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Con la amiga de mi hija después del metro

en Hetero: General

Era Viernes , cuando salí por la tarde de trabajar. Cogí el metro para volver a casa. Era ya bastante tarde pero aún había luz solar casi había acabado el invierno y llegaba la primavera.  El metro iba casi vacío y entre la gente había una chica con el pelo castaño que miraba por la ventana. Esa chica me hizo recordar a Alicia, Alicia es la compañera de mi hija, mide  1.75 y tiene una melena castaña rizada, sus ojos son verdes y muy hermosos, y sobretodo los mejor que tiene son sus tetas que lucía y su culito redondito y firme ese que quitaba el sentido a todo varón que lo veía, vamos un bomboncito de chica…de la cual ya tuve una experiencia hacía varios días  y que al recordar se me pone dura la polla, No había vuelto a ver a Alicia ni en el metro, supongo que se quedaría ruborizada después del incidente del metro el cual conté hace tiempo titulado “Con la amiga de mi hija en el metro”.

A llegar a mi parada caminé la cuesta hacia mi residencia , un adosado a las afueras de la ciudad lejos del ruido en un complejo residencial de casas adosadas, me disponía a pasar un fin de semana solo ya que mi mujer y mi hija se habían ido muy ilusionadas a visitar a mi suegra, lamentablemente yo tenía trabajo pendiente y debía quedarme.  

Cuando llegué a mi calle me encontré la cancela de mi casa abierta, supuse que mi hija o mi esposa se la había dejando abierta, luego me fijé que sentada en las escalera de mi porche había alguien. Abrí la verja y vi que la que estaba sentada en los escalones de mi casa era Alicia.

Ella al verme levantó la cabeza y se incorporó, pude ver que llevaba unas botas negras de tacón bajo, unos jeans ajustados con varias rajas que dejaban ver parte de la piel de sus piernas y una chaqueta azul marino ajustada a su cuerpo, enfatizando su cintura y sus pechos, se había quitado el uniforme y se había puesto así de sexy para mí.. Miré a la calle que estaba desierta entré y cerré la cancela, caminé hasta ella cruzando mi jardin, ella se había  levantado pero tenía la cabeza baja su pelo castaño le tapaba parte de la cara y aunque ella se lo echaba para atrás con la mano él volvía a caer sobre su rostro. Puse mi mano en su barbilla y le levanté la cabeza, mirándole a los ojos y ella mirándome a mí a los míos. No me lo pensé más y la besé en su labios, justo donde lo dejamos hacía dos días besando sus labios e invitando la a venir este fin de semana a mi casa, que allí estaríamos solos.

Le propine el primer beso el cual ella recibió con agrado, el segundo fue más largo únicamente labio sobre labio el cual fue recibido de igual forma, para el tercer beso la punta de mi lengua rozaba sus labios pidiendo permiso para entrar dentro de su húmeda boca, ella abrió sus labios e inclinó la cabeza hacia la izquierda para que mi lengua entrara. Comencé a lamer sus labios, ella sacó la punta de su lengua para tocar con ella mi lengua, mi lengua se encontraba con la suya cuando quería entrar en su boca, y ella con su labios intentaba atraparla en su boca, finalmente opté por acariciar sus labios con mi lengua a lo que ella sacó su lengua y nuestras lenguas se rozaban y se tocaban, yo con la punta de mi lengua acariciaba su lengua y jugaba a enlazarse la una con la otra.

Paré de besarla y la miré de arriba a abajo, ella únicamente me miraba con deseo, eso que había despertado el pasado miércoles en el metro había vuelto y ella deseaba más, yo le hice un repaso visual por su cuerpo y le desanudé el cinturón de su chaqueta azul marino y bajarle la cremallera para descubrir que llevaba debajo una camiseta gris y un sujetador celeste que podía saber viendo le las tiras de esté en sus hombros, le terminé de abrir la chaqueta y comencé a tocarle la cintura luego subí hasta su escote en cual repasé con mis manos para luego bajar por su cuerpo hasta su entrepierna acariciando por encima de su vaquero su coñito debía estar ya húmedo. La tomé de la mano y subimos la escalera para llegar a la puerta de mi casa la cual abrí con mis llaves y entramos, primero yo y después ella, nada más entrar nos paramos yo cerré la puerta y eché la cadena, aunque estaba solo y no esperaba a nadie siempre no está demás cerciorarse, ella me daba la espalda mirando al salón el cual tantas veces había estado, acompañada de mi hija, de mi esposa y de mí, tantas comidas y películas que habíamos hecho allí los cuatro pero ahora únicamente estábamos ella y yo, ni hija,  ni mujer solos ella y yo.  

