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Amistades y tetas

en Orgías

Tener una mujer con las tetas grandes siempre es un atractivo para tus amigos que aunque digan lo contrario les encantaría poder disfrutar del suave tacto de unos pechos voluminosos.

Si de repente se encuentran que le cedo a mi tetona esposa durante unos minutos para que se aprovechen de ella, queda una historia como la que sigue.

Empezare este relato como una de esas películas de Hollywood donde una voz presenta a los protagonistas mientras se suceden los créditos iniciales, y estos, aparecen en sus quehaceres diarios, ajenos a su papel en la nueva historia.

Toni, mi mejor amigo, nos conocemos desde el instituto, es técnico de riesgos laborales y se divorció hace cinco años. Cuando éramos jóvenes se llevaba a todas de calle, su porte alto y sus ojos azules causaban impresión en las chicas. Pero el tiempo no perdona y el pelo dejo de existir en su cabeza y la barriga hizo su aparición. Ahora vive solo y aunque sus relaciones sexuales siguen siendo muchas y sobre todo con jovencitas, se ha tornado una persona un tanto anodina y huraña.

A Gregorio, aunque lo llamamos Goyo, es funcionario. Lo conozco desde pequeño, sus padres y los míos eran amigos y casualmente fue a la universidad con Toni lo que nos hizo tener a los tres una buena relación. Le llego su época de galán tarde, ya pasados los treinta, e insatisfecho de las hembras nacionales de su edad, se casó con una chica del otro lado del atlántico, quince años más joven que él. Hace poco tuvo un niño pero sigue saliendo como si tuviera 18 años con el consentimiento de ella.

Para terminar el trio, les presentare a Mario. Lo conocí en uno de mis primeros trabajo y lo incorpore al grupo, se integró muy bien. Es un gentleman, al estilo de Dean Martin, el soltero de oro, con una larga carrera como follador parada en seco por una moderna divorciada con la que tuvo un hijo y se hizo cargo del que ella traía. Ahora entre su matrimonio, su estresante trabajo y los niños, es solo la sombra del dinámico metrosexual de hace 5 años.

Teresa, mi esposa, 39 años, llevamos juntos 15 años, 10 de ellos casados, con una niña y dos mellizos, no está mal. Lo suficiente para empezar a aburrirnos el uno del otro. Somos la pareja más duradera de todo nuestro entorno y nos llevamos bastante bien.

Pero os interesara conocer sus medidas, a fin de cuentas ella será la protagonista sexual del relato: 115-72-100, vaya mujer, ¿verdad? Ya imagináis su tamaño, además solo 1,65 de altura, 75 Kg. Pero ella es algo más que un voluminoso cuerpo con exceso de curvas, conserva una encantadora sonrisa en su pecosa cara de niña, su pelo corto y sobre todo: mucha clase.

Y quedo yo, me llamo Juan, pero da igual, no soy un personaje importante, solo el narrador cornudo de esta historia.

Vamos con la historia, no me enrollaré mucho con lo que causo la relación sexual, fueron un cumulo de circunstancias inesperadas, como pasa siempre, una cosa lleva a otra y acabas haciendo lo que no debieras. Me remonto a hace tres años:  Hice inversiones que no debía y para evitar perder ciertas propiedades, pedí dinero a algunos amigos, no era una cantidad alarmante pero no podía acudir al banco y entre los tres que he presentado me la prestaron confidencialmente, sin que ninguno supiera que el otro lo había hecho. Pasó el tiempo y no me pidieron el dinero. Hasta que note cierta aspereza en nuestra relación.

Hace poco y sin motivo especial, Mario nos invitó a pasar el fin de semana en una casa que tienen sus padres en el pueblo. Cuando llegamos estaban Toni y Goyo con sus respectivas parejas, nos llevamos una gran alegría pues hacía tiempo que no nos veíamos.

