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¿A quié se le ocurre ir de putas en pareja?

en Trios

Gusto en saludarles... Somos una pareja Swinger de Caracas Venezuela, y tenemos una vida sexual bastante activa, a lo largo de dos años y medio hemos tenido grandes experiencias que decidimos comenzar a relatar para conservar el recuerdo y servir de inspiración a muchas otras personas que deseen probar este divino mundo.

En esta oportunidad les saluda Alejandro (Nombre Ficticio)... Mi pareja a quien llamaremos Valentina tiene 39 años, es bisexual con mayor gusto por las chicas que por los chicos. Es una morena de buen cuerpo, es de estatura media, llegando a medir 1,58m de piernas suaves y muslos tallados, con un trasero de esos que volteas a ver en la calle y hacen que sueñes por un momento con ver más allá. Es una chica de pocos senos, lindo rostro y una melena muy frondosa negra que llega hasta las caderas.

Yo, Alejandro, soy moreno claro, un poco más claro que ella, de 1,8m de estatura, contextura fuerte, con buenas piernas gracias a años de practicar montañismo y bicicleta, cabello negro y actualmente estoy cultivando meses de una barba que me cubre parte de la cara.

La historia que quiero comenzar contando es mi primera experiencia en una discoteca swinger. Es una historia que mezcla realidad y algo de fantasía, pero en esencia es casi totalmente verídica.

Debo destacar que fue Valentina quien me inició en este mundo, al conocerla ya ella tenía unos 7 años de experiencia y decidimos ir probando a ver si me agradaba entrar al swinger.

El día en cuestión de la discoteca, veníamos de viajes de otra ciudad y revisando el twitter vimos que había una fiesta swinger, la curiosidad me ganó y le dije para ir. Ella se puso guapísima, tenía un vestido atigrado de una suave tela que caía sobre cada curva de su cuerpo, unas sandalias de tacón alto, su melena suelta, y muy maquillada. Yo por mi parte tenía un pantalón de tela de vestir negro y camisa manga larga del mismo color.

Decidimos que lo mejor era llegar a la discoteca temprano para conseguir espacio para sentarnos, así que a eso de las 9pm ya estábamos en el local. Al hablar con el anfitrión nos comentó que habíamos leído mal la invitación, la fiesta swinger era el sábado y nosotros fuimos un jueves, pero que ese día tenían una fiesta de "Solteros y Solteras" que no era el mismo plan Swinger dado que no había parejas, pero que de seguro nos resultaría muy divertida. Después de pensar un instante decidimos que no perdíamos nada con vivir la experiencia y decidimos entrar.

El anfitrión, el cual se llamaba Franco - que luego nos hicimos amigos- junto a su esposa nos llevaron a conocer el local, al entrar habían dos espacios, a la derecha la pista de baile, la barra y algunas mesas, y a la izquierda, una zona que tenía unas cortinas que cubrían el espacio, nos dijeron que ese era el cuarto de juegos o el cuarto oscuro, allí dentro no había ley, habían muchos muebles y puff por todo el espacio, era muy grande, casi tan grande como la pista de baile.

El local era muy amplio, para ese entonces no había casi gente, así que nos ubicamos al final de la barra, y justo al lado estaba la pista de baile, así que habíamos conseguido puestos de primera fila para verlo todo. Me llamó la atención que en medio de la pista habían dos motos de alta cilindrada de esas que volteas a mirar cuando las ves.

Comenzamos a tomar unos cuba libre para ir entrando en calor y la noche fue avanzando con la llegada de las chicas. El anfitrión nos explicó que estaban celebrando el aniversario de una Agencia de Damas de Compañía (lo que muchos conocen como Scorts).

El estar en nuestra visión privilegiada nos permitió ver como iban llegando lotes de chicas que muchas se saludaban entre sí y pasaban al baño, el lugar se fue llenando de Damas de Compañía y caballeros solos que se acercaron a disfrutar de la fiesta.

