miprimita.com

Encantamiento - La Boda.

en Control Mental

Encantamiento - La Boda. 

En un día tan especial todo terminó de una forma completamente inesperada. 

Advertencia: El siguiente relato contiene Incesto y Religión si eres sensible a estos temas mejor no lo leas. 

 

Comenzaba a hacer frío en aquel paraje en medio del bosque, comenzaba a obscurecer y no tardaría en que nos quedaríamos a obscuras, vaya idea de mi hija en escoger aquel lugar alejado de toda civilización. Unpequeña iglesia con la población más cercana a unos 5 kilómetros. 

A pesar de ello me sentía orgulloso de la escena que disfrutaba ese día, estaba frente a la entrada de la antigua y pequeña iglesia en medio de la naturaleza, viendo como mi hija se tomaba fotografías con la familia y sus amigos al lado de su nuevo marido, acabábamos de presenciar quizá uno de lo eventos mas memorables de su vida, acababa de casarse. 

Junto a mi apreciando la escena se encontraba su madre, mi esposa Natalia, no pude evitar recordar algo que me causo mucha satisfacción. 

¿De que te ríes? me pregunto Natalia muy divertida. 

No puedo creer que hayas podido entrar en el vestido de Karina”. 

Con una sonrisa de satisfacción y orgullo mi esposa me respondió.-No te podrás quejar que todavía puedes presumir a tu mujercita. 

Y era cierto a pesar de que ella ya se encontraba en sus tempranos 40 seguía manteniendo el cuerpo de una chica de 25 años, gracias a su constancia en el ejercicio y parte a la genética siberiana que heredo de sus ancestros. Mi esposa era una belleza a pesar de su piel blanca no se denotaban signos de la edad en su angelical rostro y tenía un par de ojos azules que me encantaban, realmente fui agraciado ya que aparte de que tenía un bellísimo rostro. tenía un cuerpo que muchas chicas de la mitad de su edad podrían envidiar, contaba con un generoso pecho, una delgada cintura y lo que realmente amaba de su figura era una cadera con un trasero genial, el cuál terminaba en unas increíbles piernas. 

Ese día ella llevaba puesto un vestido de noche de color negro que mostraba todas sus cualidades físicas que sin ser vulgar se podía apreciar todo. Un pronunciado escote mostrando gran parte de su pecho, este se pegaba a su cuerpo lo que marcaba su esplendorosa figura. Este tenía aberturas a los lados de su falda mostrando sus increíbles piernas al caminar. Orgulloso de lo que era mío, tome a Natali (Como le decíamos de cariño) por la cintura y la traje frente a mi abrazándola por el talle, el simple contacto de su trasero  con mi pene hizo que este se erigiera de manera instantánea. 

“¡Tontuelo!, puedo ver que te gusta”. 

“¿cómo no hacerlo?, ¡te ves genial! 

Siento mucho romper su pequeño momento de diversión pero creo que es hora de irnos hacia la recepción, creo que tenemos que estar antes que todos” Nos tomó por sorpresa el comentario de Katia nuestra otra hija, la cual llego por atrás de nosotros acompañada de Román 

Katia era la hermana gemela de Karina, ambas eran la viva imagen de su madre a esa edad, ese día se veía preciosa, generalmente no estábamos acostumbrados en verla llevando un vestido, Katia se caracterizaba por ser más ruda que Karina con ademanes más bruscos, siempre podíamos verla vestida de jeans holgados y playeras de algún grupo de rock, durante la adolescencia su medio de transporte era una patineta y nunca salía sin una gorra sobre su cabeza, cosa que contrastaba con KarinaKarina era más tierna, destilaba dulzura, siempre se caracterizó por ser popular en los grupos que se movía y siempre estuvo asediada por decenas de chicos. Katia no era fácil de influenciarla en cambio Karina a pesar de ser una chica inteligente estaba llena de inocencia. Katia una vez terminada la universidad prefirió emprender un negocio propio y ser su propio jefe antes que vestir ropa de oficina pero sobre todo se negaba al uso de taconesKarina por su parte amaba vestir en trajes sastre en especial el uso de las faldas y las zapatillas ya eran parte de su personalidad 

