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Abstracción

en Lésbicos

  1. Aeropuerto

Volar no era en realidad lo que más le gustaba en la vida, podría decir que sin duda lo evitaría si tuviera la opción de hacerlo, no era porque las alturas le causarán temor o porque creyera que el avión caería a cientos de kilómetros por hora, la verdad no le gustaba estar en espacios cerrados era claustrofóbica aunque ella se empeñara en definir su condición como ansiedad  al aplastamiento. Helena  era una persona fuera de lo común, muchas veces causaba una primera impresión no muy grata ya que por lo general no se percataba de lo que estaba a su alrededor "estaba distraída", podía ir caminando por la calle meditando sobre las nubes, la fachada de los edificios, la mejor forma de hacer esto o aquello, las cosas que haría mañana, algún color en particular y esto a los demás los hacía sentir ignorados o incluso les parecía indiferente, friki por sus gustos y sus hábitos y sí, sí lo era un poco,  la mayoría del tiempo vivía demasiado dentro de sí misma. 

Llegó al aeropuerto con las tres horas de anticipación reglamentarias había revisado en su bolso que trajera su boleto, su pasaporte, tarjetas bancarias y dinero en efectivo, lo había hecho fácilmente una docena de veces en el camino, olvidar algo así de importante era clásico de ella.

Para ser lunes había muy pocos gente en el aeropuerto, llevaba su maleta cruzando su torso y al lado contrario cruzaba un bolso más pequeño donde llevaba lo esencial y más importante, los dos de cuero aunque en diferente tono de café, su mamá insistía en comprar una de esas maletas con ruedas, "será más práctico, no te cansaras en traerla si tienes que ir de un lado a otro" le decía, podía recordarlo aunque ya casi fueran cuatro años de ese día, pero Helena prefería esas clásicas maletas que se colgaban del hombro ya que la otra corría el riesgo de que la dejara varada en cualquier lugar y  olvidarla, también le preocupaba que llegara alguien la tomara y se fuera corriendo, tantas historias que había escuchado la hacían sentir un poco de pánico, pero la principal razón fue que cuando la vio fue un "me encanta" a primera vista era el color perfecto los compartimentos exactos el tamaño ideal y el material le encantaba, le gustaba el olor del cuero, Helena tenía una  fijación con los olores.

Hizo fila para registrar su maleta  en la que llevaba solo lo más indispensable tres cambios de ropa casual, una sudadera, uno más formal y un par de stilettos, para lo casual ya llevaba puestos sus converses negros y un abrigo grueso que combinaban perfecto con su atuendo, quería causar una buena impresión o la mejor que pudiera, no sabía si tendría otra oportunidad como esta, estaba muy nerviosa. No tuvo problemas con el equipaje ya tenía su pase de abordar solo quedaba esperar.

El aeropuerto tenía ventanales amplios por los que se filtraba la luz del día, techos altos y espaciosos predominaba el blanco el azul y el gris todo estaba limpio y todo el personal era muy amable. Ya se dirigía a la sala donde abordaría pero pudo ver al final del corredor una tienda y cambió su rumbo, tenía mucha sed su cuerpo rogaba por un agua mineral y ¿cómo no? después de la celebración con sus amigos de la noche-madrugada de ayer necesitaba hidratarse con urgencia, prácticamente solo había dormido dos horas por eso sentía los ojos arenosos y rojos  había decidido no usar lentes de contacto ese día, llevaba sus gafas Ray Ban Erika Classic que también estaban graduadas, el único inconveniente era la norma de no llevar lentes de sol en interiores pero pensó que no los llevaría puestos mucho tiempo tenía la esperanza de dormir todo el vuelo, Helena solo había volado en avión en una ocasión y esa fue suficiente para enlistarse en sus "lugares en donde no me gusta estar" así que el vuelo de ese día era realmente un reto para ella diecisiete horas en el avión.

