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Después del día de las obras....

en Sexo con maduros

Allí me quede, muerta. Estirada en el sofá. después de toda la tensión, nervios y morbo acumulado, el puro relax. Pedro no tardo en levantarse, dándome unos pequeños azotitos en la cara.

-Así me gusta pequeña diosita!

Sonreí i cerré los ojos en el sofá, todo el semen por mi barriga, todavía lo sentía como se enfriaba. Creo que me quede dormida, pero al poco ya me incorpore, dejando que el semen se deslizara por mi cuerpo. Llegué al baño donde me pude limpiar. Pedro me tenía dicho que siempre con toalla, había que cuidar mi piel, pero que luego tirase esa toalla a la lavadora.

Al poco aparecí con mis braguitas y mi blusa por el despacho de pedro, donde muchas veces se sentaba a mirar cosas de su empresa.

-Que tal nena?

-Estupendamente, menuda sorpresa la de ayer. ME ENCANTÓ!!

-Pero si estabas cagadita me comento el conductor.

-MmMmm…el conductor, no me hagas pensar en el.

-Jajajaja, ven aquí anda.             

Me agarro de la cintura y me puso en su regazo. Me beso y me acariciaba las piernas.

-Tengo q salir en 15’. Nos veremos pronto? Tengo algo pensado para ti y que me podría ayudar mucho en unos negocios. Te animas?

-Que quieres q trabaje para ti?

-NOOOOOO!! Ni mucho menos. Pero sí que me eches una manita. Podrás ganar algo de dinerito.

-Bueno…pero q este el conductor.

-JAjajajajaja.

Ese día, no tuvimos más sexo, aunque me moría de ganas, lo reconozco. Yo llegué a mi casa y mientras recordaba todo lo que había sucedido, no podía paraba de meterme mano a mí misma. Imaginaba a ese conductor magreandome y mis bragas cada vez estaban más mojadas.

Entonces se me ocur rió la magnífica idea de ir a visitar a pedro a su oficina, podría ser morboso.  A demás seguro que en la oficina no había casi nadie, estamos en agosto.

Asi que me puse un vestidito veraniego y cogí un taxi hasta el centro. Me planté en menos de 10’. Y allí estaba el vigilante de seguridad.

-Hola, buenos días. Vengo a visitar a Pedro.

-Adelante señorita, está en su despacho.

Pensé que me acompañaría o algo, era la primera vez que llegaba a la oficina…

Toc toc…

-Adelante…

-Hola, quería hablar con el jefe…

Su sonrisa, medio picara y medio diciendo que coño haces aquí, me encanto.

-Cierra la puerta, loca!!!

Cerré la puerta y me acerqué, le di dos besos y me quede embobada mirándole. Como una enamorada en sus primeros días.

-Que haces aquí?

-Visita relámpago.

-Anda, va…que buscas, que quieres…? Se le veía nervioso.

-Que voy a querer?

-No se pequeña diosa…remarco mucho esa forma de llamarme…

-Pq me llamas así?

-Cosas mías.

-Dímelo!

-Confías?

-Que miedo me das… dije eso pensando que algo trabamaba.

-Bueno ya que has venido, alégrame la tarde.

- Cómo?

-Eres especialista…

Sonreí y me puse delante de su mesa. Le di la espalda y giré mi cuello. Le mostraba mi culito, aunque claro, con la falda…me miro con cara de…y ya está? Entonces me apoyé en la silla que tenía en frente de su mesa y mi vestido se levantó enseñando las braguitas que llevaba. Se apoyó en la mesa, poniendo cara de interesante. Entonces volví a mi posición natural. Mirándolo de frente. Metí mis dedos en los laterales de mi tanga para dejarlo caer. Lo cogí del suelo y lo deje encima de la mesa.

-Espero que no le moleste…

Puso cara de negación, moviendo su cuello de lado a lado. Entonces me puse de nuevo con los antebrazos apoyados en el respaldo de la silla. Ahora si mi coño quedaba a la altura de su cara, pero a un par de metros, separados por la mesa.

-Vale y ahora qué?

