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La Fiesta de Disfraces

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La Fiesta de Disfraces

Las semanas posteriores a aquella inesperada película de la que fui en parte protagonista involuntario, trascurrieron con normalidad. Continué mi relación con Sami (mi pareja en mi anterior relato), aunque más bien era una relación informal, seguramente debido a que yo no me decidía a dar el paso. El sexo con ella estaba bien, protocolario, pero debo reconocer que no me excitaba tanto esas situaciones como otras ya vividas y relatadas. En múltiples ocasiones ella pretendía que saliéramos con mi prima, pues le había parecido muy agradable, y entonces yo argumentaba un sinfín de excusas para evitarlo. Si tenía que volver a verla, sería yo sólo y para tirármela. No me fiaba de las morbosas maquinaciones que rondaban la cabeza de mi prima cuando me veía. Y menos aún en público.

Sin embargo, y a pesar de todos mis esfuerzos por evitarlo, recuerdo una ocasión en la que volvimos a coincidir…

Era viernes por la noche y Sami y yo estábamos en mi casa (un acogedor piso en el centro) tomando unas copas, celebrando la llegada del fin de semana. Ella se quedaba a veces a dormir allí conmigo. Estábamos achispados ya por el alcohol cuando sonó el timbre, y al abrir, apareció mi prima, con su sonriente cara, acompañada de un hombre alto y algo mayor (podría ser su padre, posiblemente rondaba los 50). Los dos iban disfrazados y bastante bebidos. Ella iba disfrazada de una prostituta bastante usada, con una mini falda rajada por varias partes, y un top también con algunas rajas y bastante manchado por la parte del escote. Él iba como su chulo, con un pantalón de cuero bastante ajustado, camiseta también ajustada y chapitas por todas partes. Tenía el pelo algo canoso, engominado y peinado para atrás. Tenía una sonrisa achispada y parecía muy agradable.

Traían dos bolsas llenas de cosas, que dejaron sobre el sofá.

- ¡Primo! Qué de tiempo sin vernos.- Dijo mientras me daba un fuerte abrazo y apretaba sus tetas contra mí.- Os traemos un plan que no podéis rechazar. Venimos de una fiesta de disfraces que ha organizado un amigo en su casa. Lo estamos pasando genial. Hay buena música, no demasiada gente (solo unas cuantas parejas más) y mucho alcohol. Son todos algo mayores, como Toni, pero con unas ganas de diversión que no veas.

Noté que a Sami se le iluminaba la cara al escuchar el plan. Se abalanzó sobre mi prima para abrazarla y ambas empezaron a dar saltos y gritos alocados (efectos del alcohol en muchas mujeres). No me hacía mucha ilusión pero viendo el panorama tuve que rendirme y aceptar.

- Bien, como sabía que aceptaríais, os hemos traído un par de disfraces que nos han prestados estos amigos. Lo siento primo, pero son los dos de putas. Así que esta noche te convertirás en una putita.- Dijo ésto con una mirada y una sonrisa que ya había visto en otras ocasiones y que hacían que se me pusiera la piel de gallina.

A Sami le encantó la idea, aún más el que yo me disfrazara de puta. Dijo:

- Si cariño, te quedará muy bien la mini falda con tus piernas depiladas (yo iba totalmente depilado por costumbre). – Más risas.

Acto seguido sacó lo que iba a ser mi disfraz. Unas botas de cuero largas (hasta las rodillas), una mini falda de cuadro escocés (más corta no la había en el mercado), una camisa ajustada blanca, una larga peluca rubia de pelo liso y, para colmo, un tanguita rosa. Sami llevaría una mini falda de vuelo dorada y un top también dorado, todo muy ajustado.

- Venga primo ponte estas ropitas que nosotras te vamos a maquillar. Ah! y recuerda, esta noche seremos las putitas de Toni - más risas- Así que hay que hacer lo que nos diga.

