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Carlos y Romy.

en Amor filial

Carlos dormía tranquilamente la mañana después de fin de año. El calor del verano lo obligaba a dormir en calzoncillos y con la sabana hasta la cintura, dejando su esbelto pecho recibiendo el reconfortante viento del ventilador de pie. Al lado de su cama estaba la de su hermana Romy, que se había levantado hace un rato por el calor.

Romy estaba en la cocina con una remera blanca muy finita y en culote (uno  rojo que le quedaba chico, que usaba para dormir), aprovechando que estaban solos en su casa ya que sus padres habían viajado a primera hora de la mañana para visitar a sus otros hijos que vivan fuera.

“Que primero de enero aburrido” dijo Romy mientras hacía zapping con las piernas sobre la mesa y recostada en la silla. “el otro duerme como un tronco, lo voy a despertar” dijo y se fue corriendo hasta su habitación, de tal manera que sus tetas subían y bajaban con los pequeños saltitos que daba con los pasos.

La puerta estaba semi abierta, entro rápido a la habitación y se arrojó sobre Carlos.

Carlos estaba acostado boca arriba con una mano sobre su abdomen y otra debajo de la almohada. Por debajo de las sabanas tenia las piernas entrelazadas a la altura de los tobillos.

Romy cayó sobre el quedando acostada sobre su cuerpo. Romy mide casi 1 60 mientras que Carlos superaba los 2 metros. El golpe de la caída de Romy despertó a Carlos, que la miro un segundo y volvió a cerrar los ojos.

-           Despertate dale dale- Dijo Romy mientras se le sentaba arriba del abdomen y ponía sus manos en el pecho de Carlos y lo empujaba contra el colchón.

-          Para…para 5 minutos.

-          No dale, despertate…¡Dale!- y al decir esto Romy de un pequeño saltito cayendo sobre la cintura de Carlos y sintiendo entre sus piernas, un bulto suave.

-          ¡ay! Mis bolas boluda, me las aplastaste.

-          ¡Jajaja! Cállate si no tenes bolas.

-          Más vale que si, ahora las tengo aplastadas.

-          No, sos un gay dormilón, no tenes bolas ni chota, y si tenes chota es chotita, chiquitita.

-          Cállate, que sabes vos.

-          Yo digo, porque no siento nada.-Y al decir eso Romy empezó a mover la cintura aplastándole más los huevos a Carlos. A la vez sintió como su verga empezaba a crecer tocándole los labios de la concha y el poquito espacio de piel entre la concha y el culito.

-          Basta de hacer así.

-          ¿Por? ¿Cómo?¿Así?- Romy aumento el ritmo y la verga de Carlos estaba totalmente parada pero prisionera en el bóxer. Romy se dio cuenta.

-          Weee, ¿te creció algo? ¡Jajaja! – dijo Romy riéndose fuerte.

-          Bajate ¿dale?

-          No, por chota chica, no me voy a bajar, te voy a molestar toda la mañana, pija chica.

-          No la tengo chica.

-          Más vale que sí.

-          ¿Queres ver? A ver si me dejas de molestar.

-          No te animas a sacarla acá.

Carlos suspiro,  miro a Romy a los ojos y dijo “mira”. De inmediato metió la mano en su bóxer, rozando las piernas de Romy y saco su descomunal poronga totalmente parada, con las venas marcadas y la cabeza latiendo. Romy borro la sonrisa de su cara y ahora tenía una expresión de miedo. Carlos tenía la verga agarra de su base y la hacía apuntar hacia el.

Romy trago saliva no concibiendo lo que veía, y recuperando un poco la noción dijo “ na pero no vale, parece grande porque lo haces con la mano, soltala”

Carlos soltó su miembro y este salió disparado contra el cuerpo de Romy. El cabeza quedó más cerca de las tetas de Romy que de su ombligo. No lo podía creer, la cabeza era enorme y parecía que crecía un poco más.

-          Wee, te vas a la mierda boludo, que pedazo de poronga.- Dijo Romy impresionada.

-          Te tape la boca, ¿viste?

-          Si, justamente pensaba, no me entraría en la boca jajaja!

-          Jajaja somos hermanos, no digas eso.

-          “somos hermanos, no digas eso “–Dijo Romy en un tono burlón- ni que iríamos presos por estar acá en bolas los dos.

-          ¿los dos? Yo estoy en bolas vos no.

-          Yo si, mira,¿ no ves mi poronga?

