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Trío adolescente, de una quedada a sexo VIII:

en Gays

 

 

Pablo tuvo que terminar la llamada rápidamente, ya que su hermano entró en su habitación. Angel y yo no nos creíamos lo que acaba de pasar en la casa de Pablo. Yo saqué la llave de mi bolsillo, para abrir la puerta del portal, mi amado y yo subimos en el ascensor, que mientras que este subía nosotros nos besamos con mucha pasión. Al abrirse la puerta del ascensor interrumpimos nuestro beso, para dirigirnos a mi piso. Cuando entre en mi casa junto a mi amor, noté que no había nadie en casa. Fue entonces que miré el móvil, mi madre me había escrito que iban a cenar fuera con unos amigos, y que volvían tarde... Fue nuestra oportunidad, Angel y yo solos en mi casa terminando la tarde.

Nos dirigimos directamente a mi habitación, nos besamos con puro amor, con puro deseo de sentir como nuestros cuerpos se fusionan. Bese el cuello a mi amado, le quité la camiseta que llevaba puesta, le fui besando todo el cuerpo, bajando lentamente. Hasta toparme con el molesto pantalón, el cual le quité de un tirón, y lo mismo hice con los boxer. Liberando una vez más ese pollón, el cual quería placer de mi. Di un largo y lento lamido, desde los enormes huevos de mi amor, hasta llegar al capullo de ese pollón. Empecé a chupar y lamer el capullo, llenándolo con saliva, y jugando con el capullo del pene de mi amado con mi loca y juguetona lengua. Angel disfrutaba, sentía mi amor, sentía mi placer, sentía mi excitación. Angel gemía de amor, de placer y excitación. Una vez que el capullo de su pene estaba bien sensible de mi juego con la lengua, procedí a chupar toda la polla, de meterme todo ese pollón gordo de mi novio de 21cm en mi boca. Teniendo todo ese pedazo de carne dentro de mi boca, seguí jugando con mi lengua con esa deliciosa polla, de la cual no me cansaba de chupar, lamer y saborear. Angel fue aumentado en todos los sentidos de sus gemidos. Empecé a sacar y meter ese delicioso pedazo de carne de mi hambrienta boca. A medida que mi amado gemía más, se excitaba más, fui acelerando el ritmo, quería darle mi amor, quería saborear ese pollón que me pertenecía. Noté como eyaculaba mi amor, como salía ese delicioso semen de su pene. Semen que tanto me gustaba saborear. Los gemidos de Angel fueron a más, estaba disfrutando de una experimentada y juguetona boca.

-Me encanta como la chupas. Cada  vez la chupas mejor, me pone muy cachondo -me dijo Angel, yo le bese después de escuchar aquello.

-Y a mi me encanta de chupar este pollón tan rico y delicioso -le respondí, con ganas de dejar de hablar y seguir con el sexo.

-Sabes, me has puesto muy cachondo cuando chantajeaste a Álvaro, y aún más cachondo te has puesto follandetelo como si no hubiera un mañana -dijo Angel, lleno de morbo, placer y excitación.

-Ha mi me ha puesto mucho hacerlo. Pero más cachondo me pongo dándote amor -le respondí, sin dejar que respondiera inmediatamente besandolo.

-Pues dame amor, como tu sabes, dame placer -me dijo, mientras me iba quitando la camiseta que llevaba puesto.

