, Carlos se les acercó, las copas que traía encima le dificultaban un tanto hablar correctamente y se dirigió a su esposa. -Amor, te parece si nos vamos ?, ya están recogiendo todo- mientras miraba cordialmente a Armando, a lo que este último añadió...

-  Es cierto, ya es muy tarde, voy a bajar a recepción para ver si tienen alguna habitación disponible

- Creo que hay una libre en el cuarto piso, el amigo de la universidad de Mayra no vino y esa habitación era para él y su esposa- dijo Cecilia.

- Es cierto !, Armando podría acomodarse ahí-  dijo Carlos. Él no era un esposo celoso así que le sugirió a su esposa que acomode a Armando mientras él iba a la casa cerca del parque central a llevando a los padres de Cecilia y otros amigos, pues por supuesto, la fiesta continuaría en casa! - Voy a dejar a tus padres y regreso - dijo Carlos.

- Está bien, pero no te demores- dijo Cecilia, cuando de repente interrumpió su prima:

- Yo estoy en mi auto, Mario y yo llevaremos a Cecilia, nos encontramos todos abajo cierto? -

- Muy bien dicho...dijo Carlos. Fue un gusto conocerte...- Le dijo a Armando.

En cuanto Carlos se fue, ella miró a Armando y lo condujo al cuarto piso donde estaba la habitación 407 de la que hablaron, Armando tomó del brazo a Cecilia y caminaron lentamente fuera del salón;  mientras salían, Cecilia observó en una esquina alejada, a su prima junto a su esposo y otras dos personas que no conocía; todos ellos reían y bebían, y por lo visto no tenían la más mínima intención de salir de ahí. - En cuanto deje a Armando abajo, subiré nuevamente para obligarlos a irnos- pensó Cecilia, mientras del brazo de Armando comenzaron a bajar las escaleras. Cecilia comenzó a bajar muy despacio mientras reía un tanto descontrolada.

- Qué te sucede ? - le preguntó Armando

- Es que veo todo doble y tengo miedo de caer, no sé cuándo fue la última vez que bebí así.

- Tal vez cuando estuvimos en la playa-

Cecilia lo miró, no dijo nada y se sonrojó mucho.

Llegaron al cuarto piso, avanzaron hasta el fondo del pasillo y Cecilia dijo:

- Veamos... si ! aquí es, la habitación 407 !

Cecilia abrió la puerta y ambos entraron. La habitación era muy bonita y amplia, la cama era tan solo un fabuloso somier de 2  1/2 plazas lujoso y cómodo junto al cual se encontraba un sofá color blanco. la alfombra era blanca también y había un mini bar junto a la ventana. Cecilia entró primera y tontamente trataba de indicarle el amoblado y lo cómodo que era, cuando de pronto la puerta se cerró a sus espaldas y Armando puso el cerrojo. Cecilia se dio vuelta inmediatamente y caminó hacia la puerta; Armando se lo impidió tomándola por la cintura, la apretó muy fuertemente arrinconándola contra la pared y comenzó a besarla en el cuello y en la boca. Cecilia forcejeó intentando liberarse de los fuertes brazos de su antiguo amor.

- Que haces ?, suéltame, soy una mujer casada -

- No he podido dejar de pensar en ti, y ahora que te vi así tan hermosa, todo volvió a mi mente...dime que no te gustaba lo que hacíamos cuando estabas sola en casa...dime que no te gustaba todos los juegos que inventábamos.

Mientras Armando le decía eso al oído, la abrasaba, la besaba en el cuello y le acariciaba las piernas, subiendo el vestido de la hermosa mujer casi hasta la cintura. Cecilia por su parte, forcejeaba inútilmente y se retorcía como una serpiente atrapada entre esos fuertes brazos.

- Déjame ir, por favor, por favor, por favor- decía Cecilia entre susurros y casi en tono de súplica.

- Ya no puedo, en cuanto te vi de nuevo, supe que tenía que poseerte otra vez !!!

