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Desnudo en la escuela (CFNM) - Parte 2

en No Consentido

No contesté al mensaje de Carlos, ya que aún estaba intentando asimilar lo que había sucedido. Esa noche no podía dormir, no dejaba de pensar en que me había visto desnudo por primera vez en toda mi vida una chica (en realidad dos) y por si no fuera suficiente me habían hecho eyacular en una escalera...Por aquella época aunque ya tenía la mayoría de edad era muy tímido y me constaba horrores hablar con mujeres.

Al día siguiente me desperté a las 06:30 como de costumbre, aunque había dormido muy poco no me sentía cansado así que me desperecé y me levanté de la cama. Me quité el pijama (una antigua camiseta que ya no usaba y un pantalón corto de deporte medio roto) y mientras me miraba en el espejo de la habitación, completamente desnudo, recordé a Laura agachada mirándome mis partes. Inmediatamente tuve una erección. No me había gustado estar desnudo en medio de la escuela pero sí que me vieran dos chicas de esa manera y especialmente Laura.

Fui directo a la ducha intentando no pensar en ella, pero su cara seguía apareciendo en mis pensamientos y sobretodo en cómo me acarició para limpiarme los restos de semen de mi pene, así que me empecé a enjabonar y a acariciarme mis partes, no me hizo falta demasiado tiempo para eyacular en el plato de la ducha. Lo limpié todo y me vestí.

Salí de casa sin desayunar ya que quería llegar de los primeros y no cruzarme con nadie que pudiera saber lo que pasó. Cuando llegué aún no habían abierto y algunos profesores estaban esperando, los cuales se extrañaron de verme (no solía ser demasiado puntual), me saludaron y en cuestión de pocos minutos abrieron la puerta.

Entré dejando pasar a los profesores y empecé a subir las escaleras hacia clase. Eran las escaleras donde pasó todo. Mientras subía las escaleras pude escuchar quejarse a la señora de la limpieza de lo guarros que eramos los alumnos, siempre manchándolo todo. Cuando la vi pasar el mocho en la zona donde eyaculé, tuve la segunda erección del día... intentando disimular al máximo subí hacia clase y entré. Había llegado de los primeros así que me senté en la última fila, sin nadie al lado.

Carlos tiene un año más que yo pero coincidimos en algunas clases (las que tiene que repetir) pero ese día no teníamos ninguna juntos, por lo que me alegré de no tener que verle. El profesor no tardaría mucho en llegar así que abrí la mochila para sacar la carpeta y unos bolígrafos. Cuando lo hice lo primero que vi fueron mis calzoncillos rotos, no había tocado la mochila desde el día anterior y por tanto ahí seguían. Empecé a notar cómo mi pene empezaba a crecer otra vez y en pocos segundos pasé a tener la tercera erección del día, yo no entendía nada. Me calmé ya que nadie podía notar nada, cogí la carpeta y cerré la mochila.

Absorto en mi erección alcé la vista hacia la puerta y cual fue mi sorpresa... Carlos estaba entrando por la puerta, y parecía no haberme visto. Mi erección había desaparecido por completo cuando Carlos me vio y se sentó a mi lado.

Tragué saliva y le pregunté:

- ¿Qué haces aquí, tio? - dije sorprendido.

- Pues venir a clase, tú que crees - respondió aún medio dormido.

- Pero si no tienes clase hoy... - respondí.

En ese instante entró el profesor y cerró la puerta, ahora mismo si no quería llamar la atención tenía que quedarse toda la hora, al menos hasta el descanso. Nadie se había extrañado de ver a un alumno "nuevo" ya que la mayoría estábamos medio dormidos.

- Joder tío... ahora tengo que quedarme una hora aquí sin hacer nada - me dijo en voz baja. - por cierto, te gustó lo de ayer eh... - me preguntó acto seguido.

No tenía claro qué contestarle así que hice como si no le hubiese oído.

- Ya me han dicho que te gustó, y mucho jajajajaja - me repitió.

"Mierda" pensé, se lo han contado, ¿ahora quién más lo sabe?, ¿qué va a pasar ahora?, eran preguntas que me surgían a la vez cuando sin haber contestado si quiera me dijo:

- Bien pues ya que estamos aquí vamos a divertirnos.

Yo en aquel momento ni me imaginaba lo que eso significaba.

- ¿A qué te refieres? - pregunté inocentemente.

- Vamos a jugar a un juego - dijo alegremente.

- ¿Qué juego? - dije sin mucho interés.

- Un juego en el que te digo algo y tú lo haces - dijo muy serio.

En ese momento sacó su móvil y me lo dio, lo cogí, miré la pantalla y empecé a temblar. Eran fotos mías tomadas en los vestuarios mientras nos cambiábamos para ir a natación, en ellas estaba en calzoncillos, desnudo y en la ducha, cabe destacar que en ellas mi polla estaba flácida y parecía minúscula, lo que era más humillante aún. No sabía cómo las había conseguido sin que me diera cuenta pero las tenía.

Rápidamente borré las fotos y le devolví el móvil. Parecía no haberse dado cuenta.

- Ahora quítate los pantalones. - me exigió.

- Qué!! Noo!! Pero de qué vas?!?! - le dije enfadado. Era el colmo, si no tenía suficiente con lo de ayer ahora esto.