No me di cuenta de la encerrona que me tenían preparada hasta que me encontré a solas con los tres. Muy cortésmente se interesaron por mi situación económica, me pidieron explicaciones de cómo me iban las cosas y en especial la devolución de las deudas, habían hablado entre ellos y estaban preocupados.

Me sentí molesto y no estuve correcto con ellos, me enfade. No les gusto mi reacción y me comentaron que iba a hablar con mi suegro del asunto para que les adelantara algo de mi deuda, les dije que no lo hicieran, pues también le había pedido dinero a él y perdería toda su confianza. Les pedí que aguantaran, hablaría con mi mujer y les diría algo al día siguiente.

Cuando lo comente con Teresa no le gustó nada, su padre no podría enterarse de eso. Ya nos había ayudado mucho y no podía saber de nuestra situación, además andaba algo mal de salud. Mi mujer tuvo una idea que en un principio me pareció inadecuada pero la pusimos en práctica y se los paso a contar.

Después de la comida del domingo las mujeres decidieron ir a tomar café al pueblo, lógicamente para dejarnos solos con ellos.

Lo primero fue pedirles casi de rodillas que no dijeran a nadie la situación en la que nos encontrábamos, pero decían que era por nuestro bien, le rogamos encarecidamente que aguantaran, creían que nos hacían un favor.

Entonces intervino Teresa, muy teatral, casi con lágrimas en los ojos les pidió que no lo hicieran, nos romperían la vida, pero ellos seguían manteniendo su idea.

  • se los devolveré en plazos cada mes, pero sin ningún interés y empezare a hacerlo el año próximo
  • Per…..
  • No he acabado. Vamos a daros algo ahora para que consideren lo que van a hacer, antes de hacerlo.
  • Sorpréndenos sonrió Toni.
  • sus chicas estarán fuera más de una hora. Teresa estará a su disposición 15 minutos para lo que quieran.

Hubo un momento de silencio e indecisión, sonrisas discretas. Toni miro a Mario y gesticulo con las manos simulando unas grandes tetas. Siempre les habían gustado y alguna vez sé que intentaron algo con ella.

  • Estas de broma ¿Dónde está la cámara oculta? No es necesario dijo Goyo muy digno.
  • 15 minutos repetí yo. Nos da tiempo de un striptease y algo más, excepto para follar ¡Todo menos follar!
  • ¿Hablas en serio?
  • Si, hablamos en serio. Dijo Teresa. Juan llevara el tiempo. ¿no te atreves conmigo?
  • Pues claro. Contigo y con cuatro mas
  • Que machote
  • Juan, vete, en cuanto salgas por la puerta pon el cronometro. Me ordeno ella en tono seguro, como una señora.

Le hice caso y deje la sala. Estaban todos todavía confusos, tener en cuenta que éramos amigos de toda la vida, y desde muy jóvenes conocían a mi primera novia, luego mujer y ahora madre de mis hijos.

  • ¿Estas segura? Le pregunto Mario. ¿De verdad que quieres hacerlo? A estos solo se le ocurren cosas guarras.
  • Ya  lo ha dicho Juan. Lo decidimos así entre los dos. Es una forma de que se mantengan calladitos. Pero esto no saldrá. Tienen que prometerme que no lo hablaran si quiera entre ustedes, esto no habrá pasado.
  • Bueno, pues adelante.
  • Y nada de follar, ya se les ha dicho.
  • El resto vale todo entonces ¿no?
  • Siempre que no se hagan los brutos
  • Ok nada de follar, si yo sé lo que quiero dijo Toni. Mamada y cubana.

Teresa se levantó y se puso en el centro de la habitación, pretendía un desnudo lento, como una stripper, consumir tiempo, y tener poco sexo, su idea era dejarse sobar y hacer pajas a discreción con las tetas y si se ponían muy pesados la chuparía, pero lo intentaría retrasar al máximo.

Toni se le acercó enseguida, directo, le apretó una teta, la sobo rápido sobre la blusa la otra. Ella sonrió nerviosa no esperaba ese atrevimiento de repente.

