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Mi tio me desvirgó el día de mi cumpleaños

en Amor filial

 Ya tenía un cuerpo desarrollado, con tetas más o menos grandes y caderas grandes, cintura chica y mis pezones rosados y chicos, ya que tengo piel blanca.

 Tenía un buen rato sin ver a mi tío y se sorprendió al ver que ya me había desarrollado más, mi tía andaba de viaje y mi mamá se quedaba ese día en el hospital, ya que mi abuela se había enfermado y alguien tenía que acompañarla, nos dio dinero para salir a celebrar mi cumpleaños, ya que eran mis primeras quince primaveras.

 Yo sabía que luego de la celebración,  ya que íbamos a estar solitos, íbamos a jugar como siempre, tenía planeado mamarlo toda la noche hasta dejarlo bien sequito y hacer que me mamara hasta que me cansara y me doliera.

 Al regresar fui a bañarme y lo esperé en una pantaloneta de algodón sin calzón y con una camiseta pegada, mientras se bañaba. Cuando salió fue a la cama y me besó y me dijo quiero tu cuca caliente, ya te metieron la pija? Yo me sonrojé y le dije que no, me desnudaba mientras me decía que ya estaba lista, que quería hacerlo conmigo y me limité a besarlo y acariciar su pecho desnudo y tocarle la verga aguada encima del calzoncillo.

 Definitivamente no tenía que preguntar, me moría porque me hiciera su mujer, me besó entera, de pies a cabeza, me dijo que tenía muchas ganas de abrirme y dejarme bien cogida, que toda la vida iba a cogerme, no importaba si estábamos con otras personas, él siempre iba a ser mi dueño y yo tenía que abrirme cuando él quisiera y como él lo pidiera, estaba tan excitada que le dije que yo siempre iba a ser su mujer y siempre me iba a abrir para él, sedienta de su verga dura y deliciosa.

 Puso su verga en mi rajita y la jugo, luego en la entrada de mi hoyo que chorreaba de ganas, y me empezó a meter la verga muy despacio, tal como se lo hizo a mi prima, yo lo miraba a la cara, miraba su sonrisa cínica, como iba metiendo poquito a poquito, mientras yo gemía de dolor y me salían unas lágrimas y apretaba las manos en sus brazos apoyados en la cama.

 Me preguntó si quería que me la sacara o más rápido para que no me doliera, pero yo me opuse, le dije que no, que quería sentir todo el dolor, porque era la primera vez y quería sentir todo muy lento, aunque le pidiera que no, quería ser desvirgada como el quisiera y totalmente quedar abierta por él.

 Ay mi puta deliciosa, que rico siento de meterme en tu cuerpo y ser el primero que te placer en esa cuca caliente y mojadita. Llegó al tope y se quedó allí, tenía placer, pero también mucho dolor, empezó a sacarla lentamente, me dolió más la salida que la entrada, lloraba y no me movía mientras él salía de mí, me mostró que tenía sangre y que se la había dejado en la verga, no era mucho, pero me sentía bien de haberlo dejado.

Se la mamé quería probarme y sentir la sangre, me encantó, se la mame tan duro y estaba tan profunda que no podía dejar de hacerlo, por primera vez estaba disfrutando mamarle la verga a mi tío. Se la mamé tanto, se la succioné tan duro que no pudo más y me dejó toda su virilidad en la boca, su placer era el mío y esta vez no escupí, como siempre, me trague toda la leche, quería complacerlo y hacerlo sentir como era todo un macho, un verdugo que hacía que sufrieran las mujeres de dolor y placer.  

Gemía y me decía que perra más rica, como mamas la verga, mejor que puta de la calle. Trágate la leche mamita, soy tu dueño y quiero que te comas todo.

Se desplomó  y me abrazó y me besó, me quedé dormida, no se cuanto tiempo, me desperté por que sentí que me succionaban las tetas, le acaricié la cabeza, deje que me mamara lo que quisiera y luego bajo por mi vientre y me mamó la cuca, bien succionadita, primero el clítoris, dio vueltitas en él y luego pasó su lengua por los lados presionando y metiendo la lengua en mi hoyo, estuvo un buen rato, levanté las caderas para que su lengua entrara más, me pegue a su cara y sentí la cosa más deliciosa, sentí que me hacía pipi pero más intenso, pero no, era mi primer orgasmo, en la boca de mi macho. Atine a decirle quiero más papi y el presionó más hasta que termine y me quede súper cansada, gimiendo y sudada.

