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Deseo y pasión sin control.

en Confesiones

Deseo y pasión sin control.

Cuando alguien te atrae tanto que ya no lo puedo clasificar de racional, así es mi sentir por Rouss; básicamente incontrolable, a veces tanto que no puedo pensar y mi instinto me llega. El refrenar mi impulso hace que incluso sea difícil parar a mi boca de decir lo que mi cerebro piensa. Es una declaración de guerra entre mi yo racional y mi deseo animal.

Ese día simplemente coincidimos en el camión; ese día venia con un pantalón blanco de mezclilla pegado que delineaba sus delicadas piernas y enmarcaba sus firmes glúteos dibujándolos de forma maravillosa destacando esa forma curva como una manzana; delgada como siempre ha sido resaltaban aun mas sus senos con una firmeza deliciosa y una silueta delicada, su pelo recuerdo su color y me hipnotizaba; mientras su cuello me llamaba a besarle y no digan sus labios que quería pegados a mi persona. Simplemente me dolía lo bella que era por la excitación que me despertaba. 

Durante el trayecto como buenos amigos veníamos platicando pero entre atender sus palabras mis ojos veían su pecho, y mi mano se deleitaba al posicionarse "casualmente" sobre su pierna, mis manos sudaban, mi boca se me secaba pero intentaba no perder el control. Sentía una excitación tal que no podía moverme sin que no me lastimara. 

La abrace al bajarnos del camión y sentir su cuerpo pegado al mio, su firmeza, su aroma, e inclusive su respiración casi me hace perder el control. Mientras la acompañaba a la parada del urbano por cada paso que daba mas difícil era controlarme y mi boca me traiciono cuando a una pregunta de "¿que piensas de ... ?" no la deje terminar y dije sin provocación ni preámbulo alguno "escápate conmigo".

Me miró con esa mirada que no puedo definir, solo leí el conflicto en sus ojos; ambos dos sabíamos que era una relación prohibida pero que deseaba con tal ansiedad que en mi mente no cabía ninguna otra cosa ni media ninguna consecuencia. 

La jale hacia mi, la abrace no como amigo sino como amante tomándola de su cadera baja y besándola apasionadamente. 

Antes de que reaccionara la arrastre a un hotel cercano que ofrecía cuartos a los comerciantes del tianguis y pague un cuarto.

Cuando la puerta se cerro Rouss solo veía el suelo y temblaba, yo sentía que quería salir corriendo del miedo pero eso solo hizo mi deseo mas grande. Me sentía hambriento al punto de la locura y el mas delicioso manjar estaba frente a mi. 

Me acerque a ella; la abrace y empece a besar su cuello, primero suavemente luego aparte de besar usaba mi lengua para sentir su piel. Seguí así poco a poco y fui descubriendo su hombro. Regrese a su cuello con un rápido movimiento dejando un rastro de saliva, y repetí la historia para el otro hombro. Mis manos le acariciaban la espalda desfajando su ropa. 

Nos separamos por un segundo y vi en su mirada que el deseo se anidaba en ellos. Le ayude a quitarse su chamarra de mezclilla y me pegue mas a ella mientras le quitaba por sobre su cabeza su blusa negra. Un hermoso sujetador negro que no tenia nada de sencillo en su diseño se pego a mi.

La atraje hacia mi. Poco a poco baje de su boca hacia el cuello. Bese y saboree con mi lengua la piel sobre sus senos y continué bordeando y saboreando la piel. Ese sabor a perfume y a su sudor me invadía y me animo a quitarle su sostén. 

Dos hermosos senos duros, de forma redonda, con un delicado pezón rosa quedaron ante mis ojos; pero antes que perderme en su contemplación me lance a comérmelos, saborearlos a no dejar un milímetro sin probar me encantaban sus quejidos bajitos, sus manos solo reposaban en mis hombros pero mis manos no descansaban de acariciarla y de ayudarme a disfrutar esos senos.

Cuando un quejido un poco mas fuerte se oyó yo tome su cinturón lo desabroche;  desabotone su botón y le abrí el cierre. Sin delicadeza alguna metí mis dedos por el borde de su bikini y arrastre toda su ropa hasta mas abajo. La atraje hacia mi y la tumbe sobre la cama.

Mi boca busco su boca y besándonos mis dedos buscaron sus labios íntimos, mis dedos profanaron su intimidad y uno de ellos rosaba su clítoris. Mordía suavemente mi labio mientras sus caderas se alzaron. La atraje hacia mi metiendo mi brazo por entre sus piernas y mi mano se apoderaron de sus glúteos. En ese momento sucedió otro orgasmo.

Mientras su respiración aun luchaba por recuperarse me desabroche los pantalones y los baje junto con mis boxers; tome sus piernas y las pase por enfrente de mi; la acomode de lado con sus piernas atadas con sus ropas en sus tobillos colgándolas sobre mi hombro dejando su entrepierna delante de mi.

