miprimita.com

¿no te pasa?

en Gays

Su nombre es Gael y tiene 18 años, es el típico nene de papá, un chico que lo posee todo, un cabron que se las cree que las pueden todas, sale con todo lo que posee tetas, su lista de conquistas y chicas con las que se ha acostado es inmensa, es un joven apuesto y consciente de ello (cabello castaño rizado, sonrisa perfecta, ojos color miel, piel blanca y un cuerpo de gimnasio de maravilla) y lo aprovecha lo más que puede, se rumorea que hasta a dos de las maestras de su instituto ya han pasado por su cama, es un DIOS para sus colegas, esos pendejos que le siguen a todos lados, como perros falderos, él es el líder de la manada, el puto AMO de su instituto, de su casa y del barrio de donde vive, tiene un palacio de cristal, dirán ¿Qué tiene de malo?, o ¿Qué hay con eso?, ¿Que le hace diferente?, nada, solo que estoy enamorado del imbécil ese y como ya lo dije es un maldito hetero a mas no poder, el típico mega macho alfa.

Así que mis sentimientos sobran aquí, cada fin de semana vengo a la casa del tío Fernando y la tía Ángela (tío político, solo se casó con mi tía Ángela por su dinero) y me quedo a pasar el fin de semana, me ha tocado verle en casi todas las fiestas que organiza mi tía, a la tía Ángela hace como 5 meses que no la veo, se dice que sale con su socio de negocios y si Gael solo es hijo de Fernando, así que técnicamente no es mi primo y lo que siento por él es más que tonto, ya que sé que es un hombre (y un hombre con fascinación por las mujeres), aun así acudo a la casa de los tíos a verle, nuestra diferencia de edades es notoria, él es un muchacho con sobredosis de energía y yo soy más un hombre tranquilo, por eso le veo de lejos siempre, no tenemos gustos en común, así que me limito a caminar solo por la enorme propiedad  y disfrutar de su vista cuando sale a asolearse o cuando se junta con su amigotes en la casa y se ponen a jugar o a beber.

Que por cierto no me he presentado, ustedes disculpen, yo soy Ernesto y tengo 26 años, trabajo en un banco, como cajero y pues como ya habrán notado soy gay, mis padres viven fuera, se retiraron hace unos años y se fueron a la casa de la playa, supongo que son felices, yo no entraba en sus planes desde el principio, son como llamarlo muy independientes y me criaron de la misma forma, así que cuando les dije sobre mis preferencias sexuales, solo me miraron raro y papá le dijo a mi mamá algo así como “te dije que no habría descendencia y he aquí la confirmación”  y eso fue todo, yo espera un drama por parte de ellos o algo así, me pase toda mi juventud tratando de esconder quien era y a ellos les importo una mierda, supongo que soy afortunado, a muchos de mis amigos les ha ido pésimo y no niego que fue duro tratar de esconder que me gustaban los hombres y mantenerlo solo para mí, siempre fui discreto con los chicos con los que salgo. Como cada viernes, salgo del trabajo voy,  como con algunos compañeros del trabajo o salimos de copas por ahí y en vez de volver a mi departamento, vuelvo a casa de mis tíos, ahí paso el fin de semana, ya es más una costumbre que se me hace difícil de dejar, sobre todo después de ver crecer a Gael, ver como se convertía en un apuesto y odioso joven, pero que siempre se me quedo grabado en la mente a fuego la vez que nos conocimos y todo empezó el estar yo amando al chico hermoso de ojos miel y sonrisa con braquets y esa jovialidad que destilaba en cada poro de su piel, pero que lo sabía más prohibido de todos, era mi pariente, no de sangre pero por respeto a mis tíos, jamás intente algo contra él, además era muy niño y  esos 9 años entre nosotros y mi negatividad a salir del closet abiertamente, no nos permitieron forjar un lazo cercano, siempre lo apartaba de mí, temía descubrirme a sus ojos, pero eso de cuidarlo no sirvió de nada cuando una tarde, el chico me siguió a donde tenía una cita con un compañero de clase y me miro besándome con él, ahí se terminó su amabilidad hacia mí, fue como una bofetada emocional, dejo de hablarme, pase a ser un fantasma en su vida, solo se dirigía a mi cuando lo forzaban a hacerlo, lo cual era muy raro, siempre fue un ser incapaz de estar quieto, era como un tornado que llegaba y tomaba lo que tenía que tomar y después se iba como llego pero dejando detrás de él un auténtico caos, conforme fue creciendo más me enamoraba de él y más daño ocasionaba, para el eran mis desfogadas sexuales  que me daba con los amigos de colegio o algún cretino que me encontrase y tuviese cierto parecido a él, mi mal sana obsesión por él era tal que el solo ir a verle los fines de semana eran de rigor, aunque fuese de lejos o por unos minutos o de madrugada cuando llegaba borrachísimo, por mi parte aunque  tuviese alguna cita o compromiso con alguien los fines de semana los cancelaba, esos eran para Gael y el aporte a sobrevivir una semana sin él y el poderme masturbar pensando en el mirándolo usar sus pantalones cortos para andar en casa o cuando se ponía todo bello y tenía alguna fiesta, que aunque soy un hombre promedio me mantengo bastante bien, suelo correr todas las mañanas y cuido mucho lo que como, así que hombres, podría tener, pero lo quería a él, los demás eran solo lujuria, calentones de una noche y nada más.