  • No te los has pensado.
  • Vaya tetas. Siempre te he dicho que me encantan.
  • Pero si nunca las has visto.
  • Eso lo vamos a solucionar hoy. ¿Te ayudo con la camiseta?
  • ¿No quieres que lo haga despacio?
  • Puedo sola.

Pronto se quedó en sujetador, un tanto quieta, helada, los miro, dos sentados enfrente con la boca medio abierta, expectantes, y Toni más decidido a su lado.

  • Qué vergüenza
  • Venga no te cortes
  • Eso, tetas fuera, vamos.
  • ¡Tetas fuera! ¡Tetas fuera! ¡Tetas fuera! ¡Tetas fuera!

Pude oír al coro gritar, después unos aplausos.

Le costó más de lo que había pensado mostrar sus voluminosos senos, veía las caras de expectación inusual en ellos, se tocaban la entrepierna instintivamente o se mojaban los labios. Hubiera salido corriendo en ese momento, pero opto por desabrochar el corchete y lanzar el sostén la aire, y libero el melonar, dos magníficos ejemplares de enormes pechos de mujer madura colgaban ante la mirada estupefacta de los presentes.

  • Vaya tetas, lo están viendo. Son más grandes de lo que pensaba.
  • Son grandísimas
  • Tu mujer también las tiene grandes.
  • Ni la mitad que esas. Vaya teta.

Toni no perdió un segundo y las sopesó con una tímida sobada inicial.

  • Siempre pensé que tendrías los pezones grandes.

Eran una auténticos melonazos, abundante tejido mamario, un volumen imposible de abarcar con una mano, caídas efecto de la edad y los embarazos, pero el tamaño compensaba su falta de consistencia juvenil. De pezón pequeño arrugado y puntiagudo. Lo malo era la barriga con buenos michelines que le restaba atractivo, pero le daba el morbo que tienen las maduras rellenitas y tetonas.

Toni al acecho, no tardo, le agarro primero un pecho de abajo arriba notando todo su contorno, después cogió el otro igual, cargó ambos sosteniéndolos,  tanteando su peso,  los estrujo varias veces, aumentando la frecuencia y velocidad, la miro a los ojos mientras lo hacía, sonrió y continuo apretándolos, era romper una barrera de muchos años de curiosidad,  la besó con pasión sin dejar de sobarle los melonazos, un beso largo, noto unos labios suaves,  sensuales, besaba bien, penetro en su boca a la búsqueda de la lengua de manera agresiva, gozando del tacto de sus grandes senos cada vez más rápido y fuerte.

Teresa se puso de espaldas y le restregó el culo en su paquete, a Toni le encanto, miro a sus amigos sonrió con una rara muesca dominante y les hizo un gesto de satisfacción apretando las manos en signo de que iba a abarcar una gran masa de carne. Se agacho pues era mucho más alto que ella, y se dejo hacer mientras le presionaba las ubres con ambas manos.

Se sintió como una autentica fulana dejándose sobar por Toni bajo la atenta mirada de Goyo y Mario, los miraba y se lamia los labios,   giraba en círculos y le agarraba las manos al chico apretándose los senos que rebosaban por ambos lados, mientras le pedía que le besara el cuello. El espectáculo causo en ellos una evidente aceleración.

  • Vaya tetas tiene la vieja. Son más grandes que las de mi mujer.
  • La mía no tiene casi. Que espectáculo.
  • Teresa la mujer de Juan, crees que deberíamos hacer esto, mira Toni como le mete mano.
  • Pero si ella se ha ofrecido, nosotros no hemos pedido nada, quizá le apetezca porque Juan no le da caña. Además, no vamos a follar, disfrutemos. Toda la vida mirando esas tetazas y ahora poder tenerlas, si es solo un rato.
  • Vaya Goyo si esta buena, tu mujer es mucho más joven y está más buena.
  • Tú haz lo que quieras, pero yo no me quedo sin una buena cubana.

