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Mi host father, el macho que me estrenó (V)

en Gays

 - Well boys, this is the bitch that I was talking you about -

- Bien chicos, esta es la zorra de la que os he estado hablando - 

Ellos me miraron con media sonrisa y yo me quedé embobado mirándolos a ellos. Eran tres hombretones, completamente diferentes entre sí, pero los tres eran un lomo de tíos: uno era negro, muy cachas y tirando a bajo; tenía los labios más sensuales que he visto jamás y unos brazacos que parecían mis piernas, se adivinaban algunos tatuajes y una sonrisa bajo su bigote, no llegaría a los 40 y estaba rapado. El otro era moreno y más alto casi llegaba al 1,90, estaba súper en forma y era uno de esos musculosos atléticos sin gramo de grasa y con unos ojos azules que te penetraban con solo mirarte, su cabello era oscuro y ensortijado y sin duda era un pivonazo. El otro era más normalito de 1,80, pero con buen cuerpo, castaño claro y atractivo, y sobretodo muuuyyy sexy.

 Me rodearon entre los cuatro sobándose el paquete que ya abultaba en sus braguetas. Trey me abrazó por detrás y clavó su polla dura que sentía a través de sus vaqueros y los míos y restregándose contra mí me dijo.

- You are a bitch…show them -

- Eres una zorra…muéstraselo -

Yo estaba alucinado. Qué estaba pasando. De acuerdo que me gustaba el sexo y que desde que había llegado no había parado de follar con Trey y después con Bill, pero esto me asustaba un poco. 

Trey se dio cuenta de que tenía un poco de miedo, y me susurró tranquilizador: 

- Dont worry boy, you are gonna enjoy this. I’m sure of that…I’m here with you -

- Tranquilo chico. Lo vas a disfrutar, estoy seguro…estoy aquí contigo -

Saber que Trey me protegía, eliminó mi miedo por arte de magia. Y sonreí agarrando el paquete de mi host father, girando mi cabeza y dándole un muerdo con lengua de lo más cerdos, intercambiando saliva y comiéndome su lengua para sellar el pacto. 

 - That’s my boy, do what I say- 

- Este es mi chico. Haz lo que te diga- murmuró clavando su paquete en mi culo.

 Así fue cómo Trey se erigió como improvisado director de orquesta, mientras los demás se sentaban expectantes, sobándose los paquetes a punto de estallar.

- Take off your clothes -

- Sácate la ropa -

Ordenó trey. 

Primero me saqué los zapatos y los calcetines, mientras miraba a los tres machorros que Trey había “seleccionado”. La verdad es que todos estaban muy buenos, cada uno a su manera, y los tres tenía una cara de salidos que parecía que se me iban a abalanzar encima. Eso me puso a mil: pensar que tenía a tres, mejor dicho, a cuatro ejemplares para mí solito me llevaba a niveles de excitación que jamás había sentido. Tenía la polla dura y se me marcaba en el pantalón de tal manera que parecía que iba a reventar las costuras. Me sentí muy cerdo, muy puta y decidí disfrutarlo y ponerlos cachondos. Con movimientos sinuosos me saqué la camiseta, pasando las manos por mis abdominales, y mis pectorales. Acariciaba todo mi torso, pasaba las manos por mi paquete, me daba la vuelta y acariciaba mi culazo por encima de los vaqueros. Trey me abrazó por detrás y clavando su paquete en mi culo, me acompañó en las caricias y los movimientos, parecíamos uno…contorneándonos mientras él lamía mi cuello, giraba mi cara y me comía la boca.

Los otros tres eran un público atento y agradecido, como si estuvieran sincronizados se sacaron las camisetas y dejaron a la vista unos cuerpazos de infarto, se abrieron los pantalones y sacaron sus pollones. Eran enormes, el de Bruce (así se llamaba el negro) era un badajo que medía 26 cm como mínimo, grueso, apenas podía abarcarlo con su mano y se mantenía curvado ligeramente hacia abajo, con un capullo que brillaba como una ciruela madura.

