miprimita.com

Historias de oficina II

en Hetero: Infidelidad

Historias de oficina II.

Oí llegar a Pilar, bolso, móvil , entró en mi oficina para saludarme, 

-       Buenos días, jefe.

-       Buenos días, cielo, ¿cómo has dormido? 

-       Como una reina, me encuentro fenomenal.

-       Me alegro muchísimo, yo he dormido poco, toda la noche tuve tu luz en mis ojos.

-       Que galante!, eres un adulador ¡ , si sigues así caeré en tus brazos sin remedio.

Mientras me decía esto gesticulaba graciosamente, reí sus gracias,  ese día estaba espectacular, vestía zapatos de tacón no muy altos que alargaban sus piernas con intención, medias de esas que se sujetan solas y cuya blonda no llegaba a ser tapada por la  minifalda tableada negra, cuyo corte marcaba deliciosamente la curva de su culito, un jersey de punto de cuello alto, ancho, tan ancho que no dejaba intuir la forma de sus preciosas tetas, esas cuya silueta a través de la luz del sol hipnotizó mi voluntad, graciosas pecas en su cara y una melena pelirroja espectacular.

-       En 20 minutos llega, Martín, el representante de la ONG  con la que colaboramos, me dijo Pilar, tienes el dossier con los datos en tu correo.

-       Gracias, luego hablamos.

Decidí darle un repaso a la colaboración que mantenemos con ellos, me habían comentado que querían abordar ciertos aspectos de mi contribución y que podrían ser beneficiosos para ambos.

Mientras esperaba , me estuve recreando con las piernas de mi secretaria, joder! Que buena está! Y con esa faldita justito hasta la ralla de la blonda de sus medias, unos muslos fabulosos, fuertes que sabían abrirse y envolverte, que sabían sujetarte para no dejar despegarte jamás,  como ya pude comprobar; una cintura flexible, cimbreante invitándote a comprobar cuanto era capaz de adaptarse a cualquier postura. 

Sonó el teléfono, Martín había llegado, Pilar salió a recibirle, entraron en mi despacho, nos saludamos, una conversación de minutos, insustancial, para ir rompiendo el hielo que si el vuelo, que si el calor, etc.

Nos sentamos en una mesa circular que tengo para esas situaciones, al empezar la reunión, apareció, de nuevo, Pilar, se sentó un poco detrás de Martín con una libreta y nos dijo a los dos..

-       Yo tomaré notas aquí detrás, ¿vale?

Dijo esto sonriéndome pícaramente, mordisqueando un poco su bolígrafo me extrañó ya que nunca tomaba nota de estas reuniones.

Cogió una silla, se sentó a las espaldas de nuestro interlocutor un poco a la derecha, de manera que yo la veía de frente, pero a un lado, podía verla entera, mi interlocutor lo tenía imposible, ¡¡¡tendría que ser capaz de volver la cabeza como la niña del exorcista!!!, lentamente cruzo sus piernas, lentamente su falda combó y lentamente apareció el sexo de Pilar, ¡¡¡no llevaba tanga!!! precioso, recortadito, fresco, saludable..

Mis ojos se despertaron solos, la conversación iba sola, me explicaba que con un ligero incremento de mi aportación aumentaría, significativamente, mi desgravación en impuestos y podría dedicar esa desgravación a aumentar mi aportación , un tema de tramos que no habíamos tenido en cuenta, mientras tanto,  Pilar acariciaba su sexo con el bolígrafo, lo paseaba entre sus piernas, subía y bajaba, estaba hipnotizado, menudo pedazo de zorra, me estaba calentando muchísimo.

La reunión no daba para más, yo no tenía más ojos que los del sexo de Pilar, me volvía loco lo capaz que era de sorprenderme y lo fácil que le resultaba portarse como una putita, después de que Martín me informarse en que habían gastado mi dinero, que si parte de un pozo, que si parte de una carretera, que si otra parte una escuela me comentó que el último fin de semana, de este mes, la ONG celebraría la cena anual de gala  y que como socios colaboradores teníamos reservada una mesa para diez personas, me proporcionó un sobre con las invitaciones, se lo agradecimos y acabamos la reunión.