Goyo se acercó y Toni le dejo libre una teta. Ambos se miraron, sonrieron.

  • ¿Les gustan chicos? Son grandes ¿verdad?
  • Vaya tetas, Teresa. Son buenísimas. Que suerte ha tenido el cabron de Juan.
  • Pero ahora estoy gorda.
  • Que va, con esas tetas estas buenísima
  • Cacho tetas, joder exclamo Toni mientras volvía a besarla ardientemente metiendo la lengua hasta lo más profundo.

Goyo también busco con los labios y fue rechazado, a mi mujer siempre le había dado algo de repulsión este chico, quizá por su carácter de sabelotodo y prepotente, pero no podía dejarlo así y permitió que abordara su boca.

  • Dale caña, hasta el fondo. Añadió Toni que como un perro liberado su instinto explotaba sus recursos, con mano derecha la ubre, con mano izquierda el culo, el paquete bien restregado contra sus muslos y su boca lamiendo el cuello.

El magreo,  se convirtió en descontrolado, subida y bajada, estruje con una y dos manos cada uno ocupado en un pecho, jugando como niños, competidores en el arte del tocamiento pectoral, risueños y envalentonados pasaron a chuparlas al unísono, se palmearon las manos como jugadores de baloncesto y se entretuvieron lamiendo, mordiendo y disfrutando de los pezones como dos becerritos agarrados a la ubre de su  madre, una triste y patética imagen de los dos cuarentones riendo y jugando con los pechos de  mi mujer..

  • Que ricas
  • Es como una cereza.
  • Me estoy poniendo muy burro.

Primero fue Toni quien se bajó la cremallera y saco una polla gorda, no muy larga, ya estaba erecta de tanto roce con el culo e hizo que ella la agarrara con la mano, Goyo al verlo siguió sus pasos y saco un rabo más largo que el de su amigo todavía morcillón. Teresa comenzó a masturbarlos entre sus risas mientras seguían tocándola cual salvajes.

  • Como una peli porno. Dijo Toni entre carcajadas sin dejar de lamer el pezón.
  • Sí que van rápido.
  • Has dicho 15 minutos, da tiempo a poca acción.
  • Y yo quiero una buena cubana.
  • Pero que empiece chupando. Venga a chupar. Que se nos va el tiempo.
  • Yo primero. Dijo Toni con iniciativa mientras la forzaba a agacharse a la altura de la polla.
  • Organización, coño, organización. Ja,ja,ja.
  • Ponte de rodillas y ves chupando una y otra. Como en las pelis.
  • Vamos ¡puta! De rodillas
  • ¡Eh! Sin pasarse, no hay porque insultar dijo ella mientras se arrodillaba dejando a ambas pollas a la altura de sus ojos.
  • No te enfades es para darle más morbo a la escena.
  • Imagina que es una peli porno.
  • Que pesado con la peli porno, le increpo Teresa. En las pelis porno se folla y tú no me vas a follar.
  • Que chulita te pones ¿no? Tú eres la que lo ha propuesto, bonita. No siempre vas a tener un par de pollas como estas a tu disposición.
  • No discutan, sino no puede meterse nada a la boca. Venga, a chupar que corre el tiempo.

Le pareció humillante arrodillarse, pero entre bromas soeces la obligaron, difícil negarse, de pronto noto como le acercaban las pollas a la cara,  tensas y enérgicas buscaban su boca, sin darse cuenta tenía una dentro, mientras el otro rozaba la punta en sus tetas. Al principio le costó, tener un par de miembros para ella, no era habitual. Comenzó a ganar intensidad en la felación mientras al otro lo masturbaba con la mano.

Se lo está tomando en serio

  • Puta madre, va como una moto. Sigue, sigue.
  • Venga me toca a mí. Dijo Goyo con ganas de que se la chuparan

Ella fue la que cambio de pene casi sin tiempo a respirar, Mario prefirió restregarle el rabo en su cuerpo, golpeándolo sus melones.