Dijo esto guiñando un ojo a Sami, que se desternillaba de risa. Y acercándose a mi oído, añadió: – Si no obedeces primito le contaremos a Sami nuestras anteriores aventuras, Toni también las sabe, y tú no quieres que ella las sepa ¿verdad? – Mi me dio un dulce y húmedo beso en la mejilla. Bajé la cabeza.

La música seguía sonado en el piso, y ellos bebían mientras esperaban a que apareciéramos. Fui el último en salir (me daba bastante corte ir así, a pesar de los efectos del alcohol) y provoqué un estrepitoso alboroto. Todos reían y me señalaban, hasta Sami.

- Cariño pareces una puta de verdad, que bien te queda. Si te agachas un poco se te verá ese culito depiladito tan rico -Más risas. La fulminé con la mirada.

- Venga a maquillarte. – Me sentaron en una silla y mientras una me peinaba, la otra me maquillaba como una profesional. Habían elegido un azul intenso para los ojos y un rosa llamativo para los labios (como el maquillaje de las guarras que me gusta ver en las pornos, pensé).

Cuando acabaron y me miré en el espejo no pude menos que reírme. Con mi pelo rubio liso, mi mini falda, las botas, joder, estaba hasta buena. La verdad es que parecía una puta. Para colmo, mi prima me había colocado unas tetas de plástico y con la camisa algo desabrochada, dejaba a relucir un escote bastante generoso. Vaya que me estaba poniendo cachondo tan sólo de verme.

Seguimos bebiendo en el piso, y riéndonos de nuestras pintas. Yo fui a la cocina, que sólo estaba separada del salón por una barra americana, y dispuse los vasos en la misma para echarnos la última copa. Toni se acercó con la intención de ayudarme. Los dos estábamos detrás de la barra, preparando las copas y mirando a las chicas en el sofá.

Toni se apoyó en la mesa (seguía bastante achispado), y me susurró al oído:

- Tu prima me ha contado vuestro secretito… - me quedé paralizado. – Así que también tengo plenos poderes sobre ti  ¿entendido?

No respondí. Así que se giró hacia las chicas y dijo:

- ¡Sami! Tu querido amorcito me estaba contando lo bien que lo pasasteis en el cine la última vez, cuando Salá le…

- ¡Está bien! – le espeté. – Lo que pidas, pero no digas nada a Sami. Ella está al margen.

- Muy bien putita – me susurró al oído, y alargó el brazo para cogerme el culo. Como la barra americana llegaba hasta el ombligo, desde la perspectiva de las chicas (sentadas en el sofá) no veían lo que pasaba detrás de ella.

- ¡Un brindis por mis putitas! - dijo Toni alzando su copa.- ¡Por una noche inolvidable!

Todos alzamos las copas y bebimos. Las chicas reían mirándonos. Toni empezó a remover el cubata con el dedo y luego se lo llevo a la boca, mirándome provocativamente.

- Vengas golfas, id acabando las copas que esta putita de mi lado ya tiene ganas de fiesta. – Y acto seguido me volvió a coger el culo, descaradamente (para que las chicas rieran), pero esta vez el cabrón puso sus dedos más cerca de mi ano (apenas protegido por el hilo del tanga) y lo introdujo en él sin contemplaciones, ese dedo que había estado chupando (que estaba bien lubricado). Di un pequeño saltito, porque no me lo esperaba, lo que produjo aun más risas en las chicas. Ellas lógicamente no veían lo que estaba pasando en realidad, pensaban que todo era una falsa entre nosotros. Lo fulminé con la mirada. Aunque eso no produjo el efecto que pensaba.

- ¡mmm! Que culito más rico tiene esta golfa, Sami – mi novia se desternillaba, y asentía. Cada vez estaba más achispada. – Venga guapa baja que me vas a hacer un apaño antes de irnos. – Las risas aumentaron. Se retorcían en el sofá. Me puso la mano en el hombro y con gesto morboso exagerado me hizo agachar y desaparecer detrás de la barra. – Más risas.

