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Colegiala…. En los ensayos.

en Hetero: General

Colegiala…. En los ensayos.

 

Andrea va en una escuela católica privada (del OPUS DEI) multinivel desde kínder hasta universidad, practica gimnasia, tiene un vientre completamente plano, un par de duraznitos bien formados, y un par de nalgas firmes y redonditas. 

 

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En la disco de los para los niveles superiores llego enfundada en unas medias azules con el uniforme de la escuela, nos escapamos a un privado, nos besamos, nuestras pieles se conocieron, probé su intimidad para luego entrar en ella de manera triunfante por primera vez mientras me cabalgaba.Y terminar esa deliciosa velada con una sesión oral de su parte en mi coche al llevarla a su casa culminada con la deliciosa invasión a su anito. Dejándome como prenda que después recogería, su traje todo pegado de gimnasia. 

 

Otro día la encontré en la entrada de mi apartamento llego vestida con un body de ejercicio de lycra negra y rayas blancas que resaltaba mas su figura cubriendo desde encima de su rodilla hasta su cuello con unas mangas cortas. Baste decir que al final pude verla irse desde mi puerta luciendo tan sensual prenda manchada de la entrepierna resultado de momentos de total entrega. Con la promesa de repetir 

 

Después de un entrenamiento en la escuela donde vestía el uniforme de gimnasta (un body pegado de color blanco y con franjas) el cual solo me pudo modelar por culpa de las políticas de la escuela y la maestra de gimnasia; pero que acto seguido me sorprendió en el vestidor de maestros. 

 

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Debo admitir que el deseo carnal por parte de ambos era fuerte pero las oportunidades escasas y de vez en cuando muy escasas pero las actividades escolares a veces abren puertas.

 

Si había una verdadera tradición entre todas esta era la pre posada de la escuela; esta era organizada por los grupos del ciclo escolar de Andrea (más chicos era incontrolables; más grandes su cabeza estaba en otro lado) así que ella fue escogida para el papel de ángel. Su mama (Dios la bendiga y estoy seguro que el diablo le susurró al oído) para los ensayos le compro un atuendo de angelito de un catálogo de una marca que vendía ropa interior, pues le pareció lindo, este incluía las alas, la aureola un camisón que en la revista no revelo cuan transparente era; más un body de tirantes (que unía una camisa con un short en una sola prenda) todo de color blanco. Su disfraz oficial se lo daría la escuela (si una toga muy tradicional ya saben).

 

Así que imagínensela con pocas curvas pero bien resaltadas; sus senos llenaban bien el body y si no se ponía el bra se podían observar sus pezones resaltar, la tela del body lisa y brillante resaltaba su piel, su breve cintura enmarcaba muy bien sus caderas; sus nalgas bien definidas por la tela, hacían que el body se recorriera y pareciera un leotardo desde atrás, ocultaba bien la división entre ellas pero resaltaba de forma hermosa la forma de su entrepierna mostrándola si se puede aún más antojable. 

 

El verla caminar era simplemente pecar, ese movimiento de cadera con esa armonía de nalgas solo incitaba a querer rebotar en ellas; esa sonrisita entre inocente y picara que ponía el moño a un par de senos que sin ser grandes en ella se veían generosos y apetitosos. Agréguenle un camisón vaporoso que más que ocultar resaltaba un par de alitas y una aureola para completar la fantasía.

 

Para ser sincero no podía presentarme a los ensayos pues eran casi cosa de máxima seguridad pero los vestidores era donde la podía interceptar. 

 

 

 

 

El primer día

 

La vi el lunes así vestida y mi erección incluso llego a dolerme pero el tiempo fue muy corto. Fue un beso apasionado donde mis manos se perdieron debajo del camisón y acaricie su cuerpo sobre la tela, el tacto era delicado y suave. 

 

Atrape sus senos mientras la besaba y se apasiono un poco más; libere mi mano izquierda y la abrace mientras con la derecha abarcaba sus nalgas desde abajo; en ese momento echo la cabeza hacia atrás, bese su cuello y me deslice hasta su hombro desnudo, con mi lengua dibuje las letras de su nombre en cursiva desde la base del cuello hasta el hombro en su clavícula mientras con la mano apresaba su seno y con mis dedos hacia tijera sobre sus pezones moviendo mi mano como garra. 