  • Estoy cansada de estar de rodillas.
  • Bueno ponte de pie. Como la chupas Tere, sí que la sabes.
  • Como me molan las tetas, son la hostia. Añadía Goyo mientras las sobaba y jugueteaba con ellas dándole golpecitos.
  • Así me molesta dijo ella.
  • Lo siento ha dicho tu marido que todo menos follar. Venga. Te gusta más así. Dejo de golpearlas y empezó a jugar con los pezones.
  • Cambio de tercio. Cubana. Dijo Toni
  • Buena idea.

A ella le costó levantarse, tenía las rodillas entumecidas y su exceso de peso se hizo notar, casi se cae y los chicos la ayudaron a ponerse en pie, no si volver a sobarle las tetas a cada oportunidad, incluso al ayudarla a levantarse, casi sin dejarla respirar, aprovechando cada minuto. De manera agobiante, a cada momento querían sobarla, ella se zafo por unos segundos con un gesto despectivo.

  • ¡No te quejes! Tienes unas tetas muy guapas y el tiempo pasa y dentro de unos minutos no podré disfrutar de estos melones.

Goyo se sentó en el sofá, le pusieron un cojín en el suelo y se arrodillo le agarro el rabo y lo atrapo entre sus senos que comenzó a mover arriba y abajo, la cara del chico cambio, gemidos y sobre todo bufidos salían descontrolados de su boca, en este momento le importaba poco que una amiga de tantos años, esposa de su mejor colega le estuviera haciendo una enorme cubana. Mientras Toni con la pija en la mano hablaba con Mario y contemplaba el espectáculo.

  • Tiene unas tetas de puta madre. Vaya regalito hoy.
  • La verdad que me estaba conteniendo por ser quien era, pero me pone a cien.
  • La conozco desde hace 20 años que empezó a salir con Juan y no veas las pajas que me he hecho pensando en sus tetas.
  • ¿tú vas a hacerle algo?
  • No lo sé. La verdad que no había visto unas tetas así en tiempo y me he follado a muchas.
  • No seas tonto. Que te haga una buena mamada y una cubana.
  • Yo me la follaba por detrás mientras le agarraba las tetas.
  • Y yo también, pero pongamos un límite, es Tere.
  • Ahora me sales protector.
  • A ver si acaba este ya. Que se me está bajando de la mamada

Goyo hacia el payaso, jadeaba fuerte (sigue, sigue, mueve las tetas, mueve las tetas, uff, uff, agr, uff) con sonidos exagerados, más pendiente del entorno que de disfrutar de la espléndida cubana

  • Esto es la gloria.
  • No te la hace tu mujer, le dijo Teresa. También tiene las tetas grandes.
  • Calla zorra y deja que me mueva yo ¿Por qué no me la chupas al mismo tiempo? Abre la boca cuando suba. Como en las pelis porno.

Bajo la cabeza para que la punta del pene llegara a su boca después de atravesar el canal de sus senos. La lamio como pudo.

  • Así, así. Bien
  • Es incomodo, le dijo ella.
  • Calla, y sigue, ¿o prefieres follar?

No había terminado de decir la frase cuando noto que le agarraba la cabeza y un chorro de leche le entro directa a la boca. Ella se levantó de golpe.

  • Eres un guarro, cabron. Qué asco.

Goyo se reía a carcajadas, los dos amigos se sonrieron viendo como ella escupía el semen y buscaba algo con que limpiarse.

