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Mi Cuñada Me Comparte A Mi Hermano 2 (Amantes)

en Amor filial

Hola a todos mis lectores de nuevo, estoy por redactar una nueva vivencia de mi perversa vida; y quiero disculparme por el tiempo que me he tomado en escribir de nuevo, pero debo decir que estoy de vuelta para que nos toquemos todos juntos mientras nos envolvemos en esta cálida anécdota que aun hace estremecerme de morbo cuando la recuerdo, les pido que se pongan tan cómodos como yo para leer este relato, y solo para que se den una idea, me encuentro escribiendo esta menuda historia en calzón tipo bikini, el mismo que llevaba puesto mi cuñada en esta misma historia, tengo puesta una camisa larga de mi marido y obviamente estoy sin sostén, lista para lo que pueda suceder.

Para Los Que Me Leen Por Primera Vez.

Mi nombre es María Sofía, tengo 34 años, soy maestra de pre primaria como primera profesión, y Psicóloga industrial como profesión superior, estoy casada desde hace unos años, tengo una hija y un hijo, en ese orden exactamente. La relación con mi marido no es la mejor, y poco a poco se ha ido deteriorando, al paso que ha ido creciendo mi relación mas perversa jamás pensada, por culpa de un degenerado deseo. Aunque muchas personas tachen el incesto como una aberración, yo puedo confirmar que es un sentimiento puro y lleno de amor, y únicamente se encarga de unir, a los miembros de las familias, y a las familias completas que se atreven a liberar las pulsiones y los anhelos reprimidos. 

Comienza La Historia.

La historia que estoy por relatar sucedió a tan solo horas después de haber experimentado un trió por primera vez con mi hermano Roberto y su hermosa esposa Lucia Isabel. Así que si no han leído mi relato anterior “Mi Cuñada me Comparte a mi Hermano” los invito a que lo lean para no perderse.

El reloj marcaba las 9 de la noche, cuando coloque mi copa de vino en la mesa de mi cuñada, y termine de despedirme de mis dos amantes, los tres nos sentíamos culpables, o tal vez avergonzados por lo que habíamos hecho, así que la despedida fue rápida y sin tanto tacto entre nosotros. Yo ya iba preparada para dormir donde mi madre, así que solamente llegue a dormir a los peques, espere la llamada de mi marido desde su hotel, me desvestí, y cuando me baje mis bragas, me llego el olor de Isa, me lleve la prenda a la nariz y en vez del olor de mi cuñada, sentí el olor tan rico de mi hermano, el derroche de fluido fue automático, y me metí dos dedos en mi vagina y frote suavemente mi clítoris con mi pulgar hasta venirme, recordando nuestro acto con mis dos familiares, me limpie el exceso de fluido con mis propias bragas, las volví a oler y suspire, al tiempo que lanzaba el calzón en la maleta que llevaba, y me fui a dormir. La mañana del domingo fue clave; me levante a las 8 de la mañana, y ya mis dos amantes estaban en la casa de mi madre, con la excusa de que habían ido a traer a las niñas, Isabel estaba en el salón dándole de mamar teta a la mas pequeña, me acerque a saludarla con un beso muy ceca de sus labios, note que no tenia sostén, vi su teta de fuera del vestido y su voluptuosidad me provocó morbo, salude a mis peques que ya habían desayunado, a mi madre, y después fui a la cocina donde estaba mi hermano con una pantaloneta veraniega, voltee a ver como mi madre salía de la cocina, y le tome su verga, al mismo tiempo que lo besaba, y nos reímos morbosamente. Desayunamos, y al terminar nos levantamos, yo aun andaba en pijama y sin sostén, mi hermano termino de inflar una piscina para los peques y mi madre dijo que ella se encargaría de sus nietos y que nosotros nos encargáramos de nuestras cosas. Esa fue la pauta para vivir algo emocionante. Le dije a mi madre que me iría a la casa de Roberto y de Isabel a bañarme porque Isa me quería mostrar unos zapatos, y les pedí a mis peques que se comportaran con su abuela.

