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Aventuras en República Dominicana (con fotos)

en Hetero: General

Mi vida sexual era de lo más aburrida hasta que visité República Dominicana por motivos de trabajo. Ahí conocí a Karen y empecé a descubrir un mundo nuevo de placer sexual.

Recuerdo muy bien que a primera vista Karen no me gustó mucho, su rostro no tenía ese perfil griego que me agrada, era un poquito gordita, y dependiendo cómo se vestía, no llamaba tanto la atención. A mí me gustan las mujeres altas y delgadas. De piel blanca. Pero Karen sabía menear el culo cuando caminaba y tenía una voz con tonitos sensuales que me ponía a mil.

El día que la conocí intercambiamos números de teléfono. Al día siguiente la invité a cenar. A los dos días fuimos a bailar. Al despedirnos le di un piquito en la boca. Ella solo se rio. Así que a la siguiente salida empecé a besarla y manosearla como si ya lleváramos saliendo unos meses. Ella fingió que se molestaba, pero luego correspondió a mis caricias.

A la semana la invité a mi cuarto de hotel y ahí me la tiré por primera vez. Supongo que ella sabía que si aceptaba entrar a mi cuarto era para cosas de adultos así que todo transcurrió con mucha naturalidad.

Nos sentamos en la cama mirando la televisión. Nos empezamos a besar cada vez con más pasión. Lo primero que hice fue ponerle la mano en la pierna, y empezar a acariciarle el muslo, empecé a besarle el cuello y ella se puso más excitada, le metí la mano por debajo de la blusa y empecé a acariciarle los senos por encima del brassiere. Saqué la mano de la blusa, y por encima de la falda, le puse toda la mano y agarre fuerte entre las piernas… pude sentir el tremendo suspiro y salto que le dio el cuerpo cuando hice esto. Le empecé a susurrar palabras cariñosas al oído. La seguí masturbando por encima de la falda mientras le seguía besando el cuello.

La eché sobre la cama, para que sienta lo duro que estaba yo. Me abri la camisa y me baje el pantalón, le subi la falda y la baje el calzón. Le quite la blusa, le quite el brassiere y le empecé a chupar los senos, ella estaba super loquita, después de un rato de besos y mas caricias, me acomode bien encima de la cama, me agarre el pene con la mano y se lo dirigí hacia entre sus piernas, y se la metí sin miramientos.

Me la cogí por un buen rato. Primero yo encima, después la voltee para hacérselo como perrito y pedirle que me meneara el trasero y después otra vez la puse debajo y yo encima. Cuando me vine, la llené con mi lefa. Ella no protestó.

La segunda vez que me la cogí fue en la sala de su casa. Estábamos solos, viendo la televisión. Apenas empezó la película ya nos estábamos besando y en cinco minutos más ya le estaba bajando el calzón. Me la cogí sentado en el sillón, y ella sentada encima mío mirándome. Le chupé los senos y le acaricié las nalgas mientras ella me montaba como una experta jocketa. Después la puse contra el piso, arrodillada y apoyada en el sillón. La penetré con más fuerza hasta eyacular en su interior.

Por los siguientes seis meses que duró mi contrato me la estuve cogiendo, al menos una o dos veces por semana. A veces interdiario. Ella era muy buena en la cama. A ella le gustaba abrir la cremallera de mi pantalón, sacar el pene y metérselo a la boca para hacerme unas chupadas de campeonato. Se lo sacaba de la boca, me pasaba la lengua, se lo pasaba por el mentón, por el cuello y se lo metía a la boca otra vez. Siempre me hacía venir dentro de su boca, le gustaba tragarse mi semen.

Envío algunas fotos de ella para que la vean. Ella se quedó en su país y yo me regresé al mío. Pero mantenemos el contacto porque pienso regresar a verla. Mientras tanto tenemos sexo telefónico.

Supongo que ella ha salido y sale con otros extranjeros pero no me importa porque como dicen en mi tierra: “no me digas cuántos somos sino a qué hora me toca.”