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Mi vecina y final

en Sexo con maduras

Mi vecina y final

 

- Me  gustaría hablar contigo, nuncaa hablamosss

- ¿AAhora? - Respondió Amparo, mi vecina de 70 años

- ¿Por qqué no? Es ttan buen momento ccomo ootroo – dije con voz contenida

- Como qquieras – respondió con voz entrecortada

Amparo estaba sentada encima de mí, con sus manos apoyadas sobre mi pecho y con 15 cm de dura verga dentro de su vagina…, balanceaba sus caderas lentamente hacia delante y hacia atrás sin prisa y apretando su clítoris sobre mi velludo pubis…

- ¿TTe ggusto, Amparo? - Me gustaba llamarla por su nombre, me daba más sensación de posesión…

- Claro, ¿qque no sse notaaa? - Había bajado la mirada para contestarme, ¡¡que ojos por Dios…!!

- ¿Y, ddesdde cuando, AAmparo? - Ahora me perdí su mirada, el que tenía los ojos cerrados era yo…

Me gustaba sentir sus tetas caídas, suaves y blanditas con mi mano y tropezar con sus pezones, duros y oscuritos…, la cadencia de su cadera era perfecta, sentía mi polla rodeada y apretada por su coñito húmedo que no mojado…

- DDesde ssiempree – respondió

- ¿CCommo desde siempreee?

- DDesde que tte conocí, cuandooo os vvinisteis a vivirrr aquí

Ante esa respuesta guardé silencio, miré sus manos arrugaditas y sus brazos flácidos, no sé bien porque, pero esa visión me excitaba sobremanera, fue una reacción impulsiva y ante ese momento de excitación subí mi cadera con fuerza hundiendo más mi polla dentro de ella…

Amparo emitió un gemido mezcla de placer y de dolor – Tan ffuerte nno, mme haceee daño dentroo – dijo sonriéndome

Continuó – ppero tú noo te enterabasss –

- Ccuanto tiempo perdidooo – comente con un suspiro de placer – ppero nunca tte he visto insinuarte –

- ¿Cómo qué no? Me dijo mirándome con los ojos muy abiertos y deteniendo su cadera

- En vez mirarme tanto las tetas, debieras de haberme mirado más a los ojos, siempre que hablábamos te costaba levantar la vista de ellas…, me halagaba, pero no veías como te llamaban mis ojos y te decían “vente conmigo” …

Continuó - Además yo era una mujer casada y mucho mayor que tú, debía de ser muy muy discreta –

- Demasiado dije yo, demasiado

Volví a concentrarme en la follada, bajé mis manos hasta su trasero, lo levanté unos centímetros para darle juego a mi polla, y comencé un mete saca muy agradable para los dos o al menos eso me decían sus gemidos de gatito..., sus tetas se movían al compás de mis cuidadosas metidas, no quería lastimarla dentro…

Amparo miraba al techo con los ojos cerrados, la follada era lenta y placentera, sin prisas, disfrutando yo de toda ella entera, ella supongo que de una pequeña parte de mí que tenía incrustada en su interior…

Aprovechando que tenía mis manos en su trasero, fui abriéndome camino con mis dedos hasta llegar al interior de sus nalgas, busqué su ano, pude sentir como bajaba la cabeza para mirarme, levanté la vista y vi su sonrisa maliciosa, así que no me detuve y mientras mi cadera subía y bajaba dentro de ella, mi dedo corazón jugaba en el borde exterior del interior de su culo…

Apartó una de las manos de mi pecho y la bajó hasta su monte, pude ver claramente con sus dedos se escondían dentro de él, la otra mano la llevo a sus tetas, concretamente a sus pezones…

Aparté rápidamente mi dedo de su culo, lo llevé a mi boca y lo ensalivé…, volví a él, pero con más decisión, su mano apretaba su coño, mi polla dentro de ella y me dedo corazón apretando con firmeza su culo…, que cedió sin mucha fuerza ante la presión de mi dedo, dejé que su esfínter se adaptara a mi dedo y metí un poquito más…

Amparo gemía ya con fuerza, con pasión…, la mano de su coño buscaba claramente una corrida mientras sus dedos pellizcaban cruelmente sus pezones, ante esa visión no pude menos que introducirle todo mi dedo…, comenzó a cabalgarme con fuerza, llevando ella el ritmo de la follada…

- QQuiero quee mee avisesss – le dije

- QQuiero oírtee correrrrr – insistí

- Siiiii – dijo ella más con un suspiro que otra cosa…

No tardé nada en escucharla gemir fuerte seguido de

- Me corro Carlos, me corrooo –

- Así me gusta – le dije en un susurro audible

- Me corroooo – volvió a decir, mientras su cadera se movía frenética como su mano