Y después de decir eso Romy agarro de la base la verga de su hermano Carlos y empezó a zarandearla para todos lados, acompañando esto con una gran carcajada.

-          Jaja, para conchuda.- Dijo Carlos riéndose.

-          ¿conchuda? No soy conchuda.

-          Desde acá te veo los labios de la concha como se te marcan en el culote.

-          Pero es porque me queda chico.

-          Bla bla bla.

-          En serio boludo.

-          A ver, yo te digo si sos conchuda o no.

-          No te voy a mostrar mi conchita nono.

-          ¿No? Entonces se otra forma

Después de decir eso Carlos agarro a Romy de la cintura y la acomodo arriba de su abdomen dejando su verga entre las piernas de Romy. El grosor de su miembro separaba los labios de Romy en dos, y se veía claramente culpa de su pequeña ropa interior.

-          Ay para, que me gusta jajaja.

-          ¿Viste como si sos una conchuda?

-          J aja, muy gracioso, pero por lo menos mi concha se puede chupar, no como la poronga de otro que yo conozco que no se puede chupar porque no entra en ninguna boca.

-          Eso es mentira.

-          Para mi es verdad, es gigante boludo mira esta cabeza- Romy le tocaban la cabeza suave y dura como piedra a la vez, los ojos no salían de ella- A ver.

Romy corrió su cadera arriba de los muslos de Carlos, cuando libero su poronga de sus piernas, esta salió erecta para arriba. Romy agacho la cabeza cerca del miembro latente, trago saliva, miro a los ojos a Carlos y dijo “che, no digas nada de esto” Carlos negó con la cabeza.

Romy miraba fija la enorme y rosada cabeza de Carlos y abrió la boca. “no para, esta seca la cabeza, me vas a hacer mal” dijo Carlos, Romy lo miro confusa. “lamela un poquito.” Dijo Carlos y Romy dudo.

-           No te voy a hacer un pete Carlos, sos mi hermano

-          “Sos mi hermano” mira quien lo dice ahora.

-          Bueno pero es distinto.

-          No es un pete, estas queriendo ver si te entra en la boca.

-          Pero vos queres que te la lama.

-          Para lubricarla, me vas a hacer mal,

-          Fo, bueno.

Romy trago saliva de nuevo y saco la lengua, dándole una pequeña lamida en la cabeza. Pese a su temor de sentir algo desagradable, se dio cuenta de que no había gusto feo, al contrario era lindo. Giro con la mano la cabeza de la chota de su hermano hacia el otro lado y lamio la otra mitad de la cabeza, otra vez el gusto rico.

“¿listo?” dijo Romy y Carlos respondió “Na, un poco más, es lo mismo que nada, lame con toda la lengua.

Romy hizo una seña de decepción con la cara y luego se resignó. Volvió a acercar la enorme cabeza de Carlos a su boca y saco la lengua entera y lamio toda la cabeza de una vez. No se dio cuenta pero sus ojos se cerraron mientras lo hacía. Después de lamerla le quedo un gusto caliente en la boca que le hizo latir el corazón más rápido.

Carlos suspiro y le dijo “bueno métetela dale que me quiero levantar”

Romy abrió la boca lo más que pudo y se engullo la cabeza. Al tenerla dentro de la boca, reventándole el cachete sus ojos se abrieron totalmente asustados, le había entrado. De inmediato la saco, no sin antes darle una pequeña chupada, la cual Carlos sintió.

-          Epa, hubo una chupada al final. ¿No?

-          ¿Eh? No no, estás loco, ya está, me entra, no creí que me iba a entrar. Levantate nomas.

-          No para, ahora no. Es injusto

-          ¿Qué es injusto?

-          Vos chupaste, yo quiero chupar también.

-          Yo no chupe, y vos no vas a chuparme nada, sos mi hermano.

-          Otra vez eso, bueno no chupar, pero quiero comprobar algo. ¿las tenes paradas o es el corpiño?

-          Paradas, duras y redondas. –Romy perdió la expresión de incomodidad que le daba el hecho de saber que si había dado un chupón al retirar la verga de su hermano de su boca.

-          ¿Sera?

Romy  levanto las cejas y de repente agarro las manos de Carlos y se las puso n las tetas.

-          ¿Listo?

-          No, tenes el corpiño, tenes las tetas caídas.

-          Me lo saco.- Romy se sacó el corpiño por debajo de la remera. sus tetas estaban paradas y los pezones se marcaban y transparentaban en la remera.