- Por favor, ya no... mi esposo me está esperando – decía Cecilia con la respiración acelerada.

- Ya no puedo contenerme, te voy a amar y  te voy a volver a hacer lo que hicimos cuando fuimos a la playa, te acuerdas ?

- Nooooo ! ... eso duele !

- Dime que no te gustó ! ... vamos, dime que no te gustó ! ... gritaste de placer y lo disfrutaste... terminaste extasiada.

- Pero, p.. pero - Cecilia casi no podía hablar porque Armando la estaba besando apasionadamente y su lengua exploraba el interior de su boca, luego la besaba en el cuello hasta llegar a sus orejas.

Mientras Armando la besaba, con su mano comenzó a acariciar fuertemente el sexo de la muchacha por debajo de sus pantimedias.

- Vamos, dime que no te gustaba... lo hicimos muchas veces

-  Si, pero entonces era diferente !!!

- Te excitaba mucho que te hablara suciamente, recuerdas?-  dijo Armando.

- Nooooo ! por favor no me digas cosas sucias, por favor nooo !

Mientras la conversación se llevaba a cabo, ambos jadeaban y respiraban excitadamente al tiempo que Armando tiró el vestido lycra de Cecilia de los hombros hacia abajo, dejando al descubierto dos hermosos y abultados senos.

- Dime mi pequeña...que quieres que te haga?  dime, que no te hace tu esposo ?

Mientras Armando besaba a Cecilia, sus manos y sus dedos masajeaban fragorosamente el clítoris y el ano de la sexy mujer.

- Nooo !, por favor no me toques ahí- decía Cecilia mientras se refería a la mano derecha de Armando, pero específicamente a su dedo medio frotando su agujerito.

- No te acuerdas todo lo que hicimos ? ... te encantaba que te diga " mi amor, te voy a hacer de todo !!!"

- Ahhhhh !!!! ... ya no sigas! -  dijo Cecilia mientras con los ojos cerrados parecía derretirse con las palabras de Armando.

- Te voy a dar por delante y por detrás -

- Noooo !!! - gritó la muchacha! , -por detrás noooo !!!, tu cosa es demasiado grande- decía Cecilia mientras se contoneaba voluptuosa y acalorada, acorralada contra la pared de la habitación,

 - No te acuerdas como entraba?  apretadísima, resbalándose babosa entre tus nalgas hermosas... no te acuerdas como mi tronco se incrustaba en tu traserito y gritabas de dolor y de placer ?

Cecilia parecía ya no poder resistir tanta excitación... los besos y las manos de Armando la estaban volviendo loca.

- Espera !, por favor espera!, déjame respirar!- dijo Cecilia. Se volteó y pegada de frente a la pared, dándole la espalda a Armando, comenzó a mover suave y acompasadamente su trasero muy apretadamente contra el pene de Armando, que sobresalía como un bulto en el pantalón de Armando, intentado romperlo debido a la excitación.

Armando la aprisionó por la cintura, la llevó hacia la cama y ambos cayeron en el colchón.

En el último piso, Paola, la prima de Cecilia recorrió el salón buscándola pero no la encontró así que continuó disfrutando de la bebida junto con su esposo y sus amigos, pensando que pronto aparecería...

Mientas tanto, en la habitación 407, Armando y Cecilia se encontraban desnudos, salvo ella que apenas traía las pantimedias puestas; Armando se las había roto al igual que su tanguita, dejando al  descubierto solamente el sexo y el trasero de la chica.

En la casa del parque nadie se había percatado de que Cecilia no había llegado; tampoco Carlos que estaba un tanto ebrio y fulgurante compartiendo con sus parientes; nadie se había fijado en cuenta de cuánto tiempo había pasado desde que Cecilia se quedó en el hotel.

En la habitación 407, Cecilia yacía completamente tumbada boca arriba con sus piernas abiertas sobre la cama, completamente extasiada mientras Armando lamía furiosamente su clítoris a la vez que violaba el ano de la chica con su dedo medio. Cecilia estaba sintiendo más placer del que se imaginaba cuando la lengua de su amante acariciaba su clítoris con ternura y a ratos con violencia.

