Antes de comenzar a relataros la situación morbosa voy a comenzar a descibir tanto a mi como a ese tio que me vuelve loco. En primer lugar, soy un chico que actualmente tiene 21 años, me llamo Lucas, y me declaro bisexual, puesto que he tenido relaciones con chicas pero me ponen bastante los tíos. Esta situación ocurrió cuando ambos teníamos 18 años y estaba en segundo de bachiller. También quiero dejar claro que axtualmente ambos estamos en la misma clase de la universidad poruqe estamos estudiando lo mismo (por esta razón, si os gusta el relato, contaré más experiencias vivdas con él durante este periodo).

En cuanto a mi físico, soy un chaval que voy al gimnasio dos veces a la semana (no tanto pero si lo justo para conseguir que mi cuerpo se mantenga fibrado). También tengo que decir que no practico ningún deporte, por tanto todo se lo debo al gimnasio. Mi cara es normalita, con cara de niño (todos me dcien que aparento 17 años, teniendo 21), aunque ahora que me dejo una barba justa de 3 días parece que aparento un poco más mi edad.

Por otro lado, en cuanto a ese chico, su nombre es Manu. Actualmente tiene la misma edad que yo, 21 años, y cuando ocurrió aquello tenía 18. Él también tiene un cuerpo fibrado, pero sin exagerar de músculos. Lo que más me pone de él son sus gemelos bien formados y su culo respingón. Además su cara me produce bastante morbo igualmente. Él jugaba al fútbol junto a algunos compañeros de clase en el equipo del instituto. Actualmente juega con algunos compañeros de clase de la universidad, de este modo se explica la buena formación de gemelos que tiene. Siempre me he masturbado pensando que en una clase de gimnasia cuado tengamos que hacer pirámides él se tenga que poner encima mío y pueda sentir todo su cuerpo, incluido esos gemelos. Él es el típico hetero popular que va por los pasillos del instituto saludando a todos los tíos que conoce y entre clase y clase, mientras esperamos al siguiente profesor, bromea con otros heteros simulando que se follan mutuamente en el suelo. Con esas escenas siempre me empalmaba pero tenía que disimular mirando hacia otro lado puesto que nadie sabía que me ponían a mil los tíos, pero parece que él sí que lo sabía.

Bueno, pues tomo empezó un día normal que teníamos que exponer toda la clase de diferentes temas. Tras exponer mi grupo y yo, le tocó al grupo de Manu. Desde el primer momento no me dejaba de mirar, no disimulaba. Yo lo miraba de tanto en tanto porque me daba un poco de corte que descubriera lo que soy y que además lo vieran los demás. Pero me armé de valor, puse mi mochila en la mesa a la altura de mi cabeza y me apoyé en ella con el objetivo de esconder la dirección de mi mirada a los demás que estaban sentados, y comenzé a mirarlo fijamente y admirar todo su cuerpo. Empezé observando esos gemelos (pues estaba en calzonas) y me dio por seguir hacia arriba, momento en el que me sorprendí al ver su paquete que estaba medio morcillón y no paraba de balancearse hacia delante y hacia atrás. Tras esto, seguí hacia arriba y me di cuenta que me estaba observando fijamente, y yo le aguanté la mirada. Yo en ese momento estaba con mi polla a punto de explotar, incluso me dolía al llevar vaqueros y no poder liberarla. Durante esta situación se me pasó la idea de correrme allí mismo, empecé a mover las piernas hacia dentro de modo que me apretaran tanto mi polla como mis huevos, y me revolvía en mi asiento. Mientras Manu no paraba de mirarme, e incluso me sonreía con esa mirada morbosa. No tardé ni un minuto cuando mi polla estalló dentro de mis calzoncillos y el pantalón. En se momento di las gracias de haber expuesto previamente ya que seguro que se me notaría toda la mancha.

Manu tuvo que darse cuenta, quizá por la cara que puse, que abrió los ojos de par en par y resopló riéndose. En ese momento fue el turno de él para exponer su parte y acabó la exposción. Al ser la última, yo salí rápidamente de la clase y me fui a mi casa, pero antes de salir le eché una mirada y él estaba hablando con sus amigos sin mirarme. Pensé que es un tio al que le gusta gustar y de alguna forma descubrió que yo estaba derretido por él.

Si os ha gustado, hacérmelo saber para continuar con el siguiente, puesto que esto no acaba aquí, ya que aún viví más experiencias verídicas en las que él era el protagonista.