Me dijo que había sentido bien rico, que algo entre las cejas se había quedado, que quería cogerme bien rico, yo abrí las piernas lo más que pude y el me metió la verga de un solo golpe y hasta el fondo, sentí que me rompía la pelvis, grite.

¿Te gusta perra? me preguntó, mientras presionaba su cuerpo contra el mío, ¿te gusta que te den duro como puta barata y asquerosa? a las putas les gusta que se le metan verga hasta el fondo, yo gemía de dolor, sacó hasta la punta y volvió a embestir, levanté las piernas y él bombeó como poseído, que mierda más rica cogerte por fin, tan puta y no te había dado de tragar verga, debí haberte abierto antes, desde chiquita debiste ser mi mujer, sentía mucho dolor, pero empecé a sentir placer.

Estaba como loca, nunca sentí tan rico y le gritaba dame más papi, quiero chimar más, que verga más gorda, me lastima, respondía, como puta siempre pidiendo más, perra maldita, que rico cogerme una cuca tan cerrada, te la voy a dejar bien abierta, que todos sepan que yo soy tu dueño.

Yo gimoteaba y de repente, mi primer orgasmo con verga dentro, se me cerro, se contraía y me dolía mucho, pero también tenía mucho placer, chillaba con tanto dolor y él se reía de mi, como gozas mi puta favorita, me daba cachetadas en la cara, muy pequeñas, gracias por abrirte para mi siempre y estar dispuesta a que goce en tu cuerpo, eres la mejor puta que me he cogido, nadie me pone la pija tan dura y tan pronto, me desplomé y él estaba duro, sudado, con las venas marcadas en su cuerpo moreno y bien formado, me encantaba, era tan guapo y tan hombre, me empecé a excitar de nuevo y a jadear de dolor y placer y lo apreté con mis piernas, él gemía y se movía y finalmente, vi su cara desencajada, yo no quería que terminara, por que estaba muy caliente, quería más verga, pero él terminó y por primera vez sentí toda su leche en mi vientre, como me llenada

me sentía caliente, cosquillaba, me salía y se escurría por mi culo, toda su hombría llenándome, me sentía una verdadera hembra, sucia, mujer, yo me restregaba mientras el quieto jadeaba como perro, se desplomó en mi cuerpo y se quedó allí un buen rato, sentí como salió de mi con su verga floja.

 Se quitó y me dijo lo mucho que había disfrutado haberme hecho su mujer, que recordara que yo siempre iba a hacerlo y que siempre me quería así tan dispuesta a recibirlo en mi cuerpo y darle placer, que nunca se sintió tan bien cogiendo con nadie, que era lo que más ansiaba, que yo era su fantasía siempre, que siempre quería encajármela, que le hubiera gustado que yo fuera la primera mujer en cogerse, pero aún era muy chiquita y era peligroso, pero que jamás se cogió a ninguna puta sin querer estar conmigo, se quedó dormido y yo a su lado un rato, muy adolorida, pero muy satisfecha,

 Era todo lo que esperaba, tal vez más, hasta el dolor me había parecido perfecto, porque siempre iba a recordar mi primera vez con mi macho, su verga me encantaba, gruesa, larga, peluda, pesada, llena de venas, morena, con unos huevotes y todo eso era mío, aunque se coja a quien sea, el siempre iba a ser mío, su verga siempre iba a ser mía, mi cuerpo siempre iba a ser suyo, siempre iba a cogérmelo y gozarlo, siempre iba a disfrutar de su virilidad, siempre quería dejarlo gozar de mi y complacerlo en todo lo que el quisiera, todo, sin oponerme a lo más mínimo, aunque no quisiera, siempre iba a disponer de mi voluntad y mi placer, siempre iba a dejar que se viniera en mí, quería complacerlo, quería darle tanto placer que no pudiera más.

 Me fui a mi cama y me quedé dormida, nos despertó mi madre al entrar a la casa, menos mal que me había ido a dormir a mi cama. Cuando quise pararme me dolía todo, me costaba cerrar las piernas y sonreí, ahora ya era mujer. La mujer de mi tío.