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Perdiendo el juicio

en Sexo con maduros

Aquel preciado y prohibido tesoro que era mi culo se convirtió en la fuente de placer de todos mis ocasionales amantes que no fueron pocos.

A otro de los que se lo preste después que a Juan fue aquel a quien le había dedicado más de una paja en mi adolescencia y quien me había dado indicios del placer que sentiría por usar mi colita.

Ya hacia unos meses que trabajaba con Mauricio, el era un tipo de unos cuarenta y tantos muy buen mozo, amigo de mis viejos me vio crecer hasta convertirme en la mujer que soy hoy. Ni bien termine el secundario mauri me ofreció trabajo en su estudio y acepte gustosa ya que los horarios eran cómodos para poder seguir estudiando y el sueldo no era malo. Mauri tiene un estudio de abogados muy reconocido que heredo de su padre don Roberto, un vejete divino y muy atrevido que no perdía oportunidad para comerme con la mirada y quien hasta llego a darme alguna palmadita en el culo aduciendo que podía ser mi abuelo.

Hacia rato que le tenia ganas a Mauricio, pero el tomaba mis indirectas como bromas. Ya que existía una gran confianza entre nosotros aunque no dudo que también se moría por probar mi carne joven.

Pero lo mejor llego aquel día de fin de año en el que Mauricio llamo a uno por uno para realizar un balance de lo hecho hasta entonces. Cuando fue mi turno me felicito por mi labor y dijo que mis padres deberían sentirse orgullosos de la mujer que criaron y un montón de halagos mas. Entre ellos hizo uno subido de tono cosa que era común en el.

-          creo que sentarte en mis piernas para que te dicte es lo único que te falta para ser la secretaria perfecta. – dijo guiñando un ojo.

-          Hay muchas cartas que mandar por el fin de año, ¿queres que aprovechemos para que alcance mi perfección? – dije mirándolo fijamente a los ojos y con cara de putita.

-          Jaja – rió nervioso - cuando quieras.

-          Ahora – dije en voz firme mientras me acercaba a su sillón y posaba mi mano en su pierna cerca de su bulto que a simple vista comenzaba a crecer.

Me subí un poquito la falda que traía puesta y me senté sobre sus piernas como hacia cuando era pequeña. Como si el tiempo volviera atrás el poso su mano en mi espalda y comenzó a bajar al mismo tiempo que yo acomodaba mis caderas rozando su erecto miembro. A diferencia de cuando era chica esta vez metió su mano por dentro de mi falda acariciando los cachetes de mi culo. A lo que le respondí con un profundo beso mientras me sentaba bien sobre su bulto y comenzaba a refregarme.

-          para un poco, me vas a hacer acabar solo con el movimiento de ese tremendo orto que tenes

-          eso nunca, tengo otros planes para tu pija –

Replique mientras me levantaba de golpe con un saltito. Me pare frente a el y le di otro profundo beso mientras con mi mano refregaba su paquete. Como quien no quiere la cosa me deje caer de rodillas quedando a centímetros de su entrepierna. Lo mire a los ojos y le dije

-          me la prestas un ratito. Desde chiquita que quiero jugar con tu muñeco y vos nunca me lo prestaste.

Mauri abría cada vez más grandes los ojos mientras asentía con la cabeza. Baje el cierre de su pantalón y la acaricie por arriba del bóxer que llevaba puesto. Ya la tenía a mil. Por fin luego de hacerme rogar un poquito la libere de su encierro. Si bien no era como la de Juan era una pija respetable. Lo mire nuevamente fijo a los ojos y sin quitarle la vista de encima fui acercando mi boca a su miembro. El contacto de mis calientes labios con su aparato hizo que soltara un leve gemido y echara la cabeza para atrás. Comencé un lento sube y baja con mi boquita succionando fuertemente su pene. Justo en lo mejor de la faena el ruido de la puerta me interrumpió. Solo una persona entraba al despacho de mauri sin golpear, me di vuelta tímidamente y confirme mis sospechas, don Roberto me miraba con una sonrisa de oreja a oreja. En cuestión de segundos ya estaba con su flácida pija en la mano. Ya era tarde para lamentos y ya que estaba metida en el juego decidí jugar. Me metí un dedo en la boca poniendo la mejor cara de puta y tras sacarlo lo utilice para hacerle señas de que lo quería a mi lado. El viejo recorrió la distancia que nos separaba mas rápido que un atleta olímpico y yo, olvidando un poquito a mauri, me metí toda su flácida herramienta en la boca con intenciones de que creciera dentro mío. Y valla si lo logre a la tercera chupada don Roberto ya la tenia dura como un mástil. Si me hubiera visto Ramiro en esa situación arrodillada en el despacho de un abogado cuarentón con su pija en la mano y la del padre en la boca.