Me sentía nerviosa. En lo que caminábamos por la calle antes de llegar a su casa, Isabel me tomo la mano, estaba un poco sudada; al parecer los tres teníamos la idea de lo que nos esperaba en esa casa. Entramos a casa y mi hermano ofreció vino, pero a pesar de que me encanta, lo desprecie; nos sentamos en el salón, Isabel y yo en el sofá y Roberto se quedo parado con un vaso en la mano, de quien sabe que. Mi rostro volteo al ser tomado de la mano de Isa por la barbilla, nuestros ojos se vieron, yo lleve mis manos a su cabello rubio para acomodarlo detrás de sus orejas, y acerque mi rostro, nuestras narices se rozaron jugando, mientras la boca de Isabel tembló un segundo al tiempo que mis labios volvieron a sentir lo suave de sus labios femeninos, mi boca frotaba sus labios, arriba, abajo, mientras lubricábamos lentamente nuestros labios; la lengua de Isabel se hizo presente al mismo tiempo que la mano izquierda de mi cuñada recorría mis tetas sobre la tela de mi pijama, la intensidad del beso hizo que nos pusiéramos de pie sin despegar nuestros labios, mis manos se posaron sobre sus amplias caderas, dejándome manosear por Isa, mis manos abarcaron las nalgas de mi cuñada, y le pegue un fuerte tirón para que su cuerpo se pegara mas a mi, pero en ese momento Isabel reacciono y se despego completamente de mi, dejándome a medio beso. Yo vi confundida a mi hermano, del  que nos habíamos olvidado, estaba con su pantaloneta que parecía carpa de circo, por su verga que estaba muy erecta, mi hermano le pregunto a su esposa que sucedía, y ella sin verlo a la cara se acerco a el, y le enfundo un  fuerte beso. Yo me estremecía en morbo parada frente a mi hermano y mi cuñada, Isabel nos tomo de las manos y nos llevo hasta la habitación.

Los tres nos besamos rosando nuestras lenguas, Isa quedo en medio, mi hermano y yo la comenzamos a manosear, mi cuñada le saco la camisa a mi hermano, yo trate de bajarle un tirante de su vestido, pero ella movió su brazo de manera que yo no llegara, a cambio fue ella quien me saco mi blusa, yo ya estaba muy caliente, así que tampoco hice por negarme, mis chiches rebotan al quedar completamente libres, rápidamente mi hermano se dio cuenta y se lanzo a comerme mis pezones que estaban muy duros, rápidamente me saco un suspiro. Mi cuñada lo tenía todo preparado, se hizo hacia atrás y nos dijo que ella seria espectadora de nuestro degenerado acto, que le excitaba el incesto y quería ver a dos hermanos copular, quería ver a su marido fornicando con su cuñada, ella se sentó en la silla mecedora que servía para amamantar y dormir a sus hijas, pero que ese mismo día tenia otra función. A mi la idea me pareció muy morbosa tanto que cuando mi hermano me quito el pantalón de mi pijama, mis fluidos quedaron impregnados en la tela. Yo ya estaba totalmente desnuda y no paraba de besar a mi hermano sintiendo su bulto en mi vagina pelada, por lo que me movía con el afán que  mi vagina se rozara en la tela de su pantaloneta. De inmediato me agache colocándome de cuclillas, y pude notar que Isa iba entrando de regreso con dos plátanos en su mano, lo que me sorprendió; baje la pantaloneta de mi hermano con todo y su boxer, y yo volví a mamar la verga de mi hermano, recorriendo cada vena de su barra de carne, de reojo veía a Isabel quien al ver la mamada que le estaba haciendo a su marido se saco los tirantes de su vestido y comenzó a rozar sus pezones con sus dedos, traslade mi vista hacia arriba y veía a Roberto como fruncía el ceño con sus ojos cerrados, cuando colocaba mi mano en sus testículos. Lo que hizo que mi excitación fuera completamente dueña de mi cuerpo, yo me levante y nos besamos mostrándole a mi cuñada como jugaba con la lengua de mi hermano. Isabel se llevo sus tetas a su boca estirando su lengua para llegar a lamer sus pezones, y apretando sus tetas muy fuerte sacándose su leche materna que iba directo a su boca como una verdadera hembra.

