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Una merecidas vacaciones familiares

en Hetero: Infidelidad

Después de aquella noche, mi vida sexual se había calmado bastante, tal vez, el tener ahora clara cuál era mi postura ante todo lo experimentado en los últimos meses, me hacía sentir liberada, por otra parte, había conseguido dejar de lado aquella ansiedad cada vez que algún hombre intentaba algo conmigo, y que me hacía abandonarme a sus deseos.

Habían sido unas gratas navidades, comencé el año con una ilusión como no había tenido en mucho tiempo pues parecía que la vida volvía a sonreírnos. Seguían pasando los meses y aquella pasión del principio poco a poco se iba disipando, tras aquella noche con los amigos de mi jefe que terminó con D. Andrés en mi cama, en contadas ocasiones habíamos vuelto a follar, en ese tiempo también tuve oportunidad de verme un par de veces con pedro, en ambas había quedado con mi marido para salir a pescar y había venido antes a casa para verme a mí.

Nos estábamos acercando a la Semana Santa y el tiempo parecía que iba a acompañar, esa mañana me había encontrado con mi esposo al llegar del trabajo y le comenté una idea que hacía tiempo rondaba mi cabeza, ¿porque no aprovechamos esta Semana Santa para salir de vacaciones?, ya llevamos varios años sin salir a ninguna parte y creo que una semanita nos la podemos permitir, hablamos con la niña y si les apetece nos vamos los cuatro, la idea no disgustó a mi marido que quedo en hablar con su encargado esa misma noche, yo no terminaba de creerlo del todo pero en fin, debía concederle en beneficio de la duda. Aquella misma mañana lo comenté con D. Andrés, que salvo decirme que esas vacaciones me las tenía que currar bajo la mesa de su despacho no puso ningún problema.

Ya estaba más que dispuesta a darme ese capricho y decidí contarle mis planes a mi hija y como no, a su novio, ambos se mostraron ilusionados con la idea, aquella noche casi no dormí nerviosa por el hecho de volver a pasar unas vacaciones unidos y como una familia normal. Me desperté temprano aunque hasta más tarde no tenía que acudir a trabajar, estaba impaciente por hablar con mi marido y ver que había dicho su encargado, pero como siempre no había dicho nada, hecho que me enfureció bastante, y como venía siendo habitual últimamente terminamos discutiendo, él se metió en la cama y yo toda rebotada esperé en la cocina la hora de salir a trabajar.

Me encontraba sola en casa de D. Andrés y siendo cerca de las dos de la tarde decidí hablar con el encargado de  mi marido, le expliqué la situación que al parecer no le hizo mucha gracia, pero le recordé que mi esposo había trabajado ya la noche de nochebuena y el sábado víspera de nochevieja, la verdad es que puedo ser muy convincente si me lo propongo – no penséis mal – y con la tontería terminé contando con diez días para estar con mi familia en la playa.

Todo estaba ya dispuesto, teníamos alquilado un pequeño apartamento en primerísima línea de playa, una playa bastante pequeña y muy poco frecuentada, pero estaba todo  bastante cuco, salías de la casa y te encontrabas en un pequeño patio, cruzabas otra puerta y a escasos 100 metros estaba la playa. Preparados para salir hacia Cartagena, suena el teléfono de mi yerno, son unos amigos que a última hora se han quedado sin hotel, y nos pedían el favor de permitirles poder pasar por allí al menos a ducharse, y a descansar un rato antes de volver para Madrid el domingo, por supuesto aceptamos.

Nada más llegar salimos a dar una vuelta por la zona para conocerla, mientras mi marido descansaba hasta la hora de la comida, cerca había una zona rocosa un poco más retirada, allí casi nadie llegaba, y según mi yerno, era una buena zona para la pesca, a mi hija también le gusta esa afición aunque en menor medida que a su novio y a su padre, yo por otra parte presté más atención a los largos paseos que podría darme todas las mañanas por la playa.