Hoy esto era distinto para Katiaera la boda de su hermana gemela y ella junto con las dos mejores amigas de Karina, Rebeca y Elizabeth, eran las tres damas de honor, por lo que muy a su pesar tuvo que llevar una vestido largo de gala color rosa pastel que contrastaba con su blanca piel y que se ajustaba a su hermoso cuerpo acompañado de un par de tacones altos, demasiado altos para ella pensé. Aunque debo reconocer que me dejo sorprendido la maestría con la que los usaba, como si siempre los vistiera. 

Por otro lado Román era el mejor amigo de Katia desde que tenían 11 años de edad, en realidad eran muy cercanos, a mí me sorprendía esa relación, en mi lógica sonaba que el mejor amigo de mi hija debía ser una chica pero no era así, en realidad termine convenciéndome que Román era gay, de otra forma no me explicaba la cercanía con Katia y que entre ellos no hubiera pasado nada.  

No creerás que te me iras viva el día de hoy Le susurre a Natali en el oído. 

“Eso espero” Sonrió mi esposa. “Antes de irnos tengo que pasar al tocador, en un momento regreso. 

Así que me quede viendo cómo se tomaban las últimas fotos y todos abordaban sus vehículos en camino  a la recepción mientras Natalia mi esposa se alejaba moviendo tan deliciosamente su precioso cuerpo, junto con Katia y Román. 

Después de 15 minutos de haber partido mi esposa, mi hija y su amigo, ya me encontraba solo frente a la iglesia. Comencé a preocuparme un poco por lo que decidí acercarme al tocador de damas para ver si todo se encontraba bien. 

Al encontrarme en los sanitarios note que el sitio estaba muy callado, por lo que llame en dos ocasiones a la puerta del tocador de damas pero no obtuve respuesta, abrí un poco la puerta de este y observe que nadie se encontraba ahí. Decidí entrar completamente y  efectivamente confirme que se encontraba vacío. 

Realmente ya estaba preocupado, ya había obscurecido y no había ninguna señal de ella, ¿cómo era posible? quizá salió por otro lado, fui al costado de la iglesia y me percate que en el lugar de aparcamiento aparte de nuestro auto se encontraba todavía el vehículo del padre Toño que era el sacerdote que había llevado a cabo la boda, un amigo de la familia, la limusina de los novios y el auto de Román, ¿Qué seguían haciendo los novios, las damas de honor y Román en aquel lugar? se supone que deberían estar en camino hacia el lujoso hotel donde se haría la recepción o al menos eso habíamos acordado. 

Camine entonces hacia las oficinas que se encontraban al final del patio de la iglesia, al acercarme escuche un grito que me dejo pasmado, en ese momento creí que era un grito aunque después comprendí que se trataba de otra cosa. 

Sigilosamente me acerque a la ventana de aquella habitaciónno se me hacía extraño que esta no se encontrara iluminada por luz eléctrica, ya que al tratarse de una iglesia antigua en medio de la nada. El cuarto solo era iluminado por decenas de veladoras. Tratando de acostumbrarme a la luz que había dentro de la habitación para ver lo que había adentro me lleve una sorpresa que me dejo pasmado, lo primero que me llamo la atención es ver a Natalia apoyada en el escritorio. Doblada sobre este, pero se encontraba sin prenda alguna, más que los tacones, las medias negras y el ligero del mismo color. Los pechos le colgaban y rozaban sobre la mesa mientras detrás de ella estaba Juan el diacono que acompañaba al padre Toño al cual se le apreciaba el torso desnudo, este la estaba…, la estaba penetrando.  