Roberto me empujo a la cama y yo abrí ampliamente mis piernas para ser poseída por mi verdadero macho ese que ahora era compartido. Mi hermano llevo su gran verga a mi clítoris y con su glande comenzó a frótalo, yo estaba muy caliente y mi hermano no paraba, tampoco era que yo no quisiera, al contrario, mi respiración era muy agitada pude ver sobre el lomo de Roberto a mi cuñada quien ya se había levantado su vestido y se había hecho aun lado su calzón, y comenzaba a rozar la entrada de su vagina con la punta de uno de los dos plátanos, disfrutando y aprovechando la vista que tenia. Roberto movió hacia abajo su pene tomado de su mano, mis fluidos que estaban regados en mi vulva hizo que resbalara hasta introducirse en mi orificio vaginal, lo que hizo que sacara un pequeño gemido, muy poco audible pero del que mis dos amantes fueron testigos. La gran verga de mi marido era maravillosa, comenzó un mete y saca que rebalsaba mi manjar, yo estaba disfrutando, pero como estábamos a la orden del publico, teníamos que cumplir. Isabel le dijo a su marido que me pusiera de perrito, y así lo hicimos, me levante y me coloque como una verdadera perra en celo, mi hermano me tomo de la cadera y me pego la primera envestida como un verdadero macho apareándose con su hembra, que no era mas que su hermana, llegando hasta mis entrañas, mientras yo disfrutaba pude ver a mi cuñada Isabel metiéndose el plátano en su vagina con su vestido en la cintura y su calzón movido hacia un lado; metiendo y sacando el plátano con un gran afán mientras mi hermano me poseía, pude ver como el plátano de mi cuñada se destrozaba en su vagina que brillaba de tanto fluido que tenia y se venia de una forma magistral, gimiendo una y otra vez por un momento, su imagen manchando su vagina y parte de su cuerpo, me causo un morbo que cuando volví a sentir el falo de mi hermano frotándose por las paredes de mi vagina me hizo soltar un riquísimo orgasmo, moviendo mis caderas con mas apetencia y apretando mi cuca fuertemente, lo que hizo que mi hermano se corriera muy dentro de mi, prolongando mi orgasmo al sentir la leche de mi hermano haciéndose manjar dentro de mi útero, lo que me hizo gemir muy fuerte como si fuera un llanto lleno de morbo incestuoso.

Yo estaba boca abajo cuando sentí la lengua de mi cuñada recorriendo las paredes de mi ano y fue lo que me hizo recobrar la conciencia. Eso volvió a prenderme y sonriendo me di la media vuelta y vi como la lengua de mi cuñada, la misma que me había comido mi ano se la enfundaba en un gran beso de lengua a m hermano, mientras toda la palma de Roberto frotaba la vulva de su mujer. Yo me levante y me uní a mis familiares, arrebatándole la teta a Isabel, me la meto a la boca y la aprieto y sale la dulce leche de sus chiches. El primer sorbo de leche materna que lleno mi boca me excito tanto, lleve mis mano a mi vulva para masturbarme, mi hermano se dio cuenta de eso y comenzó a hacer lo mismo, mientras era amamantada por su mujer, al tiempo que disfrutaba sus suaves pezones. Isabel separo su boca de la de su marido, y me arrebato sus chiches de mi boca insaciable, se levanto muy rápido separándose de nosotros, tomo de la mano a mi marido y lo llevo hasta la silla mecedora, se agacho a recoger el ultimo plátano, dejando todo su culo pelado a mi vista, besó a mi hermano con mucho afán, parándose de puntillas y bajando con su mano desocupada la verga de Roberto para que se frotara por encima de su vulva unas cuantas veces, como si estuviera montando un caballito; lo toma de los hombros y lo empuja hacia la silla para hacer de el un  nuevo espectador de lo que tenia preparado su pervertida mujer. Isabel camina de forma pretenciosa hacia mí, con el plátano en sus manos, sin quitar la profundidad en su mirada, se acerca a mí y me da un beso muy suave colocando en medio de nosotras el plátano, imitando un falo. Por lo excitadas que estábamos comenzamos a chuparlo mientras Isabel lo pelaba; mi cuñada lo comenzó a escupir y yo quise seguirla, Isabel me empuja y yo dejo caer mi cuerpo en la cama con mis piernas a la orden de mi amante; Conociendo a mi cuñada, se que no se pudo resistir al ver mis labios muy hinchados, mi clítoris erecto, y mi vagina aun derramando la semilla de mi hermano; Isabel acerco su boca y con su lengua muy expansiva, recorrió mis labios externos hasta llegar al capuchón de mi clítoris y luego bajo en línea recta, hasta encontrarse con la entrada de mi vagina, y fue allí donde comió del néctar de su marido, metiendo su lengua para sacar lo que quedaba del esperma que mi hermano había depositado dentro de mi; yo no me aguante y levante mi torso, pude ver a mi hermano con su gran verga parada haciéndose una señora paja; tome de sus brazos a Isabel y la traje hasta mi, para volver a besarla. Isabel volvió a acostarme, ella se coloco sentada frente a mí, coloco sus piernas extendidas entrelazándose con las suyas.