  • Tranquila, que no pasa nada le dijo Mario acercándole un vaso de agua.
  • No le había consentido esto ni a mi marido.
  • Hay siempre una primera vez para todo.
  • Eres un guarro. Me lo he tragado todo.
  • Dijiste de todo menos follar. Lo siento. Yo tampoco lo había hecho nunca.
  • Te has pasado. Te lo podías haber ahorrado. Además me has hecho daño en el cuello.
  • Lo siento no quería hacerte daño, de verdad, pero nunca
  • El porno ha hecho mucho daño a las relaciones sexuales sanas. Dijo Toni muy irónico
  • Teresa, de verdad, sigo sin entender porque nos propusisteis esto, estábamos hablando de otras cosas y de pronto nos decís que quedas a nuestra disposición para lo que sea menos para follar, y ahora pones pegas. ¿Qué esperabas? Esto es un juego y nosotros hemos respetado las normas si quieres jugar te quedas, si no te vas pero es inevitable que hagas concesiones.
  • ¿Crees que a nuestras mujeres les gustaría saber esto? Espero que tú también estés calladita. Déjalo. Si, quizá sea mejor dejarlo. Dijo Goyo siempre tan fuera de sitio.
  • Claro como tú ya te has corrido, le replico Toni que estaba muy cachondo escuchando a convincente charla de Mario
  • Tienes razón, no tenía que haberme puesto así. Solo quiero que nos seáis brutos. Avisarme de lo que vais a hacer ¿Vale? Y Goyo, no te preocupes, yo soy la menos interesada en que se entere tu mujer.
  • ¿Estas lista para continuar? Pues dile a tu marido que añada 5 minutos más, que los parones también cuentan.
  • Como en el futbol, el tiempo añadido

Entonces escuche a mi mujer salir de la sala llamándome.  Me acerque temiendo que hubiera ocurrido algo.

  • ¿Todo bien?
  • Si todo controlado, no te preocupes. Deja cinco minutos más que ha habido un parón involuntario.

Iba todavía con los jeans y cuando salió se tapó con los brazos las tetas frente a mí. Me resulto extraño. Pero menos me gusto ver tras la puerta a Toni y Mario quitándose la ropa, con sus pollas morcillonas, seguramente repartiéndose los turnos con ella, reían y comentaban algo. Cruce la mirada con Toni, sonrió y se sacudió el pene, me sentí burlado por mis propios amigos que iban a dar cuenta de mi mujer con consentimiento. La había regalado como PUTA. Me dieron ganas de cortarlo todo, de entrar gritando, pero baje la cabeza y me largue.

Ella al regresar se sorprendió de ver a los dos chicos desnudos, inmediatamente dejó de ocultar sus pechos y los volvió a desplegar delante de ellos.

  • Menudas tetas tienes, Tere. Ven aquí que los sobe un poco más. Me encantan.
  • Uy cuanta polla suelta. Ya están preparados según veo. ¿Qué quieren?
  • Yo primero dijo Toni me toca a mi
  • Sí, pero deja que disfrute de esto un poco

Las manos de Mario fueron directas a los senos, todavía no las había acariciado y jugueteo con ellos.

  • Que se quite los pantalones
  • Eso, quítatelos. Que veamos que escondes.

Ella volvió a sonreír, obedeció y se quedó en tanga, se giró avergonzada para que vieran bien su enorme culo, abultado, con celulitis, respingón y voluminoso, tan blando que la tira del tanga desaparecía entre los redondos glúteos. Hubo un aplauso general cuando se dio la vuelta e inclino la espalda y puso el culo en pompa Goyo que ya se había puesto los pantalones satisfecho por su corrida se acercó a sobarlo.

  • No está mal. Date la vuelta. Vaya culazo.
  • Esto es una mujer de verdad, rieron todos.
  • Ven p’aca gruño Toni

Se calzo de nuevo las sandalias que con el tacón la hacían más alta y atractiva, mientras soportaba tocamientos tanto de Mario como de Goyo.

  • Me tocaba a mí. Reclamo Toni.
  • Voy, voy, tranquilo.
  • Siéntate aquí.
  • Si hombre. Sobre tu polla. No me la vas a meter.
  • Solo esta morcillón, ven mujer, no te la meto. Ven.