Pero, cuando me agaché, me quedé petrificado. El cabrón no solo fingía que se sacaba la polla, sino que se la estaba sacando de verdad. De repente, un gran pollón algo amorcillado y totalmente depilado apareció delante de mí. Miré hacia arriba, e intenté levantarme pero me sostuvo el hombro con fuerzas y dijo – venga golfa hazme una buena mamada, que nadie te ve. – Escuchaba las risas desde abajo. El ponía cara de placer sobreactuando.

- Venga amorcito, chúpasela bien. – Dijo Sami siguiendo el juego y brindando con mi prima. Más carcajadas.

Toni me abrió la boca con una mano y con la otra introdujo la cabeza de su polla, que incluso semi-erecta, me hizo abrir bastante la boca para que cupiera. Luego, me puso una mano en la nuca, y empezó a atraerme hacia él, haciéndome tragar poco a poco su miembro. Tenía un sabor salado, y estaba bastante caliente.

Todo esto lo hacía como quien representa una obra de teatro, con mi novia y mi prima como público. Ponía gestos exagerados de placer para que ellas rieran, y miraba hacia abajo para guiñarme el ojo. Yo no le quitaba la mirada, acribillándolo.

Empecé a lubricar la polla con mi húmeda lengua (¿Qué podía hacer?), moviéndola en el corto espacio que quedaba libre en mi boca. Era tan gorda que llenaba mi boca casi por completo, haciéndome salivar bastante. Mi prima sabía hacer bien sus elecciones, la puta siempre acababa con hombres muy bien dotados. Me apretó de nuevo hacia él, hasta que di con la nariz en su vientre, totalmente depilado. Lo estaba manchando de pintalabios. Su polla, totalmente alojada en mi garganta, empezó a endurecerse y crecer. Hice ademán de retirarme un poco pero el cabrón me retenía firmemente con una mano, y con la otra me pellizcó la nariz, para que tuviera que abrir aún más la boca y respirar por ella. Esto hizo que un buen chorro de baba comenzará a manar de mi boca.

Todo esto que para mí se hacía eterno, transcurría en segundos.  Empezó a moverse rítmicamente y temí que se corriera. Entonces las chicas, ya más que hartas de reír con el espectáculo,  se levantaron.  Toni sacó apresuradamente la polla de mi boca, muy hinchada y mojada, y se la volvió a meter en el pantalón de cuero. Y con la otra mano me restregó lo dedos por la boca, extendiéndome la saliva y el pintalabios por el morro. Me levanté y las chicas aplaudieron. Todos estábamos más que achispados ya. Y la noche solo acababa de empezar.

- Venga primo, ya sé que te encanta comer pollas, pero se nos hace tarde. Se te ha corrido el pintalabios con la mamada. – Todos rieron.

Toni salió hacia el salón con su miembro marcado descaradamente en el muslo.

- Vaya cómo la chupa tu novio querida, mira cómo me la ha puesto. Y se palpó el paquetón con ganas, haciendo aún más notable el tamaño de su miembro.

Ambas miraron descaradamente (lo que tiene el alcohol, desinhibe). Sami se sonrojó pero no apartaba la mirada. Sin duda no había visto una polla semejante en su vida. La mía apenas era la mitad. Mi prima, que como de costumbre no se le escapaba una, cogió la mano de Sami entre risitas y se la puso en el paquete de Toni exclamando teatralmente:

- Mira Sami como se la ha puesto tu novio a Toni. – Fue un movimiento tan rápido que Sami no pudo evitar colocar la mano sobre aquel poderoso bulto, y notó para su desconcierto, que estaba caliente, e hinchado, lo que hizo que fuera una hazaña retirar la mano. Todos rieron, pero vi el deseo de Sami reflejado en su rostro. La música seguía sonando y el alcohol en la sangre nos mantenía como en un sueño. Como si eso no estuviera pasando.

- No seas cabrona “prima” - Sami también le llamaba prima- que se va a poner celoso tu primito.

- Que va mujer, si esa zorra no es celosa.- Dijo Toni señalándome con sorna, y de nuevo cogió la mano de Sami y se la llevó a su paquete, esta vez asegurándose que Sami la cogía bien. Ambos sonreían y me miraban, conscientes de mi humillación, pues no era capaz de enfrentarme a Toni.