-          A ver ahora.- Dijo Carlos y poso sus enormes manos sobre las enormes tetas de Romy. Durísimas y perfectas las apretó. Romy sonreía y miraba para abajo, sin querer se percató que la poronga de Carlos estaba algo más grande que antes.

-          ¿A vos se te está agrandando la chota por tocarme las tetas?

-          Y, bueno, son lindas tetas.

-          ¡Jaja!, deja, basta vamos a desayunar.

-          No, veni aca con tu hermano.

Carlos abrazo a Romy de la cintura y puso la cara entre las tetas y comenzó a moverla. Romy se empezó a reír a carcajadas. Luego ambos se tumbaron sobre la cama, Romy arriba. “Me da impresión tu chota en mi estómago “dijo Romy entre risas. Carlos se reía también y de un movimiento la saco de entre ambos y la verga quedo ahora entre las nalgas de Romy.

-          We, es como un caño para bailar.- Dijo Romy sin poder creer todavía el tamaño.

-          Baila si queres.

-          No no, mejor me voy a bañar,  es re tarde y tenemos que ir a almorzar con los vecinos.

-          Uh cierto, yo también me tengo que bañar, vamos a bañarnos juntos ¿dale? Como cuando heramos chiquitos.

Romy lo pensó un momento, sonrió y dijo “bueno dale vamos.” Se levantó de la cama dándole la espalda a su hermano. Carlos le miro el culo y vio como el culotte se le perdía entre las nalgas. “mmm” pensó y se fue derecho a la ducha.

Carlos entro primero ya desnudo y el pene flácido ahora. Romy llego por detrás todavía con la ropa puesta. Lo miro a Carlos bajo la ducha, a través de la puerta de plástico transparente y le dijo “se te durmió el caño, jaja” Carlos sonrió mientras se mojaba el pelo.

Romy se puso de espaldas a Carlos y se retiró la remera, el observaba atentamente su espaldita blanca y delicada, después Romy se bajó el culote agachándose, Carlos pudo verle el culo y la conchita desde atrás, su verga empezó a reaccionar de nuevo, parecía un globo enorme que se empezaba a llenar de agua.

Romy entre y se puso delante de Carlos , dando le la espalda. Carlos le dio un chirlo en la cola y Romy hizo ademanes con la mano para que dejara de hacer eso. El miembro de Carlos estaba semi parado  mientras ambos se lavaban la cabeza, y se enjabonaban.

-          Bueno ya esta – Dijo Romy.- dale que se nos va a hacer tarde.

-          No tengo ganas de ir.

-          Yo tampoco pero tenemos que ir.

-          Na, no vallamos, vamos a jugar con la lluvia, aprovechemos que tiene la manguerita.

-          Dale no seas chiquilin.

-          Chiquilina vos que no te lavaste la conchita.

-          Me la lave. No necesito que otros me digan.

-          No, no te la lavaste, a ver yo te la lavo.- Carlos tomo la lluvia y la bajo del sostenedor, abrazo a Romy por la cintura haciéndola chocar contra su abdomen y su verga se coloco entre sus nalgas, aumentando mas su tamaño.

-          Deja boludo jaja, me haces cosquillas. ¿Qué vas a hacer?

-          Te voy a lavar la concha.- Y después de decir esto le puso la lluvia entre las piernas a Romy. El agua caliente le acribillaba los labios y el clítoris haciéndola estremecer.

-          ¡Para! Jaja, me gusta pero para.

-          Te va a gustar más.- Carlos abrió más el agua lo que hizo que el chorro salga más fuerte, Romy abría los ojos y forcejeaba contra su enorme hermano sin éxito.

-          ¡PARA! Sale con todo, me hace mal.

-          No te hace mal.

Era verdad. a Romy le encantaba. Carlos le frotaba la concha con la lluvia y la hacía enloquecer. La poronga de Carlos ya estaba llegando a colocarse entre las piernas de Romy. Carlos trato de colocarla entre los labios de manera que también reciba el chorro en la parte baja del glande. Carlos le suspiraba en la oreja a Romy que ya había empezado a gemir. “Esa es tu chota?” pregunto Romy al sentir el tremendo bulto aplastando sus labios. “si, es mi chotita” dijo Carlos entre suspiros.