Por un momento pensé que estaba por experimentar unas ricas tijeras, pero en realidad lo que llego después, supero mi expectativa por completo, por no ser una tijera cualquiera. Isabel pelo el plátano a cabalidad; lo coloco en la entrada de mi vagina y a la altura de la suya, y comenzó a mover sus caderas hacia mi, con mucho ímpetu; sentir la suavidad y lo mojado del plátano en medio de mis piernas hizo que delirara de la sensación que la morbosa situación provocaba; mientras  que el fuerte movimiento de cadera de mi cuñada, hacia que nuestras, vulvas chocaran y se rozaran, mientras el plátano entraba, salía, y se destrozaba dentro de nuestras vaginas. Mi hermano se acerco para ver mas de cerca sin dejar de masturbarse,  se acerco a mi y mientras iba soltando el primer gemido, Roberto silencio mi suspiro con un beso que me provoco la tensión sexual. las caderas de mi cuñada no paraban y mientras me perdía en un gran beso lleno de incesto con mi hermano, quise ayudar a retorcer el plátano en nuestras vulvas, lo que me provoco unas grandes ganas de orinar, solo relaje mi vagina, deje de apretar, al mismo tiempo que mi gemido hacia que me desprendiera de la boca de Roberto, este mismo gemido fue audible por toda la casa, El clímax en mi cuerpo emano un fuerte chorro de mi vagina, expulsando pedazos de plátano, y empapando la cama y la vagina de mi cuñada de mis propios fluidos, como si fuera un manantial sexual. Isa al sentir su vagina empapada por mis jugos, restregó su vulva con la mía con más impulso, rompiendo así el plátano que nos unía. Roberto se acerco a nosotras moviendo muy rápido su mano, y con gran afán dejo caer tres eyaculaciones de su abundante y espeso semen entre la vagina de de su esposa y su hermana que aun permanecían frotándose; nuestros clítoris se palparon una y otra vez y se embarraron de la leche nutrida de mi hermano, provocando la liberación de toda la libido de mi cuñada, al tiempo que nuestros ojos se arqueaban, y la electricidad de nuestro regocijo pasaba por todo nuestro sistema nervioso caímos en el hedonismo donde nos embriagamos del goce de nuestros cuerpos. La inconsciencia total se hizo presente después de unos segundos, por la recompensa del deleite carnal incestuoso que habíamos consumado, y del que jamás nos arrepentimos disfrutar.

Después de hora y media de apareamiento y copulación, mi hermano, mi cuñada, y yo, decidimos dormir 3 horas mas, almorzamos un sándwich y volvimos a repetir nuestro festín una vez mas. Cuando finalizamos, Isabel tenia muy llenos de leche sus pechos, y con un sacaleches comenzó a extraer todo su néctar lácteo en exceso, el cual pedí que me obsequiara y del que bebí un poco esa misma noche antes de dormir, imaginando que mi cuñada me amamantaba. El resto de la leche materna la consumió mi marido en su café, cabe destacar que fue su error por no preguntar. Esa misma noche regresamos todos a casa, incluyendo a mi marido de su viaje; cuando me quite el pantalón, dijo que sentía olor a cloro, y rápidamente mentí, diciendo que habíamos ido a una piscina con mama y que ya no me había duchado, para  no hacer notar que era la semilla rezagada que mi hermano había dejado dentro de mi útero, la cual evacuaba mis entrañas lentamente.