Lejos de lo que yo pensaría que debería ser la reacción de Natalia, ella se encontraba como en un trance de éxtasis, pues la cara que tenía, reflejaba solo deseo y placer. 

El ritmo que mantenía Juan en la penetración que practicaba a mi esposa no era dulce y suave, sino todo lo contrario era rápido y brutal. Con su pelvis chocaba sonoramente contra los muslos de ella, lo que la empujaba de forma violenta hacia adelante y para mi horror mi mujer empujaba sus caderas hacia atrás ayudando con esto a ensartarse en toda la longitud del pene de aquel hombre santo. Este acto provocaba que el gran par de tetas de ella se bambolearan al mismo ritmo. Todo lo anterior acompañado de una serie de gemidos por parte de mi bella esposa. 

Pero no solo se trataba de los gemidos de mi esposa, dentro de la habitación vi otras dos escenas espeluznantes. 

Por un lado se encontraba mi hija Katiavistiendo solo su ropa interior rosa junto con sus tacones, estaba de cuclillas frente al Padre Toño  el cual tenía entre sus manos su cabeza, la cual empujaba y jalaba hacía él, marcando el ritmo del sexo oral que estaba obteniendo, en realidad eso estaba lejos de ser una mamada, más bien el hombre religioso se encontraba fornicando la garganta de mi hija como si de una vagina se tratara. Era impresionante para  ver como su enorme y grueso falo entraba y salía a esa velocidad con tal sencillez de la boca de mi pequeña Katia. 

Katia por su parte se le podía ver completamente en una actitud que no era propia de ella, dócil y manipulada a placer por el sacerdote. Sus ojos miraban a los del mismo hombre del quien recibió el Bautizo no reflejaban enojo o impotencia, reflejaban adoración, sumisión y se veía en esa mirada como si tratara de recibir aprobación de que su garganta era completamente satisfactoria para él. 

Por otro lado se veía a mi otra hija, Karina, con tan solo la parte superior de su vestido de novia, esta era como una especie de corseé y con un pequeño pedazo de tela que asemejaba a una minifalda de lo que se veía había quedado de la caída original de la falda.  

Ella estaba parada apoyándose un poco hacia adelante en un reclinatorio y separando las piernas, frente a ella sentada en el reclinatorio con la cabeza hundida en su pubis se encontraba Rebeca, uno podía adivinar que le comía la concha y detrás de mi hija se encontraba Elizabeth la cual se podía adivinar que le comía el culo.  

Entre el concierto de gemidos aprecie una especie de murmullos, que proferían palabras en alguna clase de lenguaje que no alcanzaba a entender, sin saber porque entre en la habitación sin proferir ningún reclamo y de la manera más tranquila tome una silla y la lleve hacia donde ya se encontraban Román, el chofer de la limusina y mi nuevo yerno Rafa sentados con los pantalones y ropa interior en los tobillos mientras acariciaban de arriba a abajo sus erecciones en su mayor esplendor. 

Como si alguien me manejara coloque la silla a su lado y me dispuse a bajarme los pantalones y calzoncillos tomando la misma posición que los hombres a mi lado. 

Note que entre nosotros una figura de un hombre en una túnica gris con capucha se movía y era quien parecía estar profiriendo aquel extraño lenguaje. 

Mientras el padre Toño fornicaba la garganta de mi hija Katia, esta con una actitud de completa sumisión, jalo su sostén hacia abajo para que por encima de las copas de tela aparecieran a la vista el par perfecto de tetas que ella tenía, a la vez que se hacia las pantaletas a un lado y con una de sus delicadas manos comenzara a masturbarse abiertamente frente a todos nosotros. 

Lejos de que sintiera coraje, asco o culpa, en realidad me sentía completamente excitado viendo como mi hija se comportaba, como una puta sumisa. 

Para ese entonces mi verga se encontraba tiesa hasta el máximo que esta pudiera alcanzar. 

