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Historias de Oficina

en Hetero: Infidelidad

Historias de oficina.

Soy un tío con suerte, hice algunas inversiones en bolsa, me  salió bien, recogí algún dinero, monté un par de negocios, iban bien, los vendí, obtuve una buena rentabilidad, la cosa iba genial, pillé un par de franquicias , mejoré mis cifras, diversifiqué mi riesgo , seguí haciéndolo bien, necesité una oficina…

Al principio era una oficina pequeña, en un piso de esos antiguos de techos altos, amplia, cómoda, a medida que íbamos creciendo la cosa se iba complicando... tuvimos que cambiar de lugar, un edificio de oficinas en una conocida avenida de negocios dos plantas, bueno, planta y media, la otra mitad la tenía reservada para futuras ampliaciones.

El edificio está completamente acristalado de esos que se ven si miras al exterior pero que desde fuera no se ve nada incluso de noche, necesita aire acondicionado permanentemente, pero la luz del sol le otorga una gran calidez, en la planta inferior  estaban todos, administración, compras, comercial, recursos humanos… en la mitad de arriba mi despacho, mi secretaría … una salita de espera.. poco más.

El edificio tiene, en la primera planta un pequeño centro comercial hay un gimnasio de una reconocida cadena local, un par de restaurantes, varias tiendas, una guardería, yo tengo una plaza de parking alquilada en el edificio, suelo llegar al edificio sobre las 06:30 , vivo fuera de la cuidad y las entradas por carretera se colapsan en las primeras horas de la mañana; antes de trabajar , voy un rato al gimnasio, no siempre me machaco, hago spinning y de vez en cuando sauna y relax. Desayuno en la cafetería  y subo a trabajar.

Mi secretaria, Pilar, es una mujer casada , con dos preciosos niños, un marido encantador, una vida confortable y feliz, entra a trabajar a las 08:30 y suele salir a las 16:30, lleva mi agenda, las relaciones públicas, los contactos sociales, el tema de las donaciones, no tengo una agenda muy amplia, ni tampoco una actividad social abrumadora, con eso y lo de coordinar las reuniones con los demás departamentos tiene la jornada suficientemente cubierta.

Trabaja conmigo desde hace un par de años, en algún momento de alguna ampliación necesité  crear ese puesto en mi organización, es una mujer elegante, culta y que sabe estar, muy guapa, pelirroja, sabe lo que tiene y sabe tenerlo todo en su sitio.

Como cualquier tío, con cualquier tía, había imaginado como sería follarla y aunque me ponía  la idea , tampoco estaba obsesionado con eso.

Un día de tantos, acabé de desayunar, ascensor y al despacho, me puse a trabajar y al cabo de una hora, escuché los sonidos habituales que se oyen cuando alguien llega a su trabajo, bolsos, abrigos, sillas, etc.. como tenía que consultar con ella ciertos correos que nos habíamos cruzado y que no tenía claros, salí a comentarlo con ella,  estaba hablando desde su móvil con su marido, de espaldas a mi, el sol recortaba su silueta, una blusa, una falda ligera a medio muslo, genial, bufff  ¡que buena está! Pensé para mi, se giró un poco, me saludó con la mano, pero casi no me di cuenta, estaba mirando el contorno de sus senos a contraluz.