- Joder qué grande es. – Susurro Sami, mientras desplazaba su mano desde la punta hasta la base para confirmar su tamaño y me miraba descaradamente. Que zorra, y yo pensaba que era tímida. – Esto sí que es una polla, cariño. – Se burló de mí. Apenas balbuceaba las palabras. Parecía bastante borracha. Los tres se abrazaron y me miraron riéndose, y bailando sensualmente. Sami se frotaba en la polla de Toni con descaro, mientras mi prima se enrollaba con él. ¿Qué coño habrían tomado? Seguro que mi prima le había echado en la copa Sami una de esas pastillas que atontan y desinhiben, como un montón de porros. Me decidí por fin parar el espectáculo.

- Vayámonos ya, que al final se termina la fiesta.

- Mi querido primo tiene razón, venga chicos vámonos. – Y empezaron a coger sus bolsos y demás.

Sami se balanceaba un poco,  estaba inclinada buscando algo en el bolso situado encima del sofá, cuando disimuladamente mi prima le levantó la faldita dorada sin que se diera cuenta. Nos miró a Toni y a mí, con su característica sonrisa malvada. Ante nosotros apareció un delicioso culito redondeado y en pompa, con un tanga blanco que resaltaba el carnoso coño que tenía Sami. Ya me la había follado muchas veces, pero esa escena hizo que la mirara con los mismos ojos que la miraba Toni. Tenía las piernas ligeramente separadas y se le marcaba bastante la raja de su sexo. Toni empezó a tocarse observándola y desafiándome a mí con la mirada. Entonces mi prima, una vez acaparada nuestra atención, se volvió junto a ella (que parecía absorta observando un universo en el interior de su bolso) y, haciendo ademán de ayudarle a buscar, le puso la otra mano directamente en el culo, asegurándose dos dedos en el coño.

– ¿Te ayudo guapa? - Sami solo sonrió (imagino que no era consciente de tener la falda levantada y que estábamos detrás contemplándolo todo) y siguió con la búsqueda. Mi prima hacía movimientos circulares con los dos dedos a medida que hablaba banalidades para distraerla. De repente, vimos como esa zona se humedecía. La puta se ponía cachonda al tocarla mi prima.

Toni había sacado su móvil y lo estaba grabando todo. Yo estaba hipnotizado. Al ver de reojo que Toni lo estaba grabando, mi prima introdujo cuidadosamente un dedo debajo del hilo del tanga y lo desplazó hacia la derecha, quedando al descubierto un sonrosado, depilado y húmedo coño, y un ano redondeado que palpitaba. Nunca me había dejado follar por el culo, aduciendo que era virgen por ahí, pero viendo lo abierto que lo tenía en ese momento, lo puse en duda.

Todo esto ocurrió en un breve instante de tiempo y acabó cuando Sami encontró una llave, y se levantó dando un beso en la mejilla a mi prima y un abrazo. Nosotros también despertamos de la ensoñación y nos preparamos para salir. Durante el camino, Toni me enseño repetidas veces el video que acababa de grabar, y me narraba detalladamente las cosas que le haría a mi novia.

 El lugar de la fiesta era el sótano de una gran casa, con jardín y piscina. Era bastante espacioso, y el mobiliario se reducía a tan solo algunos sofás distribuidos por los laterales y una amplia barra de bar, repleta de bebidas. La luz era tenue pero con suficiente intensidad para poder ver a la gente. La música estaba bien. Había unas nueve o diez personas, de edad madura (supongo entre 40 y 50 años), disfrazados y bailando en la pista: la zona central del salón, donde había una bola de espejos como en los años 80. Todos parecían era agradables aunque estaban algo mareados.

Tras las presentaciones, y sin pensarlo dos veces, nos fuimos directos a por bebidas. Quería beber más y así no fijarme en cómo nos miraban a mí y a Sami, aquellos mareados hombres. Después de media hora, ya estábamos más relajados, y más borrachos. Allí todos parecían en un estado como de zombi, igual que Sami, bailando lentamente y con los ojos semi cerrados, dejándose llevar al ritmo embriagador de The Doors.  