Como si todos supiéramos lo que seguía Elizabeth se apartó de Karina, el padre Toño saco de la boca de Katia su verga completamente humedecida por la saliva de esta se pudo apreciar cómo se rompió un cordón de saliva entre la boca de mi hija y la verga del sacerdote, este último camino hacia donde se encontraba Karina y coloco la punta de su enorme falo sobre el pequeño orificio del culo de mi hija. 

El lugar del Padre rápidamente fue tomado por mi yerno Rafael y sin preámbulos introdujo en su totalidad su miembro en la garganta de Katia. 

¡Hola hija!, saludo Karina el sacerdote con una maléfica sonrisa en el rostro. 

Karina volteo a verle de forma suplicante al momento que sintió la punta de su verga en su pequeño orificio.  

¡Hola Padre! Respondió Karina, en su voz se apreciaba su agitación y excitación.  

¿Estas lista? Pregunto el sacerdote. 

Mordiéndose el labio superior Karina asintió con la cabeza a la vez que de su boca escapo una apenas audible afirmación “¡Mmhmm!” dando con ello su aprobación al hombre religioso. En seguida ella movió su mirada hacia su reciente esposo quien la observaba,  cruzando solo las miradas. 

El Sacerdote volteo hacia Rafael y se le dirigió  “Rafael, ¿Aceptas a esta grandísima puta, como el total cornudo que eres, y prometes serle fiel, en las alegrías y en las penas, en la calentura y en la sumisión, y así, amarla y aceptarla todos los días de tu vida? 

Si, Acepto. Contesto sin pensar Rafa. 

 “Karina, ¿Aceptas recibir cualquier verga, como la gran Puta que eres, y prometes fornicarles bien, por cualquier orificio que se te pida,  en cualquier momento y en cualquier lugar, en la calentura y en la sumisión, y así, adorarlas y respetarlas todos los días de tu vida? Pregunto el sacerdote que hace unos minutos la había casado. 

¡Ssiiiii Aceptooooo! Chillo de forma suplicante al sentir como la verga del sacerdote comenzó a ejercer algo de presión sobre su culo. 

Por el poder que se me confiere los declaro en Cornudo y Puta. Termino por decir el Padre soltando una carcajada. 

Como si algo se activara con esa última frase, pude ver a Karina correrse sobre el rostro de su amiga soltando chorros de líquido transparente. En ese mismo instante vi también como Katia se tambaleo en su posición y llevando los ojos hacia atrás colocándolos en blanco llego al mejor orgasmo que quizá allá tenido en su vida, esto fue comprobado por su coñito de donde salió disparado sobre su mano cierta cantidad de líquido que se adivinaba como su corrida. Vaya sorpresa me llevaba mis hijas al parecer tenían abundantes eyaculaciones. 

Al mismo tiempo Natalia con un fuerte gemido manifestó como se corría copiosamente mientras Juan bufaba también llegando dentro de ella. 

Por otra parte mi hija Karina había comenzado a gritar a la vez que se le veía como abría desmesuradamente los ojos al sentir aquel intruso dentro de su pequeño orificio, pronto esto cambio y los gritos se convirtieron en gemidos cuando su culo se acostumbró a la longitud de aquella enorme verga, esto se notó en la facilidad con la que esta entraba y salía, con ello aumentando el ritmo de la cogida. 

Comencé a pensar en la clase de putas que eran mis hijas, una de ellas podía alojar una verga de unos 25 centímetros dentro de su boca mientras la otra la aceptaba con suma facilidad en su culo. Y qué decir de la madre que ahora se encontraba moviendo el culo al aire y rogándole a Juan que se la volviera clavar. 

Juan con total indiferencia se sentó en una silla tratando de recuperar el aliento, pero no pudo descansar mucho pues Elizabeth una vez que lo vio se abalanzo hacia el sentándose sobre su regazo le coloco las tetas a la altura de su rostro y comenzó a moverlas haciendo con esto que estas chocaran contra su rostro. 