De vuelta al apartamento cogimos unas toallas y nos dirigimos a la playa, nos dimos un buen chapuzón jugando a las ahogadillas y nos tumbamos los tres a tomar el sol, llevábamos unos minutos tumbados cuando sonó el móvil de mi yerno, efectivamente eran sus amigos que a juzgar por sus explicaciones no sabían cómo llegar  donde nos encontrábamos. Tras las presentaciones (Carlos, alto delgado rubio, 22 años, Juan pi, un chavalito bastante normalito de 25 años y David, un chico bastante fuerte aunque algo feíllo de 23 años), nos metimos todos en la playa, mi yerno volvió a comenzar con ese juego de las ahogadillas y estos chicos aunque al principio se mostraron algo reticentes enseguida se animaron y participaron de él.

El tiempo pasaba con normalidad, nos divertíamos bastante como si nos conociéramos desde hacía tiempo, Juan pi era la mar de simpático y siempre se unía a mí en las batallas acuáticas, los demás siempre me escogían para sumergirme, sobre todo David, más de una vez pensé que con la gracia del juego aprovechaba para sobarme lo que podía, sin embargo deseche esa idea rápidamente, estas obsesionada pensé y seguí disfrutando del juego. Llevaba un rato que pasaba de los brazos de David a los de Carlos y no veía a ninguno de los otros, tampoco tenía mucho tiempo, apenas respiraba volvían a meterme la cabeza debajo del agua, salía y otra vez de nuevo, de vez en cuando era yo quien se la sumergía a ellos, y así entre risas pude ver que ya estaban todos en la arena, ya han salido todos dije, pero David no tardó en adelantarse y abrazándome para volver a hundirme dijo: si pero tú no te escapas, joder tío, le dije, espera al menos a que respire y en ese momento me di cuenta de que tenía una de sus manos en mi pecho, cuando la miré se disculpó diciendo ups, lo siento te prometo que no me he dado cuenta, yo le creí y aproveche que me había soltado para intentar tumbarle en el agua, pero él se aferró a mí y los dos nos sumergimos, de nuevo note su mano esta vez en mi culo, Carlos llegó para ayudarme y David deslizó su mano por mi pierna mientras me incorporaba, no había ninguna duda, ese cabrón lo estaba haciendo a propósito, intenté volver a la arena pero ahora era Carlos el que me había agarrado para sumergirme, él era totalmente correcto ni una vez había aprovechado para tocarme nada, pero su amigo no perdía ocasión, cada vez era más osado, ahora me tenía agarrada por la espalda, y pegaba mi culo contra su paquete cada vez más duro, en vez de sumergirme, se tiró hacia atrás conmigo agarrada y en cuanto entramos bajo el agua aprovechó para meter su mano bajo la parte de arriba de mi bikini acariciando mi seno en todo su tamaño, intenté zafarme y el aprovechó para poner su mano en mi coño, y aunque la tela del bikini separaba su mano de mi almeja, este recorrió toda la raja con el dedo, me solté y saqué la cabeza para irme, pero de nuevo Carlos me abrazó y lanzó debajo del agua, cuando salí volvía a esperarme David, de nuevo me agarró desde atrás, pero esta vez noté como su polla rozaba una de mis nalgas, otra vez se lanzó hacia atrás conmigo agarrada, pero ahora se centró en mi coño, apartó la braga y colocó su polla entre ella y mi piel, empujaba como si me estuviera follando, mientras notaba su barra restregarse contra mi raja, ahora me tenía sujeta por la cintura mientras que con su otra mano bajaba las copas de mi bikini, aquella fricción me estaba poniendo bastante cachonda y mis pezones  empezaban a erizarse, traté de levantarme pero al hacerlo coloqué la entrada de mi coño a la altura de su glande, él al notarlo volvió a empujar para penetrarme, noté como su glande abría mis labios vaginales y forzaba la entrada de mi coño, sin embargo logré levantarme aunque David no dejaba de tirar de mí, cuando saqué la cabeza me estaba esperando de nuevo Carlos que diciendo una más y os dejo me volvió a empujar hacia abajo, de nuevo la entrada de mi coño se volvió a topar con el capullo de David que de nuevo intentaba entrar en mí, suerte que no lo consiguió, aunque su glande recorrió toda mi raja y fue a parar a mi clítoris, a estas alturas bastante hinchado. Los dos ya con la cabeza fuera volvió a agarrarme, estábamos bastante retirados de donde habíamos comenzado, allí nadie podía vernos, tenía las tetas al aire y la parte de abajo del bikini descolocada, note los brazos de David de nuevo agarrarme por detrás, su polla estaba dura como una piedra, me inclinó hacia adelante, me agarró las tetas y colocando su polla a la entrada de mi coño, comenzó a meterla muy lentamente, notaba cada milímetro de carne que entraba en mí, apenas había metido el glande me solté y me fui nadando hacia donde estaban todos, apenas estuve retirada me puse en pie en el agua para colocarme el traje de baño.