Había dos hombres que hablaban con Toni, disfrazados los dos de policías, uno era bastante gordo. Sus mujeres bailaban en una esquina del local, como drogadas. Al más gordo le gustaba pasar junto a Sami y cogerle el culo con la excusa de tropezar. Sami ni se enteraba. Seguía en su mundo.

Más tarde, los dos policías, Toni, mi prima, Sami y yo, nos apartamos un poco del resto, a una esquina más tranquila. El rincón estaba algo escondido por las columnas y tenía menos luz. Mi prima, al ver cómo mirábamos tanto a ella como a Sami, lo interpretó como una motivación para aumentar aún más nuestro calentón. Se pegó a Sami, y comenzaron a bailar morbosamente delante nuestra, aunque tapadas parcialmente del resto de personas por una amplia columna. Toni les dijo a los policías que era mi novia, lo que motivó más miradas morbosas.

Mi prima se colocó de espaldas a la columna, quedando Sami de espaldas hacia nosotros. Todos nos embobamos con el movimiento de su culo. Me fijé que el poli gordo, empezaba a tocarse la polla descaradamente y a sacar su babosa lengua. Al ver esto, mi prima, que nos observaba apoyando la barbilla sobre el hombro de Sami, puso sus dos manos en el culo de ella y empezó a apretarlo. Entonces, bajo las manos un poco más y le subió lentamente la falda, mientras se contorneaban. Allí apareció otra vez ese culo redondo, con el tanguita blanco. Con ambas manos sobre sendos cachetes, empezó a mover más las caderas de ella y abrirle ligeramente más el culo, en el mismo movimiento. Ahora todos nos frotábamos. Me decidí a parar aquella exhibición pues no tenía que olvidar que era el culo de mi novia. Pero Toni, me sostuvo firmemente, y me dijo:

- Déjalas que se diviertan, putita. Ya te tocará a ti.

 Entonces mi prima, cogió una mano de Sami, se la llevó lentamente a la boca y la bajó hacia su entrepierna al ritmo de la música, levantando su falda vaquera y revelando que no llevaba ropa interior. Mi prima quería gozar también ante aquel lujurioso público. Sami colaboró sin resistencia. Comenzó a darle besos en el cuello y a meter y sacar lo dedos en el coño de mi prima, seguía sin darse cuenta que era el centro de atención.

La cara de mi prima revelaba que estaba disfrutando muchísimo. De repente noté cómo unas manos comenzaban a acariciarme el culo por debajo de la falda. Había olvidado que iba disfrazada de puta y le estaba dando la espalda a tres hombres en ebullición. Temí darme la vuelta para no delatar lo que pasaba. Rápidamente unos gruesos dedos intentaban entrar en mi ano, moví las manos hacia atrás y para apartarlas bruscamente.

- Así que eres arisca, eh, zorrita. – Me susurraron al oído. Y sin darme cuenta, me habían sostenidos los brazos a la espalda y noté como algo me hacía presión las muñecas. Me habían esposado las manos a la espalda. Malditos polis, supongo que sería parte del disfraz.

Acto seguido, los tres comentaron algo entre ellos y me obligaron a moverme, comunicando a mi prima que me llevaban arrestado al cuarto de arriba, por ser una chica rebelde. En ese momento, mi prima se corrió ante el intensivo movimiento manual ejercido por Sami. Apenas pudo decirnos nada, solo gemía mientras miraba como me llevaban y me sonreía de aquella peculiar forma.