Se acercó a la tienda y camino a los refrigeradores, su vuelo salía a las 13:50 aún le quedaba tiempo pero quiso estar lo antes posible en la sala de abordar, se acercó a la caja para pagar su bebida solo había un hombre delante de ella, alto, con traje color arena pude notar que no le quedaba bien pero Helena solo pudo percibir una colonia horrible, llevaba demasiada y tenía un olor cargado y  pegajoso y que le provocaba náuseas de esos que se te impregnan en la garganta y tardan varios minutos en irse, la chica que atendía le saludo amablemente y al cobrarle le dijo que ciertos artículos  que llevaba tenían un porcentaje de impuestos, el comenzó a reclamar que no era justo y estaba tratando cada vez peor a la señorita, si algo realmente le molestaba a Helena era ver que tratarán mal a alguien, más aún si era un prestador de servicios no toleraba que la gente se sintiera sus dueños y con derecho a decir y a hacer lo que quisieran solo por qué daban un pago que era justo por el servicio que estaban recibiendo, Helena se acercó  al mostrador y le dijo con voz firme

- Disculpe señor en caso de que no pueda pagar por sus cosas, no creo que haya problema en que la señorita se las quité de la cuenta si se lo pide por favor- él puso cara como de no poder creer que ella le estuviera hablando, volteó a ambos lados incrédulo para ver si realmente era a él a quien le hablaba al notar que así era soltó una risita forzada de desdén y contestó

- usted no debería de meterse en donde no la invitan y claro que tengo dinero y de  sobra ¿no sabes quién soy yo?- típica frase de los patanes pensó Helena

 - No la verdad no, y me meto "en lo que no me importa" porque me da mi gana-  tal vez fue que el tipo no estaba acostumbrado a que le llevarán la contra o simple mente no sabía cómo liderar con la frustración dio media vuelta y se fue dejando todo en el mostrador y tumbando un anaquel a su paso, la chica de la caja corrió a recogerlo con la cara roja y los ojos llorosos, Helena se agachó ayudarle sus manos torpemente tomaban las cosas no pudo evitar sentir pena por ella, la chica se disculpó

- Lo siento mucho señorita no se preocupe puedo recogerlo yo, ya la hice perder mucho tiempo- Helena le sonrió y pudo ver su nombre en la solapa Vanessa se llamaba

- No te preocupes no pasa nada solo son unos segundos - Vanessa le agradeció y susurro casi para ella misma

- Pésimo primer día vane- lograron recoger todo y dejarlo en su sitio Helena pago

 - Muchas gracias Vanessa, no dejes que alguien como él arruine tu primer día, eres buena me encanto conocerte- se despidió.

 Ya en la sala de abordar tomó la mitad de su agua de un solo trago, metió la mano en la bolsa más pequeña y sacó un frasco de pastillas de doxepina pastillas para dormir con efecto leve le dijo su doctor, tomó una pastilla con su pulgar y su índice y guardó el frasco, odiaba usar pastillas de cualquier tipo pero solo quedaban 20 minutos para subir al avión, la gente ya comenzaba a hacer fila, la puso en su lengua tratando de ignorar el sabor amargo y la trago con el resto de agua que le quedaba, tiro el envase a la basura y se formó.

Al subir al avión una asistente de vuelo le ayudó a  buscar su asiento, 20 - A.

Cuando Gabriel hizo la reservación le pidió que  escogiera uno que estuviera del lado de la ventana, si sentía "el ahogo de aplastamiento", podría tranquilizarse pensando que había una ventana cerca, sabía que en el día no podría abrirla por lo deslumbrante del sol, pero si podía por la noche, podía contemplar el cielo nocturno, profundo y frío como un agujero que se extiende por kilómetros y kilómetros, la inmensidad siempre la reconfortaba. Además le pidió ese asiento por qué no creía poder sobrevivir en los que están en la  fila de cuatro, los que van en medio.