Siguieron frotándose las entrepiernas un rato y después Carlos no aguanto más, soltó la lluvia y aplasto sin violencia pero con fuerza a Romy contra el plástico transparente. La tomo por la cintura y le metió la verga de un solo zampaso . Tal violencia tomo el envión que Romy dio un grito desgarrador. La penetro y destrozo de un envión. Luego empezó a meter y sacar lentamente, siempre dejándole las manos marcadas en la cintura a Romy, la cual tenía las propias contra el plástico, al igual que sus tetas. Y su cara  parecía triste y expresando dolor aunque escondiendo un enorme morbo placentero.

Carlos aumento el ritmo, le temblaba la cabeza y se mordía el labio mientras su enorme verga desfiguraba la concha de Romy. Los gritos se habrían escuchado por toda la casa de no ser por la puerta cerrada del baño. “seguí seguí” dijo Romy y Carlos continuo y aumento el rimo, parecía que iba a acabar cuando saco su verga de un tirón. Romy quedo casi arrodillada con la respiración híper agitada. Se recompuso y beso, como pudo, a Carlos, colgándose de su cuello.

Carlos la tomo de las piernas y la levanto contra el cerámico frio del baño. Romy hizo un ademan igual que la tocar el agua fría de repente, y luego sonrió. La sonrisa se cortó cuando Carlos la beso y empezó a tranzarla intensamente. Romy estaba suspendida en el aire, con las piernas abiertas y apretada entre la pared y Carlos. Este empezó a apuntar su verga contra la concha de Romy pero resbalaba y se iba para arriba. “eso, eso hace” dijo Romy entre suspiros y con los ojos cerrado. Carlos siguió frotando de esa forma y comiéndole el cuello a Romy. El frote que proponía la verga de Carlos estaba enloqueciendo a Romy. Desde el glande hasta las bolas, todo pasaba entre los labios de Romy y aplastaba su clítoris una y otra vez. Un rato después el glande de Carlos entro en Romy y no volvió a salir, empezó a reventarla por dentro.

Romy era penetrada por Carlos salvajemente y cada envestida era una punzada dentro de ella. Los gemidos eran enormes y altísimos.  Su cuerpo temblaba al ritmo del orgasmo que sentía, acompañado del empuje de Carlos.

Carlos cerró la llave de la ducha, y así todos mojados y alzando a Romy con sus brazos la llevo al sillón, la acostó y se puso arriba de ella. Coloco el glande enorme entre los labios de la conchita de Romy  y empezó a separarlos, hacia arriba y abajo. La lubricación era excesiva y Romy sentía puntadas en su clítoris otra vez. “mira si se enteran Carlos” dijo Romy, a lo que Carlos respondió “nadie va a enterarse” y la volvió a penetrar haciéndole doler de nuevo y gozar a la vez. Ahora los movimientos eran más serenos y venían acompañados de besos. Romy abrazo a Carlos del cuello y también por la cintura con sus piernas. Los testículos de Carlos se apoyaban lentamente en las nalgas y el culo de Romy dándole una sensación rara. La verga de Carlos chocaba contra el límite del interior de Romy y parecía querer romperlo. Esas puntadas contra la pared interna de Romy la hacían gritar de dolor, pero los gritos se ahogaban en Carlos, Romy se quería quejar pero su lengua estaba entrelazada con la de Carlos.

Romy lo tomaba de los pelos y retiraba la cabeza para poder respirar y gemir. El pene de Carlos parecía crecer más y dilatarle sus labios hasta mas no poder.

El pecho de Carlos aplastaba las grandes tetas de Romy  hasta que el  decidió a empezar a comerlas. Pezones rozados parados y duros eran chupados por la boca de Carlos. El movimiento de Carlos  le dio un respiro a Romy de la penetración, ya que tuvo que correrse un poco.

“¡Por dios!” dijo Romy claramente excitada. Carlos  sentó a Romy en el sillón y él se sentó al lado, luego la sentó sobre sus piernas quedando ambos de frente. Los besos de Carlos eran en las clavículas, cuello y bajaban a la base de las tetas de Romy, mientras que el pelo de ella cubría la cabeza de Carlos y sus manos acariciaban el pelo de él.