Pilar se levantó, se acabó el espectáculo, nos despedimos de Martín , diciéndole que estudiaríamos su propuesta y que , en breve, le diríamos cuantos acudiríamos a la cena.

Pilar lo acompañó a la salida, yo aproveche para recolocarme el paquete que gracias a un bolígrafo y una viciosa me lo habían descolocado.

Regresó y vino directamente hacia mi.

-       A ver esas notas que has tomado, ¿donde están?

-       ¿Dónde crees tu que están? Dijo mientras se levantaba la faldita y me mostraba ese nuevo bloc de notas que tenía entre sus piernas ..

-       ¿Dónde están tus bragas?

-       En mi bolso y no son bragas , es mi tanga

-       Púes , tráelo que quiero quitártelo para follarte bien

Pilar, fue a su puesto de trabajo, vino a mi despacho con el tanga en la mano, y mirándome con un infinito deseo, se lo puso delante de mi.

-       No quiero que vayas nunca sin tanga, y yo soy el único tío que te lo puede quitar.                                         Recuerdas ese tic-tac tan sexy que hacen tus tacones cuando te quito el tanga… pues quiero que te hartes de oír ese ruidito.

Besé su boca, con la avidez del deseo desbocado, bajé su tanga, escuche el tic-tac de sus tacones,  miré su sexo, tremendamente brillante, muy mojado, le di un piquito en el clítoris, me levanté,  la agarre del culo, ella saco mi rabo y mordiéndome los labios me dijo, móntame que lo estoy deseando..

Mi polla, profanó ese mar de deseo, de un golpe de cadera entré en ella, su rostro acusó el golpe, mientras sus ojos me llamaban al abismo.

Estuve dándole un buen rato así, de pie, aguantando una de sus piernas con una de mis manos, otra agarrándole el culo y ella apoyada lateralmente contra la pared.

Movía deliciosamente sus caderas, la falda tableada no llegaba a tapar lo evidente, miré hacia la ventana y me vi reflejado como un animal carente de humanidad, lujuriosamente montando a una hembra, la miré a ella, su expresión era de tremendo gozo, de vicio, de satisfacción con los ojos vidriosos… me vio mirarla y me sonrío.

Una locura, follar en mi despacho era una locura, nunca sabía que podía pasar, pero las ganas de follarme a mi secretaria me tenían completamente loco, de deseo, de pasión, de hambre de hembra.

Pilar mordió mi cuello, señal inequívoca de que se estaba corriendo, apuré mis embestidas para correrme con ella, me vacié en ella, adueñándome de su sexo, de su placer y de sus orgasmos.

-       Quiero ser el único tío que te baje las bragas y el protagonista de todas tus fantasías, le dije.

-       Si sigues follándome así no te quepa la menor duda.

Me salí de ella, le acerque una caja de pañuelos de papel, para que se limpiara lo mas urgente, recogió su tanga, lo bese, la besé de nuevo, salió del despacho y volví a trabajar.

La propuesta de la cena de gala me empezó a dar vueltas en la cabeza, diez personas, no quería más, a la pasta que cuesta el cubierto en esas cenas, más aviones, hoteles y demás me iba a dejar una pequeña fortuna. Le comenté a Pilar que se lo comunicará a todos, por si acaso alguien le apetecía ir, aunque si no estás involucrado esos eventos no suelen interesar a nadie.

En la cuidad donde se celebraba la gala, hacía tiempo que estaba en conversaciones para adquirir o gestionar una pequeña cadena de establecimientos de hostelería, La Estrella, estaría bien juntar los dos intereses  y realizar las gestiones oportunas para dar un impulso a esos temas. Le dije a Pilar que buscara una entrevista o el día de antes o el día de después de la cena, y que quería una reunión con todos los responsables implicados en el tema para estudiar la posibilidad  de hacer una oferta.