El pollote de Calvin (el de los ojos azules) no era tan largo, medía unos 20 cm, pero era la polla más bonita que he visto nunca, incluso a día de hoy. Proporcionada, súper dura y firme, con un capullo rosadito que daban ganas de saborear.

La tercera polla era la de John, pero en realidad no era una polla, era un monstruo de 30 cm, súper grueso, de los que agarras con dos manos y parece que no vas a conseguir abarcarlo. Me asusté cuando lo vi, pensé que eso no me iba a caber en ningún sitio.

Mientras, yo seguía moviéndome con Trey amarrado a mí. El guiaba mis manos con las suyas por todo mi cuerpo; me metía su dedo y el mío en la boca y yo chupaba ambos con cara de vicio, mientras nuestro público se pajeaba esos milagros de la naturaleza.

De mi boca bajamos a mi paquete y lo manoseamos entre los dos, siguiendo el contorno de mi polla, entonces me dio la vuelta yo me abracé a él y empezó a sobarme el culo mientras me morreaba con furia. Después de un rato, me volvió a dar la vuelta y allí los tenía a los tres. Seguían sentados, pero ahora completamente en pelotas con sus rabos babeando; sólo se oía respiraciones jadeantes y el chop chop de las pollas húmedas. 

Las manos de Trey volvieron a sujetar las mías y desabrochamos mis pantalones, para bajarlos arrastrando con ellos mis calzoncillos. Empezamos a pajear mi rabote a dos manos, mientras llevaba dos dedos (un suyo y otro mía) a mi boca para que los chupara. De mi boca esos dos dedos lubricados, pasaron a mi culo, paseándose por mi raja hasta que entraron en mi ano. Yo flipaba con la situación: esos tres machazos…Trey pajeándome y jugando con mi culo, todo eso en un edificio en obras de noche… y además yo ya venía servido de mi maratón de sexo con Billy y mi polvazo con Trey en el garaje.

Estuve un rato disfrutando de la situación, pero no me parecía justo que mi machazo, fuera el único que aún conservaba los pantalones, así que me di la vuela y dejando un camino de saliva desde su pecho hasta su paquete, me metí ese bultazo en la boca mordisqueándolo, mientras Trey gemía como un cabrón y apretaba mi cabeza contra él.

Desabroché el pantalón y apareció su mostrenco que saltó como si tuviera un resorte y golpeó mi cara con fuerza. Lo atrapé con mi boca y me lo comí saboreándolo. Trey se retorció de gusto, pero me separó de su rabo y me dijo.

- If you are hungry my boy, there is plenty of meat right there -

- Si tienes hambre chico, hay mucha carne allí mismo -

Me giré hacia esos tres ejemplares que se pusieron de pie, blandiendo sus rabos. Me acerqué a ellos de rodillas y decís inspeccionar las armas de esos soldados que se iban a beneficiar de mí aquella noche. 

Empecé por Bruce, alargué mis manos hacia sus pectorales híper desarrollados, mientras me zampaba su badajo hasta la campanilla, 26 cm penetrando mi garganta que lo hicieron doblarse de gusto. La saqué entera y me la volvía a comer de una tacada. El tío berreaba de placer mientras se retorcía. Cogió mi cabeza con sus manos y empezó a follarme la garganta como si fuera un pistón. Al principio me ahogaba, pero después ahuequé la garganta y se convirtió en el orificio perfecto para la follada de boca que me estaba pegando. De sus pectorales pasé a su culazo, dos nalgas duras y enormes que masajeé pensando en si tendría oportunidad de follármelas en algún momento. Sus huevazos golpeaban mi barbilla mientras él casi gritaba por el placer que le estaba dando. Estuve un rato así, hasta que sentí como las manos de Trey separaban mi cabeza del pollón del negrazo, para dirigirme a mi próximo rabo.