Estaba claro que no podríamos ser amigos, el sabia mi secreto y pasa que un día cuando no tienes las cosas planeadas y todo resulta de una forma que ni en tus más bizarros sueños pasaría, ¿No te pasa, que deseas aprovechar al máximo esa experiencia? Pues para mi “suerte” mi mundo se sentía derrumbar sobre mis pies, el solo imaginármelo viviendo conmigo, en mi departamento, me daba un morbo infinito y un terror a muerte, no sabría si sería capaz de controlarme y no dañarlo, aunque seamos claros Gael es fuerte, ese cuerpo de gimnasio lo demuestra sería una lucha a muerte y no me veo siendo capaz de dañarlo o hacer algo malo en su contra, entonces él se quedaría conmigo por un semestre en lo que sus padres intentaban salvar los restos de su matrimonio, no se a quien se le ocurrió la jodida idea esa, él ya está grandecito como para cuidar de sí mismo. Como se le ocurría dejar a su hijo conmigo, y no es que fuese un hombre irresponsable ni nada de eso, como lo reitero soy un hombre practico, pero tener al hombre que hace que cada mañana amanezcas empalmado y con un dolor de testículos, no es lo más ideal, además, no soy un maldito verdugo, que el haya chocado con el coche y este castigado y tenga que vigilarlo o si no lo le darán su cheque, por ser al hijo de papá, no me agradaba nada esta idea.

Aparte el que el este aquí limita mi sexo ocasional y más si mi sexo ocasional es para sacarme las ganas que le  traigo a el específicamente, la vida es una perra bastarda. Lleve a los tíos al aeropuerto y de ahí lleve a Gael al instituto, ahora hasta su maldito chofer seria, la vida apesta, desearía solo poder estirar mis dedos y tocarlo, tantas cosas que nos pudieron haber unido y tantas las posibilidades que nos han separado y ahora que tenía la oportunidad de tenerlo a mi lado y era un dolor agudo, un dolor punzante y que desgarra por dentro, solo una pared nos separa y los silencios son tan incomodos, que sabemos que tanta tensión que se siente, está a punto de rebasarnos.

Ernesto – Oye Gael, ya está la cena. ¿Vas a comer o la meto al refrigerador?

Gael – Da igual, cocinas pésimo, creí que un tipo soltero y marica, cocinaría mejor, pero me equivoque, supongo que el que cocina ha de ser tu hombre.