Las chicas que entraban al baño salían con atuendos de infarto; por doquier había putivestidos, corsets, medias pantis, ligueros, hilos, cacheteros, leggins, babydolls, mallas y todo un desfile de sensualidad y erotismo.

A mi chica y a mí nos encanta bailar, por lo que cuando ya había buena gente en el local y estábamos por el segundo cuba libre decidimos salir a bailar... El estar en un local con tantas mujeres en poca ropa me hizo entrar en una excitación permanente, agarraba a Valentina por la cintura y mi baile era muy sugestivo, tumbada un poco mi cadera para conseguir que mi muslo quedase entre los suyos en contacto directo con su entrepierna. Cómo era de esperarse ella me dijo al oído que eso la excitaba y le iba a poner caliente.

La pista de baile se siguió llenando, muchas chicas bailaban entre ellas, para ese momento debía haber no menos de 50 chicas solas en el local y unos 20 caballeros. Recuerdo que iniciamos a bailar merengue y al rato de unos 20 minutos ya sonaba el reggaeton. La música fuerte, las luces, y el ritmo hizo que todos enloqueciéramos, las chicas comenzaron a bailar más sugerentemente, por su parte Valentina me comentó que le había gustado una chica. Así que nos acercamos a donde ella bailaba con otra mujer y seguimos con nuestro baile más insinuante cerca a ellas.

Recuerdo que Valentina descaradamente hacía gestos más insinuantes, yo le agarraba los muslos, subía hasta el nacimiento de sus nalgas que estaban casi libres por sólo tener un pequeño tanga. En una de tantas la levante y la deje con sus piernas abiertas y las mías en medio, la baje descaradamente, en esa movida recuerdo que las chicas se fijaron en nosotros y habíamos conseguido llamar su atención. Por mi parte subí a Valentina lentamente mientras mi mano pasaba de sus pechos a su abdomen. Las chicas se quedaron mirando y nos correspondieron con una sonrisa. De pronto la música volvió a cambiar y decidimos dejar de bailar.

En la barra estuvimos hablando de la cantidad de mujeres buenotas que habían allí, y ella me contaba que le había atraído esa chica... La verdad es que estaba muy rica, tenía unos leggins negros, una blusa muy sexy transparentosa que dejaba ver sus tetas operadas y los pezones paraditos. Era una flaca con curvas, cara de sexo, y cabello casi hasta las nalgas. (Creo que hay una foto de ambas, si la encuentro la subo).

Para sorpresa nuestra anuncian un show erótico, la pista se despeja y llegó una chica rubia de vestido rojo para iniciar el espectáculo, a mí me atrajo ella, tenía el cabello por los hombros con un corte moderno, por la caída que tenían sus senos se notaban que eran naturales, un poco más rellena que la chica que le había atraído a Valentina, pero seguía siendo flaca, solo que sus curvas eran más voluptuosas. Ella inició su espectáculo de baile erótico, teníamos la suerte de estar en primera fila, así que podíamos ver todo de cerca. Fue despojándose de la ropa al ritmo de la música, lo primero que salió fue el vestido y terminé de sentirme atraído por ella, sus senos eran grandes y naturales, caían un poco pero estaban muy firmes, nada que envidiar a unas operadas, eso iba coronado con unas aureolas color crema clara.

La primera canción transcurrió mientras ella bailaba sola, para la segunda comenzó a buscar gente entre el público, la verdad es que no me atrae mucho intervenir en eso, pero como tenía un gusto especial decidí que si se daba, lo haría.

Ella eligió a un chico de la pista y lo hizo acostar en el suelo mientras bailaba con las piernas abiertas sobre él, ella seguía teniendo un hilo rojo muy pequeño que cubría su entrepierna y unas medias rojas que llegaban a su medio muslo. El ambiente inspiraba sexo, ella por su parte se sentó en el pecho del chico y este quedó con su nariz entre sus nalgas mientras ella se meneaba ricamente.