Todo bien ya solo quedaba sentarse y relajarse, busco su celular y audífonos en su bolsa, y se dio cuenta con tristeza que no recordó cargar su móvil en la madrugada cuando llegó a su casa, le quedaba el 3% de batería, ni siquiera para el despegue, pero bueno podía conectar su cable a la ranura USB de su asiento, realmente fue una sorpresa cuando rebusco en su bolso y no pudo encontrarlo ¿Dónde lo puse? - ¿Porque soy así? - pensó frustrada mientras volvía a buscar y las demás personas a su alrededor tomaban sus asientos. Helena solo tendría un acompañante en caso de que se hubiera vendido el asiento de alado, ella realmente esperaba que no, ya que no le atraía estar junto a un desconocido durante tanto tiempo sin su teléfono, si resultaba no ser muy agradable o hubiera momentos incomodos siempre podía ponerse sus audífonos y escapar a su mundo,  pero independientemente de esa razón ella disfrutaba perderse en los sonidos y vibraciones, todo es mejor con música de fondo decía. Miro la pantalla de su móvil una vez más, 2% justo en ese momento pudo ver a su derecha de reojo como una persona guardaba una maleta pequeña en el maletero superior - creo que no tuve suerte después de todo- pensó. Una chica se sentó y dejó escapar una exhalación profunda y prolongada como de estrés o de resignación, Helena solo supo que era del sexo femenino por el perfume que llevaba era dulce y fresco, le gustaba, era una fragancia con la que su nariz podía convivir, ya casi no se percibía sólo podía notarla cuando movía sus brazos para quitarse el abrigo que llevaba, y también pudo percibir un ligero olor a... cigarrillo? Si, -que lástima- pensó -si no fuera por eso olería realmente bien-, Helena no la volteó a ver, por un momento pensó en ponerse sus audífonos y fingir que escuchaba algo comenzó a sentirse un poco…. nerviosa? pero era una mala idea ya que por la cercanía claramente se podría notar que fingía, ¿No tenías el propósito de ser más sociable? río con sarcasmo es sus adentros, declinó su idea y solo vio hacia la ventana aún abierta. Al parecer la chica no tenía intención de hacer plática ni de hacer los comentarios triviales de siempre: el clima, la comida o la hora, el tiempo que tarda en despegar el avión y más cosas que generalmente la gente decía para comenzar la interacción o simplemente por amabilidad.

   

      En las pantallas comenzaron los vídeos de seguridad dando indicaciones en caso de accidentes, al mismo tiempo que las aeromozas lo explicaban en diferentes idiomas, al terminar una se acercó a su asiento y dijo amablemente

- Señorita Martell de parte de la aerolínea una vez más le ofrecemos una disculpa el personal a bordo del avión tratará de hacer su viaje lo más ameno posible, ¿quiere alguna bebida antes del despegue? -  claramente la chica estaba estresada pero aun así respondió calmada 

- Solo un whisky por favor, con hielo si es posible - giro su rostro hacia Helena - ¿disculpa quieres algo de beber?- Helena se quedó unos segundos atónita, sorprendida de la familiaridad con que le hablaba siendo que nunca antes la había visto,  después respondió aun sin mirarla

 - solo agua por favor- en cualquier circunstancia habría declinado la oferta se sintió extraña aceptando la invitación incluso un poco avergonzada pero calmó su mente y culpó de su conducta a la sed que aún sentía

- gusta de algún whisky en especial señorita Martell?-

-beberé el que usted amablemente me recomiende- dijo solamente la chica a su lado, la azafata hizo un movimiento de cabeza de confirmación y se marchó  con paso firme y veloz Helena aún sin mirar a su compañera solo le dio las gracias, a los pocos minutos regresó con las bebidas, la chica tomó de un solo trago el vaso corto con el líquido color ámbar

- gusta que le traiga uno más - preguntó la azafata cuando vio la premura

- no, estoy bien así, muchas gracias- .

La sacudida del despegue comenzó a sentirse pero al tomar algo de altura todo recobró su normalidad. Helena cerró la ventanilla para no molestar a los demás con la intensa luz, la chica de alado sacó de uno de los bolsillos de su abrigo un estuche y de este, si, unos audífonos, los coloco cada uno es su respectivo oído poniendo playa en su dispositivo móvil la música se escuchaba a través de ellos, no sé si era por qué el volumen estaba demasiado arriba o era por qué la canción resultaba familiar pero Helena  identifico  con sorpresa la melodía, Under cover of darkness / The Strokes - nada mal señorita… Martell?- pensó y sonrió escuchando la canción, cerró los ojos, aun con el sopor del sueño pudo percibir el olor amaderado del whisky que salía tenue del aliento de su acompañante, a pesar de la resaca el olor no la molestaba.

Las pastillas ya hacían todo su efecto, su respiración comenzó a ser pesada y pausada….