Comencé a alternar las chupadas a ambas vergas para no dejar disconforme a ninguno de los dos. Pero don Roberto tenía otros planes para mí, el viejo sabia que contaba con un solo tiro y lo quería aprovechar. Casi sin que me diera cuenta en el momento de la chupada a su hijo se puso detrás mío y tras subirme la falda y bajar mi diminuta tanga poso su hábil lengua en los labios de mi empapada conchita. Enseguida sin preguntar separo mis cachetes y me dio la mejor lamida de ojete de mi vida. El tipo no en vano había vivido tanto, si lengua entraba en mi culito y se movía dentro del esfínter como nunca antes nadie lo había hecho.

Mauri celoso de los gemidos que me arrancaba el viejo me agarro de la cintura y sin ningún preámbulo me ensarto en su verga. La lubricación de mi vagina hizo que entrara sin problemas y comencé a saltar sobre aquella pija. Don Roberto aprovecho mi distracción para meterme todo su dedo mayor de un solo tirón en el culo. Mi gritito y mi gemido lo animaron a más y en segundos tenia tres dedos adentro. El vejete se había copado con los dedos y olvido que a mi me gustan las pijas. Tratando de hacérselo saber le dije

-          don Roberto ¿va a esperar mucho más para meterme esa tremenda pija por el culo?

No necesite decirlo dos veces, don Roberto entendió a la perfección mi pedido y me clavo de una sola estocada su dura pija en mi hermosa colita

Por dios que sensación, tener esas dos pijas adentro me hicieron sentir en el paraíso y en la tercera empujada de don Roberto me fui en un gran orgasmo mientras gritaba

- si, los dos juntos, siii, llénenme de pija, rómpanme toda…

Por un momento olvide que estábamos en una oficina, y me desate como una loca gritando y moviendo las caderas mientras padre e hijo me bombeaban al unísono.

El viejo por más experiencia que tenia no pudo aguantar tener ensartada a tremenda pendeja con su pija en el orto y acabo bufando mientras me depositaba su semen en los intestinos. Una vez que salio su última gota se alejo de la escena y se sentó en un silloncito a ver como su hijo terminaba conmigo. Mauri era de tranco largo y seguía aguantando. Sin sacármela me levanto sosteniendo fuertemente mis piernas y me deposito en su sillón me levanto las piernas las puso sobre sus hombros y bombeo bien profundo. Un segundo orgasmo me invadió y me fui nuevamente entre gemidos. Repentinamente mauri la volvió a sacar y sin miramientos la metió de una en mi dilatado culo. Que placer el tipo me cojia de maravilla. Luego me tomo de los tobillos levanto mis piernas hasta sus hombros y me pego una sacudida monumental en el ojete, si bien su pija no era demasiado grande sus perfectos movimientos me hicieron llegar al tercer orgasmo con el dentro de mi orto. Espero la última contorsión que el orgasmo ocasiono  en mi cuerpo y la saco.

-          ahora si quiero acabar, pero ese culo merece ser visto mientras uno lo rompe, ponete en cuatro – ordeno y como era mi jefe le hice caso

Me arrodille en el sillón y me incline quedando a su disposición, en segundos tenia la pija de mauri nuevamente en el culo. El tipo aprovechaba las rueditas del sillón para ir para adelante y atrás provocando una profunda penetración de mi ano. Yo estaba a los gritos y en un momento al levantar la cabeza me encuentro la pija de don Roberto nuevamente erecta frente a mí. Solo tuve que abrir la boca para que entrara.

La imagen era digna de la mejor película porno. Yo arrodillada en una sillita que cuando iba para atrás me clavaba en la pija de mauri y cuando iba hacia delante hacia que don Roberto me introdujera todo su miembro en la boca. El viejo no aguanto mucho esa bizarra imagen y me acabo sin avisar en la boquita. La escupí en la alfombra (que valla a saber quien limpio) y me dedique a disfrutar el final de la culeada de mauri. Después de un total de más de media hora de bombear comencé a sentir que su respiración  se aceleraba junto con el movimiento de su pija en mi colita. Para acelerar los trámites, ya que sentía mi culo destruido, dándome vuelta le dije con voz sensual

-          dale papito, ¿no queres derramar tu lechita en mis intestinos?  

Luego ya como una orden al ver que su respiración era muy agitada y sus movimientos casi desesperados agregue

-          llename el culo de leche, hijo de puta, desde pendeja deseo tener tu pija adentro, hacele honor a todas las pajas que te dedique

No hizo falta mas, esas palabras abrieron la canilla, nunca pensé que pudiera salir tanta leche de una persona. Eran litros, cada contracción de su cuerpo era un chorro de leche en mis intestinos, el cuarto orgasmo me invadió paradójicamente con su cuarto chorro en mi ojete. Cuando la saco me brotaba leche del orto como nunca antes me había sucedido.

Don Roberto salía del baño personal del despacho y me recomendó limpiarme un poco porque estaba hecha un desastre. Me senté en el inodoro y seguía saliendo la leche de mauri de mi culito, me vestí me arregle un poco y salí del despacho. Las caras del resto de los empleados me hicieron saber que mis gritos se habían escuchado y la lechita de Mauricio saliendo de mi cola me hizo recordar toda la tarde aquella memorable culeada.