miprimita.com

¿Confias en mi? cap. 7

en Erotismo y Amor

Capitulo VII

DANIELA

     El encuentro con mi madre es más de lo normal. Ella insiste en que trabaje para ella en la empresa, y yo insisto en independizarme. Aunque sinceramente con la jugosa fortuna que tengo a mi disposición es innecesario, pero ¡Vamos!  Me niego a ser la típica malcriada nacida en cuna de oro ¡No! ¡Me niego!

     Mi madre sale a hacer unas compras, Josué como siempre la acompaña, y yo decido quedarme a tomar el sol, estoy más pálida de lo normal.

     El Pastrana's Resort es un hotel maravilloso, está situado en una de las mejores playas del país, ni siquiera debes salir del hotel para llegar a ella, cuenta con 3 piscinas exteriores y 2 interiores, 1 Restaurante con bufete libre y una maravillosa vista al mar, Área de entretenimiento infantil, juvenil y para adultos, 8 bares con barra libre las 24 horas situados en diferentes zonas del hotel. ¡Es un lugar de ensueño! Pero para mí, más de lo mismo.

     Mis padres no comprenden lo mucho que me aburre esta vida de lujos y comodidades. Está bien que te mimen y te consientan un par de días, pero vivir esto todos los días de mi vida ¡Me aterra! Prefiero la soledad de mi departamento, levantarme temprano para ir a trabajar, cocinar, lavar, planchar, una vida normal como una persona ¡Normal!

     Si lo sé, parece una locura pero para mí no lo es, mi vida así ¡Es perfecta! Así no me ocupo en pensar, la rutina diaria me aleja de los malos recuerdos, salvo cuando llega la hora de dormir, es de lo único que no puedo escapar, ¡Las pesadillas!

     Así que aquí estoy, en la orilla de la playa con mi bonito bikini color Turquesa, alojada como una turista más, bueno o al menos eso quiero creer, pero lamentablemente la mayoría del personal sabe que soy la hija de los dueños y no paran de atenderme. No, más bien de ¡Agobiarme! Intento ignorarlo y disfrutar del sol.

     Dos horas más tardes estoy rojita como un camarón, decido darme un baño de playa, lo necesito. Camino lentamente a la playa y me sumerjo en el agua. Esta fría, justo como a mí me gusta, después de un par de cruzadas, salgo del agua, recojo mis cosas y me encaminó hacia el bar de la playa, una vez en la barra pido un vaso de Cuba libre, una bebido a base de Ron con Pepsi Cola y Limón que a mí me fascina. Cuando voy a pedir el segundo, un hombre se acerca detrás de mí y le dice al bartender:

- Dos vasos del que está tomando la hermosa señorita.- Me giro para observar al hombre que acaba de llegar, lo observo detenidamente, es alto, rubio, ojos verdes, unos treinta y pocos, todo un galán, le sonrió y me ofrece uno de los vasos que el bartender acaba de dejar en la barra.

- Gracias Joven.- le sonrió y brindamos.

- Todo un Placer preciosa, soy Andrés.- me sonríe. ¡Oh! ¡Que sonrisa!

- Yo Daniela.- le tiendo mi mano aun sonriendo, el la toma y me da un beso en ella.

- Un placer conocer una dama tan hermosa como vos, Daniela.

- ¿Eres Argentino? Pregunto al notar su acento.

- Si preciosa, ¿Vos sos de aquí?

- No soy de esta zona, pero si soy Venezolana.

     Durante un buen rato hablamos, me cuenta que vino a representar a la empresa donde trabaja, para abrir una sucursal en la capital, yo como siempre hablo poco de mí, le cuenta la misma historia de siempre, sin mentir ni entrar en detalles, el me aconseja como puedo ser notada como una buena asistente, y yo amablemente se lo agradezco. Al atardecer recibo un texto de mi madre para cenar con ella, le respondo encantada y me despido de Andrés, me invita a cenar pero le comento que cenare con mi madre, entonces me invita a bailar y acepto encantada vernos a las 10 en la discoteca del hotel.

CHRISTIAN

     Es medio día y eh quedado con unos amigos, tengo que viajar hasta La Colonia Tovar. El viaje es largo, y llego al atardecer, mis amigos, Diana y David Flores, dos hermanos a los que aprecio mucho, los conocí en un viaje que hicieron a México, y hemos sido muy amigos desde entonces, y cada vez que vengo a Venezuela quedamos de vernos.

- ¡Vaya, Vaya! Miren quien llego, ¡El Mexicano! - me recibe David con los brazos abiertos, nos damos un fuerte abrazo.

- ¡¡Órale!! güey, que bienvenida.- ambos reímos y luego veo aparecer a Diana en un hermoso vestido, pero mi sonrisa se agranda al notar su vientre.

- Pero que tenemos aquí, mi Venezolanita favorita ¡Esta en cinta!- me acerco a ella y nos fundimos en un significativo abrazo.

- Hay Chris, estoy muy feliz de verte.- dice riendo y besuqueándome.

- Te ves hermosa Diana, hermosa, ¿cuánto tiempo tienes? ¿Ya sabes que sexo es?

- 4 meses, y aun no sabemos, yo deseo que sea una niña, pero Juan y David quieren que sea niño.

- Es mi primer sobrino y debe ser ¡Todo un Hombre!- Exclama David sonriente.

- Ya basta de tonterías y vamos a comer, me muero de hambre.- exclama Diana empujándome dentro de la casa.

- tu siempre tienes Hambre Diana.- exclama David

     Entre risas entramos a su casa, saludo al esposo de Diana, Juan y nos vamos a la mesa a comer. Como siempre la comida esta deliciosa, el Pabellón esta de muerte, el Mondongo también, pero apenas veo el Pasticho, me lo como con verdadero deleite, Diana sabe que me encanta y lo prepara como sabe que me encanta. De postre comemos una deliciosa tarta de chocolate exquisita.

     Al final decidimos dar un paseo por el pueblo, vamos abrigados a tope, el frío esta fuerte, al cabo de una hora el frío nos vence y decidimos volver al calor de la chimenea de la casa, nos sentamos frente a ella, recordando viejos tiempo, y experiencias nuevas. Diana me pregunta cuando me voy a comprometer con alguien, yo como siempre evado responderle, sabes que no soy hombre de compromisos, ella lo sabe y no toca más el tema. A las 3 de la mañana, todos cansados nos vamos a dormir, pero nuevamente no puedo, doy vueltas en la cama tratando de sacármela de la mente, pero me es imposible, al cabo de un rato me sumerjo en un sueño profundo, donde la protagonista es ella, Daniela.