miprimita.com

La ex alumna

en Sexo con maduros

Sol tiene hoy 23 años y está estudiando una carrera universitaria, además de tener una vida muy activa entre proyectos y otras actividades, ya que siempre le gustaron los retos. No cambió casi nada desde que terminó la escuela secundaria a sus 17 años, se veía casi igual, salvo porque por fin se había animado a cortarse el cabello a la altura de los hombros, cuando lo tenía largo hasta la cintura. En aquella fiesta de fin de curso, destacó por su vestido strapless rojo con parte de la espalda descubierta, y se robó infinidad de miradas, y en la actualidad las sigue robando.
 
Como se dijo, no cambió mucho su apariencia desde la escuela secundaria hasta ahora: de estatura no muy alta, pelo castaño claro, tez clara, un abdomen plano, cola bien parada y pechos redondos y juveniles. Sol cada tanto hace ejercicio pero no abusa tampoco, vive con su familia y abocada a todos sus proyectos, siempre los encara con mucha energía.
 
Su familia siempre aprovechaba los veranos para viajar a algún lugar donde haya naturaleza, era ya una constante todos los años. Y como Sol tenía que rendir examen recién a principios de marzo, decidió también ser parte del viaje familiar como para despejar la mente.
 
Habían elegido un lugar con mucho verde, en donde también había un río donde podía uno entrar al agua a nadar, e hicieron las reservaciones para el hotel en el que se iban a hospedar, que era uno bastante concurrido, y donde después mucha de la gente de ahí va a excursionar, o a nadar o a comer algo.
 
Llegaron al hotel y mientras se acomodaban, ya se sentía la brisa y ese vientito que sólo los árboles saben brindar. Almorzaron y pasadas unas horas, Sol y su familia (su madre, su padre y su pequeña hermanita menor) quedaron en ir al río, así que todos se pusieron sus trajes de baño. Sol salió con una bikini celeste y un shortcito azul, el cual se quitaría para entrar al agua, robando como ya es costumbre, muchas miradas masculinas. Al salir, se volvió a poner su short y ella y su familia recorrieron los lugares con mucho verde y ella posó en muchas fotos (ama sacarse fotos). Luego, al hotel otra vez.
 
Al día siguiente, Sol salió pero esta vez sólo con su madre. Tenía puesto una bikini blanca con detalles rojos y sólo se puso un diminuto short de jean, y se iban al río y de ahí a seguir recorriendo. Caminan por el hall del hotel cuando ella ve una cara muy conocida: era uno de sus ex profesores en la escuela secundaria, de nombre Roberto, de unos 57 años, pelo canoso, no era calvo pero tenía una frente muy amplia, piel bronceada, algo gordo y con un bigote entrecano, tenía cara de estar de buen humor (así era como generalmente se mostraba en clase, como un hombre muy bueno y sus clases eran dinámicas y entretenidas). Estaba entrando cuando también divisa a su ex alumna, viéndose ambos y reconociéndose casi al instante.
 
- Proooofeeee!!! Tanto tiempooo!!! ¿Cómo le va? - Sol se había puesto contenta al verlo y tras decirle eso le da un abrazo efusivo.
- Hola Herrera! Jajaja! Así como me decís "profe" siendo que ya no lo soy, yo te llamo por tu apellido!
- Jajaja! Siempre el mismo usted, nunca cambia! Qué sorpresa encontrarlo por acá, ¿está parando en el mismo hotel o sólo está de pasada?
- Yo me vine a hospedar ayer, vine con mi señora, mis hijas quedaron en la ciudad una trabajando y la otra estudiando para exámenes finales. Por suerte en mi materia aprobaron todos y no me es necesario quedarme para los exámenes recuperatorios. - Hizo una pequeña recorrida con la mirada a su ex alumna - Y vos por lo que veo, estás por salir a nadar.
- Sí, de acá ya directamente nos vamos al río y del río a pasear un rato.
- Bueno, me alegro, yo ahora tengo que subir para mi cuarto, y ver qué hacemos con mi esposa.
 
Se saludaron, Roberto también saludó a la madre de Sol a quien recuerda por las reuniones de padres y subió. Por su parte, Sol y su madre llegaron al río, ella se sacó su short de jean, su madre el pareo, se sentaron un rato en la arena y disfrutaron del día radiante que hacía. A la media hora llega Roberto con su esposa, una señora de unos 55 años, algo subida de peso, y con una rizada cabellera rubia que ella teñía de forma asidua y se sentaron cerca de Sol y su madre pero no junto a ellas. Es en ese momento en que Sol le dice a su madre que iría a meterse al agua, así que está vez va sola ya que su madre prefiere quedarse tomando sol.
 