- Te gusta ?- decía Armando, a la vez que su dedo medio entraba y salía del ano de la chica

- ohhhh, ahhh, siiii,

Armando, siguió besando el clítoris de Cecilia y entonces comenzó a introducir en el ano de Cecilia, además del dedo medio, el dedo índice. La sensación de los dos dedos dentro del ano de la joven  señora mientras devoraban su clítoris, era bastante extraña pero muy placentera!

Armando tomó más vaselina, untó un poco más en el ano de Cecilia y penetró acompasadamente el culito de la chica con sus dos dedos mientras besaba y le lamía locamente el clítoris. Cecilia por su parte, no se había movido de laposición en la que estaba, con los ojos cerrados y con la boca entreabierta en señal de excitación.

Cecilia tomó con sus manos la cabeza de Armando y acarició su cabello apretándo el rostro de su amante aún más contra su clítoris.

La noche estaba casi terminando y dando paso a la madrugada. La prima de Cecilia la buscaba ya que estaban por salir y quería ir a dejarla a su casa. Luego de caminar por el salón y buscar por los rincones, se dio cuenta de que Cecilia no estaba, así que asumió que se había ido aburrida de esperar.

En la habitación 407, Cecilia había cambiado de posición, ahora se encontraba sobre el suave colchón, arrodillada y boca abajo mientras su amante jugaba maliciosamente con su trasero...Las nalgas de ella estaban brillantes pues Armando le había vaciado una pequeña botella de aceite perfumado que encontró en el baño....todo su trasero esta brillante y resbaloso, al igual que el fabuloso pene de Armando. Él puso su paquete en toda su extensión, reposando en medio de las nalgas de Cecilia, las que tomó con sus manos y las apretó haciendo que todo el tronco de su pene se resbale maliciosamente entre las nalgas de la chica, sin penetrarla.

- Recuerdas como lo hacíamos ?

- Sihhh - respondió Cecilia, mientras sentía como ese duro bulto se resbalaba entre sus nalgas, a veces casi haciendo centro y queriendo ingresar en su apretado agujerito.

El masaje anal se detuvo bruscamente y Cecilia, estando como estaba, boca abajo, abrió los ojos y esperó a ver qué sucedía...

- Aaaaaaahhhhhhh !!!! - grritó Cecilia mordiendo la amohada, al sentir como el glande del pene de Armando se deslizaba suave y muy apretadamente hacia el interior de su ano...-ahhhh despacio por favor!!!-

- Eso estoy haciendo mi amor !... quieres que te cuente lo que veo ?-  le preguntó Armando mientras la chica parecía morir de dolor.

- Aaaahhhh !!! que estás viendo ?

- Veo como mi pene se introduce muy pero muy lentamente en tu culito, haciendo que tu ano se expanda... es este momento se está tragando mi glande- decía Armando a la vez que segúia empujando el durísimo tronco, incrustándolo lentamente en el culo de Cecilia.

- En el último piso, el salón del hotel estaba ya vacío pero al parecer habían aún ciertas personas festejando en el bar de la planta baja.

En la habitación 407, Armando besaba la nuca de Cecilia y acariciaba su espalda. Ella tenias los ojos cerrados y la boca entreabierta... Los testículos de Armando estaban completamente pegados a las nalgas de la chica...  que significaba eso ? ... pues que todo el largo del pene de Armando estaba ya introducido hasta el fondo del culito de Cecilia y apenas aparecían los huevos.

Armando tenía atrapada a Cecilia por la cintura, ambos estaban inmóviles y él y no hacía ningún intento por tratar de sacar su pene de aquel apretadísimo agujerito.

- Ya está mi amor ! ... te gusta ?...lo tienes hasta el fondo !!!

- Ohhh, ahhhh, por favor sá...saaa..sacamelo...está tan apretaaado !!!