Le dije a Valentina que ella era la que me había atraído, de todas las que había en la fiesta, era ella la que más me había llamado la atención. Valentina se colocó frente a mí meneando su culo, y entre eso y el espectáculo de la chica se me puso una erección que amenazaba con romper el pantalón.

La chica dio por terminado su show con el caballero y ahora pusieron una silla en la pista de baile. Ella comenzó a buscar al siguiente caballero y en ese momento Valentina grito - Aquí hay uno -

Fue de esa forma como termine camino de la mano con ella a la silla, se acercó a mí oído y me dijo, -no puedes tocar- , solo siente y disfruta... Le dije, - Tengo unos billetes para ti - a lo cual respondió, - me los vas metiendo en el tanga-

Comienza el baile y decidí apartar mi mente del público y solo disfrutar de la chica que me había gustado, ella estaba de espaldas en medio de mis piernas, la música se aceleró y con eso ella subió el ritmo de sus caderas, saque el primer billete y sosteniendo la liga se su tanga se lo coloqué. Ella bajo sus nalgas hasta quedar apoyada de mis piernas donde la erección que sostenía era implacable. Estoy seguro que lo sintió porque después de quedar un rato sentada al ritmo del baile, se dio la vuelta y quedó ahora de frente, me ordenó cerrar las piernas y sosteniendo sus enormes senos los fue estrujando por mi rostro.

Yo estaba en la gloria, su aroma y sexappeal me tenían fuera de sitio, se acercó a mí oído y me dijo. - Me encanta sentir que lo estás disfrutando - a lo cual le respondí - Eres el tipo de mujer que me enloquece - al tiempo que terminaba la frase un nuevo billete acariciaba su espalda y ella colocó sus manos alrededor de mi cuello y se dejó caer para que viese a la perfección las tetas que tanta excitación me causaban, mi mano pasó al frente y sosteniendo el billete en forma de tubo, éste invadía su canalito... Nos miramos a los ojos con aires de complicidad, y con la puntita del billete inicie a golpear uno de sus pezones, ella lo estaba disfrutando, era una variante de su propio show que no esperaba. Volvió a ponerse de pie al tiempo que no dejamos de mirarnos, me hizo una señal con su rostro de que dejase el billete en sus tangas, así que esta vez indiscriminadamente metí mis manos entre la delgada tela y su piel hasta dejarlo justo frente a su pubis donde pude sentir unos vellitos que anunciaban un caminito que tanto me excita.

Ella siguió en su baile erótico, fue cuando poniendo ella un pie en el piso y sosteniéndose de mi cabeza, montó su pierna derecha sobre mi hombro y quedé con una visión divina de su entrepierna, por instinto al tenerla así, de mi mano salió una nalgada que la sacó de concentración. Su conducta se hizo más fuerte, comenzó a estrujar su pubis contra mi cara, la excitación que sentía me tenía fuera de mí. Nuevamente por instinto mi mano zurda soltó una nueva nalgada dolorosa para ella, bajo su pierna dejo una de las mías entre sus muslos y se sentó sobre esa pierna, y acercándose a mi oído me dice - Recuerda que no podías tocar - y le dije - Me tienes excitado y fue instinto - Sentí más cerca su aliento en mi oreja y dijo - A mí me excitan las nalgadas, te daré un regalo final –

Nuevamente una corriente recorrió mi piel y se hizo más intensa cuando ella se levantó, me ordenó cerrar las piernas y se acostó sobre ellas dejando su culazo al aire a merced de mi mano derecha... Conocía la canción que estaba sonando y sabía que faltaba poco para terminar, así que en una clara señal de sumisión decidí nalguearla con mi mano abierta y firme, por el color de su piel basto un par de ellas para ver como sus nalgas se ponían coloradas, con mi otra mano tomé su cabello y una última nalgada salió para llegar al conjunto con el fin de la canción... Inmediatamente se paró, nos despedimos con un beso en la mejilla y le dije, más tarde nos vemos putona.