Ernesto – De que mierdas hablas Gael, no seas hijo de puta conmigo, vale y no me llames marica de nuevo o me veré obligado darte un par de azotes en el culo por odioso, mira que da de santos que no te aviente a la calle de una puta vez, crees que estoy feliz de que estés aquí, me molesta que estés en mi casa, creyéndote el maldito rey del mundo y actuando como un cretino – que mierdas, le estoy diciendo, se va a enojar –   y que te enteres mocoso, no tengo un hombre, así que no tolerare que me jodas por que sea un gay no es que me desagrades, pero ni tu ni yo tenemos nada en común así que o te tragas lo que prepare o te preparas algo tú mismo, pero con tus aires chulescos, dudo que sepas hacer algo.

Gael – Mira con el señorito, se molesta de seguro porque no te puedes tirar al cabron con el que sales, serás puerco, además claro que se cocinar, no soy un patético remedo de hombre como tú.

Ernesto – Sabes que me hartas, me cansa tener que venir a “mi casa” y encontrarme con un idiota como tú y si me encantaría tener un jodido macho en mi casa, pero lamentablemente jamás, nadie ha venido a revolcarse conmigo a esta casa que te lo sepas idiota, solo porque eres un pendejo que conducía borracho yo tengo que aguantar tus palabras y tus  desprecios.

Gael – Perdona, tienes razón acá el que está de más soy yo, no volverá  a ocurrir, además solo son unos meses, después no nos volveremos a ver.

Ernesto – A que te refieres, ¿vas a algún lado? Digo, porque te la pasas todo el día de chulo, que sabrás hacer, dudo que algo de provecho.

Gael – Te sorprenderías de lo que puedo hacer.

En el transcurso de los siguientes dos meses, fue más o menos lo mismo, siempre discutíamos por esto o aquello. Quedamos en el acuerdo que el cocinaría, ya que para callarme la boca su comida si era comestible y deliciosa sobra decir, nada que ver con la mía que estaba acostumbrado a comprarme mis ensaladas y mis batidos naturales. Con el tiempo las cosas fueron mejorando, ya no discutíamos tanto, y descubrimos pequeñas cosas que si teníamos en común, cosas insignificantes que a los ojos de los demás serian una payasada, pero para mí eran importantes y al parecer para el también, una de ellas era el salir a correr, la hora indicada eran las 5 de la mañana, diario estábamos listos a esa hora y salíamos trotando al parque que está a dos cuadras de mi departamento y una vez ahí permanecíamos corriendo por cerca de las 6 pasadas, entonces volvíamos a mi departamento y me duchaba de prisa igual que el (ya que mi apartamento solo cuenta con un baño y está al frente de las habitaciones) desayunábamos de prisa, y corríamos, porque tenía que dejarle en el instituto y yo llegar a trabajar, en las tardes cuando volvía a casa él ya estaba preparando la cena, se sentía bien, otro gusto culposo que compartíamos era el ver películas, yo amaba el género de terror y él lo idolatraba, así que varios maratones después, caímos en cuenta que ya no discutíamos, el cómo estaba en mi departamento solo veía a sus amigos en el instituto, pero jamás los invito, pudo haberlo hecho, no me hubiese molestado, pero supongo que se hubiera avergonzado de mí, de su primo el marica y no es que soltara el plumero, al contrario siempre he sido el activo en todas mis relaciones así que me tenía sin cuidado. Una mañana de sábado que salimos igual temprano a correr, nos topamos con dos tipos borrachos que de seguro volvían de la calle mayor, donde estaban el sin número de bares y garitos de putas de la zona central y estaban de malas, pues cuando pasamos la primera vez, nos miraron feo, y a la segunda vuelta empezaron a insultarnos, eso cabreo a Gael, que quería volver y partirles la cara.

Ernesto – No crio estás loco, solo son unos borrachos, además solo son palabras, qué más da que digan lo que quieran.

Gael – Que no te digo, nos llamaron maricones.

Ernesto – Pues yo soy uno según tú, que los hace diferente ¿Qué tú no eres el marica aquí? El marica soy yo y no me molestan sus palabras.