Mientras tanto, el profesor Roberto y su esposa tomaban jugo fresco en unas sillas playeras, aunque Roberto admite para sus adentros que miró disimuladamente a Sol mientras se iba al agua. Claro, éste sólo estaba acostumbrado a verla solamente con su uniforme de escuela, y pasar de eso a verla hecha una mujer (aunque no lo aparentaba) y directamente en bikini era una diferencia grande. Pero él seguía tomando jugo con su esposa y charlando, mientras Sol nadaba y se refrescaba... Por su parte, Roberto agradece que su mujer no recordaba a ninguna de sus alumnos y alumnas ya que sólo los vio el día de la ceremonia de fin de curso y en la fiesta, y eso le ahorraba alguna escena de celos si él señalaba a una mujer nadando en bikini como una ex alumna.
 
Sol sale del agua, se seca y se reencuentra con su madre mientras comen algo. Su madre le dice que prefiere dormir una siesta antes que recorrer algún lugar y que en todo caso ella le pida a su padre que la acompañe, cosa que disgustó un poco a la joven ya que quizás su padre tampoco querría salir, ya que de quererlo ya lo hubiera hecho, pero seguía en el hotel, así que se volvieron. Al llegar al hall, pasan escasos segundos hasta que Roberto ingresa con su esposa y éste le da las llaves diciéndole que se adelante con la excusa de que la alcanzaría luego, su esposa sube y él se acerca otra vez a la joven y su madre que esperaban el ascensor.
 
- ¿Disfrutando de la estadía acá?
- Yo más o menos, mi mamá se quiere volver y yo no tengo ganas, se ve que estar relajada bajo el sol le provocó algo de sueño. Yo tenía ganas de pasear un rato.
- Mi esposa subió, de seguro se fue a bañar y quizás luego se tome un té, es de esas personas que estén donde estén, ya tienen sus horarios para todo, jaja!
 
Sol esbozó una sonrisa de esas que embellecen, de esas que embobarían a cualquier hombre.
 
- Hacemos esto, vamos y paseamos nosotros, y de paso me contás qué es de tu vida, qué carrera estás estudiando, cómo te está yendo.
- Mmm, bueno, yo ahora le digo a mi mamá que me quedo acá en el río pero sí, acepto su propuesta!
 
Ya liberados ambos, salieron del hotel rumbo a su paseo. Mientras hablaban sobre sus vidas en estos años, Roberto cada tanto hacía reír a Sol con sus chistes y ocurrencias, hasta que llegaron a una especie de bosque con cascadas que estaba medio alejado de todo. Sol ya conocía ese lugar, pero Roberto no.
 
- Mire qué lindo, profe, acá muchas veces vengo, es un lugar hermoso. Siempre me saco fotos acá, pero esta vez no creo.
- Que no te de vergüenza por estar yo, si querés yo te saco algunas y te las mando por celular. Así si venís otro día te sacas más.
- Mmmmm, ok. Yo por lo general me saco cerca de la cascada y entre algunos árboles.
 
El profesor sacó su celular (uno bastante moderno) y procedió a sacarle fotos a su ex alumna ahora convertida en adulta, le sacó varias cerca de la cascada, mientras ella posaba apoyada en alguna piedra y en otras con los brazos abiertos mirando hacia arriba como admirando el paisaje. Luego en los árboles, ella posaba también apoyada en algún árbol, o agarrada de alguna rama alta y con las piernas flexionadas y colgando. A todo esto, el profesor empezaba a mirar de otra forma a Sol, ya con algo de deseo, como si quisiera tener para él a esa carne joven y esbelta. Luego se sentaron cerca de la cascada y mientras seguían charlando, el profesor Roberto le dijo:
 
- La verdad que te pusiste muy linda en estos años, igual casi que ni cambiaste en nada, te ves igual que en la escuela.
- Ay gracias profeee! - ella sonríe y se sonroja - Usted siempre tan bueno como en la escuela, aunque nunca me dijo algo así.
- No, pero cuando tengo que decir la verdad, vos sabes que la digo, se te ve muy radiante.
- Guaaaauuu!! Nunca me dijeron la palabra radiante! Profe, su esposa se va a enterar y lo va a mandar a dormir afuera! Jajajajajaja!
 
Roberto veía que Sol cada vez se sonrojaba más y más con sus cumplidos, así que se propuso no darle tiempo a nada y seguir elogiándola hasta desarmarla por completo, después de todo, él no estaba diciendo ninguna mentira, Sol era realmente una chica hermosa.
 
- Bueno, mi mujer es linda también, a su edad se ve muy linda, vos también sos linda y no tenés de qué avergonzarte, si tuviera unos cuántos años menos seguro te invitaba a caminar y a un helado.
- Jajajajajajajaj!!! Se quedó en el tiempo usted!! Hoy los chicos invitan un trago o ir a bailar, cosas así, igual usted se nota que es un cursi de aquellos, yo le aceptaría su oferta si fuera así.
- Bueno, tampoco tan quedado atrás eh, en mis tiempos también les pedíamos vernos y darnos un beso a escondidas de nuestras familias.
- Mire usted las andanzas del profe Roberto eh, era todo un galán seguro - Sol a esta altura se la veía bastante cachonda y risueña mientras miraba a su profesor como quien mira a alguien que admira por su experiencia y sabiduría. Ella sentía admiración por su profesor.
- Ahora estamos a escondidas de nuestras familias, sólo faltaría el beso, y después la caminata y el helado, jajaja!
 