Subimos las escaleras sin que nadie aparentemente se percatar. Me llevaron por un largo pasillo y entramos en un amplio cuarto, con escasos muebles, una gran cama en el centro y un gran espejo como cabezal. Sin decir palabras, uno de los polis me lanzó contra la cama, quedando yo boca abajo. Pude ver por el espejo que se trataba del poli gordo, que rápidamente se abalanzó sobre mi culo, levantó mi falda, y arrancó sin contemplación el tanguita rosa. Metió su cara en mi culo de forma ansiosa, empezó a lamerlo y dar pequeño bocado en la parte interior de mis cachetes. Me levantó el culo con facilidad (era bastante más grande y fuerte de lo que me había parecido al principio), quedando mi cara pegada al colchón, y mi culo levantado en pompa. Al verme en aquella excitante postura (con las botas altas negras al filo de la cama, mi culo levantado con la falda recogida, las manos esposadas a la espalda, y mi cara de enfado), comenzó a penetrarme más intensamente con su gruesa y húmeda lengua. El gordo me estaba comiendo el culo tan brutalmente que me empalmé al momento.

Mientras, el otro poli y Toni se iban quitando los pantalones. Se tendieron en la cama y me ofrecieron sus empalmadas pollas.  

- Venga zorra, empieza a chuparlas. – Sin poder usar las manos, iban alternando sus pollas en mi boca. El enorme miembro de Toni seguía siendo el mayor y era el que más me costaba  tragar. El otro polí la tenía normal, y desaparecía fácilmente en mi boca. Por cómo se estremecía creo que ni su mujer se la había comido antes así.

El gordo se había cansado de meterme la lengua hasta el fondo de mi ano y, viendo lo dilatado y mojado que me lo había dejado, se bajó el pantalón. Pude ver la expresión de lujuria reflejada en el cristal. Sacó una enorme polla, no tan larga como la de Toni, pero sí mucho más gorda. Colocó el glande en mi ano, y empezó a meterla lentamente. Se sorprendió al ver que mi culo se dilataba al instante y sin ocasionarme daño, sólo un ligero gemido. Empezó a follarme a un ritmo intenso. La sacaba entera para mirar asombrado lo abierto que tenía el culo, y luego la metía hasta el fondo, sin contemplación. No podía gemir mucho porque los otros dos se encargaban de ocupar mi boca con sus pollas.

Mientras tanto, abajo en la fiesta, mi prima sugería a Sami subir a buscarnos.

Llegaron al pasillo tras subir las escaleras, y se dirigieron al final donde había una puerta entre abierta y se escuchaban golpes continuos, Pam! Pam! Pam! (que aumentaban conforme se acercaban). Iban abrazadas y dando tumbos por el pasillo, cuidando no tropezar ni hacer ruido, y con risitas de complicidad. Cuando se asomaron sigilosamente, la escena dejó a ambas sorprendidas (no tanto a mi prima, como posteriormente me relato en detalle). Yo estaba en la cama boca abajo, con las manos esposadas a la espalda y chupando dos pollas, la de Toni y la de un poli, mientras que el poli gordo me follaba brutalmente el culo (levantado en poma), ocasionando ese sonido que habían escuchado en el pasillo. Pam! Pam! Pam!

- ¡Oh, se lo están follando de verdad, como si fuera una puta! Vamos a entrar para deterlos.

- Espera Sami, miremos un rato, mi primo no se resiste por lo que veo, y es una escena muy morbosa, ¿no crees? – Dijo mi prima con su sonrisita y llevando su mano bajo la mini falda de Sami. Tocó con sus dedos la rajita que se marcaba en el tanguita blanco, y comprobó que seguía bastante mojado. Sami la miró con los ojos entre cerrados y media sonrisita. Y asintió, un rostro morboso se había instaurado en su cara cuando mi prima empezó a tocarla. Se dieron un largo beso cuyas lenguas se fundieron. Luego, mi prima, que estaba a cien, la giró agresivamente, y la puso de cara a la pared (como si fuera a cachearla). Sami se dejaba hacer y no quitaba ojo a cómo me follaban . Mi prima se arrodilló detrás de ella e introdujo su cara en el bonito culo de Sami. Empezó a darle ligeros bocaditos en la parte interior de los cachetes, haciendo que Sami suspirara agitadamente y abriera más las piernas. Con una mano, mi prima apartó el hilo del tanga, y empezó a lamer el mojado coño de Sami hasta llegar al ano, y luego volver a bajar. La penetraba con la lengua por ambas partes. El rostro de Sami mostraba la excitación y el placer que estaba recibiendo. La lengua en su ano llegaba casi al fondo y hacía que poco a poco se dilatara aun más. Mientras devoraba el ano y el empapado coño de Sami, mi prima se iba masturbando haciendo que su flujo empezara a gotear en el suelo.