- Quítatelos o... - me dijo.

- ¿O qué? - le pregunté vacilante.

- O empiezo a enviar las fotos a todo el mundo - respondió.

- Hazlo si quieres - dije demasiado confiado.

- ¿Te los quitas o quieres que las envíe? - me preguntó otra vez. Antes de responder añadió - ten en cuenta que Laura y Ana tienen copias de todas las fotos.

En ese momento me vine abajo, lo que parecía resuelto se complicó de muy mala manera.

- Mientes, no hay más copias, estás mintiendo!! - le respondí.

- Piensa lo que quieras... ya viste cómo se te complicó el día ayer - me dijo sonriendo.

Estaba jodido, si las tenía en su móvil también era posible que las tuviera en el ordenador o que las tuvieran Laura y Ana como él aseguraba. Antes de reaccionar me dijo: "Última oportunidad, o te los quitas o les digo que las compartan".

Realmente no veía muchas alternativas, esas fotos eran muy muy humillantes y no sabía cuanto podía afectarme, así que cedí.

- Está bien, lo haré, y luego no compartirás ninguna foto - dije con tesón.

- Claro - dijo dándome la mano - trato hecho.

Miré a mis compañeros por si alguien había escuchado algo pero todos parecían ocupados copiando de la pizarra así que cuidadosamente empecé a bajar la cremallera de mis pantalones.

- De verdad que no puedo hacerlo, no aquí - le pedí.

- O lo haces o todos verán tu pollita - dijo sin piedad y dando énfasis a la palabra "todos".

Tuve que ceder, me quité los zapatos, pensé que me facilitaría poder quitarme los pantalones sin hacer demasiados movimientos bruscos, y acto seguido moví la silla un poco para ganar espacio, nadie parecía darse cuenta de lo que pasaba así que continué. Metí los dedos a través de los pantalones y tiré hacia abajo, los tenía ahora por los tobillos. Un rápido vistazo a la clase para comprobar que nadie me viera y con una mano e intentando disimular al máximo cogí una pierna del pantalón. Tiré de ella, la cual salió sin complicaciones e hice lo mismo con la otra. Los pantalones estaban ahora en el suelo. Estaba vestido en plena clase con una camiseta y unos calzoncillos, nada más mientras Carlos me miraba complacido.

- Muy bien!! - me dijo él mientras cogía los pantalones y los guardaba en su mochila.

No pude hacer nada por evitarlo, no quería llamar la atención y que alguien mirara hacia donde estábamos así que me quedé quito sin hacer nada.

- Ahora quítate los calzoncillos también - me exigió.

- No!!! El trato era quitarme los pantalones, nada más - protesté muy preocupado.

- Cierto, las únicas fotos que tenía eran las que has borrado de mi móvil, así que no las puedo enviar - respondió.

Ahora el problema ya no eran las fotos, que ya no existían sino haber perdido los pantalones, otra vez.

- Dame mis pantalones!! - exigí de nuevo.

- Lo haré pero quítate los calzoncillos, no veré nada que no haya visto antes... - me contestó.

Quedaban 15 minutos para que acabara la clase y tenía miedo de que la gente se levantara y me viera sin pantalones así que un día más volvía a estar a merced de Carlos. Muy muy muy poco a poco empecé a bajarme los calzoncillos y me los quité, ahora estaba en clase, sin pantalones ni calzoncillos. Me cubrí la entrepierna con las dos manos y me arrimé todo lo que pude a la mesa.

- Bravo!!! No creo que yo pudiera haberlo hecho, ha sido increíble - me dijo en voz baja.

- Dame mis pantalones, he cumplido. - le pedí.

- Sí pero no, esa era la primera parte. Además te lo estás pasando bien, ¿verdad? - me dijo mientras me levantaba las manos que cubrían mi entrepierna con una mano y me agarraba el pene.

En ese momento dí un brinco, no me esperaba eso. Acto seguido quitó la mano y quedó a la vista mi erección. Quedaban 10 minutos de clase y tenía que recuperar esos pantalones sí o sí.

- Devuélvemelos por favor, se está acabando la clase!!! - dije rojo como un tomate.

- No estás en posición de exigir nada, ¿no crees? - me dijo dejándome helado.

- ¿Qué quieres? - le dije angustiado.

- Quiero que te hagas una paja aquí y ahora - me dijo.

No me lo podía creer, o me hacía una paja en mi clase rodeado de gente que podía girarse en cualquier momento o me quedaba desnudo de cintura para abajo.

- No pienso hacerlo - le contesté.

- Bien, hoy no tengo ninguna clase más así que me voy a ir a casa cuando acabe la hora. - dijo confiado - con tus cosas, claro.

- No serías capaz, somos amigos... - susurré angustiado.

- Tú mismo... - contestó muy seguro.

Quedaban 2 minutos de clase, era imposible que consiguiera eyacular a tiempo sin que nadie se diera cuenta.

Sonó el reloj,el profesor acabó la clase, abrió la puerta y se fue.

Carlos cogió su mochila con mis pantalones y calzoncillos dentro, se levantó y se despidió. Yo no podía levantarme, obviamente, y no pude evitar que saliera.