Una vez echada la cadena estaba detrás de ella y empecé a quitarle la chaqueta, ella no ofreció ninguna resistencia es más inclinó su cuerpo hacía atrás para facilitar mi trabajo. La chaqueta cayó al suelo y ella apoyó su cabeza sobre mi hombro inclinado su cuerpo mostrandome el camino hacia su escote y por ende a sus pechos mientras que con una mano la cogía del cuello para que no se moviera la otra la deslizaba por su cuerpo, desde su hombro hasta su pecho derecho metiendo mi mano dentro de su camiseta gris la cual se bajó dejando salir su sujetador celeste el cual estruje bajo mi mano, luego cambié de mano y fue la derecha la cual le agarró del cuello y la izquierda la que le bajó la camiseta gris descubriendo su sujetador y sus dos turgentes pechos, los cuales estrujaba mientras le decía al oído

-Dios que cachondo me pones Alicia, ¿Está mal que desee a la mejor amiga de mi hija?

ella me respondió  ¿Está mal que me atraiga el padre de mi mejor amiga?

la volvía besar de forma fogosa sin dejarla respirar y con mi brazo derecho aprisioné su brazo derecho y izquierdo detrás suya mientras la seguía besando por toda la cara, sus manos comenzaron a escarbar en mi pantalón buscaba algo, algo que se le estaba clavando en el trasero, mi polla  yo mientras le besaba la frente.

-Sé que no debería decir esto, pero no he dejado de pensar en ti desde que te conocí,Alicia, nunca me había pasado esto… eres tan hermosa….

-Seguro que no tantas veces como yo he pensando en ti… - me respondió Alicia mientras seguía acariciando mi polla por encima de mi pantalón. No me lo pensé más le quité los corchetes del sujetador y metí mis manos dentro de su sujetador desplazando lo y dejando libres su hermosos pechos, Ella sonrió por mi reacción ante su comentario.

-¿ te gustan mis pechos? - me decía mientras los acariciaba con mis manos.

-Me encantan - le dije y diciendo esto me puse delante suya y le bajé la camiseta y las tiras del sujetador para disfrutar de sus pechos en mi boca. Sus pechos eran hermosos en la otra ocasión no pude verlos pero si tocaros ahora podía chuparlos, lamerlos, saborearlos. Eran redondos, pero eso ya lo dije pero lo que no dije es que su pezón y su areola eran marrones, y que sus pezones era enorme algo que me encantó a la hora de meterlo y jugar, ella puso su mano en mi nunca mientras que con  la boca le comía el pecho izquierdo y el otro se los estrujaba con mi mano derecha, y también lo movía dando le a ella un placer indescriptible que me daba cuenta por su entrecortada respiración .

Tras largo rato chupándole los pechos me incorporé y comencé a besarla en la boca una vez más mientras seguía acariciando sus pechos, ella sin embargo con sus manos buscaba su premio, es decir mi polla, esa que en la primera historia estuvo molestando y excitando, era hora de verla y agradecerle que propinara este encuentro. Mientras la besaba y ella me agarraba mi polla por encima de mi pantalón me desabroché la chaqueta, que aún llevaba puesta luego, me aflojé el cinturón, abrí el botón de mi pantalón y bajé la cremallera ante la ante mirada de Alicia que estaba besándome y a la vez expectante por ver salir mi polla de mi pantalón.

Una vez que mi polla estuvo fuera de mi pantalón la tomé de la cabeza y hice que se pusiera de rodillas, a lo cual ella hizo sin ninguna pega, de rodillas comenzó a dar besos a mi polla,y  luego comenzó a besarla y lamerla, la chica sabía cómo tratar a una polla. Su boca y  su lengua  mientras que con su mano derecha acariciaba mis testículos.

Aflojé mi cinturón y mi pantalón haciendo que mi pantalón se bajara, Alicia se quedó quieta mirando mi polla mientras que procedía esa última acción por mi parte luego comencé a bajar mis boxers dejando mi polla fuera del todo. Alicia comenzó a moverse la polla para que volviera a coger su dureza, cuando lo estuvo comenzó a meterla dentro de su boca, me estaba encantando como se la introducía cada vez más profundo en su garganta pero para mi gusto no era suficiente quería sentir como mi polla estaba dentro de su boca y la tomé por la cabeza haciendo que se clavara dentro de su boca llegando a su garganta mientras balanceaba mi cuerpo hacía ella. Alicia parecía que iba a vomitar pero no se sacaba mi polla de su boca ni hacía amagos de querer que parará únicamente daba de vez en cuando arcadas, cuando vi que las arcadas eran más seguidas paré de hacerlo ella se sacó mi polla de su boca  junto con algo de saliva la cual dejó caer sobre mi polla para luego extenderla por ella con la lengua.

