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Vasco de vacaciones por Valencia

en Gays

El Otro día, en plena ola de calor, mi cuerpo sentía otra ola de calor más bien interna. En pocas palabras, estaba cachondísimo.

Mis dos pajas diarias se quedaron cortas para tanta calentura que tenía, así que empecé a buscar chicos por distintas aplicaciones y de repente apareció la palabra mágica en el perfil, vacaciones. Cuando alguien escribe vacaciones en un perfil es porque quiere divertirse mucho el poco tiempo que va a estar en la ciudad. En este caso el chico titulaba su perfil con la frase “Vasco de vacaciones por Valencia”. Además acompañaba con la foto de un pecho algo peludo y muy fuerte.

Estuve tentado en empezar por un Hola y ver qué pasa, pero mi calentura me obligo a ser más directo a la par que divertido, y a mi mente se le ocurrió empezar por un “si tú me invitas a horchata yo pongo el churro para mojar”.

Me arrepentí nada más enviarlo, pero ya estaba hecho, no había atrás, había perdido la oportunidad, o eso pensé, porque en un segundo el Vasto me respondió, y su respuesta fue aún más de lo que me podía esperar, “Mi Horchata es Vasca y es más espesa y fuerte que la vuestra”.

Ya me tenía enamorado el vasco con esa frase. Si algo me gusta de un chico es el sentido del humor y al vasco no le faltaba de eso.

El resto de la conversación no fue tan interesante como la el inicio, en definitiva el vasco me invito a ir al Piso que había alquilado por Airbnb en el barrio de Ruzafa de valencia (que para quien no conozca Valencia es como es chueca de Madrid).

Llegué y la primera impresión fue muy maja, el cuerpo era como me imaginaba, un hombre grande, con unos brazos enormes, pero la cara fue más de lo que me esperaba, Un hombre con unos ojazos marrones profundos, una gran sonrisa perfecta y una mandíbula cuadrada que ríete de Superman. Además cuando se sentó en el sofá pude ver como el pantalón corto estaba a punto de desquebrajarse por sus costuras pues esas piernas eran enormes, además el bulto prometía.

Ya en el sofá me relaja un poco y empezamos a hablar, Nuestras palabras decían una cosa pero nuestras miradas decían otra cosa muy distinta hasta que el Vasco rompió la espera apoyando su mano sobre mi pierna, no había vuelta atrás, se abrió la veda, me quede callado de repente y pasee la mirada desde la mano en mi pierna hasta sus ojos y le aguanté la mirada mientras mi mano correspondía a la suya y se dirigía hacía su pierna. Sin más Igor (que así se llamaba el Vasco) me cogió fuerte y me llevo hacía el abrazándome mientras nuestras bocas se besaban y mis manos con gran esfuerzo empezaban a manosear aquel cuerpo.

Como pude le conseguí quitar la camiseta dejándome anonadado al ver ese cuerpo que desnudo frente a mí se mostraba sudoroso y varonil. Le empecé a chupar los pezones y al sentir sus tímidos gemidos no pude más que hacerlo con muchas más ganas si cabe mientras él me quitaba la camisa y yo como podía intentaba sacarle el pantalón.

Una vez le quité el pantalón (con mucha dificultad pues su polla hacía una presión increíble) me quité mi pantalón y ya los dos en calzoncillos nos empezamos a besar otra vez sobándonos nuestras espaladas y nuestros culos.

Me empezó a besar la oreja y yo casi me corro, que sensación, que labios tenía es vasco. Todo en él era sexual. Mi mano empezó a recorrer por debajo del calzoncillo hasta llegar a la polla. En mi vida había sentido algo tan grande (y eso que he visto muchas). Me quede asombrado pues a través del calzoncillo parecía grande pero al tacto enorme y sin más le quité todo y me quede mirando como cuando un niño ve una piruleta.