Y se dejó caer sobre mí aplastando mi pecho con sus tetitas pequeñitas…

Saqué mi dedo despacio, muy despacio de su culo y comencé un pequeño movimiento de vaivén, antes de que se le relajara el coño, quería correrme también…, y quera dentro de ella, correrme en su interior era como poseerla doblemente…

- Me corrooo Amparooo

- TTengo mmucha lechee ahoraaa

- Dámela toda – musito – toda para mí –

- Me corroooo

Una lechada y otra y otra y otra más, creí sentir como mis huevos se vaciaban dentro de ella, de mi vecinita de 70 años…

Amparo se fue dejando caer a mi lado, a su edad no había que probar filigranas…, pasé mi brazo por debajo de su cuello para que su cabeza reposara casi en mi hombro…

- ¿Sabe alguien lo nuestro? – le pregunté

- Si

Di un sobresalto abriendo mucho los ojos mirándola, ella levantó la vista para ver mi reacción sin dejar de sonreír…

- No te preocupes – dijo para tranquilizarme, algo que de momento no había conseguido

- Se lo conté a mis hijas

¡¡¡Yo no salía de mi asombro…!!!

- ¿A tus hijas, nada menos? – respondí tan extrañado como sorprendido

- Tranquilo – dijo ella como leyéndome el pensamiento – son tan discretas como yo, las enseñé bien –

- A ver, explícame eso porfa…

- Es muy fácil, mis dos hijas y yo tenemos mucha confianza entre las tres desde bien pequeñas, no juzgamos, solo escuchamos y tampoco aconsejamos a no ser que lo pidamos. – dijo sin apartar la mirada de mis ojos y con una ligera sonrisa

Continuó - Las tres conocemos obra y milagros de las otras dos, las primeras veces, los primeros novios, los maridos, los escarceos, los miedos, las dudas…, y los amantes.

- Perooo ¿saben que soy yo?

- Pues claro que lo saben tonto…

- Pues me he cruzado con ellas en varias ocasiones cuando vienen a verte y no he percibido nada, me han saludado como siempre y ya está

- Ya te he dicho que son muy discretas, todo queda entre las tres, además están muy contentas con esta relación y con que seas tú el protagonista

Yo seguía sorprendido – ¿Y por qué están contentas? Pregunté aún aturdido

- Porque me haces feliz – dijo ella sonriendo ampliamente

- ¿Quien, sino me iba a proporcionar el “deshabillé” de la segunda vez que nos vimos, y el suje que tanto te gustó?…, cinco sujes me trajeron para que escogiera – reía

- ¿Quiénes crees que me aconsejaron que ropa ponerme cuando querías verme vestida hace unos días? – continúo diciendo sonriente

Y esa sonrisa me tranquilizó y le deje un beso en los labios...

- ¿Y este beso se lo vas a contar?

Y volví a besarla

- ¿Y este otro?

- ¿Y este otro más?

Y en este último me recreé con gusto, saboreando su lengua que dócilmente me dejaba acariciar con la mía, pasándonos saliva…, los ojos abiertos de los dos y las manos inquietas de los dos también…

Volví a acariciar sus tetitas pequeñas, ahora descansaba una sobre otra, introducía mis dedos tratando de separarlas…, volvía a sus pezones, los acariciaba y respondían a ellas endureciéndose, la areola oscurita se contraía…

Por su parte su mano fue bajando despacio hasta mi pubis, se entretuvo enredando sus dedos en mi rizado vello, bajó la mano a mis huevos y jugueteo con ellos, los juntaba y separaba, los acariciaba uno por uno…, es evidente que mi polla no tardó mucho en comenzar a endurecerse…

Sentí que me cogía la verga con la mano, un movimiento como si me fuera a pajear, pero que intercambiaba sobándome los cojones, lo que impedía que me excitara más de la cuenta…

Yo por mi parte fui bajando mi mano, sentí el respingo al rozar con intención su barriguita algo arrugada ya, no era joven y eso me gustaba no sé si más de lo que debería, mi mano se deslizo hasta su triangulo, igual que ella jugaba con mi vello púbico yo lo hacía con su “triángulo del amor” …, nuestros labios seguían pegados salvo por algún mordisco juguetón…

Nada más sentir su mano en mi verga, correspondí bajando un dedo entre sus piernas, y lo introduje entre sus labios, sentí los restos de mi leche de la corrida anterior, y la aproveché para humedecer bien su coñito, se la fui extendiendo por los labios interiores.