- Ahora te voy a hacer lo que tu esposo nunca te ha hecho... te voy a dar por el culo como lo hacíamos como cuando te quedabas sola en casa... pero más fuerte !!!

-AAAAAhhhhhhh- !!!!! - casi gritó Cecilia al sentir como la verga de Armando se deslizaba hacia afuera de su ano.

Armando sacó su pene del ano de Cecilia, respiró excitadamente por un momento, lo colocó nuevamente entre las nalgas de la chica y empujó vigorosamente, haciendo que su hinchada verga se doblase casi como queriendo partirse en el intento de introducirse en el culo de la chica.

-Aaaaahhhhh !!!!-  volvió a gritar Cecilia sintiendo como el glande del pende de Armando se introducía nuevamente dentro de su apretado culito.

- Ahí tienes mi amor !!! -  decía Armando mientras arrodillado atrás de ella la sostenía por la cintura aprisionando el trasero de la chica contra su sexo penetrándola acompasadamente por el culo.

El gordo miembro de Armando entraba y salía rítmicamente del trasero de Cecilia, expandiendo al límite el elástico agujerito de la muchacha, la misma que gritaba y chillaba, mordiendo la almohada y pataleando. Conforme Armando penetraba una y otra vez delicadamente a Cecilia, La tensión que la chica involuntariamente ejercía en el esfínter de su ano, poco a poco iba desapareciendo, transformándose en una mezcla leve de dolor y de placer, sintiendo como ese duro trozo de carne la inundaba completamente por detrás y se deslizaba resbalosamente de afuera hacia adentro.

Cecilia sentía como el grueso pene de aquel excitado hombre se introducía cada vez con más fuerza dentro de su apretadísimo culito y como todo su cuerpo era cabalgado con furia por su amante de juventud. En cada penetración sus nalgas se bamboleaban como gelatinas por la fuerza con que el sexo de su amante golpeaba sus nalgas, propinándole una penetración anal con tintes de reprimenda a una niña muy sexi y muy malcriada. La hermosa señora ya no se quejaba ni chillaba, tan solo se escuchaba su excitada respiración mientras era cabalgada por detrás. Ahora Armando jugueteaba a placer con el culo de la muchacha, introduciendo su gorda verga hasta el fondo del trasero de ella, sacándosela por completo y volviendo a metérsela hasta el fondo. Con sus pulgares, Armando separaba las nalgas de Cecilia para observar excitado como su duro miembro se posaba sobre el agujerito de la chica y el glande de su pene se abría paso lentamente expandiendo el  elástico ano de la muchacha y se enterraba poco a poco hasta desaparecer engullido en medio de esas dos hermosas y firmes nalgas.

Armando pasó un buen rato penetrándola en esa posición hasta que aplicó un poco más de peso y el cuerpo de la muchacha cedió despacio hasta quedar recostada boca abajo con su amante acostado también encima de ella y con su verga completamente incrustada en el culo. Armando la tomo por la cintura y sin sacarle el pene, la volteó sobre él y ambos quedaron boca arriba; en esa posición, Armando comenzó a acariciar a placer el clítoris de Cecilia con su mano derecha mientras con la otra mano masajeaba  vigorosamente los senos de su amada a la vez que besaba el cuello y los hombros de ella.

