miprimita.com

Terrible perdición

en MicroRelatos

Cada noche terminaba pensando en ella. Desde que la conocí por primera vez, supe que me atraía de una forma poco usual para mi. Pero, empecemos por el principio.

Desde hace un par de años, estudio en la universidad, allí, como cualquier estudiante, suelo hacer mi vida diaria. Tuve la suerte de hacer un grupo de amistades sólido, en el que el buen rollo se notaba cada día. Así fue como la conocí a ella, la chica que sería mi perdición.

Nuestra amistad ha pasado por algunas etapas extrañas. A veces, parece que tonteamos de broma, en cambio, en otros momentos, todo se vuelve más serio e incluso nos distanciamos, metafóricamente hablando.

El momento más extraño y caliente que hemos pasado fue cuando pasamos unos días en una casita rural de una de las amigas del grupo. Siendo cinco, con dos habitaciones en la casa, nos teníamos que repartir. Dos fueron a donde estaba la cama pequeña, pues eran -y siguen siendo-  pareja (aunque en esos momentos era un secreto) y las otras tres, nos quedamos con la habitación que tenía tres camas pegadas.

Como imaginarán, una casa, llena de gente joven de vacaciones es un entorno en el que la locura, el alcohol y las tonterias, están presentes. Para nosotras no iba a ser menos, pues no parábamos de reir, beber y hacer cualquier cosa que pudiera ser divertida.

Una de las noches, nos dio por bailar, concretamente bachata. El ritmo de por si te invita a la seducción, pero si encima te toca bailar con la chica que te gusta, pues se convierte en algo mucho mejor. La noche prometía bastante, las bebidas iban y venían, con la chispita, nos reíamos de cualquier cosa.

A eso de las cuatro de la mañana, estábamos intentando dormir, pues ya no había mucho que hacer, todas se fueron a dormir, quedando solo ella y yo hablando. Como nos había tocado en camas conjuntas, podíamos conversar en voz baja, cada vez más cerca.

-Sabes, tú pareces que no rompes un plato, pero rompes la vajilla - Me dijo eso entre risas, tomándome por sorpresa.

- ¿Por qué lo dices? - agradecí que no vio mi cara porque estábamos a oscuras.

-Yo me fijo en las cosas, tienes esa mirada que te delata, jajaja

-Bueno, puede que si tengas razón, soy demasiado expresiva - nos reímos un poco y seguí - pero qué decir, soy tímida hasta que cojo confianza.

-Jajaja, seguro que eres una rompecorazones, las calladas son las peores.

- ¿Tú crees? - me fui acercando - Resulta que no tengo suerte ahora mismo con la persona que me atrae.

- ¿Ah sí? ¿Quién es?

- Tú.