A estas alturas yo ya estaba empalmadismo y a tenor de sus ojos cerrados y sus gemiditos de gatito ella estaba igual que yo…

- Ahora quiero algo especial – le dije en un susurro al oído

Ella abrió los ojos, me miró y como leyéndome el pensamiento me preguntó - ¿me dolerá? –

- Yo creo que no, y si te duele pararé – dije para tranquilizarla, no creo que ella por su edad estuviera muy habituada a lo que yo pretendía

Me sonrió y me miró sin restos de temor, con total confianza…

- Necesito de tu saliva – le dije

Se incorporó un poco y fue en busca de mi polla que se introdujo en la boca sin más…, comenzó una lenta mamada, miraba los hilos de saliva que iba dejando en mi verga cuando la sacaba para respirar mejor…, me la estaba ensalivando a conciencia…

- Ven – le dije

Y la coloqué a cuatro patas, justo enfrente de mí, ella accedió sin ningún inconveniente, dócil y hasta sumisa diría yo…

Acerqué mi cara hacia su arrugadito trasero, lo acaricié con mis manos y rocé con mis dedos su cerrado esfínter, sin verla podía percibir su sonrisa en aquel momento…

Separé sus glúteos con mis manos, con suavidad pero con decisión, y comencé una lamida grande en la entrada de su culo, primero suave como los gemiditos que escuchaba de ella…

Acercó la almohada a su cabeza y la dejo caer en ella, quedándose libres los brazos, apoyándose solo en ella y los hombros, dejando su trasero respingón frente a mi…, una de sus manos libres se escondió dentro de ella…, la llevó a su clítoris, percibía un ligero movimiento circular en él, mientras mi lengua seguía jugando con su culo…, comencé ensalivarla bien, mi boca fabricaba saliva que mi lengua empujaba con fuerza hacia el interior de su ojete, la escuchaba gemir con suavidad, bien fuera por mis lengüetadas bien fuera por sus dedos, bien fuera por ambas cosas a la vez…

Me enderecé detrás de ella, mi polla estaba en su punto y su la entrada de su culo también…, me mojé un poco la mano con la última saliva que me quedaba en la boca y la deposité en el capullo que a su vez apoyé en su entrada anal…

Hice un poco de fuerza hacia su interior, Amparo se puso tensa al notar mi verga en su culo, observé con satisfacción que su esfínter se había abierto lo justo para que entra mi glande, la cogí bien por las caderas para controlar mejor mis movimientos y así evitar que le hiciese el menor daño…, aguardé así unos instantes…

Cuando sentí que su mano volvía a trabajarse el coño, metí un poco más, ella se volvió a tensar y paré otro poquito…, gemía y su mano jugaba con sus labios y su clítoris…, momento que aproveché para hundírsela un poco más, ya tenía la mitad de mi polla incrustada…

Era el momento de comenzar un mete saca despacio pero cada vez más profundo, ella estaba a lo suyo con su coño y yo a lo mío con su culo…, no tardó en tener toda mi polla metida hasta los huevos – ya eres toda mía – le dije morboso

Y empezó la enculada, mi polla se movía sin dificultad dentro de ella, la sacaba hasta la mitad y la hundía hasta que mis huevos daban en su coño, con suavidad al principio y con fuerza más tarde…, cogida por sus caderas controlaba perfectamente todos los movimientos y la fuerza que infringía en ella y en su culo…

Amparo comenzó a gemir con fuerza, sentía su mano frenética en su coño, no tardaría en correrse…, yo quería correrme con ella, así que comencé la follada fuerte con el objetivo de correrme…

- Me voy a correr – la escuché decirme, buena chica pensé yo, no se ha olvidado decírmelo en voz alta…

- Y yo – le contesté con voz entrecortada

- Me corrooo - la escuché

- Me corroooo – dije yo

A la vez que le daba una fuerte embestida cargada de leche y otra embestida más y otra más…, cuatro lechadas le metí en el culo que apretaba mi polla bien fuerte…

Se dejó caer rendida en la cama conmigo encima sobre ella y con mi nabo hundido en ella aún…

Poco a poco mi polla se fue aflojando, no quise sacársela de golpe, no quería lastimarla, así que cuando estuvo ya casi flácida, con un pequeño movimiento mi verga salió de ella a la vez que un chorrito de leche que se escurrió hacia su coño y las sábanas…

Me dejé caer a su lado…, poco a poco se dio la vuelta hacia mí, volví a pasar un brazo por debajo de su cuello…, me fijé en su cadera y tenía mis dedos marcados en ella…

- Ya soy toda tuya – la escuché decir

- Ya no me queda nada para mí

- Lo último que me quedaba lo has tomado

Lo decía casi susurrando, sin acritud, casi con una sonrisa en su boca…, le deje caer un beso suave en los labios

- Gracias – le dije también en un susurro

- ¿Te ha molestado? Pregunté

- En absoluto, lo deseaba, no solo lo quería, también lo necesitaba, entregarme entera a ti, ahora soy feliz del todo

- Y a ti, ¿te ha gustado? Me preguntó

- Más que eso, tengo la sensación de que ya eres del todo mía…, y eso me encanta…

- Lo soy – dijo sonriendo y se quedó dormida sobre mi brazo…

Fin (por el momento)