 

Ella se agito suspiro y para no gritar mordió el cuello de mi camisa. Le faltaron momentáneamente las fuerzas pero la tenía bien agarrada. A ser sincero tuve que bañar y masturbar después pues cuando me quería lanzar a más; la llamaron en voz alta y ella se fue con una sonrisa satisfecha y moviendo su cuerpo de la forma mas sensual

 

 

 

 

Después de eso

 

La segunda vez fue un jueves un tanto antes del ensayo; se movía lento y candente se acercó a mi oído “tengo que decirte algo” susurro “anoche tuve un sueño contigo en el que me tomabas salvajemente y que yo solo podía gemir, me hizo amanecer húmeda, tanto que moje la ropa interior, tanto que todavía estoy excitada y es tu culpa”. 

 

En ese momento quise replicar pero su dedo en mis labios lo impidió “La otra vez tus caricias me hicieron delirar pero yo quería más y me fui temblando de las ganas” (si me lo preguntan estoy seguro que leyó ‘Las edades de lulu’ por que las frases eran matadoras en su voz). Su otra mano libero mi pene y sin más se dejó caer de rodillas. 

 

No sé qué fue más devastador, la sorpresa inicial, el tremendo juego que hacía con su boca y lengua: succionando (de forma que puedo definir como con verdadera hambre), lamiendo (delicadamente pero de forma fuerte y salvaje) y acariciando o sus dedos masturbándome o acariciando mis testículos. Ella misma se bamboleaba haciendo (según los españoles) le follara la boca a bien. 

 

Cuando me vine quisiera que me entendieran que se juntaron varios días de abstinencia total, junto con un deseo absoluto por ella más la propia situación. Dio como resultado no una venida sino una erupción de semen que ella gustosa succiono y trago sin darme un respiro. 

 

Se llevó un pañuelito a la boca se limpió los labios y me dio un casto beso de piquito y salió moviéndose lentamente como llego, antes de que pudiera pensar algo me dijo hasta la próxima semana (y me cito el viernes una hora antes del ensayo). 

 

 

 

 

Como cereza

 

La tercera vez nos metimos raudos al vestidor; ella con su uniforme de colegiala simplemente se quitó la camisa y la falda y ante mis ojos estaba sin zapatos con medias a la rodilla de color blanco y ese body. 

 

Me pidió me sentara en el suelo con el pantalón abierto y el bóxer abajo. Sus pies acariciaron suavemente mi pene y lo rodeaban, hacia leve presión y reía bajito. Cuando mi cara era de deseo y suplicio por no poder tocarla se paró. 

 

Se sentó sobre mí, tomo mis manos y las puso para apoyarse, con su entrepierna acariciaba mi pene y nuestro sexos se saludaban separados por una tela satinada que no ocultaba la caricia pero que insoportablemente impedía llegar a más. 

 

De repente se levantó y sin mediar palabra se quitó rápidamente el body; se dejó caer de nuevo empalándose certeramente (yo tuve miedo de una lesión) acariciando mi pecho con sus manos subiendo mi camisa evitando que mis manos la alcanzaran lanzando manotazos me empezó a cabalgar cual jineta a un caballo bronco, subía, bajaba, apretaba, soltaba, hacia círculos o movimientos laterales; era indómita pero no éramos inmunes al sentimiento y llegamos los dos aun tiempo. 

 

Nos metimos a la ducha y sin previo aviso ella se apoyó en la pared dándome la espalda, yo preso de la emoción me acerque a ella y la fui penetrando por el ano. Entrar despacio fue una tortura pero no quería lastimarla, no iba por la mitad cuando ella se hizo hacia atrás. 

 

No dijo nada simplemente volteo hacia mí y su mirada salvaje me hizo reaccionar tomándola de la cadera y moviéndome con locura buscando el placer. El agua nos cubría y tapaba el ruido que hacíamos. Ella en un movimiento acompasado me ayudo a llegar hasta lo más profundo y ahí apretó con todo haciendo que la acompañara en su orgasmo. 

 

Salimos rápido de la ducha, se secó y se puso un panti protector. Se puso rápidamente su disfraz y me confeso al oído “quería sentirme llena para que cuando ensaye te esté recordando y esta noche soñare contigo”. Me dio un beso que sentí que por poco me saca el alma y con una sonrisa y un movimiento de cadera me dejo desnudo en el vestidor pero ya no podía dar más batalla en ese momento.