Nada más llegar a la orilla donde se encontraban todos llegó mi esposo, y tras las presentaciones, decidimos buscar donde comer. Durante el tiempo que duró la sobremesa, todo transcurrió con normalidad, comimos, charlamos y nos reímos tomando unas copas, después en casa mi marido salió con mi hija y su novio para “explorar sitios de pesca” yo me asusté de que David decidiera quedarse también e intentara algo, pero los tres decidieron salir, y allí me quedé yo sola, estiré una toalla en el patio y me quedé tumbada tomando un rato el sol.

Supongo que fue por el cansancio del viaje, pero el caso es que me quedé dormida, no sé cuánto tiempo llevaba así pero una presencia me despertó observándome, era David, que con una sonrisa me miraba fijamente desnudándome con los ojos, y al parecer con algo más que los ojos, pues tenía una copa del bikini totalmente bajada y la braguita del mismo algo apartada, me fui a levantar para darle una bofetada cuando sonaron las voces de mi marido y mi hija, así que me tapé y salí a su encuentro.

Después de cenar mi hija y su novio salieron con sus tres amigos de fiesta, mi esposo y yo paseamos un rato por la playa y enseguida nos volvimos para casa, yo imaginé que querría aprovechar que estábamos solos, al llegar al apartamento nos sentamos un rato en el patio yo me senté sobre sus piernas y comencé a besarle, él me decía que estaba muy cansado pero yo me propuse quitarle el cansancio, nos subimos a la cama y mientras se desnudaba yo decidí meterme al baño, allí tenía un conjuntito que se la levantaría a un muerto, me lo puse y salí dispuesta a disfrutar del primer día de vacaciones con mi marido, pero él ya se había quedado dormido.