El turno fue para Calvin. Esta vez me lo tomé con más calma. Su polla enamoraba. En serio, era lo más perfecto que jamás me llevaré a la boca. Pasé mi lengua por su capullo rosadito y él tomó mi cara con sus manos para agacharse y besarme tiernamente. Enredamos nuestras lenguas como dos enamorados mientras acariciaba dulcemente mi cabello. Fue un momento muy tierno, en el que sentí que mi corazón estallaba. Se irguió y llevó de nuevo su polla perfecta a mi boca. Me dejó hacer, mientras yo lamía su capullo, pasaba la lengua por esa perfección que manaba la lefa más deliciosa que he saboreado jamás y la apretaba con mis labios a través del tronco mientras se metía dulcemente en mi garganta. El sujetaba mi cabeza con suavidad, acariciándome y gimiendo quedamente, mientras yo pasaba mis manos por toda su perfecta anatomía. 

Trey, volvió a dirigir la escena y tras un buen rato en el que yo me enamoré de Calvin, separó mi cabeza de esa perfección para guiarla hasta la tercera polla que me iba a comer. Antes de que pudiera llevarme mi tercer rabo a la boca, Calvin me sujetó por las axilas, me levantó y abrazándome con fuerza me apretó contra él mientras me besaba con pasión, su rabo y el mío quedaron aprisionados entre los dos cuerpos y nos frotamos mutuamente, mientras nos comíamos la boca como dos enamorados. 

Trey volvió a insistir y me “pasó” a mi otro semental que me abrazó y me besó con fuerza. Esa polla descomunal quedó atrapada entre mis piernas y él empezó a follármelas mientras me devoraba la boca e intentaba meter su lengua hasta mi garganta. Me empujó hacia abajo mientras yo sentía como su polla araba mi cuerpo. No quise mirar hasta que estuviera de rodillas, pero la verdad es que no sabía cómo me iba a comer ese monstruo.

Cuando estuve de rodillas pude admirar ese prodigio de la naturaleza. Sorprendentemente a pesar de su tamaño, se mantenía erguido, algo que me maravilló y me halagó, porque ese trozo de carne era descomunal. Lo cogí con las dos manos y pasé mi lengua por su capullo, para después ensalivarlo de arriba abajo, mientras lo pajeaba. John gemía mirándome desde arriba con cara de salido. Cuando estuvo bien mojado, abrí la boca todo lo que pude y me lo fui metiendo poco a poco. Conseguí llegar hasta la mitad de ese pollón, y lo volví a sacar para seguir ensalivando. John gemía con las manos en suspensión encima de mi cabeza. Pero sin tocarme. Volví a introducir ese pedazo de rabo en la boca, sacándolo un poco y volviendo a meterlo siempre un poco más. Me había propuesto comérmelo hasta el fondo eso requería un trabajo de artesanía y paciencia por mi parte. 

Paciencia que los otros no tenían, porque estaban cachondos perdidos. Trey me hizo sacar el culo para fuera para empezar a comérmelo con ganas. Los otros lo ayudaban con sus lenguas y con sus dedos. Eso era un maremágnum de lenguas bocas, dedos, saliva, que entraban y salían, se besaban, se enroscaban, penetraban. Me estaban haciendo un trabajo de antología para dilatar un culo, que había vivido una maratón ese día. 

Mientras, yo estaba a lo mío con John, centrando mi atención y mis esfuerzos a ese milagro. Cada vez que me lo metía un poco más, John gemía más fuerte. Hasta que llegó el momento. No sé como fue y aún no entiendo qué paso, pero mi garganta se abrió y los 30 cm de rabo que apenas podía sujetar con las dos manos y que llenaban mi boca como nunca, se introdujeron tranquilamente en mi esófago. El rugido de John fue tan alucinante que los otros 3 pararon de comerme el culo con sus bocas para mirar lo que había conseguido. Allí estaba yo con 30cm en la garganta, con su vello púbico en mi nariz, respirando no sé cómo, mientras John me miraba alucinado con cara de ido y los otros tres flipaban con la situación rindiéndome homenaje con sus pollas duras y brillando lefa. Poco a poco retiré unos centímetros de mi garganta para volver a comérmela entera. A John le flaqueaban las rodillas de gusto mientras no paraba de gemir. 

