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El abuelo cabezón golpea de nuevo

en Sexo con maduros

Me quede dormida tras la sarta de orgasmos que aquel abuelo cabezón me había sacado,  cuando al alba desperté entre los brazos de aquel viejo semental que con buen arte me tenía cautivada, sintiendo su respiración tras mi nuca a la vez que unos dulces besos en ella, desplazando estos hacía mis orejitas haciéndome sentir como una reina a la vez que notaba en mis nalgas su gordo estilete aun semidormido pero con gran notoriedad.

  Vio me despertaba y una de sus manos paso a mis pechos a la vez que la otra bajaba discretamente hacia mi sexo, a la vez que susurraba si había dormido bien con un tono de macho semental que me hacía sentirme mojada  al oírlo.

 Le dije que sí, entre suspiros por sus expertas caricias, agradeciendo el, entre risas, al Taxista por provocar ese ameno encuentro y amanecer ahora en mi cama con una hembra con tanta hambre de sexo y macho.

  Una de mis manos se desplazó hacia atrás buscando aquel gran armamento, agarrando con pasión aquel tronco enorme que crecía entre mi mano a pasos agigantados, llegando a su enorme cabezón que me parecía aún más gorda a esa horas de la mañana.

 Tengo ganas de comértela, le dije…uffff así me gusta esta hembra replico el, pero como te dije anoche, primero necesitas ser follada bien y después podrás comer todo lo que quieras, aunque de aperitivo te voy a dejar me la lubrifiques bien un poco y sacies ese voraz apetito de rabo que veo tienes.

  Se giró un poco soltándome y quedándose boca arriba a la vez que me gire y pude disfrutar de aquel viejo macho sobre mi cama, comenzando tras besarle a bajar con mordiscos y besos por todo su cuerpo, recreándome en su pectoral masculino y sus pezones para pasar seguidamente a su golosa cabeza brillante y lustrosa que deguste con pasión y amor bajando acto seguido por todo lo largo de su tronco hasta devorar sus hermosas pelotas que junto con mi mano daba jugosa cuenta.

  La tenía aún más gorda o eso me parecía a mí por el deseo de hombre con el que me desperté esa mañana, y mi chochito ya hacia aguas acariciado sutilmente por sus dedos mientras yo comía con desespero y pasión su enorme rabo al que agarre con una de mis manos por la mitad de aquel largo tronco y balanceándolo entre tus rigidez me golpeaba dulcemente con su cabeza en mis labios carnosos y deseosos de macho.

 Esto le ponía a cien pues sus dedos se adentraban aún más en mi sexo haciéndome gemir como una perra en celo mientras el con mirada dominante y medio sarcástica me animaba a seguir degustando de su duro estilete.

 Pero no pienses te vas a tragar la primera leche de la mañana, me dijo en tono cálido pero dominante, esta, está reservada para este chochito delicioso que primero voy a dilatar con una comida matutina que te va a dejar como nueva.

  Pasando acto seguido a dominar la situación metiendo su cabeza entre mis cálidos y ardientes muslos que beso y cortejo antes de llegar con su boca y experta lengua hasta mi secretos más íntimos, devorando con pasión y maestría estos que hizo a las primeras de cambio me llegara un orgasmos matutino de tal dimensión que no sabría cómo describirlo, pues mi chochito parecía un volcán en erupción soltando jugos por tan grata comida que estaba recibiendo.

  Paro para con tono dominante volver a decir que se afirmaba en lo dicho anoche y  que yo era una hembra con falta de macho que supiera follarla bien, y ahora había encontrado la horma para estos zapatos y me iba a enseñar lo que es un buen polvo.

  Levanto mis piernas tras ponerse el de rodillas entre estas y agarrando ahora su duro rabo comenzó a frotarlo sobre mis abiertos y calientes labios vaginales que supuraban aun placer y jugos de aquel primer orgasmo matinal, restregando con fuerza a veces su gorda cabeza y metiendo esta unos centímetros y volviéndolo a sacar haciendo mi cadera se moviera sin control buscando el calor de aquel miembro.