Me tumbé a su lado pero no podía quedarme dormida, supongo que la culpable sería la siesta de la tarde, así que decidí levantarme, de este modo no molestaría a mi esposo dando vueltas en la cama, me bajé al patio y me senté a  fumar un cigarro, a ver si al final me cogía el sueño, pero nada, me puse una bata y Salí a pasear por la orilla de la playa, no había nadie – mejor pues bajo la bata que llevaba desanudada, llevabal puesto el conjunto con el que pretendía impresionar a mi querido esposo – me encaminé hacia la zona donde se encontraban las rocas, sin encontrarme con nadie en todo el recorrido, serían más o menos las cuatro de la madrugada y seguía sin sueño, decidí volverme y sentarme en la arena a la orilla de la playa, pero ahora frente al chalet. En la casa no había luz, o estos no habían vuelto o si lo hicieron se habían acostado ya, supuse que ellos también estarían cansados, me encendí otro cigarro, pensando que al acabarlo me volvería a la cama, apenas di la tercera calada vi como dos siluetas se sentaban cada una a un lado, eran Carlos y David, me saludaron de forma educada y comenzamos a hablar de cosas sin importancia, el comportamiento de David ahora era correcto y educado y no intentaba nada, supuse que sería por estar Carlos delante, la charla continuó un rato más, ellos hacían el tonto y yo me reía de sus gracias, con tanta tontería no me di cuenta de que mi bata se había desatado y aunque no de forma muy descarada, podían adivinar lo que llevaba puesto debajo. No tardaron en darse cuenta y como no el tono de la conversación se fue elevando, que si lo había pasado bien mientras no habían estado en casa, que sí que suerte tenía mi esposo y tontería similares que adornaban con risas, la cosa no iba mal hasta que Carlos tuvo la brillante idea de bañarnos, pero que dices le contesté yo, como me voy a bañar si no llevo el bañador, ni nosotros dijo, David permanecía callado, no decía que sí, pero tampoco que no le gustara la idea, y eso fue lo que me asustó, si me levantaba y me volvía dentro seguramente el también entraría e intentaría algo conmigo, si me quedaba allí sentada sería peor porque además nadie podría escuchar como intentaba meterme mano, pero tampoco podía meterme al agua con ese conjunto, Carlos se adelantó a mis pensamientos diciendo: no te preocupes, nosotros nos damos la vuelta hasta que tú te quites la ropa y te metas al agua, y cuando estés en una zona donde el agua te cubra por encima de las tetas nos avisas y nos metemos nosotros, la idea me pareció absurda pero David seguía sin pronunciarse, seguramente esperando a que me negara para de una forma u otra aprovechar su ocasión, pensé que estaría más segura si estaba con los dos, a fin de cuentas no me verían nada y sería tan solo un rato pues ya eran más de las cuatro y media de la madrugada.

Me quité la ropa y me metí en el agua, me adentré hasta que el agua me llegaba un poco más abajo del cuello y los llamé, ellos también entraron completamente desnudos y se acercaron a mí, David, como siempre intentando aprovechar la ocasión, propuso seguir con el juego de las ahogadillas, pero yo me negué de inmediato poniendo la excusa de que por la noche me daba miedo, seguimos hablando de cosas sin importancia, ninguno de los dos intentaba nada y yo poco a poco me iba relajando, ellos comenzaban a nadar pero poco recorrido, yo no quería enseñar nada y los seguía andando por dentro del agua, como dije antes cada vez me iba relajando más hasta el punto de que sin darme cuenta con las olas de vez en cuando las tetas se me salían del agua mostrándoselas enteras, ninguno de los dos parecía prestar atención, por lo que al final yo también nadaba aunque recorridos muy cortos. En uno de estos recorridos al poner los pies en el fondo me di cuenta de que estaba sola en el agua, los buscaba a mi alrededor pero no los veía, los llamé varias veces sin obtener respuesta pero de repente Carlos apareció a mi espalda pegado a mí, podía notar su polla rozar contra mi culo, si decir nada me cogió por la cintura y me apretó contra él, intenté separarme pero delante de mí apareció desde el fondo David, se pegó a mi cuerpo como una lapa mientras sus manos buscaban mis pechos, yo les pedía que me dejaran que qué pasaría si a alguien le daba por asomarse, los dos se reían a carcajadas diciendo ¿te das cuenta de donde nos encontramos? Relájate y disfruta los tres lo pasaremos estupendamente este fin de semana.