Sólo me dijo “toda tuya” y no hubo falta más palabras, de repente estaba chupando esa gran polla, Primero un beso mientras con la mano la descapullaba, después un lengüetazo por toda la polla para sentir el sabor, y ya poco a poco mientas la lubricaba bien con mi saliva iba metiéndomela en la boca. Mentiría si digo que no me cupo, pero me costó como en la vida me había costado hacer una garganta profunda, pero con mucho cariño y empeño conseguí tragármela entera (eso si las lagrimas me caían a borbotones). Por lo bufidos del chico no se puede negar que le estaba encantando (quizás demasiado) pues de repente en una metida de garganta me cogió la cabeza y me aprisionó muchísimo más (si cabe) y empezó a bombardear (yo tenía arcadas a más no poder y creo que hasta algo de vomito salió por la comisura de los labios), pero el Vasco no se apiado de mí y empezó a decirme algo en Euskera que no entendí muy bien, pero viendo como termino el asunto, la traducción literal sería algo así como “me corro, me corro!!!”, y el muy cabrón se corrió dentro de mi garganta ahogándome como nadie en la vida lo había hecho. Haciendo que a la vez (y por primera vez en mi vida) me corriera sin tan siquiera tocarme la polla). Cuando dejo de oprimir mi cabeza me la saqué y escupí todo lo que no había entrado al fondo para poder respirar un poco mientras su polla descontrolada continuaba soltando chorros de leche sobre mi  cara.

Me hubiera gustado llamarle cabrón y haberle dicho muchas cosas pero mi sonrisa y la mancha de leche sobre el sofá entre mis piernas me relataban.

Igor, después de unos segundos de convulsiones y jadeos se tumbo a mi lado y puso su brazo sobre mi quedando su cara junto a la mía y con cara de pícaro y con su media sonrisa tan agradable me dijo: “has sido el primero que me consigue la garganta profunda y no pude remediar acabar así”.

Nos fundimos en un beso tierno beso otra vez sin importar el semen de mi cara (cosa que me puso a mil otra vez) y sin querer desperté a la bestia otra vez.

Esta vez me tumbo sobre el sofá boca abajo y apollo su gran polla (ya morcillón otra vez) sobre mi culo y empezó a besarme el cuello, después bajo dándome besos por la espalda hasta llegar a mi culo, donde sin mucho pensarlo lo abrió con las mano y empezó el beso negro más espectacular de mi vida.

Estuvo como media hora, besando, manoseando y hasta metiendo de vez en cuando algún dedo.

De repente y sin aviso alguno noté la cabeza de la polla apuntó a la entrada, la cual no ofrecía nada de resistencia, entró como si mi ojete fuera mantequilla y su polla un cuchillo ardiendo.

No sé si fue por lo caliente que estaba, o por lo bien que lo había preparado, pero mi culo jamás se había sentido tan cómo con una polla dentro, ni tan siquiera sentía la más mínima molestia cuando la introducía hasta el fondo. Estaba como anestesiado de dolor, sólo sentía placer, un placer increíble. Sin sacarla se tumbo sobre mi y empezó a besarme el cuello mientras me bombardeaba el culo bien fuerte. Yo estaba a mil y mi polla friccionaba demasiado con la tela suave del sofá y sabía que no iba a aguantar mucho más. De repente me vino, empecé a correrme, giré la cabeza como pude y empecé a besarle, el puso su mano sobre el costado y me giró, y cuando su mano notó como mi polla se estaba corriendo empezó a darme bien duro y a bufar otra vez. Yo estiré mi orgasmo todo lo que pude para dejar disfrutar y así lo hizo. Al segundo empezó a correrse bien dentro de mí. Fue increíble como noté esos lechazos bien calientes dentro. Una vez la saco yo intenté levantarme para ir al baño a limpiarme, mis piernas me temblaban pero conseguir erguirme, pero en ese momento noté como si me estuviera vaciando, puse mi mano en mi culo y mi sorpresa fue notar al menos un litro de leche saliendo del ojete. No sé cómo consiguió el cabrón esas dos corridas seguidas tan espesas y con tanta cantidad. Lo que si sabía es que la tercera no e quedaría corta, ni la cuarta, ni la quinta ni la sexta.

El vasco estuvo dos días encerrado en ese piso conmigo sin salir, sólo parando lo mínimo para comer y desayunar. Al tercer día si le enseñe un poco valencia, pero cuarto día y ultimo volvimos a estar como bestias en el piso.

En Agosto voy dos semanas de vacaciones a Bilbao, No creo que valla a ver nada que no sea su casa, pero seguro serán las mejores vacaciones de mi vida.