Acercándose más a Sol, Roberto mira muy de cerca a la joven mientras le habla, ella queda como hipnotizada con la cantidad de piropos que su ex profesor disparó como metralleta, y es ahí cuando se funden en un beso, ex profesor y ex alumna en ese lugar alejado de la gente.
 
Mientras se besan, se funden también en un abrazo en el que Sol acaricia la nuca de Roberto mientras él acaricia sus hombros y espalda casi descubierta de no ser por la parte de arriba de la bikini.
 
- Sol, qué linda estás! Mejor dicho, qué linda sos! Tenía ganas de llegar a esto!
 
Ella sólo lo besaba con más pasión al escuchar esas palabras. Se sentía excitada, con un calor que le recorría su interior, y más cuando al estar con los cuerpos pegados, sentía frotar el pene de Roberto que crecía más y más con cada roce de su cuerpo. La intensidad iba en aumento, ellos seguían besándose.
 
Roberto acariciaba la piel de Sol, hasta que decide arriesgarse y, con una mano, desata el nudo de la espalda de la bikini de la joven y para su suerte, ella parece no poner resistencia. Luego desata el nudo de atrás de su cuello y termina por sacarle la prenda, quedando Sol en tetas y con su short de jean. Ella por su parte, desabrocha los botones de la camisa de su ex profesor mientras éste le besa y muerde los pezones que ya estaban bien duritos por la excitación, hasta que deja sin camisa a Roberto y ella frota sus delicadas manos en el pecho peludo de él. El profesor se agacha de rodillas y mientras besa el abdomen plano y durito de Sol, procede a desabrochar el short de jean y a sacarlo, sacando también la bombacha roja de la bikini y desnudando a la joven por completo. Luego se desnuda él y nuevamente se besan apasionadamente.
 
Roberto se recuesta en el suelo, y pone a su ex alumna encima suyo en la clásica posición del 69. Él empieza a lamer y besar la vagina de la joven, pero ella sólo accede a besar la entrepierna y los muslos de su ex profesor, alegando que nunca había hecho sexo oral a nadie, ni a su ex noviecito de la escuela, pero cambia rápido de parecer al ver que no se trata de ningún desconocido sino que de su ex profesor de secundaria. Ahora sí, ambos chupando sus genitales se proponían a disfrutarse mutuamente. Sus gemidos se entrecortaban debido a que sus bocas estaban ocupadas lamiendo y besando. Luego, Roberto toma a Sol y hace que apoye sus manos en una piedra mientras él detrás suyo buscaba la conchita con la punta de su verga, encontrándola finalmente y comenzando con suaves movimientos que fueron adquiriendo fuerza con los minutos. Sol quería gritar de placer, pero sólo se limitaba a gemir conteniendo el aliento por si quizás alguien los escuchaba, mientras se mordía los labios en el momento en que el profesor seguía cogiendo a su ex alumna, haciendo que la joven se corra como pocas veces lo había logrado.
 
Luego, tras besos de lengua, Sol abraza por el cuello a Roberto mientras éste la levanta, haciendo que ella rodee con sus piernas la cintura de él, y acercándose a un árbol. Ella se agarra a una rama alta del árbol y ahí comienza otro mete y saca haciendo que un simple paseo se convierta en un torrente de sexo. Roberto sujetaba la cintura de Sol, mientras ella con sus piernas rodeaba la cintura de él. Sol se movía de arriba a abajo con suma agilidad metiendo ella la verga del profesor, ella se sujeta con las manos de una rama alta del árbol, gime y jadea mientras Roberto le chupa, besa y muerde las tetas. El desenfreno es tal que a ella ya no le importa nada y larga un grito agudo anunciando su corrida, la cual la deja electrizada y con pocas fuerzas, soltándose del árbol y abrazando el cuello de su ex profesor, el la recuesta y continúa embistiendo a la joven hasta que Roberto siente que se viene y lo anuncia:
 
- Ya no doy más, me vengooo!!
- No, por favor, no lo haga dentro mío!
 
Consintiendo a su damita, Roberto saca a tiempo su verga y acaba tan rápidamente que no llega su semen a impactar en la joven, sino que cae todo al suelo. Luego el profesor se recuesta con su cuerpo encima del de Sol y se besan en la boca un largo tiempo más.
 
- Profe... no... me esperaba... esto... pero... tengo que decirle... que me gustó y... mucho... - Dijo ella de forma entrecortada y en suspiros.
- A... mí... también Solcito... mi vida... lo disfruté... sos hermosa...
 
Se levantaron después de descansar un rato, Roberto se volvió a poner sus calzoncillos, su bermuda y su camisa, y Sol su bikini y su shortcito de jean. Volvieron ambos al hotel y cada uno a su respectivo cuarto, con la sensación de haber vivido una aventura lejos de sus familias y que ellos prometieron mantener en secreto y finalizada la estadía en el hotel, cada uno a sus respectivas vidas y actividades.