Con la tontería de los juegos y las risas nos encontrábamos detrás de las rocas y dentro del agua, yo seguía entre los dos amigos de mi hija que seguían intentando meterme mano, intentaba resistirme, pero sus manos cada vez llegaban más lejos, y sobre todo más profundo, David intentaba besarme la boca mientras su mano masajeaba una de mis tetas, Carlos había colocado su polla entre mis nalgas mientras sus dedos se encargaban de mi entrepierna, desnuda como estaba no le costó introducir uno de sus dedos en mi vagina, la sensación me produjo un suspiro que me hizo abrir la boca. David aprovechó la situación para meter su legua y recorrer con ella toda mi boca, aunque a estas alturas tampoco me disgustó mucho que lo hiciera, de hecho contesté aquél beso como si mi vida fuera en ello, apreté más mi trasero contra el paquete de Carlos y movía mi culo restregándolo contra su dura polla, mi mano buscó la polla de David y comencé a pajearle, entre besos sobeteos y caricias llegamos a la orilla, allí me colocaron de rodillas y me pusieron sus pollas a la altura de mi boca, las recorrí una a una con mi lengua para luego meterme las dos a la vez en la boca, después me encargué de sus huevos, es algo que me encanta hacer y por los gemidos que escuchaba a ellos también les encantaba, el primero en retirarme la polla de la boca fue David, se colocó detrás de mí y poco a poco fue empujando mi cabeza contra la polla de su amigo, de este modo mi culo se iba poco a poco despegando del suelo, no lo suficiente pues me agarró de las nalgas y me subió hasta que mi culo quedó a la altura de su polla, sin miramientos la insertó en mi coño y comenzó a bombear de una forma muy violenta. Los empujones de David provocaban que la polla de Carlos entrara hasta mi campanilla, provocando que diera varias arcadas, pero pronto me acostumbre tanto a las acometidas de David como a mamar la polla de Carlos entrándome tan adentro. El placer que recibía era brutal, David salió de mi coño y dejó el hueco para Carlos, se tumbó en la arena y haciéndome sentar sobre él me la metió por el culo, al principio bombeo despacio, pero poco a poco fue incrementando el ritmo provocándome una mezcla de dolor y placer que me hacía volver loca, con la polla de Carlos clavada hasta el fondo en mi culo y la de David en mi campanilla llegué a mi primer orgasmo, ellos volvieron a cambiar de posición ahora era David quien estaba en el suelo y yo de espaldas a él con su polla clavada en el culo, entre nuestras piernas encontraba Carlos follándome la boca, después de un rato sacó la polla de mi boca y se puso de rodillas delante de nosotros, David se detuvo y Carlos aprovecho para metérmela por el coño, mis gritos de placer debían de sonar por toda la playa, me follaban con una compenetración increible, cuando la sacaba el otro la tenía dentro la sensación fue impresionante y con esta postura volví a correrme.

De nuevo era la polla de David la que ocupaba mi coño y la de Carlos volvía mi culo dejándome la boca libre para expresar con gemidos el placer que sentía, pero no duró mucho, de detrás de la roca salió una figura que se dirigía a nosotros, no alcanzaba a ver quién era a pesar de estar a escasos metros de nosotros, por un momento pensé que sería mi marido, pero el placer que me daban aquellas dos pollas era superior a mi miedo a ser descubierta, cuando se acercó a nosotros pude reconocer a Juanpi que sin mediar palabra sacó su polla y me la metió en la boca, con los tres dentro de mí  volví a correrme, y poco después note la primera descarga en mi culo, fue increíble notar el semen caliente chocar con las paredes de mi culo y sin terminar de disfrutarlo del todo tres nuevos chorros llenaban mi coño, no pude más y volví a correrme, mi pasión debió de repercutir en el trabajo de mi boca, porque instantes después fue Juanpi quien la llenó de leche, y a  juzgar por la cantidad, llevaba tiempo sin descargar.

Después de fumarnos un cigarro los tres desnudos Juanpi  me dio mi ropa al parecer la vio al salir y supuso donde estábamos, yo volví sola al apartamento y al llegar a la altura de la casa de al lado me pareció que alguien estaba escondido mirando, no le di mayor importancia y aceleré el paso hasta nuestro apartamento, allí me metí en la cama con mi marido.

A la mañana siguiente cuando me desperté había una nota de mi marido, en ella me decía que los amigos de la niña se habían ido sobre las diez de la mañana, y ellos habían ido a pescar y volverían sobre las tres de la tarde, me puse la bata por encima del conjunto de la noche anterior y bajé a la cocina para prepararme un café, salí a tomarlo al patio y mi sorpresa fue mayúscula cuando vi que allí estaban los amigos de mi hija.