¡¡¡Fóllatela!!!, una voz interior me ordeno, ¡!!fóllatela!!!  otro grito en mi cabeza nítido, imperativo, sin ambigüedad, claro lo volví a oír nítidamente, de repente mi cuerpo reaccionó… noté mi excitación, estaba completamente empalmado, me acerqué a ella por su espalda, le di un beso en el cuello, se giró asombrada, un piquito en los labios mientras le indicaba que guardara silencio, cogí la orilla de su falda y subí mis manos, acariciando con las yemas de mis dedos la piel de sus preciosas piernas… llegué hasta su tanga pellizqué sus gomas y tiré de ella con suavidad hacia abajo, su tanga llegó hasta los tobillos, ella subió una pierna y después la otra para permitir que le quitara el tanga, subí su falda, acomodé su culito contra la mesa y me dispuse a comerle el coño, ella continuaba hablando con su marido, al parecer su deseo por ella había desaparecido  y ella se lo reprochaba, que ya no la satisfacía, que ya no follaban apenas, que echaba de menos esos polvos de antes,… desconecté, el olor de su sexo me llenó el alma, pase mi lengua  a lo largo de su rajita, noté como aumentaba la intensidad de su respiración mientras apretaba con su mano mi cabeza contra su coñito, dulce, recortadito, pelirrojo, sabroso y cada vez más caliente,  a medida que succionaba, cada vez con más intensidad, aquello se inundaba poco a poco, mi lengua recorría aquel manjar, cada vez abría más la boca, cada vez tenía mas conejito a mi disposición y cada vez, Pilar, me apretaba con más ansia con más deseo, supe que había colgado por que me sujetó la cabeza con ambas manos, mi lengua subía y bajaba aumentando la presión a medida que bajaba y disminuyéndola a medida que subía una y otra vez, una y otra vez, esa cadencia acostumbraba a Pilar a apretarse más cuanto menos presión aplicaba, notaba como se abandonaba , como sus piernas temblaban, como poco a poco, aumentaba su placer, estuve trabajando ese coñito haciéndolo mío, notando como me deseaba, como se desesperaba.. decidí no alargar mas este momento, una de mis manos paso de sus caderas a su sexo, mis dedos profanaron ese manjar, entrando, apoderándose de él, buscando esos puntos de placer, notando como sus piernas se abrían más suplicando continuar  esas exploraciones, mi boca mordió su clítoris, lo chupó, succionó y martilleo ese botón de placer con avaricia, con saña una y otra vez, sin tregua ni cuartel, hasta que, Pilar, no pudo aguantar más, se dejo llevar, explotó en un tremendo orgasmo, con sus manos aferradas a mi cabeza, impidiéndome apartarme…como si eso fuera a pasar.

Noté como le temblaban las piernas, mis manos la sujetaron por sus caderas, para evitar que se cayera,  me bebía  todo lo que quiso darme, me llené de ella, de su placer, de sus gozos.

Me levanté, estaba completamente excitado, duro y con un ansía salvaje de correrme, desabroche mi pantalón, saque mi polla, miré a Pilar a los ojos, la besé intensamente mientras la cabeza de mi polla recorría su sexo, separando los labios, mi boca besaba sus labios y mi polla también, ella volvía a sentir como su coñito destilaba pasión, mi polla encontró donde quería ir, y entró, sin pausa, sin forzar, pero sin piedad…hasta el fondo, note como mis huevos rebotaban contra su sexo,   Pilar suspiró, nos miramos a los ojos, besos…

Su móvil volvió a sonar, su marido de nuevo, cogí su culito con ambas manos, ella rodeo mis caderas con sus piernas y mi cuello con sus brazos, la cargué y llevé hasta la pared , la empotré, mi polla volvió a su deseo, a su placer, volví a empotrarla sin piedad, otro golpe de riñones , otro suspiro suyo, el móvil seguía sonando y yo seguía a lo mío, dejándome el alma en aquel polvo, descolgó el teléfono, estaba tan cerca que oía su conversación, el le decía algo sobre el trabajo y el estrés y el ella le decía que no le valía y que ya estaba harta….

Desconecté, me concentré en mi placer, en sentir ese coñito tan jugoso, tan apetecible, me concentré en notar como ese coñito estrujaba mi rabo, como lo ordeñaba, me concentré en su estrechez, en su suavidad en su calor, Dios!! Me estaba volviendo loco de placer, note como ella gemía, vi su móvil tirado en el suelo y empuje todo lo que pude, más, más, más.

-Me voy a correr, le dije, te voy a llenar entera…

-Estoy a punto de nieve, como te salgas te la corto, me dijo ella.

Me corrí, oh!! No recuerdo un goce como ese…no recuerdo nada mejor que ese polvo, me vaciaba dentro de ella, se me escapaba el alma..