El fuerte gemido que anuncio el gran orgasmo que estaba teniendo Karina me distrajo de la escena y aprecie como la putilla de mi hija se corría a raudales, mientras que su amiga Rebeca trataba de sorber todo el líquido que su coño despedía. 

Creo que la intensidad del orgasmo hizo que Karina estimulara de mejor manera la verga del Padre con sus esfínteres, pues en seguida de que esta llego él se corrió dentro de sus intestinos. 

 Natali por su parte un poco desesperada de no contar con una verga dentro de su coño rodeo el escritorio sentándose en este, se recostó hacia atrás apoyándose sobre sus codos quedando de frente hacia mí, ella subió sus piernas y las abrió dejando una perfecta V exponiendo su vulva en todo su esplendor era completamente alucinante ver a aquella hembra semidesnuda con solo su ligero, medias y tacones como vestimenta y aquellos enormes montes que llevaba como tetas al descubierto, mirándome a los ojos se dibujó en su cara una sonrisa que no supe interpretar si era de orgullo o de burla. En ese instante se alcanzó a notar como escapaba un hilo de semen que salía de su coño y caía hacía su culo, lo que le arranco una estúpida risita. En ese instante me di cuenta que la linda y dulce mujer de la que me enamore nunca más sería solo mía. 

El Padre Toño pudo liberar su verga del culo de Karina y este se encontraba todavía completamente erecto, dejando una mórbida escena. En medio del dulce trasero de mi hija se veía su ano completamente dilatado y con copiosas cantidades de leche escurriendo de este hacia su coño y muslos. 

El Padre Toño fue directo a mi esposa la tomo de los tobillos y de un solo golpe le metió la verga en el coño. Su lugar en Karina fue ocupado por Rafa quien de igual forma comenzó a perforar el ya florecido hoyo de su culo, mientras que Román tomo el lugar de Rafa y comenzó a fornicar la garganta de su mejor amiga, mi hija Katia. 

La cadena comenzó a realizarse y los varones fueron tomando sus turnos para penetrar por alguno de los orificios dispuestos en esa habitación y después de que uno a uno de los hombres acaba en alguno de los hoyos de las tres mujeres que yo amaba seguían al que les tocaba a la vez que NataliKatia y Karina no paraban de correrse. 

Cuando fue mi turno me levante frente a Katia, no había notado que alguno de los hombres que había disfrutado de su boca se había corrido en su rostro. Lo que vi no fue a mi hija sino a una puta barata suplicante por verga, con el maquillaje corrido y una cara estúpida de adoración y deseo, embarrada de semen y con un enorme charco provocado por sus fluidos debajo de ellaNo dejaba de bombear con sus dedos su coño y con desesperación me dijo. Vamos Papi follame la boca, follame como la puta barata que soy.” sin ningún remordimiento tome al igual que los otros su rostro y se la metí a la boca y comencé a follársela como si de una concha húmeda se tratara. 

Solo una vez en mi vida disfrute de sexo oral, el cual recibí de mala gana y gracias a una borrachera que se había puesto Natali. Pero lo que mi hija hacía con la boca, con su garganta, con su mano, era excelso. Fui transportado al paraíso. 

A los pocos minutos el chofer de la limusina se corrió dentro del culo de Karina, ella por su parte reflejaba excitación en su rostro y abría y cerraba los ojos en señal de gozo, mantuvo cerrados estos por unos segundos tratando de disfrutar hasta el último minuto del orgasmo alcanzado por aquel extraño abrió estos y con una mirada de adoración vio como el hombre retiraba su pene de ella “¡Gracias por la cogida a mi culo!, ¡has estado sensacional machote!” dijo con una voz casi audible, llena de sensualidad. Era mi turno pensé, así que retire mi verga de la boca de Katia y camine hacia mi otra hija. 