A la vez, en la habitación, Toni se levantó  y se tumbó al lado mía pero boca arriba.

- Joder vaya pedazo de polla tiene Toni, tiene que ser un placer que te folle con ella. – Susurró Sami mientras se mojaba aun más (debido a lo que veía y a la insaciable lengua de mi prima que llenaba su ano).

- Ven aquí zorra, que vas a probar mi polla.- Me ordenó Toni, con su polla apuntando al techo.

El poli gordo paró, sacó su polla, y me levantó con facilidad para dejarme a horcajadas encima de Toni. Éste colocó su polla en la entrada de mi lubricado y dilatado ano, y empezó una pausada penetración.

En ese momento las vi. A través del reflejo del cristal, vi a Sami hipnotizada por la escena, de cara a la pared, y con mi prima agachada y comiéndola por detrás. Noté en ella, en su morboso rostro, que disfrutaba con lo que veía y le hacía mi prima. ¡Qué zorra! ¡Le pone cachonda ver cómo me follan! Ella no se dio cuenta que las observaba, y siguieron parcialmente ocultas detrás de la puerta. En ese momento noté el gran pollón de Toni entrar en mi culo. Pero, a pesar de lo gruesa que era, entró sin resistencia en mi ano.

- Joder que culo más abierto tiene esta puta. Ya te han follado varias veces por aquí, ¿verdad, zorra? – No dije nada. Las chicas tenían un ángulo perfecto para ver cómo me follaban. El otro poli, se puso de pie en la cama, con la cabeza de Toni entre sus pies. Y me volvió a meter su polla en la boca.

- Toni se está follando a tu primo. Y le está partiendo bien el culo. Joder, le ha metió todo el pollón de una vez … hasta los huevos … – Dijo Sami entre jadeos, cada vez más frecuentes.

El poli gordo que quería volver a participar, aprovechaba los momentos en los que Toni sacaba su polla completamente, para meterla él. Los dos se turnaban a buen ritmo. Mi ano quedaba constantemente dilatado. Reconozco que me producía gran placer sentir una gran polla dentro, salir, y luego entrar otra de diferente tamaño, hasta el fondo. Mi propia polla estaba tan dura que goteaba líquido por la punta. El otro poli me cogió con fuerza la cabeza y me obligó a que me tragara completamente su polla, apretándome fuerte la cabeza contra su vientre. En ese instante lo noté. Mi culo empezó a arder ligeramente, sentí impotente cómo estaban intentando meter las dos pollas a la vez. Estaba tan sujeto que no podía moverme. Noté de nuevo (ya había sentido eso en otra ocasión) que esa presión “rompía” algo en mi ano y me lo dilataba como nunca antes.  Pensé que mi culo se quedaría aun más abierto que antes, incluso relajado. Finalmente, las dos pollas entraron a la vez, lenta pero decididamente. Entonces un intenso e inesperado placer recorrió mi cuerpo. Mi polla se puso como una roca y empezó a palpitar. Nunca había sentido un placer como ése.  Las dos pollas penetraron hasta el fondo. Luego salían a la vez hasta la mitad, para volver a entrar hasta el fondo de un fuerte impulso. Me penetraban al unísono, como si fuera un mismo cuerpo con dos pollas. La situación era increíble para mí, dos pollas rellenando mi culo a la vez, y otra alojada en la garganta, sin querer moverse de allí.