Al notar como me corría ella volvió a explotar, notaba como me apresaba el rabo, notaba su aliento en mi cuello, su sabor en mi boca, su calor en mi rabo, el temblor en sus piernas… nunca un polvo fue tan intenso, nunca goce tanto…

Estuvimos abrazados unos minutos, recuperando el aliento, sonó un teléfono de nuevo, no su móvil, el de su mesa, me salí de ella y fui a asearme a los servicios de la planta, mientras ella atendía la llamada, me adecente, ya recuperado el aspecto y el aliento, volví al despacho, Pilar no estaba en su sitio, habrá ido al baño, pensé…

Volví a mi despacho, aún tenia la polla tierna después del polvo, sensible muy sensible, intenté concentrarme en el trabajo pero no dejaba de ver a mi secretaria gozando conmigo, sacudí la cabeza un par de veces y decidí ir a buscar un café en el área de descanso que teníamos en la planta inferior, una máquina de café , unas neveras, unos expositores de refrescos y snacks  unas mesas altas, unos taburetes, eso era todo.

Cuando volví al despacho , Pilar estaba allí, igual de encantadora que siempre, hablaba por teléfono, pasé me vió, se ruborizó un poco, agacho la cabeza y continuo trabajando.. me paré quería disculparme, ella no colgaba el teléfono, me pareció ridículo esperar y volví a mi despacho….  seguía sin poder hacer nada, aún estaba deslumbrado.

 Al poco llegó Pilar, me levante, me acerque a ella, empecé a hablar..

-       No se que me ha pasado, Pilar, te vi tan bonita y deseable que no pensé, sólo me deje llevar por lo que deseaba, por lo que sentía y por lo que has podido notar me gustó muchísimo tenerte, lo cierto es que no me arrepiento, ya ves, aún sigo deslumbrado.

-       Jaja rió ella, que excusa tan absurda,  la verdad es que yo también deseaba tenerte, llevo unos días fantaseando con esa posibilidad y me gusta que te hayas decidido.. como has podido escuchar las cosas en mi casa no funcionan como deberían y empiezo a estar harta.

Me sorprendió un poco esa especie de confesión, el caso es que sacó mi lado golfo, le di un azotito en el culo y le dije :

-       Vas a acabar harta de que te folle, porque te la voy a meter todos los días

Le di un piquito en los labios, se fue sin decir nada, pero con una inmensa sonrisa en sus labios, genial –pensé-

Volví al trabajo, ella también.

Por fin me pude concentrar y conseguí resolver un par de problemas, aún tenía esa sonrisa de felicidad en la cara, así que seguí trabajando, hacía un par de meses que me rondaba una idea y continuaba dándole forma, haciendo llamadas, documentándome, explorando posibilidades, tuve alguna reunión, aparecieron nuevos problemas, en fin lo de  todos los días.

A eso de las dos de la tarde la mayoría de la gente sale a comer, la oficina se queda prácticamente vacía hasta las tres o tres y media, me llegó un whatsapp  de Pilar

“ Tengo el tanga  empapado, entre tu leche y que estoy muy cachonda …no paro de ir al baño a secarme, aún así no te imaginas lo mojada que estoy”.

Me empalmé antes de acabar de leer el whatsapp, me notaba otra vez con ganas…

“Ven y olvida tu móvil en tu mesa” , le contesté, no le costó ni cinco segundos aparecer en mi despacho, la cogí por la cintura, mientras le comía la boca, metí mi mano por debajo de su falda y acaricié su coñito por encima de su tanga.

-       Cielo, si que estás mojadita, no sabía que estabas tan poco atendida.

-       Esto de tener un nuevo macho me calienta como hace tiempo que no estaba, además que debo saciar mi hambre acumulada…¿ me ayudas? Me dijo mientras hacia un mohín gracioso con la nariz, mis dedos ya estaban dentro de ella, buscando la fuente del placer.

-       ¿Ayudarte? Voy a colmar ese ansía todos los días.

Desabroche mi pantalón,  seguía comiéndole la boca, su cuello, sus orejas, saqué mi rabo, y su mano tomó posesión de es trozo de carne, la acarició, no tuve que explicarle nada, saco mi mano de su conejito , se puso de cuclillas y empezó a comerme el rabo, largas chupadas ensalivando desde los huevos hasta la punta, una y otra vez, subía y bajaba, ufff que pedazo de mamada, que bien me hacía sentir, ella seguía y seguía chupando, mi rabo seguía creciendo y ella  mamaba intensamente, me volvía loco cuando envolvía la cabeza con su legua y succionaba como queriendo sacar la leche antes de tiempo, miré a través de los cristales, casi vi reflejada mi  cara de vicio y de placer, estaba volviéndome loco…

La levanté, un beso en su boca, me hizo sentir el sabor de mi propio rabo, que cara de vicio tenia Pilarin, le enseñe la mesa, apoya los codos en la mesa, le dije. Ella se sonrió, me miró pícaramente, apoyo sus codos en mi mesa y meneando su culito, me dijo así jefe, que culito más apetecible, le dí una palmada en el culito y le dije, te voy a gozar, zorrita.