Estaba totalmente lubricada y solo tuve que apoyar mi glande en sus labios y me hundí totalmente en ella. Fue a falta de mejores palabras maravilloso, me resbale dentro de ella mientras me apretaba tan deliciosa que hasta me dolía; fue un solo movimiento y tardo solo unos segundos pero la sensación recorrió toda mi espalda. Mi cuerpo solo se movió y comencé el movimiento ancestral cargando mi peso pues ansiaba invadirla y hacerla totalmente mía. 

Sus manos no me alcanzaban bien solo se aferraban a mis brazos pero sin importarme nada me cargue mas y doble sus piernas acercándolas a su pecho para poder moverme mas

No fueron estocadas rápidas, fueron lentas pero con toda mi fuerza; quería ver su cara desfigurada del placer, quería oír sus quejidos, quería escuchar el sonido de nuestros cuerpos chocando, quería sentir su humedad en mi cuerpo, quería sobre todo dominarla, poseerla.  

Mi pasión era ciega, mas animal y de búsqueda del placer. Sus orgasmos se presentaron pero no le di descanso, no me importo que le costara respirar; ni sus quejidos en grito, que solo me hacían sentir mejor. Yo ansiaba mi propio placer y nada más; y cuando se presento me precipite a toda velocidad buscando tocar fondo y cuando me vacíe simplemente me sentí desmayar. 

Sentía mi cuerpo relajado, sentía mi corazón desbocado pero mi pene y mi hambre por ella no tenían todavía descanso. 

Me termine de desnudar y la termine de desnudar. 

De pie ante la cama la observe desnuda, tierna, con esa figura tan femenina, con esos bellos senos coronados por esos pezones rosa pálido y duros como piedra, con la piel sudada, con sus ojos cerrados y una expresión como ausente, con sus brazos caídos a cada lado con las manos sueltas; sus piernas un poco separadas, sus glúteos bien dibujados desde su cadera, ese vientre redondeado, su pecho y su estomago respirando visiblemente  y su vagina abierta derramando parte del semen que había ahí depositado.  

 

Vi su sonrisa dibujarse y como lentamente se dio vuelta, recogiendo sus rodillas dándome la espalda, el primer plano de su tersa espalda, esas piernas delicadas ambas partes enmarcando una redonda y hermosa cadera, que estaba coronada por los glúteos perfectos colocados por su dueña a la altura precisa. 

Sin que lo dudara por un segundo, me acerque a ella y mis manos tomaron su cintura dirigiendo mi pene a su ano; el cual comencé a invadir lentamente y sin compasión. Estaba mojado de sus anteriores venidas lo cual lo facilito. Cuando termine de entrar el glande tome sus muñecas y jalándola hacia mi profundice la invasión al oprimir y separar sus glúteos. 

Sin soltarla comencé a moverme sintiéndome en la gloria, cada vez que salia ella se relajaba y cuando entraba hacia fuerza que me hacia sentir delicioso. Era una batalla en busca del placer, la jalaba hacia mi para que luego huyera; forzándola a regresar. 

De su boca salían sensuales quejidos cada vez a mayor volumen y sin previo aviso me vine rebosando su intestino pero mi erección no bajaba y yo quería no complacerla sino dejarla marcada con mi sexo.

En ese momento de leve relajación, la naturaleza me jugo una mala pasada y con una dureza en mi pene que ya me dolía; mi vejiga ya no soportaba mas y empece a orinar sintiendo el placer de un larguísimo orgasmo mientras inundaba bien dicho sea su interior.  

Mucho antes de que me critiquen (pues no pensé en Rouss solo en mis deseos) su reacción me animo a continuar pues comenzó a tener un orgasmo que grito guturalmente mientras de su sexo salia su flujo y orina. Fue un momento extenso que sentía robaba todas mis fuerzas. 

En ese momento ya no pude mas y nos separamos. Me deje caer sentado en la orilla de la cama viendo como Rouss se levantaba haciendo acopio de su fuerza y se dirigía al baño.   

No sabia que pasaría después y espere sentado temiendo que me diría. Salio del baño con una sonrisa y una toalla húmeda. Me beso tiernamente y me hizo pararme limpiándome poniendo especial cuidado en mi entrepierna. 

Me paso mi ropa y nos volvimos a vestir en silencio. 

La primera frase que dijo después de que todo esto comenzó fue "se que no podemos estar juntos como queremos... Pero podemos estar juntos como amigos se que no deberíamos hacer esto; aunque yo lo deseo y quiero que tengamos mucho cuidado para no lastimar a nadie"

Su declaración fue un alivio, nuestro cariño no se rompió con el sexo y tenia esperanza de estar así de nuevo con ella. La bese con verdadero sentimiento y salimos del hotel cada uno a sus compromisos aunque ese día llegamos ambos tarde.