Gael – ¿Cómo puedes aguantarlo? ¿Acaso no te da coraje?

Ernesto – jajajaja no Gael no me da coraje, me da risa tu actitud, vamos que solo son unos borrachos de mierda, que no se pueden mantener bien en pie y tu haciendo un caso de eso, he escuchado cosas peores así que esto no es nada, tu tranquilo, además esta es la última vuelta.

No te pasa, que de repente sientes que algo va a salir mal y te paras a pensar, tantas cosas por hacer y solo digo que si a veces les pasa a ustedes, no se sientan como estúpidos. Justo eso pasaba por mi mente cuando íbamos camino a la salida que daba a mi zona, cuando salieron los tipos borrachos y jalonearon a Gael, él les hizo frente les tiro un par de golpes, y uno de ellos saco una pequeña navaja, por inercia me moví y me puse enfrente de Gael, nadie lo dañaría a él (del empujón fue a dar cerca de la salida y de bruces se sostuvo de la reja), solo fue un pequeño rozón el que recibí y mi ira se desato, molí a golpes a los dos tipos, Gael me miraba horrorizado, supongo que no ayudo el hecho de que a cada golpe que les soltaba, les gritaba que para poder tocarle a él tendrían que matarme primero, creo que eso dejo en evidencia lo que sentía por él.  Dejo de mirarme de frente, solo volteaba a verme de reojo, dejamos de correr y empecé a llegar tarde a casa, no me sentía cómodo, él ahora sabía que le quería entonces que haríamos, fingir que nada había pasado. Al tercer día en la noche estaba en el comedor, cambiando mi vendaje y se sentó a cierta distancia, solo me observaba y empecé a hablar.

Ernesto – Sobran las palabras, no crees Gael, deja de comportarte como in imbécil, no te dañare, mañana pediré tomar el turno completo en el banco así saldré hasta las 7 de la tarde será menos el tiempo que me veas, supongo que es lo ideal eh, así estarás mas cómodo y te sentirás más seguro. Que si quieres seguir en forma a dos cuadras más está el gym puedes ir, en las tardes, así te mantendrás en forma y tendrás algo en que distraerse e igual puedes salir con tus amigos, por la cena no te preocupes, pide algo, sabes dónde dejo el dinero para esas cosas, ya veré yo que como, antes de que vivieras aquí, solía cenar solo un cereal o fruta (solo, estaba ahí con su cabeza agachada, sin hacer o decir nada y yo con la angustia a todo lo que da de sí)

Gael – ¿Dónde aprendiste a golpear así? Fue de poca madre lo que hiciste y no me molesta hacer comida de verdad, esas mierdas que comes son puras tonteras, tu cuerpo ocupa comida de verdad.

Ernesto – Pues supongo que cuando eres un homosexual, tienes que saber usar tus manos para defenderte, me tome un pequeño curso de autodefensa, una vez que unos chicos me molestaron. Son parte del equipaje que me llevo cargar, es tarde, me marcho a dormir.

Gael – Prepare, estofado de pollo, cenas hoy ¿vedad?

Ernesto – No sé,  no tengo hambre, estoy cansado. Mejor me voy a dormir. Adiós  Gael, descansa.

Entre a mi habitación y ese pequeño dolor a un costado de mi corazón, me decía que era un completo imbécil, (y empecé a balbucear, siempre lo hago cuando estoy nervioso, es como hablar conmigo mismo).

Ernesto - Necesito apartarme y poner distancia, más ahora que estoy en evidencia. Esto no tiene sentido, no le encuentro sentido a nada. Tal vez debería irme a casa cerca de mis viejos, debería pedir mi traslado, así dejaríamos toda esta mierda, yo enamorado de mi primo “que ni mi primo de verdad es”, como si esta mierda que siento fuera a ser correspondida, estoy muerto, solo faltan 3 meses para que sus padres vuelvan, supongo que tendré que aguantarlo. Mierda que idiota soy.