Empecé a hacer unos números, me atraía la idea de tener unos hotelitos con sus restaurantes, pero no me apetecía que fuese en la cuidad que vivo, porque al final la noche te despista, y en los negocios los despistes son fatales.

Las dos, Pilar no aparecía, pero a mi me apetecía volver a follar, salí, no estaba, me volvía a mi despacho cuando ella regresaba, joder, como me ponía esa falda.

-       He acordado con los responsables de área que la reunión para el tema de La Estrella será el jueves a las 10:00  y   he hablado con todos, me dijo, sobre el tema de la cena de gala, los más interesados son Lucas, finanzas, que irá con Irene, su novia, y Sandra, R.R.H.H., que le acompañará su hermano David

-       Bien, dije yo, solo quedan cinco sitios por asignar.

-       Cuatro, o ¿a mi no me vas a llevar?

-       Bueno, a ver cómo te portas, ya sabes, todo depende de lo buena que seas, sonreí pícaramente mientras le hablaba.

-       Y soy buena si te doy un poquito de esto, sonreía, se levantaba la faldita y me ensañaba ese tanga tan maravilloso que ya había disfrutado una vez hoy.

-       Te apetece oír el tac-tac de mis tacones? Decía, mientras daba la vuelta sobre si muy lentamente.

-       O quizás prefieras que te dé mi culito? Con su falda totalmente levantada me enseñaba ese manjar  divido en dos por la cinta de tu tanga que se perdía de la vista cada vez que contoneaba sus caderas.

Esta mujer tenia la virtud de volverme loco de deseo en pocos minutos, estaba empalmado, agarre su cintura , la atraje hacia mi busque su boca, me llene de ella, me volvía loco , me desesperaba besarla, me encantaba como se entregaba, como me incitaba a tomarla, veía su pasión , su lujuria.

Escondí mis manos bajo ese jersey amplio y fui directamente a por sus tetas, turgentes, suaves, aureola pequeña, pezón pequeño, puntiagudo, perfecto… no llevaba sujetador, por eso llevaba el jersey tan amplio, para que nadie notase cuan caliente estaba esta mañana.

-       No me he puesto sujetador para que puedas comerte mis tetas cuando te apetezca, me dijo dulcemente en mi oído, esta putita está para que te la goces, para que disfrutes de ella y para que la hagas gozar.

Mi rabo sufrió la avalancha de sangre que me empalmaba sólo con oír las cosas que me decía, estaba a punto de explotar, seguía besándola con avidez, sus tetas en mis manos, en mi boca y mi voluntad entre mis piernas.

-       Esta putita va a comerse un rabo, y mi macho se va a correr en mis tetas que para eso me he puesto este jersey tan chulo.

Se agacho, desabrocho mi pantalón, saco mi rabo y se lo llevo a su boca, cerré mis ojos y cuando los volví a abrir ya los tenía en blanco, mi polla se deslizaba en su boca limpia y suavemente, imprimía la presión justa en cada momento y la intensidad necesaria para que me sintiera en la gloria… cada vez que entraba y salía mi polla de su boca sentía que me iba a correr sin remedio, me costaba un montón no gritar de placer, me costaba aguantarme la corrida, y cuando creía que no lo iba a soportar más me dijo :

-       Ya estás preparadito, ahora la cubanita.

Menos mal, creí que me iba a correr en su boca, odiaba parecer tan ansioso, con tan poco aguante, puso mi polla entre sus tetas, junto sus tetas sobre mi rabo, estaba tan lubricada que entraba y salía por el arco de sus tetas sin apenas fricción, sin apenas rozamiento, pero mis huevos estaban hirviendo, mi putita me tenía en la gloria.

-       Córrete, mi vida, estoy deseando ser marcada, convertirme en tu putita y que me goces cuando quieras, córrete en mis tetas, así me untaré tu semen en mis tetas para que sean sólo tuyas.