Con ello finalizó el streeper de ella y pusieron música bailable, Valentina estaba sentada en una de las sillas altas de la barra y cuando estaba por llegar abrió las piernas y entendí la señal, me coloqué entre ellas y hablándonos al oído me dijo.

- Se nota que te encantó –

A lo cual respondí - Sí, ella está buenísima, quiero cogerla –

Valentina - Muéstrame lo que quieres hacerle –

Y en ese momento entendí que ella se había excitado tanto como yo con la situación y aprovechando que muchos bailaban, y que su vestido era tan corto y delgado, metí mis manos por sus muslos y saqué su tanga dejándola desnuda bajo el vestido.

Nos comenzamos a besar con gran pasión y mis manos buscaban su sexo, sabía que estaba rodeado de chicas solas y hombres solos, éramos la única pareja en el local, pero nadie sabía ello, después de todo, ¿A quién se le ocurre ir de putas con la novia? como llegamos muy temprano la gente habrá asumido que estaba con una de las chicas que habré conseguido allí.

Eso hizo que me decidiera a meterle mano sin reparo, nos besábamos al tiempo que mis dedos sentían la humedad de su cuca, ella lo estaba pasando de lo lindo a juzgar por su humedad, inicie a masturbarla descaradamente, un par de hombres que estaban hablando al lado se dieron cuenta y podía notar como por momentos miraban nuestra escena. Mi verga estaba a reventar de tanta excitación, era la primera vez que vivía algo similar, seguí metí un par de dedos dentro de ella y con desenfreno en mi mano logré hacerla acabar mientras sentía sus muslos contraerse y su vagina apretar mis dedos.

Esta noche estaba llena de sorpresas y ya era poco más de media noche, ella se recompuso del orgasmo y yo fui al baño, recuerdo que al estar allí, un hombre me dice,

- La fiesta aún no se ha prendido, a esta hora ya todo el mundo estuviese tirando –

Yo - Es primera vez que vengo, la verdad lo estoy pasando bien –

Él - Esa puta del vestido atigrado te debe estar cobrando un dineral, está contigo siempre y casi que hasta la coges en la barra –

Ese comentario me causó mucha gracia, así que nadie sabía que era mi pareja...

Y respondí - Ni te imaginas lo que esa mujer me cuesta –

Esas fueron mis últimas palabras antes de salir nuevamente al salón y caminar en dirección a nuestros puestos.

Al llegar noto que Valentina está hablando con la chica que le había llamado la atención, tenían una conversación tipo noviecitas y me hice el loco para no interrumpirlas, estuve un rato viendo el ambiente y disfrutando de ver tantas mujeres juntas bailando y exhibiéndose, intenté buscar a la catira del streeptease y resultó que estaba sentada en una mesa sola. Ya se había cambiado, ahora usaba otro vestido rojo pero este era un poco más oscuro y con gran escote en la espalda. Ya con los tragos encima y con el antecedente del baile me acerque y le dije.

-Ahora déjame mostrarte cómo es que bailo yo-

Ella sonrió y tomando mi mano nos fuimos a bailar salsa de esa medio románticona que en lo personal disfruto mucho. El ritmo movido pero a su vez sensual me permitía tenerla bien juntita a mí. Estaba metido en disfrutar mi baile, sentía su divino aroma, sus senos recostados de mí, bailaba con ella sin pudor, baje el ritmo sin perder el compás de la música, para sostenerla por el cuello y quedar muy cerca de su boca. Nos vimos a los ojos y nos clavamos un beso fugaz... Al salir del beso la volteé y pude ver que Valentina bailaba muy cerca de nosotros con la pelinegra, al tener a la streeper de espaldas, mi verga se estrujaba contra sus nalgas y ella lo notaba, logré ubicarlo en medio del canal de sus nalgas y le dije...

- Quiero que vayamos al cuatro oscuro-

Ella -eso te va a costar-

Yo - Hoy vinimos a disfrutar y el dinero se hizo para ello –

Metí mi mano en el bolsillo y saque un par de billetes y los coloque entre sus senos.