Cecilia no hacía más que sentir como los profesionales dedos de Armando masajeaban deliciosamente su clítoris mientras tenía aquella dura verga incrustada en su dulce agujerito. El dolor había desaparecido por completo; ahora sentía un placer indescriptible y ni corta ni perezosa, se apoyó en las plantas de sus pies y comenzó a mover rítmicamente su trasero de arriba hacia abajo, ayudando a Armando en su labor. Éste último, cruzó un brazo sobre el pecho de Cecilia  tomándola del rostro y conduciéndolo hacia su rostro haciendo que sus bocas y sus lenguas se encuentren. La otra mano de Armando no dejaba de acariciar el sexo de Cecilia, el clítoris de la chica estaba completamente empapado por la excitación y ella a su vez ya no dejaba de contonear su trasero haciendo que el pene de su amante se deslice de afuera hacia dentro de su ano sin que salga por completo; a momentos, la hinchada verga de Armando se escabullía y salía como expulsada del apretado agujerito de aquella sensual y joven señora y entonces él dejaba de acariciar el clítoris de Cecilia y con esa mano tomaba su abultado pene y lo introducía nuevamente hasta el fondo del culo de la chica, retomando la excitante labor anal que había abandonado. Ella ya no se quejaba ni mucho menos, ahora eran dos cuerpos moviéndose rítmicamente a un solo compás. El pene de Armando entraba y salía del trasero de Cecilia cada vez más rápido y ella, con los ojos cerrados no hacía más que gemir muy placenteramente.

- Aaaaayyyy ... aaaahhhh....ya no aguanto más...por favor paraaaa ! -  decía Cecilia

- Voy a terminarte adentro...te gustaría que te inunde el culo ?- dijo Armando terriblemente excitado. No se podía adivinar cuál de los dos llegaría primero al orgasmo.

Cecilia no dijo nada por un momento y entonces…

- Siiihh, termína adentro...siii-

Armando, en un ataque de excitación, volvió a voltear a Cecilia boca abajo, levantó el trasero de la chica y la enculó con furia comenzando a cabalgarla frenéticamente; su hinchado pene entraba y salía furiosamente del ano de la muchacha haciendo que el trasero de la chica temblara en cada arremetida en que hasta los huevos de Armando querían meterse entre las nalgas de Cecilia.

- Aaaahhh aaaahhh  ahhhhh aaaaaaahh,  bastaaaaaa, ya no aguanto maaaas- gritó Cecilia mientras Armando, sin poder contenerse por otro instante, cerró los ojos expulsó toda aquella avalancha lechosa y cálida en el interior del ano de su amada. Cecilia ya no resistía tanta excitación y al sentir como aquella cálida sensación inundaba el interior de su ano, sentió como una electricidad recorría todo su sexo y unos espasmos increíblemente placenteros e involuntarios la obligaron a expulsar violentamente el delicioso jugo de su sexo. Armando aún tenía su gorda verga dentro del culo de Cecilia y no se la sacó hasta que la última gota de su virilidad se había vaciado; conforme reaccionaba de su locura, su pene se iba relajando y deslizándose lentamente fuera del ano de Cecilia, quien por su parte, yacía boca abajo con los ojos cerrados respirando entrecortadamente y completamente extasiada. De a poco ambos recobraron el sentido hasta darse cuenta de dónde estaban y lo que habían hecho.

- Tengo que irme- dijo Cecilia

- Cuándo te vuelvo a ver ? - le preguntó Armando

- Nunca más ! ... mi esposo jamás debe enterarse ... no entiendo que fue lo que me hiciste ! -

- Acaso te disgustó lo que hicimos ? ... Lo has hecho con alguien más ?, lo has hecho con tu esposo ? dime !

- No ! nunca lo he hecho con él, pero él es tierno y tu eres un bruto ! -

- Entonces mírame y dime que no te gustó -

- Si ! si me gustó, pero por si no te diste cuenta me diste sólo por detrás...nunca fuiste tierno ! podías haber intentado tener sexo normal por una vez después de tanto tiempo! ... no crees ? ...Es por eso que te dejé ! ...tus bajas pasiones llenan tu vida ! ... a veces me hacías sentir como una puta !-

-  Sé cómo eres y lo que te gusta, eres una mujer salvaje y sensual, y nunca dejarás de serlo... sé donde tocarte y cómo tocarte... eres demasiado atrevida para ese hombre, él es demasiado...tierno...vuelve conmigo!

- Sí, es demasiado tierno y me respeta! ... tengo que irme !

