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Cornudo en Honduras, 2da parte

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Cornudo en Honduras, 2da parte

Sé que soy un cornudo pero no puedo hacer realidad mi fantasía porque no hay mucha seriedad entre los Corneadores.

Cuando les pido una ayuda económica a los posibles Corneadores me dicen que estoy prostituyendo a mi esposa. Somos de condición humilde y no tenemos por qué soportar ese trato. Solo falta que nos digan que también tenemos que pagar el hotel.

No buscamos un Corneador dotado y que parezca un actor de cine. Lo que queremos es un caballero que la trate como una dama y en la cama la convierta en su puta. Mi esposa es tímida pero se suelta un poco en la cama. Si la calientan, se excita mucho. Le gusta mucho cambiar de poses.

Yo podía satisfacerla al principio pero ya no puedo. Ella es muy ardiente y desea satisfacer sus deseos carnales con un Corneador serio y discreto.

Mi esposa ha estado chateando con algunos corneadores, pero son de otros países y no hemos avanzado mucho, creo que es cuestión de buscar con calma para no apresurarse y tener experiencias desagradables.

Sigo leyendo relatos de cornudos. Esta me gusta porque relata como se prepara la esposa para ir a ver a su Corneador.

"Aquella tarde nos preparamos especialmente, ella se depiló sus axilas, sus piernas y una vez llegó al pubis se arregló su hasta entonces peludo coño, se dejó una tira vertical de pelos que nacía justo al final de su vagina de unos dos centímetros de ancha. Ella eligió un culote negro transparente que realzaba sus nalgas, unas medias con liguero y un vestido negro elástico lleno de agujeritos que cuando se lo pone se hacen más grandes y dejan entrever todos sus encantos, el vestido era muy corto, dejaba ver el final de la blonda de las medias y el liguero y como era elástico cuando caminaba se le iba subiendo, bajo el vestido se puso un sujetador negro transparente, encima una chaqueta larga, ya que queríamos pasear un rato antes de la noche."