  Tienes ganas de macho me decía en tono dominante, tienes ganas te folle bien otra vez, así me gustan las hembras, calientes y con ganas… una entre suspiros, le dije que estaba ardiendo y necesitaba ser follaba bien por él, adoraba su polla y necesitaba me ensartara ya y me poseyera hasta hacerme desfallecer de gusto.

  Así me gustan, con hambre, me decía con su tono masculino, mientras volvía a meter su cabezón y parte del tronco para moverse lentamente y hacerme girar la vista por tanto placer y goce, haciendo mi cadera no parara de levantarse con impulsos incontrolados así como mis muslos deseosos de apretar aquel semental contra ellos.

 Jugo hasta ponerme endiabladamente salida, pensando me iba a penetrar en esa postura, pero tomando un cojín de los que había junto a los pies de la cama, me giro poniéndolo entre mi barriguita dejando mi pandero a su disposición, volviendo a meterse entre mis muslos pero a mi  ahora me tenía boca abajo en la cama.

  Volvió a jugar tras abrir mis piernas con su rabo con mi sexo si bien ahora introducía mas cantidad, agradeciendo una con suspiros ahogados contra la almohada aquellas gozosas intrusiones en mí, notando como ahora también jugaba intentando dilatar mi asustado y temeroso agujero trasero que solo pensar pudiera entrar aquel monstruo cabezón, me hacía se encogiera y se apretara más.

   Me dijo, relájate cariño, no temas que veras también te gustara de lo haga por aquí… a la vez ahora empujaba con más ahínco su grueso rabo en mi sexo haciendo que nuevamente estuviera a las puertas de otro orgasmo, llegando este cuando dos de sus dedos ya penetraban en mi trasero perforando este  como si fuese un pene más pequeño a la vez que el aceleraba y subía el tono de su cadera con golpes secos y duros de su enorme pollon en mi conejo todo abierto como una flor ante las acometidas de aquel enorme rabo.

  La explosión fue tan brutal que me  quede  anestesiada sobre la cama sin apenas control de mi semi inerte cuerpo que aun recibía los acosos de aquel viejo macho, pasando estos ahora tras sacar su grueso rabo a frotar este en mi agujero trasero tras retirar los dedos de este.

  Fui a suplicar que por ahí no, pero su cabezón ya presionaba en la puerta y tras salivarla esta y con un poco de ayuda de sus manos abriendo mis nalgas, introdujo aquella cabeza y poco a poco parte de aquel grueso miembro, haciendo que mordiera la almohada primero por el dolor de la primera intrusión y después amortiguándose este con sus suaves embestidas que hizo se convirtiera en un placer increíble.

  Llegue a sentir sus enormes pelotas golpear en mis nalgas tras una buena sesión suave hasta conseguir una dilatación buena que le permitió acelerar las embestidas, estando una a su merced recibiendo una sarta de pollazos en mi trasero que me tenía anonadada al ver la potencia sexual de aquel viejo macho con sus grueso miembro cabezón.

  Tras unos minutos y con una de sus manos acuciando mi conejo mientras la otra la introdujo entre el colchón y mi cuerpo para agarrar mis senos y pellizcar mis pezones, note un placer fuera de control volvía a resurgir de mi cuerpo haciendo este temblara con espasmos incontrolables, que provoco aquel viejo acelerara ahora con un ritmo endiablado sus acometidas, pensando una de allí no salía viva y entera, pues los golpes de cadera de aquel macho me hacía clavar mi cabeza contra la almohada retorciéndose esta en una posición casi cómica a la vez que balbuceaba palabras difícil de entender.

  Primero por sus agitada respiración y sus roncos gemidos y después por las ráfagas de leche que mi trasero recibía, note que aquel semental se estaba corriendo dentro de mí, apoyando su cuerpo y su torso poblado y masculino contra mi espalda a la vez que iba bajando el ritmo de sus acometidas, quedando tras unos segundos totalmente inerte sobre el mío si bien sentía su acelerado ritmo cariaco y su fuerte respiración en mi nuca.

 Quede aprisionada y debajo de aquel masculino cuerpo que aún me tenía ensartada varios minutos hasta que él se rehízo y volviendo a besarme la nuca, me dijo que hacía tiempo no echaba un polvo tan increíble como aquel, sacando su rabo ahora de mi trasero y dejándose caer sobre la cama abriendo sus brazos y piernas como tratando de recuperar el aliento.