Por segunda vez en el mismo día, bajé su tanga hasta los tobillos y, por segunda vez, levanto un pié y después el otro para liberar sus piernas de las esposas de su tanga,

 -Te vas a hartar de hacer este gesto, le dije.

- Me encantará comprobarlo, me dijo ella.

Levante su falda por encima de su cintura, la dejé caer, que culito mas precioso, tenía sus dos agujeros a mi disposición, decidí  separar sus piernas un poco, agacharme y comerme ese coñito desde atrás, que calentito , separé un poco sus piernas y me dedique a ponerla muy muy muy caliente, cuando vi que sus jadeos, suspiros y grititos me demostraron que tenía el objetivo conseguido, me levanté, agarré mi rabo y recorrí su coñito desde su clítoris hasta su culito un par de veces o tres las suficientes para que mi rabo estuviera bien mojado.

Me detuve a la entrada de su coñito y le dije, por fin me lo voy a gozar … le incrusté mi rabo de un golpe de caderas aunque sólo hasta la mitad, le dolió un poco, más despacio cariño, que hace tiempo que no me follan -me dijo-, le deje un momento mi rabo para  que conociera bien ese coñito, donde pensaba estar muchas horas en muchos polvos, salí un poco, volví a entrar, ahora más fácil entre y salí, hasta que los dos estuvimos seguros que no habían impedimentos, que sólo quedaba la pasión, la agarré de las caderas y  si , dame fuerte que me encanta, - me dijo -, empecé un movimiento de entrar y salir cada vez más frenético, ella no dejaba de suspirar y de suplicarme más y más, yo notaba como mi rabo tomaba posesión de ese conejito, como hacía que Pilar fuera mía , como quería destrozarle el conejito de placer y como la estaba disfrutando, como la gozaba, como me gustaba lo que estaba ocurriendo.

Seguí dándole fuerte, todo lo que podía, le di todo lo que tenía , noté como se corría,  como se abandonaba a mis embestidas, noté como le palpitaba el coñito,  tanta calentura en mi rabo empezaba a dar su fruto, seguí aferrado a sus caderas dándole todo embistiéndola con fuerza, ella volvía a estar en plenas facultades, se incorporó un poco, ese movimiento aprisionó aún mas mi rabo, noté más ese coñito, me corro, me corro, le decía al oído, vamos cariño , lléname el coñito de leche, lléname toda..

Me corrí, la corrida más larga de mi vida, que bien me estaban sentando estos polvos con Pilar, recuperé la respiración poco a poco, me dí un minuto o un poco más con mi rabo dentro.

-       Me sueltas o ¿ vas  a seguir follandome?

-       Te suelto, cariño, discúlpame , me salí y quité las manos de las caderas.

-       Animal, mirá que marcas me has dejado en las caderas, ahora tendré que maquillarlas para no levantar sospechas.

-       Ja, ja, ja. Me disculpé por segunda vez, lo siento, cielo, me tienes tan caliente que no medí la fuerza.

-       No te preocupes, mi marido no me folla, o sea, que no se dará cuenta, me dijo mientras se subía el tanga, además quiero que sepas que no me voy a limpiar hasta mañana, hoy dormiré con tu leche en mi coñito.

-       Pero que zorrita mas descarada tengo en la oficina y no sabía nada.

-       Ja ja ja , ya me irás conociendo, me dijo mientras se alisaba la falda y se ajustaba la camisa.

-       Seguro, por ahora sólo conozco tu conejito y me quedan muchas cosas de ti por conocer.

Le cogí por la nuca y le di un besazo sensacional, sonó mi móvil y nos despedimos con un cachete en su culo y una sonrisa.

Sus comentarios son necesarios y  bienvenidos.

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