Terminó la música y nos fuimos a buscar a Valentina y a su amiga, las invitamos a tomar unos tragos con nosotros pero nunca le dijimos que éramos pareja, esa pregunta no pasaba por la cabeza de nadie, después de todo, era una fiesta de chicas y chicos solos.

Nos tomamos unos tragos y de pronto comenzó un nuevo espectáculo, aquellas motos que estaban en a un lado de la pista de baile cobraron protagonismo, esta vez un par de chicas de esas que llaman explotadas de buena salieron a hacer un show sobre las motos, la música, el baile y el erotismo se hizo presente, estaban sin nada de ropa luciendo su cuerpo con BodyTape, a estas alturas ya tenía agarrada de la cintura a la catira del baile, que luego me enteré se llamaba Johana, Valentina por su parte estaba de amiga con la pelinegra que se llamaba Cristina... El show de las motos cambió a BodySushi, y ahora era posible comer roles sobre ambas chicas del espectáculo, invité a comer a mis tres chicas y la catira seguro que debía sentir que era la favorita, después de todo... Era una fiesta de tipos solos...

Esa noche yo tenía mucho dinero en efectivo, ese es un tema muy difícil de conseguir en nuestro país, por lo que tenía las puertas abiertas para hacer de todo, comimos sobre las chicas, Animaba a Valentina a tomar un rol y darle en la boca a Cristina, y por su parte la catira hacia lo mismo conmigo, ya le agarraba las nalgas descaradamente, y ella como si nada estuviera pasando. Como era de esperarse, también quería comer directo del “plato”.

Las chicas del BodySushi estaban tendidas sobre las motos y cada una contaba con una asistente que iba cubriendo su cuerpo de roles en función que se terminaban. Yo comencé a comer uno en el abdomen marcado de una de ellas, luego tomé otro que tapaba su pezón derecho y por último uno que estaba sobre su tanga cubriendo su pubis. La verdad es que nos dimos un festín sobre ellas comiendo roles, el costo era poco, pero casi que éramos los únicos que teníamos efectivo para poder disfrutar de la cena tan erótica que habían preparado.

Era mi primera experiencia en algo así y yo estaba alucinado, Valentina por su parte me dejaba ser libre y estábamos en una especie de complicidad con el par de chicas y nosotros. Al terminar el espectáculo del BodySushi las chicas y las motos se fueron, volvió a sonar la música y yo con mi trío de putas me abrace y nos dimos un beso los cuatro que era más un cliché que la propia sensación como tal, el beso siguió en qué Valentina y Cristina se dieron uno de esos que te dejan sin aliento, era la primera vez que la veía besar a una mujer tan desenfrenadamente. Yo hice lo mismo con la catira y ella me correspondió de tal forma que sentí como mi erección volvía a estar presente. Les dije a las chicas...

- Vamos al cuarto oscuro - a lo que las tres se animaron a ir.

Era mi primera vez en esos espacios, al llegar pude ver a una chica de rodillas haciéndole una mamada a uno de los asistentes, por otro lado una chica en cuatro recibiendo una cogida fuerte y nos pusimos a una distancia prudencial de ambos espectáculos, lo suficientemente cerca para ver, pero lo necesariamente lejos para tener algo de intimidad.

Valentina y Cristina siguieron besándose y yo invité a la catira a sentarnos en uno de los muebles a ver. En ese momento recién estaba entrando en este estilo de vida, había visto a Valentina un par de veces con otras mujeres pero esa noche tenía un sabor especial.

Quedé sentado en uno de los muebles con la catira a mi lado y juntos veíamos como Valentina y la pelinegra se caían a besos intensamente, Valentina tomó la iniciativa y comenzó a buscar las tetas de su compañera, se notaban que eran operadas pero estaban espectaculares, le dio una mamada de tetas divina, mordisqueaba sus pezones, le daba lengüetazos y con la punta de su lengua sacudía el pezón de la chica.