Seguía esa caliente cadencia de su pecho resbalando sobre mi rabo, mi capullo aparecía y desaparecía entre sus tetas, de vez en cuando, me daba un bocadito , de vez en cuando, dejaba caer su saliva en mi rabo para que todo resbalase mejor, mientras seguía diciendo esas cosas que me calentaban tanto.

-       No pienso ducharme hasta mañana, así estaré continuamente calientita oliendo tu semen y mañana, cuando te pille , te volveré a dejar seco.

No pude aguantarme más , me vacié en ella, esa voz sugerente, esas cosas que escuchaba, sus ojos mirándome, mi imaginación, demasiado para mi, me corrí tanto que sentía que no tenía más semen para expulsar.

-       Oh! Que bien cariño, cremita para mis tetas, seguro que estarán más turgentes y más duritas… ¡¡¡¡pero tendré que aplicarme este tratamiento todos los días!!!!

Me decía eso mientras golpeaba su pecho con mi rabo, para sacar hasta la última gota, me encantaba golpear sus  tetas con mi rabo…, 

-       Chápamela, cariño, quiero que la dejes reluciente.

Succionó hasta dejarla como nueva, que sensación de paz….

Pilar me miró lujuriosamente mientras se untaba mi semen en su pecho…que ganas de guerra.. de nuevo.. esa mujer me volvía loco, sin duda nublaba mi juicio y mi voluntad.

-       Hasta luego, jefe.

Miraba su culo mientras se iba hacia el baño, no tardaré mucho en follármelo , pensé mientras lo veía alejarse.

Pasaron un par de días, en los que no tuvimos sexo, quedaban apenas un par de semanas para la cena de gala y quedaban cuatro personas para completar la mesa, yo no tenía muchas ganas de compartir esa cena con nadie de mi entorno familiar o de mi grupo de amigos, a fin y al cabo era una cena por las aportaciones de la empresa. No veía bien que viniera gente de fuera, pero por otra parte, no íbamos a dejar cuatro sitios libres.

Por más que intentamos que viniera más gente de la empresa, no teníamos más candidatos, por lo que Pilar acudió en mi ayuda y me propuso que completáramos la mesa con su familia, su hermana Inma, estaba pasándolo mal con su marido y estaban en trámites de divorcio, le vendría bien un poco de distracción; su hija Inés de 19 añitos y su novio Tomás, para ellos sería una forma diferente de vivir algo que, quizás, no volviera a ocurrir, y por último, para completar la mesa,  el marido de Pilar, Paco, aunque estaban distanciados, a ella le ayudaría a no tener más problemas en casa.

Se me vino el mundo encima, si bien creía que la solución de Pilar era razonable, mi polla no me dejaba pensar bien y ansiaba en un fin de semana gozando sin descanso, pero esta vez no parecía que fuera a ser posible.

Aún quedaban un par de semanas y mi rabo no dejaba de decirme las ganas que tenía de follar sin tregua ni cuartel, debía preparar un plan para disfrutar lo máximo posible de ese manjar que se me ofrecía a cada momento.

Desde que supe lo de la cena de gala, quise concretar una compra de unos hoteles, le dije a Pilar que quería que consiguiera una reunión con el vendedor para el viernes, para concretar la oferta  y otra reunión, para presentar una propuesta de compra, para el lunes.

Pilar sonrió.

-       Tú quieres algo más que comprar un negocio ¿ no es así?.

-       Pues claro, tu y yo estaremos tres noches fuera, la del viernes y la del domingo por la compra, y la noche del sábado estaremos todos juntos por la cena de gala.

-       Así que tu y yo ¿estaremos juntos dos noches enteras?

-       Y no te pienso dejar dormir ni un solo minuto.

-       Ja ja ja, me vas a dar lo mio…

-       Te voy a dar lo tuyo y lo de tu prima.

-       Ja ja ja da por hecho esas dos reuniones.