Escuchar esa suplicación de mi amor, me dejó claro que no iba ha hablar más, sino a darle amor y darle placer. Puse a mi amado a cuatro patas, le dí una ostia bien dada con la mano abierta en ese delicioso culo. Antes de lubricar ese culito, me quité la ropa como nunca antes me la había quitado. Lubrique mi polla tiesa, excitada y deseosa de dar amor, llena de precum de la excitación acumulada. Fui penetrando lentamente el culito de mi amor, fui introduciendo mi pene en su culito, fui notando como me iba sintiendo cada vez más dentro de mi amado. Angel notaba como mi pene deseoso de dar amor, entraba en su culo, notándome cada vez más dentro de él. Empecé a follamarme ese culo jugoso, estrecho y duro, que ya recibió placer de polla en varias ocasiones, culo que ya conocía a la perfección mi polla. Nuestros gemidos de amor, nuestros gemidos de placer aumentaban cada vez más. Fui variando mi ritmo de la follada, fui variando la fuerza de cada impulso mío al penetrar mi polla. Dando un placer sin precedentes, un placer sin hoja de ruta a Angel. Los gemidos de mi amor variaba con mi variedad de mí follada. Cada minuto de amor, cada minuto sintiéndome dentro de mi amor, cada minuto sintiendo que el culito de mi amor apretaba mi polla, cada minuto de todo me daba más placer, más excitación, más morbo. Nuestro amor y nuestros gemidos nos excitaba a los dos cada vez más. Notaba cómo llegaba el punto más álgido de todo aquello, deseando que llegara. Mi amor, consciente de ello, apretaba, apretaba mucho ese culo, excitandome aún más, aumentando considerablemente los gemidos de ambos, dichos gemidos empezaban a descontrolarse. ¡Y llego!, llego mi corrida, sentía la fusión definitiva de nuestros cuerpos en ese acto de amor, sentía como inundaba ese culo de mi leche masculina. Sentía como mi amor se estaba corriendo a la vez que yo, lo sentía por los leves apretones de su culo, con cada trallazo de semen.

Después de ese acto, saqué mi polla del culo de mi amor, para ir a besarlo, y no dejarlo ir hasta que me canse. Nuestro amor, nuestra pasión no tenía forma para expresarse con palabras o con sexo, de lo descomunal que era. Después de un largo rato besandonos, le limpie el culo a Angel, le limpie restos de mi leche masculina, nos vestimos, nos besamos. Una vez vestidos, tarea que nos costó por nuestro amor, nos fuimos a cenar a nuestro restaurante favorito.

 

En ese momento de amor y sexo de Alex y Angel, Pablo y su hermano mayor también tuvieron su momento sexual:

Nada más que Pablo colgó a Alex y a Angel, porque entraba su hermano mayor Álvaro a su habitación, Álvaro le dijo a Pablo:

-La bronca que me ha caído por tu culpa, y la culpa de tus amigos -dijo Álvaro cabreado a Pablo, con cuidado que sus padres no se enteraran.

-¿Nuestra culpa?, ¡tu querías unirte, nosotros no formamos tanto escándalo como tu, que no te controlas ni en el sexo y los gemidos! -dijo Pablo indignado a Álvaro.

-¡Ha sido vuestra culpa de ponerme cachondo, y de follar en casa! -dijo Álvaro.

-¡No fue nuestra culpa que aparecieras, cuando debías estar todo el puto día en el quinto coño! -respondió Pablo, cabreado con su hermano.

-¡Chicos, nos vamos! ¡Y Álvaro, no vuelvas a tener sexo en casa! ¡Si vuelve a ocurrir te vamos a echar de casa! -gritó el padre de los hermanos.

-¡Ha sido culpa tuya y la de tus amigos y punto! -le gritó Álvaro a Pablo, mientras le dio una ostia en la cara. Un rato después que se cerrase la puerta de la casa.

-¡No es nuestra culpa que aparecieras! ¡Tampoco es nuestra culpa que seas maricón! -gritó Pablo a su hermano mayor.

-¡Aquí el único maricón eres tu y tus amigos maricones! -respondió gritando Álvaro a Pablo.

-¡Eres un gilipollas y un desgraciado! -gritó Pablo, y le dió una tremenda ostia a su hermano mayor, con toda la rabia de su alma.

-¿Me acabas de decir gilipollas y desgraciado? ¿Y me acabas de meter una ostia? -preguntó Álvaro totalmente paralizado e imponente, sin saber que hacer o qué decir más.