Yo por mi parte ya tenía las manos en los muslos de mi compañera y disfrutaba del espectáculo sabiendo que lo mejor estaba por venir.

Valentina siguió bajando hasta despojar a la chica del tanga, separo los labios de su totona y se puso a hacerle un divino oral... La lengua de ella revoloteaba en el clítoris de la chica, sus labios se unían a los suyos y de vez en cuando lo succionaba para hacerla estremecer.

La catira me agarro el guevo por sobre el pantalón, ya tenía ratos con una erección de antología, era una película porno en vivo, no sólo por lo que pasaba entre las chicas, si miraba un poco en la distancia seguían los amantes que vimos al inicio cada quien en lo suyo. Mi excitación era muy grande, pasé mi mano a agarrar las tetas de la catira y ella seguía masturbándome sobre el pantalón.

Valentina metió dos de sus dedos en la cuca de la chica, ella estaba entregada al placer que sólo otra mujer consigue. La catira terminó recostada sobre mí verga, inmediatamente comenzó a sacarlo del pantalón y de allí fue a su boca. Tenía los labios suaves, la sensación inicio a ser de sutileza, lentamente iba recorriendo mi guevo hasta que llegaba al punto que no le entraba más.

Yo estaba en el cielo, la chica se bajó hasta el piso y sostuvo mi guevo con su mano, para ahora comenzar una mamada más frenética. Mi verga es dura, gruesa y mide unos 17cm de largo, la chica se la llevaba dentro de la boca lo más que podía, yo la dejaba hacer al tiempo que veía a Valentina haciendo una tijereta con su amiga... Las sensaciones eran indescriptibles. Recuerdo todo lo vivido esa noche mientras escribo y es imposible no volver a excitarme.

Las chicas gemían sin control, para ese entonces ambas habían acabado divinamente, y yo tenía a la catira agarrada del cabello para follarle la boca a un ritmo frenético.

De pronto se acerca Valentina y le dice a la catira...

-¿Te gusta el guevo de mi marido? –

Ella se lo saca de la boca y responde, -¿Es tu esposo?-

-Sí, pero sigue tranquila que somos liberales-

Ambas chicas quedaron el shock al saber que éramos pareja y nos dijeron que nos querían ver tirar a nosotros... Así que lo último que sentí de manos de la catira fue esa divina mamada, y pasó a sentarse junto a la pelinegra ambas con las piernas abiertas y las tetas al aire.

Yo agarre a Valentina que ya venía caliente por demás y la puse en cuatro para follarla duro, ya tenía la excitación muy grande y sólo quería coger. Le daba fuerte, ella gemía desenfrenadamente, las chicas se masturbaban viendo la escena.

La agarre por el pelo y tire con fuerza mientras seguía cogiéndola... Sentía como su totona chorreaba y mojaba mis bolas. Yo seguía en el cielo de tanto placer, las chicas se acercaron y la pelinegra agarraba las nalgas de Valentina, y la catira me besaba divinamente. Valentina es una de esas mujeres que acaba fácilmente y para ese momento ya había tenido un par de orgasmos.

Sentía que ya no iba a aguantar mucho con tantos estímulos, así que deje de coger a Valentina y puse a las chicas juntas frente a mi guevo lleno de flujos, comencé a pajearme mientras ellas sacaban la lengua, abrían sus bocas y agarraban sus tetas para invitarme a acabar. La escena era fascinante, tres mujeres esperando por mi leche para que llene sus rostros… Salió mi primer chorro de leche directo a la cara de la catira, el siguiente fue sobre Valentina y el último en la cara de la pelinegra.

Las chicas se pararon, se acomodaron los vestidos y se despidieron de nosotros, yo me tomé un tiempo para reponerme y Valentina y yo nos quedamos en el salón a penumbras disfrutando de esa divina experiencia.

Gracias a todos por leernos, esta es una nueva aventura que estamos emprendiendo, somos una pareja swinger pueden buscarnos en twitter como  @los_acures. O escribir a nuestro correo los.acures@gmail.com