Las manos de Carlos paseaban por la espalda de Romy bajando hasta el culo y amasándolo. Después de un buen rato de besos amorosos y de perdida de la noción de parte de ambos, Carlos metió una mano entre las nalgas de Romy masajeándole los labios desde atrás. Romy reacción tomándole la enorme verga que yacía entre ambos y comenzó a masturbarlo. Lento y entre besos ambos se fueron encendiendo de nuevo. “vamos a hacer lo de nuevo, hagámoslo todo el día” dijo Romy y Carlos la volvió a besar.  Romy se levantó un poco hasta colocar la verga de Carlos en la puerta de su concha y bajo lentamente, sintiendo centímetro a centímetro como volvía a ser quebrada en dos por su hermano. Cada centímetro era un gemido.

La cabalgata comenzó de nuevo y a Romy le encantaba tener ahora el control. El ritmo aumento enseguida y Romy ya sentía el dolor del glande chocando de nuevo contra el tope. Al mismo tiempo de hacerle doler le hacía sentir algo placentero al entender que eso no debía ocurrir, que quizás se podía lastimar pero quería llegar al límite, empezaba a bajar más fuerte y sentía más dolor, Carlos también lo sentía pero no le importaba.

Romy empujo a Carlos hacia atrás, recostándolo en el sillón y Romy se tiró sobre él. Sus tetas quedaron en la cara de Carlos quien empezó a comerlas de nuevo, las manso de Carlos estaban en la cintura de Romy pero no hacían fuerza. Romy dominaba  los saltos, que  luego cambio por meneos de cintura, mantenía el dolor dentro, no hacia entrar y salir la verga, la mantenía adentro rompiéndole el cuerpo. El morbo le salía del cerebro como una ola de excitación que prevenía un orgasmo gigante.

No se hacían chistes, no hablaban, se cogían dominados por el morbo. Romy se rompió como un vidrio al acabar, parecía que se le había estallado un órgano pero fue la fuerza del orgasmo la que la destruyo. Y quedo rendida arriba de Carlos. Tanto así que perdió el conocimiento.

Cuando Romy volvió en si de inmediato sintió un dolor terrible en el ano. Estaba en la cama de sus padres, boca abajo con las piernas separadas y siendo penetrada por Carlos. El dolor casi la desmayó de nuevo, lo miro a los ojos y  estuvo a punto de pedirle que pare, fue cuando entonces el morbo de la situación le invadido los sentidos y empezó a disfrutar. La cara de Carlos era de lujuria y perdición. El dolor siguió un buen rato más con un Carlos endemoniado y una Romy sumisa que se aguantaba el dolor , cuando Carlos retiro su enorme verga totalmente dura como un fierro y latiendo como una bomba a punto de reventar. Romy suspiro y sintió la dilatación de su culo. Otra vez sintió rechazo en un principio pero luego sonrió, su hermano la rompió, su hermano, y no le importaba.

Como pudo se levantó y Carlos se estaba masturbando parado. Romy lo miro y le agarro la verga y siguió masturbándolo mientras le besaba el pecho. “no me gusta que me cojas durmiendo” le dijo y Carlos respondió “ perdona, me tentó” Romy sonrió , tomo a Carlos de la mano y se tiró hacia atrás haciéndolo caer sobre ella “ hacémelo otra vez” le dijo y Carlos no tardo en penetrarla de nuevo.

Esta vez salvajemente sin amor, solo con violencia, Romy revotaba en la cama gritaba y gozaba. Abrazaba la espalda de Carlos y sentía los músculos endurecidos, entendiendo que Carlos estaba poniendo todo de si en destrozarla. Romy acabo dos veces hasta que por fin sintió como Carlos se descargó completamente dentro de ella .- se miraron a los ojos y se besaron.

Carlos cayo cansado al lado de Romy que, lejos de estar preocupada por la acabada de su propio hermano dentro suyo, se veía encantada, pero insatisfecha.

-      ¿Qué van a decir papa y mama Carlos?

-      Nada, porque no se van a enterar nunca.

-      Como sabes. Me acabaste adentro.

-      Soy estéril

Romy lo miro y sonrió

-      No sabía, perdona por sonreír, no vas a poder tener hijos.

-      No quiero tener hijos.

-      Igual que yo.

Ambos se miraron y se acercaron para besarse cuando el teléfono sonó.

Carlos atendió, eran sus padres. Iban a llegar en una hora.

Ambos hermanos se quedaron en la cama besándose por media hora, luego se volvieron a bañar juntos, sin coger pero besándose, se cambiaron y cenaron con sus padres. A la noche Romy se cruzó a la cama de Carlos, se metió bajo su sabana y tapándose la boca con una almohada, hicieron el amor lentamente toda la noche. FIN