Al encontrarme detrás de ella, volteo sobre su hombro para darse cuenta que era yo quien me encontraba detrás de ella, con todo su arreglo ya desacomodado, me sonrió como una chica traviesa, como muchas veces lo había hecho en el pasado aunque en circunstancias muy distintas. 

Su corset ya no lo vestía por lo que podía apreciar el tremendo par de tetas que le colgaban, solo portaba un par de medias blancas detenidas con ligas en las cuales se le veían húmedas por la cantidad de fluidos que le escurrían por los muslos provenientes del culo y de su coño. 

Su culo se encontraba completamente abierto y con una impresionante cantidad de leche rebosando de este, desde que entre en aquella habitación no había sentido esa sensación de asco como la sentí en ese momento.   

Tome a Karina por el cabello y de un jalón la coloque a cuatro patas sobre el piso, llame a Katia. 

Limpia a tu hermana que esta echa un asco”. 

Sin dudarlo Katia coloco su rostro detrás de ella y comenzó a chupar todo lo que de su culo salía alternando entre este y su empapado coño, pasando por sus muslos y todo donde había rastros de semen. 

No pude evitar ver el culo empinado de Katia a la vez que hacía la tarea que le ordene y sin pensármelo mucho me arrodille detrás de ella y le metí la verga en su coño. Sin ningún esfuerzo esta entro, resbalando deliciosamente en su coño, podía sentir lo empapada que esta se encontraba y el calor que esta producía, casi fundía mi verga. 

Comencé a fornicarla primero lentamente y fui subiendo el ritmo lo cual ella agradecía con pequeños gemidos que se le escapaban mientras trataba de no distraerse de su labor con su hermana. La follada fue intensificándose al grado que dejo de chupar a su hermana. Karina por su parte se volteo, recostándose sobre su espalda empuje a Katia para que se colocara encima de ella.  

Los gemidos de Katia fueron acallados por un beso que Karina le proporciono. 

Me di cuenta que en esta posición tenía el coño de Karina también a mi disposición, así que retire mi verga de Katia metiéndola nuevamente en la rajita de Karina y comencé a bombear de nuevo, estuve alternando unas estocadas en una de mis hijas para pasar a la otra mientras ellas no dejaban de sobarse y besarse. 

Estaba alucinado viendo como me cogía a ese par de perras y el verlas tan metidas en aquella posición una contra la otra, pegadas, aplastándose las tetas de una contra las tetas de la otra, tocándose los culos e intercambiando fluidos a través de sus bocas. 

No era yo el único fascinado con aquella escena, pues note que al lado nuestro ya se encontraba su madre sentada en una silla con las piernas abiertas, mientras metía tres dedos en su conchita, de esta extraía semen que ahí alojaba, llevándose a la boca esos delicados, delgados y manicurados dedos, limpiando con su lengua todo rastro de semen para volver a llevarlos a su rajita e iniciar el proceso de nuevo. Era lógico, que trataba de sacar todo ese semen dentro de su coño para saborearlo en su boca, no llevando prisa en el acto. 

Después de estar un rato intercalando mi penetración entre una concha y otra, sentí que mi pene estaba a punto de explotar pero quise prolongar un poco más aquella situación por lo que me salí de Karina, me incorpore y les pedí a las dos de forma imperativa. 

Vengan aquí y cómanme la verga hasta que vacíe mis pelotas dentro de sus boquitas, par de putas, espero trabajen en equipo como las buenas hermanas que son. 

Ambas se colocaron de rodillas al lado de mi verga, Katia tomando la iniciativa se metió mi miembro a la boca y comenzó a chuparlo sin dejar de verme a los ojos, por su parte Karina con cierta cara de putilla tomo la palabra. 

Papi solo pensar en saborear tu rica leche me pone tan caliente. 

Por otro lado Katia dejo salir el pene de su boca oportunidad que fue aprovechada por Karina para ella continuar con la mamada. 