Teresa sonrió, se sentó sobre él, que inmediatamente puso las manos en las hermosas ubres y comenzó a besarla; a ella le gustaban sus labios, la lengua desplazándose en el interior de su boca y le recordó a sus primeros amantes, desatados, mordiéndoles los labios mientras se cebaban con sus senos y la llenaban de palabras de amor. Movía sus caderas restregándose sobre el miembro que no tardo en esta como una piedra, su sexo despidió los primeros fluidos, le estaba gustando y quiso parar

  • Quieres una cubana ¿verdad?
  • ¿Qué crees? Ha sido el sueño de mi vida
  • Sí, pero no me pongo de rodillas.

Se tumbó sobre el sofá y él se sentó encima, le relucían los ojos.

  • Voy a follarte las tetas. No me lo puedo creer.

Teresa apretó sus pechos con la gorda polla en medio, dejo que el moviera sus caderas sobre cada vez más rápido, su pene se perdía entre las enormes montañas entrando y saliendo. Era más pequeña que la del anterior pero más gorda y dura, noto una gota de baba cayo de la boca de él. Lo miro a los ojos y sonrió, era consciente de que estaba cumpliendo un sueño, centrado en el movimiento, única y exclusivamente fijo en los globos de su amiga.

  • Me encanta. Vaya tetas. Que gusto. Dios, dios,… que follada de tetas,…

Noto de pronto que alguien jugueteaba son su entrepierna, se estremeció. Mario la masturbaba suave, su coño estaba húmedo y abierto. Ahora era ella la que gemía.

  • ¿Sabes lo que me apetece? dijo Toni
  • ¿Qué? ¿llamarme puta?
  • También putita, también. Pero quiero correrme en tu cara
  •  no me apetece.
  • Venga, al menos yo si te aviso.
  • Venga vale.
  • Muy bien golfa, te va a encantar la leche caliente, es buena para el cutis de las zorras. ¿Te he dicho que eres una puta? Una puta tetona y viciosa.

A Goyo le excitaron los insultos, se acercó a ella y participo con una larga retahíla: “eres las más puta, la más golfa y guarra comepollas, te gusta verdad zorra, te encanta que te follen las tetas, puta tetona, te gusta tragarte la lefa, mira que botijos tienes, puton, te encanta que te los soben los amigos, que te los chupen, y sobre todo que te los follen, eso es ser muy puta”.

Los chicos reían al ver a Goyo tan centrado en la vejación, pero a ella le daba igual, si quiera lo escuchaba, y Mario le comía el coño despacio, mientras le metía un dedito, disfrutaba con frenesí del momento, estaba muy excitada, pero había algo que la hacía resistirse, como si no quisiera disfrutar.

Toni noto que se corría y saco la polla de entre las tetas.

  • Cierra los ojos que va.

Descargo varias andanadas de leche sobre el rostro de mi mujer, soltando hasta la última gota, luego intento metérsela en la boca, pero ella se negó.

  • Venga, solo una vez, que nunca lo he hecho.

Finalmente acepto y le chupo la polla tragándose gotas de su semen, algo que le repugno. Pero estaba muy cachonda. Goyo le acerco una toalla para limpiarse y aprovecho de nuevo para manosearle los pechos.  Al abrir los ojos solo recordó ver unos segundos la erecta polla de Mario, no se esperaba lo que el marido de una de sus amigas, tan formal y buen padre de familia le iba a hacer.

Sin decirle nada le dio la vuelta, le separo los glúteos y se la metió sin ninguna contemplación. Los otros dos quedaron atónitos ante el atrevimiento, pero Mario lo tenía claro, quería follarla por detrás, ver ese enorme culo redondo, celulítico, molloso, atravesado por su verga, sentir el roce de los abultados glúteos en cada en empuje, era una sensación especial, distinta a lo que sentía con su fibrosa esposa. Las primeras embestidas eran suaves, le forzó que se pusiera a cuatro patas y les señalo a sus amigos las tetazas colgando, balanceándose en cada empujón

  • ¿Qué haces, tío? Te estás pasando le dijo Toni
  • Que buena polla por dios. Me encanta. Dame caña
  • Más todavía, sí que eres puta, sí.
  • Toma, caña, toma caña
  • Por detrás, dame por detrás.
  • Pero no habíamos dicho que no se follaba. No vale. Pues chupármela otra vez le dijo Goyo acercando su polla a la boca.