Cecilia se levantó de la cama, se duchó y volvió a colocarse sus pantimedias rotas; se colocó su sexy vestido y salió de la habitación 407 dando un portazo!...Al llegar a su casa, todo estaba muy normal y nadie había notado su ausencia. Ahora que lo recordaba, creía reconocer que alguna vez Carlos había intentado penetrarla por detrás y pensó... porqué no se lo había permitido ?, él era su esposo, tal vez debieron haberlo probado!  ahora su vida sexual era bastante aburrida y monótona, pero Carlos era el hombre al que amaba. Porqué hizo lo que hizo ?...  nunca lo sabrá; tal vez Carlos solo necesitaba un empujón y podría convertirse en el bruto animal que a ella le gustaba. Y si se lo proponía ? ... Sentía mucha verguenza...pero...y si funcionaba?... nada podía perder.

Carlos se le acercó y la abrazó... - dónde estabas amor? - le preguntó con cariño.

- Fui un rato a la casa de Paola.-  La mentira fue valedera, aunque estaba muy incómoda ya que además de sentirse una perra infiel, debajo de su vestido no traía tanga y tenía sus medias rotas y su trasero al aire.

- Ya me estaba preocupando !

Cecilia lo besó en la boca cariño y fue a su habitación a dormir.

Un mes después, Carlos llegaba a casa cansado y un tanto aburrido cuando de pronto el mundo se le dio un vuelco! ... Cecilia estaba sentada sobre el sofá de la sala con un mini vestido lycra color blanco, medias nylon negras de encaje y zapatos negros de plataforma con tacón puntiagudo; A eso le acompañaba solamente una hermosa gargantilla de plata. Su cabello largo lucía salvaje y ondulado; sus ojos estaban perfectamente delineados al estilo egipcio y sus labios lucían excitantes, rojos y abultados.

- Hola! - dijo Carlos con gran asombro en su rostro.

- Hola!- dijo Cecilia con una voz terriblemente sensual e insinuante mientras cruzaba la pierna dejando al descubierto el filo del encaje de su media nylon.

- Te sientes bien? -  dijo Carlos, completamente impresionado y desacostumbrado a ese tipo de sorpresas.

- Nooohh -  dijo Cecilia con una voz terriblemente sensual. - Me está doliendo aquí -  le dijo con una voz terriblemente sensual y excitante, mientras con suavidad se arrodillaba en el sofá y lenta y sensualmente recogía su vestido, resbalándolo hacia su cintura, dejando al descubierto su hermoso trasero. Estaba usando una cachetera color negro transparente, y  para acabar con Carlos, se había colocado ligueros que sostenían sus medias de encaje.

- D..d..dime, dónde te duele?- le preguntaba Carlos mientras con la boca abierta, dejaba caer en el suelo su maleta y su portátil.

-Aquiiiihhh- le decía Cecilia con voz sensual y llena de excitación mientras escurría su mano dentro de la cachetera transparente y deslizaba lentamente uno de los dedos entre sus nalgas hasta posarse sobre su ano. - Si vez ? es justo aquí -  decía con voz de niña malcriada mientras seguía frotando su agujerito.

Carlos no reaccionaba de tanto placer que estaba experimentando... - te duele ahí ?- dijo, intentando seguirle el juego y tratando a toda costa de no echar a perder el momento!

 - Siiihhh- dijo Cecilia.

- y que quieres que yo haga ? dijo Carlos con un tono de excitación

- No sé, tal vez puedes hacerme una revisión interna ?

- Qui...qui.  quieres decir que..que necesitas que yo verifique ahí dentro ?

- Siiiii- dijo Ceci, completamente convencida de haber cumplido su cometido

- y ... cómo quieres que yo verifique ahí dentro ?

- Podrías utilizar algo gordo y largo para llegar hasta el fondo!, pero bien hasta el fondo!- decía Cecilia mientras miraba de reojo a Carlos.

Finalmente Carlos rompió sus inhibiciones y se le acercó muy excitado ... - Sólo tengo este instrumento y te lo voy a meter hasta el fondo de ese agujerito para tratar de ayudarte ... ok ?

Continuará...