El pensar en que ahora en adelante seré tu puta me pone tan mojada Papiiiiii dijo con voz melosa Katia. 

Katia tomo un lugar junto con su hermana y comenzaron a alternarse entre boca y boca para sorber mi pene y mis testículos. 

 Natali por su parte se acercó a mis hijas y se hinco detrás de ellas colocando una mano sobre el culo de Katia y la otra sobre el de Karina comenzando a sobárselosapretárselos y hasta golpeárselos con pequeñas nalgadas, incentivando con esto la calidad de la felación que yo recibía, promoviendo un concierto de gemidos entre las dos, lo que hacía que mi verga se mantuviera al máximo. Pronto los dedos de su madre encontraron sus rajitas, primero fueron caricias sobre estas para después pasar a ser cuatro dedos bombeando fuertemente sus coñitos.    

Las caras de mis hijas completamente habían cambiado, de deseo y ansiedad a placer y lujuria, de vez en cuando tenían que detener sus atenciones de su boca hacía mi verga para tratar de tomar aire o dejar escapar algún gemido. 

El bombeo por parte de Natali  comenzó a rendir frutos y pronto las dos habían abandonado mi verga de sus bocas mientras gemían ruidosamente al compás de la fornicación de la mano de su Madre, pero en un intento por no desatender mi verga Karina continuo con una de sus manos masturbándome a la vez que Katia acariciaba y sobaba mis pelotas. 

“Te das cuenta la calidad de perras que hemos criado, mira cómo se vuelven locas con solo tocarles el chocho, apuesto que este par de putas se cogerían a un burro solo por el hecho de sentir sus coños llenos. Tus hijas están tan mojadas que me han dejado las manos empapadas, será un placer saborear esos ricos jugos de hembra en celo. Vamos putas córranse, córranse quiero que su padre vea lo guarras que son”. 

Como si hubiera activado un interruptor tanto Karina como Katia comenzaron a correrse sobre la mano de su madre frente a , no pude soportar ver sus rostros transformados por la entrega a su orgasmo y explote enviando el primer impacto de mi corrida al rostro de Natali, los demás comenzaron a caer al azar sobre los rostros y tetas de mis hijas y su madre, nunca en mi vida me había corrido con tal fuerza y arrojado toda esa cantidad de leche. 

Las rodillas me comenzaron a temblar y Natali que era la única que parecía no afectada, se abrió paso entre sus hijas y coloco su lengua sobre el glande de mi miembro tomando el pequeño hilillo que escurría de este para después solo introducir la punta del tieso trozo de carne en su boca y tomar los últimos residuos de leche que ahí había. 

Sin poderlo evitar caí hacia atrás, la fuerza me abandonaba y lo último que vi antes de caer inconsciente fue al extraño que continuaba susurrando en aquel extraño lenguaje colocándose en la misma posición que dejaba yo vacante. 

Mis mujeres se encontraban hincadas viéndole con veneración, este se descubrió la túnica para revelar una verga enorme, cosa que hizo que los ojos de las tres brillaran de lujuria pura, Natali fue la primera en tomarla en la boca, después no supe de . 

 

*************** 

Epilogo. 

Escuchaba como se estacionaba un auto afuera de nuestra cochera, esto me coloco nuevamente en la realidad. 

“Vamos Papá, que voy a llegar tarde y quiero ir a trabajar con una carga tuya dentro de , esto hace que consiga más propinas me dijo Katia a la vez que se esmeraba brincando ferozmente sobre mi verga mientras yo me encontraba sentado sobre el sillón. 

Así que me concentre en ver ese lindo trasero moviéndose sobre mi verga y continúe con mis manos alcanzar su par de tetas. Viendo su desnuda y delicada espalda, esa pequeña faldita sobre sus caderas y mi verga desaparecer, llegue dentro de ella inundando su interior con mi leche casi al mismo instante que se escuchó como abrían la puerta de la casa, desde aquel día el tener cuantiosas descargas de semen se había vuelto una característica cuando me corría. 