Ella saturada lo rechazo, pero aguanto a que juguetearan una vez más con sus grandes senos balanceándolos como campanas al aire y riendo al verlos moverse. Toni también le dio unas buenas palmadas en el culo

  • ¿Te gusta puta? Y daba otra fuerte palmada.
  • Te gusta mi culo. Dame más, dame mas

Volvió a darle de nuevo, varias palmadas pero en el fulgor se le ocurrió acariciarle el ano y meterle el dedo. Ella intento girarse al notarlo.

Goyo que manipulaba las tetas, evito que se volviera y la forzó mantener su posición de perrita.

  • Te va a gustar, ya veras
  • Lo hare despacio.
  • Ya me estáis follando.
  • Tranquila es solo el dedo.

Y le masajeo el ano despacio hasta introducirle el dedo con suavidad. Estaba totalmente ocupada por los tres hombres, nunca había vivido algo así: Mario la penetraba agarrándola de las caderas, Toni le metía el dedo por el ano y Goyo le sobaba las tetas. Ella solo podía gemir.

  • Eres muy malo mira que follartela, te habían dicho que no y mira, castigando a la chica por detrás. Ya verás cuando se lo diga a tu mujer
  • Déjame, no se folla un culo como este todos los días.
  • Si te gustan los culos gordos y grandes si
  • Déjame en paz, si ya va.
  • No te corras dentro por favor. Dijo ella.
  • Vuélvete. En las tetas, en las tetas.

Ella le ofreció los melones con ambas manos y dejo su carga de leche sobre ellas. Las lleno de una leche espesa y abundante, tras lanzar un largo suspiro de desahogo

  • Que cabron, mira que follartela
  • Ni palabra de esto a Juan, de acuerdo. Ni palabra
  • No saldrá de aquí. Le dijo Mario mientras le daba un beso.

Poco después entre yo, todavía se estaban vistiendo en un silencio absoluto. Teresa en topless buscaba su sujetador. Me pareció muy atractiva y suelta.

  • ¿Todo bien?
  • Si todo bien me dijo ella y me dio un beso.
  • Cabrones os lo habréis pasado bien.
  • De puta madre. Que suerte tienes de tener unas tetas como esas a tu disposición.
  • Esto habría que repetirlo más.
  • Y una mierda replico Teresa. Esto no sale de aquí, no quiero que se mencione nunca más, ni si quiera entre vosotros.
  • Creía que te había gustado
  • Bueno, algunas cosas no han estado mal, jeja.
  • Está claro, se queda así y nada más.

Toni se acercó a mí y me susurro. No hacía falta esto, solo queríamos que te centraras en el negocio, no tenemos prisa en que nos devuelvas el dinero. No te enfades cuando ella te cuente lo que pasó. Imagino que tendrás ganas de saberlo. Ya está, todo olvidado.

Yo imaginaba que no me forzarían a devolverlo, pero nuestra situación era desesperada, así que esa mañana disimule una cámara pequeña de fotos y deje mi móvil en una posición privilegiada, con ambas grabe la mayor parte de la orgia. Por eso me entere de cada detalle y he de reconocer que me sentí mal por dejar que se la follaran; sé que fue por mi culpa y no puedo reprochar nada. Y me he convertido en un extorsionador y chantajista

Hoy me han ingresado otros 60.000 entre los tres, ya que después de pajearse varias veces viendo los videos, decidieron hacerme otro favor para que sus mujeres no se enteraran de lo que paso.

Para esos están los amigos.

AGRADECERIA SUS COMENTARIOS DE QUE HUBIERAN HECHO USTEDES DE VERSE EN UNA SITUACION COMO ESTA DE TENER A LA TETONA MUJER DE SU AMIGO A SU DISPOSICION.