Gael – Basta, quieres,  no es necesario que te largues de la cuidad, ni que tomes  el turno completo, es mucho trabajo y la paga es la misma, te va bien donde estas, y no creo que a tus padres les tenga mucho cuidado el donde estas (no cerré bien la jodida puerta y me escucho decir todo lo anterior, supongo que mi cara era un bendito poema) además, la idea de venir aquí fue mía, pude haberme quedado en casa sabes, mi papá y tu tía siempre discuten así que estoy acostumbrado a sus dichosa reconciliaciones, se cuidarme solo y todas esas cosas, pero sabía que tu no irías a casa si estaba y solo. Siempre es así, te alejas cuando no está nadie a nuestro alrededor como ahora (me había levantado de la cama y me dirigía a la silla pegada a la ventana, me pare en seco, el notaba lo que yo hacía ¿Por qué?) no creo que me temas, más después de ver cómo te desenvuelves tu solo contra dos tipos y un corte en el brazo.

Ernesto – Perdí el piso Gael, será mejor que te vayas a tu cuarto.

Gael – ¿Porque no me quieres cerca? No puedo verte a la cara porque siento vergüenza de mis pensamientos. Estoy aterrado sabes y tú eres el único que puede ayudarme, ese día, el del accidente, había bebido demasiado, yo bese a un chico (yo lo miraba estupefacto no me lo creía, si él era todo el típico machito que no perdonaba a ninguna chica) pero eso no fue lo peor sabes, cuando lo besaba a el pensaba en ti ¿Qué es lo que te gusta de mí?

Ernesto – Todo, todo en ti es maravillosos, desde esos berrinches por que tomo directo del envase, o la forma en la que eres cuando no eres un jodido patán, pero aun con tu actitud de mierda te quiero, te quise antes, te quiero ahora y creo que te seguiré queriendo mientras me dure la vida, así que si sabes lo que es bueno para ti, te largaras a tu habitación, por favor, estoy cansado y no tientes los cojones del diablo.

Gael – ¿Que pasara si me quedo?

Ernesto – (me volteo a mirar su rostro todo rojo) Lo más seguro es que me abalance contra ti, pero no quiero dañarte, así que no tienes que preocuparte, no te tocare (me cruzo de brazos, y me siento sobre la silla) vete por favor.

Gael – Si me quedo…. ¿Me harás tuyo?

Ernesto – Si

Gael – Pues si es así, cumple como un jodido hombre y tócame de una puta vez, que me estoy muriendo de celos desde la vez que te seguí y te mire besar a ese pendejo con el que estabas, entonces me jure a mí mismo que los hombres eran unos mierdas y el único mierda he sido yo, que me negaba a ver más allá de todo, de que sabía que me mirabas y de que sabía que si no estaba mi padre en casa o tu tía no te acercabas jamás por ahí. He sido un cerdo con tantas chicas y aun así cuando bese al chico ese, no quería sus labios sobre los míos, quería los tuyos, así que dime que mierdas harás al respecto.

Ernesto – (quede de piedra, esa confesión jamás se pronunció en ninguno de mis sueños) Mierda, ven.