- Incredible, incredible -

- Increíble, increíble-

Trey sonreía con cara de salido, orgulloso de su “hijo” y los otros dos acariciaban mi espalda admirados de mi destreza mientras paseaban sus rabos babeantes por mi cara. Dejando regueros de precum en mis mejillas.

Calvin despareció de mi campo de visión mientras yo seguía engullendo el badajo de John; Bruce y Trey paseaban sus pollas por mi cuerpo mientras se tiraban lapos en la boca de uno y otro para después comerse los morros.  

Sentí como Calvin separaba mis nalgas y soltaba un lapo en mi hoyito, para después repartir la saliva con su capullo por mi raja. Volvió a repetir otra vez lo mismo un par de veces para después presionar con su capullo en mi culo, que se abrió sin problemas. Sin prisa, pero sin pausa me fue introduciendo su perfecta polla, hasta que sentí como su vello púbico se pegaba a mis nalgas y como sus labios se posaban en mi nuca. 

Mientras la retaguardia estaba cubierta por Calvin, en la vanguardia John me follaba la boca como si no tuviera un pollón de 30 cm y Bruce y Trey seguían paseando sus pollas por mi anatomía e intercambiando muerdos y lapos entre ellos y John. Cuando Calvin empezó a bombear suave y firmemente mi culo, Trey separó a John de mi boca. Ese rabazo parecía que nunca acababa de salir de mi garganta y mientras lo hacía yo la apretaba con mis labios como si quisiera exprimir hasta la última gota de lefa que allí había. John me miraba alucinado pasándose la lengua por los labios y en cuanto su manguera salió de mi boca, se arrodilló y empezó a comerme la boca, buscando con la lengua su sabor y los restos de lefa que yo no había saboreado.

Estábamos en pleno morreo, con Calvin follándome suavemente, cuando la polla de Trey se abrió paso en nuestro muerdo, que pasó a ser una mamada a dos bocas, la de John y la mía. Nuestras lenguas se entremezclaban con su capullo y nuestros labios repasaban a la vez el tronco del rabote de mi host father, fue entonces cuando Bruce, coló su rabo con el de Trey y de ser una mamada a dos bocas, pasó a ser dos pollas en mi boca, porque John se levantó y me dejó a mi solo con todo el trabajo de pulir esos sables.

Mientras, Calvin había empezado a darme más fuerte. Sus estocadas iban subiendo de intensidad poco a poco; me sujetaba por las caderas con fuerza, mientras lamía y mordía mi cuello jadeando; resoplaba como un toro a mis espaldas, y sus embestidas aumentaban en fuerza y velocidad. Tal era el nivel que Trey y Bruce sacaron sus pollas de mi boca, para que Calvin pudiera saciarse con mi cuerpo, y vaya si lo hizo. De golpe me sacó la polla del culo, me dio la vuelta y me la volvió a clavar de golpe tirándose encima mí y cubriéndome con su cuerpo. Empezó a darme fuerte mientras gemía y me comía la boca. Su sudor bañaba mi cuerpo y me empapaba con su olor. De repente se incorporó y empezó a darme aún más fuerte mientras su rostro se contorsionaba en una mueca de placer infinito. Se corrió dentro de mí. Sentí su leche inundando mi ano, lubricando las paredes de un agujero que iba a ser perforado muchas, muchas veces esa noche. Se desplomó sobre mí, besándome y jadeando feliz, mientras a nuestro alrededor, los demás se pajeaban a polla sacada, salidos como orcas y planeando quién iba ser el siguiente en follarme.

Continuará…