Me quedé parada con esa pregunta que me hizo. Como que ahora qué? Estoy con el coño al aire en tu oficina a dos metros de ti….no me vas a follar?

-Tranquila, quiero decir, que yo ya estoy preparado. Has venido a mi oficina, solo para mostrarte, O verdaderamente para algo?

Su mano colocaba bien su polla, quería decir que algo le había gustado.

Así que me arrodille y me colé por debajo de la mesa. Llegando con una sonrisa de oreja a oreja hasta su entre pierna. Me agarró del mentón…

-Eso es pequeña diosita!

Acaricié su polla por encima del pantalón que se marcaba horrores. Con su ayuda conseguí bajar los pantalones con los calzoncillos y su polla salió disparada hacia el techo. No hacía falta ni que la agarra, se aguantaba sola. Así que coloqué mi cabeza apoyada en su pierna y mis labios iban arriba y abajo notando lo caliente que estaba. Después de repasarla toda, acabé metiéndola en mi boca y mamándosela con pasión. El pelo se me venía hacia adelante, Pedro me lo recogió con su mano y lo sostenía.  Una de las veces que la saqué para pajearla con la palma de mi mano, su mano ejerció una fuerza sobre mi cabeza para que no me separara de su polla y me la hizo tragar hasta que llegó al final. Aguantó hasta el punto que mis lagrimales empezaron a sacar lágrimas, entonces dejó de hacer fuerza sobre mi cabeza y pude coger aire. Me sostuvo cerca de su polla, viendo como mis lágrimas caían por mis mejillas. Sonreí y se lanzó a mi boca. Empezó a comerme la boca con ansia.

-Joder, esto es una de la fantasía que siempre he tenido. Y una niñata como tú me lo está haciendo hacer, mejor de lo que siempre había imaginado. Pequeña diosa…

No me soltaba de la cabeza, su excitación era máxima. Y eso a mí me ponía a 1000!

Empecé a chupársela con más intensidad, la ocasión lo pedía. El movía sus caderas al son de mis movimientos. Su polla estaba impregnada de babas pegajosas. Entonces sacó su polla de mi boca y me refregó toooda su polla por mis mejillas. Cuando acabó, me sentó encima de su mesa, y empezó a comerme el coño, estuvo poco rato, tuve que decirle que parara o me iba a correr enseguida. Así que en esa misma postura, bien abierta de piernas, empezó a follarme, pero hubo un problema. Al poco empecé a correrme…

-Mmmm…eso es petita!!!

-Joder que maravilla!!! Le bese en los labios, pero él no estaba para besos. Quería marcha.

Me puso medio de lado y me metió su polla por el coño húmedo. Con sus brazos me abrazaba pero me abrazaba para poder darme más fuerte. Vi su cara descompuesta, apretando su mandíbula y sus músculos engarrotados. Al poco, ese ritmo no lo podíamos aguantar mucho tiempo, volvimos a la posición del principio. Bien abierta, expuesta para Pedro. Me apretaba las tetas muy fuerte, tanto que cuando las soltaba se marcaban sus dedos en blanco. Su polla resbalaba con mucha facilidad dentro de mi coño y Pedro había bajado el ritmo. Imaginaba que estaba a punto de correrse.  Y así fue, empezaba a conocer a Pedro en el sexo. Su polla se clavó dentro de mis entrañas lo más profundo que pudo…apretó dos o tres veces contra mí, suavemente pero muy profundo…hasta que sacó su polla que venía acompañada de su leche. La leche se empezó a derramar por mi rajita, llegando al culo y seguidamente cayendo a la mesa. Intenté acomodarme pero Pedro dijo:

-Quieta quieta… se apartó observando al detalle como caía la leche en la mesa mientras resbalaba por mi coño.

Apretaba sus labios ansiosamente…me apretó los muslos por la parte interior y me dio sus calzoncillos para asearme. Pasé la tela por donde más se veía y luego doblé el calzoncillo para pasarlo por la mesa.

- Te invito a merendar!

Salimos como si hubiésemos tenido una reunión de trabajo. Serios y directos a la salida.