- ¡Joder prima! Le han metido las dos pollas a la vez en el culo, y se ha empalmado de inmediato. Le están partiendo el culo bien. Y otra entera en la boca. Se lo están follando a lo bestia. Joder, que cachonda me estoy poniendo. No sé porque me calienta tanto ver como tres hombres se follan a mi novio…pero … me pone a mil … y tu lengua en mi culo … no podré resistir mucho mas.- Dijo Sami mordiéndose el labio inferior y jadeando de placer.   

El ritmo en la cama se hizo frenético. Yo veía de refilón como Sami estaba a punto de correrse con la escena que estaba observando. El poli que estaba de pie, al ver las embestidas con las que me follaban el culo, no pudo aguantar más…

- ¡Joder, me corro! – Entonces, sacó la polla de mi boca rápidamente, me tiró del pelo hacia atrás y empezó a correrse abundantemente en mi cara, por mi pelo y en mi boca (abierta por el tirón de pelo). No pude evitar tragar varios chorros de espeso semen y una gran cantidad de leche empezaba a resbalar por mi boca y mi cara. Miré hacia abajo, con la cara llena de leche, y con mi boca abierta, y dejé intencionadamente que la leche mezclada con mi saliva le cayera en la cara a Toni. Ello fue el detonante para que Toni llegara al clímax. Me agarró fuertemente la cintura y me metió su polla hasta el fondo (en señal de venganza) levantando una cuarta su culo del colchón. Vi las estrellas - ¡Coño, me corro, puta, toma mi leche también zorra! - Grito furioso Toni. Instantáneamente empecé a correrme también yo, con fuertes chorros que llenaban el torso y parte de la cara de Toni. En ese mismo instante, el poli gordo se dejó llevar por aquella brutal penetración y gritó - ¡Yo también me corro, joder, no aguanto más, toma zorra! – Los dos intensos chorros de leche salieron propulsados a la vez y la sensación fue indescriptible. ¡Qué cantidad de semen! Las dos pollas no dejaban de palpitar y lanzar chorros condensados de semen, mientras la polla del otro poli aun tenía leche que darme de mamar. Los cuatro nos estábamos corriendo brutalmente a la vez. Al poco tiempo, mi culo empezó a rebosar una tremenda cantidad de leche, como una catarata. En aquel momento, Sami abrió los ojos y aquella escena hizo que sufriera un escalofrío por todo su cuerpo.

- ¡Joder! Se están corriendo todos a la vez. Tu primo esta tragando leche por la boca y por el culo! Las dos pollas lo están rellenando a la vez! … no puedo más, voy a correrme…

Entonces mi prima giró a Sami rápidamente, colocándola de espaldas a la pared ahora,  y le dio unos grandes lametones en su mojada raja. Se separó un poco con la boca abierta y mirando fijamente a los ojos de Sami dijo – Vamos córrete zorra, córrete en mi cara.-  Al instante ésta empezó a lanzar grandes chorros de flujo, que caían directamente en la boca y cara de mi prima (como si le estuvieran tirando vasos de agua en la cara). Sami resultó ser multi-orgásmica (aunque yo no lo sabía) y mi prima, al ver que no paraba de correrse en abundancia, se acercó de nuevo y le puso la boca abierta en la raja, lamiéndola por dentro y tragándose todo. Sami le sujetaba fuertemente la cabeza contra su vientre. – Así, bébetelo todo, me corro, me corro. – Gemía mientras miraba cómo me sacaban lentamente las dos brillantes pollas de mi abierto culo (que seguía, ahora con más intensidad, rebosando más leche), me tiraban aún lado como una zorra usada, y los tres me refregaban las pollas por la cara y la boca para que se las limpiara, mientras reían y se burlaban de mí.

Cuando acabó de correrse, mi prima se levantó con la cara empapada, y le dio un intenso beso a Sami, pasándole una gran cantidad de flujo que había reservado en su boca, y que Sami aceptó y tragó. Luego, le cogió de la mano y se fueron sin hacer ruido.

- No le digas nada a mi primo. Será nuestro secreto. Nos burlaremos de él sin que sepa que hemos visto cómo se lo han follado tres tíos. – Y morbosas risas de complicidad inundaron el pasillo y las escaleras, hasta llegar a la fiesta.