Extiendo mi mano hacia él, lo veo dudar, lo veo temblar, pero aun así se acerca, lo tomo de la cintura y lo jalo hacia mí, lo huelo, me levanto y voy  tocando todo a mi alcance, lo veo estremecerse y suspirar, llego hasta sus labios, que se moja un poco con su lengua, me inclino hacia su boca y a escasos milímetros le hablo, en tono algo rudo si está seguro, el solo abre sus ojos y mira directo a los míos, esos ojos de color miel me están  diciendo hazlo, ahora YA. Beso sus labios con dulzura y cuidado, es nuestro primer beso, me aprovecho de mi altura y me pego a él obligándolo a ponerse un poco de puntillas y pegarse más a mí, el beso evoluciona y se vuelve más salvaje, muerdo y succiono, me lo quiero devorar, comer cada uno de sus suspiros, quiero tocarle, levanto su playera y la saco casi sin separar nuestros labios, que enseguida vuelven al ataque, él se aventura a tocarme, tímido al principio, supongo que el cuerpo de un hombre es muy diferente a los que estaba acostumbrado, pero aun así continua con su exploración y yo con la mía, mis manos bajan sobre su espalda y se detienen en su trasero, lo sujeto y jalo de él hacía mí, se impulsa y me enreda sus piernas  mi destino es la cama, caemos sobre ella y me separo un poco, DIOSES, necesito respirar, el arrebatadora la forma en la que me jala y me acuesta boca arriba y comienza a lamer mi cuerpo, desabrocha mi bragueta y toca por encima del pantalón mi pene que esta durísimo y a punto de reventar, tira de ellos hacia abajo y se lleva mi bóxer en el proceso, quedo desnudo ante él, no sé qué pasara por su mente pero supongo que no le defrauda lo que ve, porque se inclina y toma mi pene y comienza a masajearlo, se acerca poco a poco hasta que le da una pequeña lamida, y yo tiemblo del placer, al ver mi reacción se aventura y lo mete a su boca, dioses que boca, tan caliente y húmeda, no resistiré mucho, lo paro y lo pongo sobre el colchón boca arriba y paso la lengua sobre sus tetillas que se erizan de placer, las muerdo, las pellizco y bajo sobre su vientre hasta que llego a su pubis, tiro de su pantaloncillo y lamo sus bolas, empiezo a subir hacia su pene que ya está muy húmedo de tanto precum, me lo meto directo a la boca, y empiezo a mamar,  se retuerce sobre las sabanas y jura que jamás había sido así de bueno con nadie nunca, siento como su pene se hincha un poco más y se corre en mi boca, pide disculpas y solo sonrió y me acerco a su rostro, abro mi boca, aún tengo algo de su semen, mi destino son sus labios el parece intuirlo porque abre su boca y compartimos un beso sabor a semen, mis manos que no paran de explorar su cuerpo pronto dan con su virginal agujero y empiezo a jugar con él un poco mientras beso su cuello y lamo sus orejas y le susurro todo lo que llevo años callando, lo mucho que le amo, lo que me vuelve loco, el miedo que tenía que jamás le perdonara, pero lejos de rechazar sus atrevidas caricias, abre más sus piernas y el otorga un mejor acceso, moja sus dedos con saliva y empieza metiendo uno, siempre pendiente de su rostro por si ve dolor, pero solo lo ve buscar sus ojos también y en su boca se forma una perfecta “O”  se acerca al buró, abre el cajón y saca un condón, el muy cabron sabe que ahí los guardaba, lo abre y me lo coloca, me jala y me tira sobre al colchón de nuevo trepa sobre mí y se sienta en mi estómago, se va colocando y se queda justo donde mi pene está en su entrada, se inclina un poco me vuelve a besar y se deja caer el muy bruto, pero es más nuestra calentura que su dolor, porque solo se queja un poco, pero no se detiene sigue bajando poco a poco, mientras veo todas esas expresiones que me regala a mí, esos labios mordiéndose, esos ojos ligueramente llorosos, y esa voz diciendo que no importa que pase a partir de ahora que él es mío y que yo soy de él, que lo que diga el mundo no importa, que me ama y que en estos meses se ha dado cuanta de cuanto lo he amado yo, siempre desde la distancia, siempre cuidando de él, que lo comprendió todo el día del parque.

No te pasa, que alguna vez soñaste con alguna cosa que pensabas imposible, que las cosas se veían jodidamente mal  si unos vamos y otros vienen, es el ciclo vital, gritar, imitar al entorno, no te mueres de ganas de lanzarte y decirle a ese que amas algo, lo que sea. También sentí miedo, temblé como tu, soy humano, pude haber nacido en otra piel, pero me toco esta, y mientras siento como tus manos la acarician siento que vivo.