Me había pùesto cachondo e hice que se levantara del suelo tomándola de la mano y la llevé por la casa hasta mi dormitorio donde dormía con mi esposa.La tumbé en la cama no sin antes quitarle la camiseta y el sujetador, luego hice que se tumbara en la cama, le quité sus zapatos y le  desabroche el botón de sus jeans y tiré de ellos hacia abajo, junto con sus braguitas dejando al descubierto su hermoso cuerpo joven, ella se tapaba los pechos pero con la mirada me decía que siguiera. Me quité la camisa y el resto de mi ropa quedándome completamente desnudo frente a ella. Le abrí las piernas y le introduje un dedo dentro de su húmedo coñito, luego con la punta de mi lengua empecé a saborear sus jugos, ella únicamente gemía de placer y se tocaba los pechos pellizcando los. Mi polla estaba suficientemente dura y no me lo pensé más tenía ganas de follarme ese coñito desde hacía tiempo pero tenía más ganas desde hacía dos días.

Me incorporé y apunté con mi polla a su coño, ella paró de tocarse los pechos para concentrarse en lo que iba a suceder en breve, la entrada de mi polla en su cuevecita. Gracias a la humedad de su coño poco a poco comenzó a entrar, mi polla se abría paso dentro de su estrello coñito, su respiración era larga y tornaba  los ojos ante las acciones de mi polla dentro de ella. Al poco tiempo mi polla se deslizaba dentro de su coño  podía sentir como se estaba excitando ya que su coñito se contraría sobre mi polla y sus gemidos eran muy sonoros. Tenía su cuerpo bajo mi cuerpo, su cuerpo de niña a´n estaba debajo de mi cuerpo de hombre , sus labios ardientes me llamaban y los comencé a besar para silenciar sus gemidos sin resultado ya que ella pese a disfrutar de mis besos sus gemidos eran mas fuertes luego con sus pechos muy cerca de la boca comencé a besarlos, para luego morderlos supongo que algo de daño le estaría haciendo pero me daba igual quería disfrutar de esa joven al máximo. Aunque estaba en la gloria encima de ella quería que ella sintiera toda mi polla dentro y me tumbé en la cama junto a ella e hice que ella se pusiera encima de mí. Mi polla totalmente erecta fue introducida en su coño, me daba la sensación que era como esos trucos de magia donde una espada atraviesa a la chica, en este caso mi polla, algo más pequeña que una espada, parecía que iba a abrir en dos a Alicia cuando dejó caer todo su peso sobre mi polla apoyando sus manos en mi pecho. Se quedó inmovil allí yo con mis manos la cogí del trasero y comenzó a mover mi cuerpo y por ende mi polla dentro de su coño. Poco a poco ella fue espabilando y moviendo sus caderas al ritmo de cuerpo, para luego ella misma acelerar el ritmo cabalgando sobre mi polla como una verdadera amazona llegando a su meta, su orgasmo; ella luego me contó que el primero de su vida, tras su orgasm se quedó para con sus manos sobre mis hombros para no caerse mientras su piel brillaba por el sudor, yo la volteé tumbandola en la cama y volviéndome a poner encima suya para acabarme. Daba fuertes embestidas con mi polla sobre su coño, de mi piel se desprendían gotas de sudor sobre su cuerpo aumente la velocidad para acabar ya que tenía ganas de llenarla con mi semen.  Tras una larga sesión de embestidas me corrí con la delicadeza de correrme fuera de su coño cayendo gran calidad de semen en sus pechos, barriga y por último monte de venus.  Quedé exhausto apoyado por mis manos sobre la almohada a los lados de su cabeza, ella sonrió y me secó el sudor de mi frente con sus manos luego nos besamos, fue un beso muy dulce.

Cuando recuperamos el aliento nos fuimos a la ducha para limpiarnos el sudor y el semen, donde echamos otro polvo. Alicia y yo echamos más polvos ese fin de semana y los siguientes, y no solos los dos sino con más gente pero eso es otro relato que os contaré en otro momento.