Pude ver que se trataban de Karina y Rafa. Katia se levantó de mi verga dejando escapar de su coño algunos restos de mi corrida cayendo estos sobre esta y mis muslos. 

“¿Qué haces tonta?” Grito Karina a la vez que empujo a su hermana para abalanzarse sobre mi tronco de carne y con su linda boquita recogió los restos de semen que se encontraban en mis muslos y mi verga dejándola completamente limpia, por su parte Katia terminaba de colocarse nuevamente la ropa en su lugar. 

“Este delicioso jugo no debe desperdiciarse ni una sola gota puta descerebrada le reclamó Karina a su hermana. 

“Yo lo hubiera recogido si no hubieras aparecido, perra hambrienta” 

Se miraron las dos y soltaron una carcajada. 

En el comedor vi que Natali no perdió el tiempo para meterse en los pantalones de Rafa y ya se encontraba brincando sobre su pene erecto arriba de la mesa. Si era cierto que desde aquella ocasión ya no había tenido sexo con mi esposa en realidad no me importaba mientras que tuviera la atención de mis hijas, por lo general tenía un encuentro con ellas al día a veces individual, a veces las dos juntas y muy de vez en cuando con alguna de sus amigas o con algún otro miembro de la familia, como mis hermanas, la hermana de Natali, la esposa del hermano de mi esposa, mis sobrinas y alguna que otra conocida que asistió a la boda de mi hija Karina. 

Aquel día no todo termino en la iglesia, recuerdo que desperté arriba del auto con mi esposa conduciendo rápidamente y con malicia en su rostro. Llegamos a la recepción y me percate que veníamos en caravana todos descendimos de los vehículos y vi como el misterioso personaje descendió de la limosina con Karina para ponerla sobre la cajuela y terminar de follarsela por el culo justo ahí en la entrada de la recepción, justo enfrente de todos, incluyendo a los chicos del Vallet. 

Entramos al salón en aquel hotel donde se llevaba a cabo la fiesta, los asistentes quedaron enmudecidos al ver el estado en que llegábamos pero no duro mucho su asombroal momento que volvieron a resonar aquellos extraños murmullos por todo el lugar, eso se convirtió en una orgía multitudinaria, donde no importaba edad, sexo o parentesco.  

A partir de aquel día las mujeres asistentes se han convertido en una especie de putas en celo y los hombres en una especie de sucios depravados y pervertidos. 

Empujado por la situación mi yerno abrió un negocio, un bar con bailarinas exóticas o strippers, la mayoría de las chicas pertenecían a la familia y el resto había estado en aquella boda. No se les pagaba sueldo lo hacían por completo placer, si no lo contrario ellas dejaban las propinas como paga por dejarlas bailar ahí y quizá de vez en cuando conseguir un buen montante que les tirara un buen polvo. 

Rafa y Karina todas las noches pasaban por Katia para llevarla a trabajar razón por la que ahí estaban. 

Oía los gemidos de Rafa anunciando su corrida, Natali brinco rápidamente de arriba de él y coloco su miembro sobre su boca tomando toda su leche en esta, se separó al sentir que se ahogaba y tomo los últimos disparos de semen sobre sus tetas a la vez que no dejaba de jalarle la verga con su linda mano. 

“Ha sido genial pero tenemos que irnos”. Dijo Rafa a la vez que se incorporó, colocando sus pantalones en su lugar, tomo a su esposa y Katia por el culo y salió de la casa con ellas al lado. 

Voltee a ver a mi esposa quien se encontraba todavía sobre la mesa, ella se encontraba tomando con uno de sus dedos los restos de semen que estaban sobre sus tetas y se los llevaba a la boca, terminando de limpiarse me dirigió una mirada y se rio pícaramente. 

Del misterioso hombre nunca supimos nada.