 Me gire, sintiéndome aun llena de leche pues mi trasero aun notaba los efectos de aquella gozosa intrusión y tras apoyar mi cabeza sobre su torso, acaricie este y me deje dormir sin apenas hablar una palabra.

  Despertamos ya con el sol entrando en la alcoba y tras mirar el reloj, vi habíamos dormido más de cuatro horas, sintiendo ahora su calmada respiración y ese aroma a macho de aquel masculino pecho que me tenía extasiada.

 Mire con descaro su relajado pero morcillón miembro  y tras bajar mi mano y comenzar a acariciarlo le hice despertar, pues con tono irónico me dijo, ¿aun tienes más ganas de follar?..

 Le dije que mis agujeros estaban muy castigados y necesitaban respiro de ese día, pero mi boca si estaba con ganas de desayunar un buen nabo y ahora era la ocasión de disfrutarlo y comerlo con ganas y ver si aquellos depósitos enormes se habían recuperado y llenado.

 El con su tono dominante, me dijo, está a tu disposición compruébalo y veras seguramente ya no desayunas más en toda la mañana pues vas a quedar saciada.

 Comencé con caricias y besos a lo largo de su tronco bajando a sus golosas pelotas y tras jugar con estas volvía subir hasta la cabeza que mi lengua sabiamente acosaba haciendo que en pocos segundos se fuera inflando aquel duro miembro.

 Tardo un buen rato en ponerse en su estado más rígido y gordo, pero mis caricias y besos así como mis labios al final consiguieron su mayor esplendor, dedicándome ahora con pasión a devorarlo en su máxima expresión haciendo en pocos minutos el resoplara y se retorciera en la cama ante la sabia mamada que le estaba dando.

 A veces me sujetaba la cabeza para que no sacara su cabezón enorme de mi boca, pero necesitaba respirar  para tomar aliento pues el grosor no dejaba pasar aire, y volvía a comer a la vez que masajeaba con mi mano que parecía diminuta, su enorme tronco golpeando cuando bajaba con la bese de sus huevos haciendo el resoplara como un miura.

  Comía también sus huevos estirando estos un poco, notando esto le excitaba, aunque lo que más le apasionaba era comerle su cabeza, y por ello me puse como una loca a comerla hasta ir notando unos preliminares jugos aparecían en esta avisando  los dos depósitos estaban a rebosar ya.

 Agarre ahora con descaro con mis dos manos su tronco y comencé a pajearlo fuertemente mientras mi boca esperaba en la salida de su cabezón mi desayuno.

 Este apareció con descaro al poco de mis sabia faena, pues una ráfagas fuertes y de espesa leche comenzaron a inundar mi boca  haciendo casi no pudiera tragarla toda, pues la fuerza con la que salió y la cantidad, parecía haber estado semanas sin follar, pero una conocía de primera mano, que hacía cuatro horas me había llenado mi trasero, estando sorprendida de como aquel viejo macho se recuperaba tan pronto.

  Quedo rendido en la misma posición que estaba en la cama, recuperando la respiración tras aquella jugosa mamada que le regale, levantándome para asearme un poco y preparar un desayuno reconstituyente  pues necesitaba tomar fuerza pues me había dejado bien servida en la noche y por la mañana aquel semental.

  Apareció a los minutos por la cocina con solo la camisa puesta y si no es porque creo una ya no tenía fuerzas me hubiera vuelto a lanzar ante la estampa masculina de aquel hombre colgando entre sus piernas con aquel enorme instrumento y luciendo un torso masculino con su camisa abierta.

 Me beso y me abrazo mientras me dijo que me daba un sobresaliente en la mamada, pero no por ello iba a aquedar la cosa así, pues notaba era yo una hembra que necesita mucho macho y es estaba para apaciguar mi calor.

 Le dije que encantada y que me sentía muy a gusto con él y entre risas agarre su miembro y le dije y con este más aun… reímos y desayunamos, duchándose el tras acabar y marchándose pero quedando para un próximo y cercano encuentro.

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