-Sí, y si quieres te lo repito -dijo Pablo, muy seguro y autoritario a su hermano mayor, el que no sabía como reaccionar.

-Por cierto, Alex y Angel no son maricones, son bisexuales. En todo caso nosotros somos los únicos maricones, incluyendote a ti. Ellos tienen más corazón y amor que tu vas a tener en tu vida. Que ni tú sabes lo que te gusta, que no lo puedes negar, disfrutaste como una perra que Alex te follara -dijo Pablo, dejando sin palabras y alma a su hermano mayor.

Tras diez minutos de silencio en la habitación, mientras que Pablo y Álvaro estuvieran de pie, enfrente del otro.

-Tienes razón. Soy un gilipollas y un desagradecido de primera. Y no se lo que me gusta, nunca seré feliz. Lo siento, lo siento de verdad -respondió Álvaro, mientras se derrumbaba delante de su hermano, después de haber escuchado todo aquello. Álvaro arrodillado delante de Pablo, completamente destrozado. Pablo se arrodillo delante de su hermano, para besarlo y decirle:

-Álvaro lo siento, me he pasado. No quería decir eso. Yo te quiero, aunque no sepas lo que te guste -a Álvaro se le iluminó los ojos, mirando a su hermano, después que dijera eso último.

-Alex fue el que más disfrutó de tu pollón. Y yo me he quedado con ganas de disfrutarlo también -dijo Pablo sensualmente, con esperanza que su hermano se animará.

El hermano mayor de Pablo, Álvaro se recompuso con el beso y disculpa de su hermano pequeño. Álvaro se excito escuchado la última frase de su hermano pequeño, y se puso de pie, delante de Pablo, se bajó los pantalones junto al boxer, y le dijo:

-¿Entonces te apetece? -preguntó Álvaro cogiendose el su rabo de 23cm, pero inseguro y todavía sin recomponerse del todo.

-Por supuesto, tráeme ese pollón. Pero esta vez controla tus gemidos -respondió Pablo de inmediato a su hermano mayor.

Pablo empezó a lamer el capullo del pollón de su hermano mayor, posteriormente intentó de meterse ese enorme rabo en su boca, pero le costaba de meterse tal tamaño. Tras un rato, intentando meterse ese pollón gordo de 23cm en su boca, al final Pablo, pudo meterse gran parte del pollón de su hermano en la boca. Álvaro empezaba a gemir, cada vez más fuertes, pero controlados. Álvaro se excitaba muchísimo teniendo a su hermano chupándole ese pollón. Tras un largo rato tras darle placer a su hermano mayor, cuando el pollón. Pablo dejó de chuparle el pollón, se quitó la ropa, se tumbó en la cama, abriéndose de piernas, suplicando a su hermano mayor que lo follara como follo a su mejor amigo Alex. Álvaro se terminó de desnudar, lubricó el culo de su hermano, lubricó su pedazo de rabo. Y empezó a penetrar lentamente y cuidadosamente a su hermano, sin intención de hacerle daño. Pero fue inevitable que ese descomunal rabo no hiciera daño al penetrar, y menos aún si es por primera vez. Pablo empezó a experimentar una mezcla de dolor y pasión por parte de la penetración de su hermano. Álvaro por su parte, estaba disfrutando de mucho placer y morbo al follar a su hermanito. Una vez que el culito de Pablo, pudiera adaptarse al pollón de su hermano mayor que le penetrara, Pablo solo sintió placer, de ese enorme pollón de su hermano que le follaba, le sugirió a Álvaro que lo follara duro. Álvaro no se resistió y empezó la dura follada. Los gemidos de placer, excitación y mucho morbo de los dos hermanos que estaban follando, después de una fuerte discusión inundaron toda la habitación. Álvaro notaba el culito duro y estrecho de su hermano, que le apretaba la polla, Álvaro notaba como su enorme polla ocupaba todo el espacio dentro del culo de su hermano. Por otra parte, Pablo notaba como el enorme pollón de su hermano le follaba, le llenaba todo el culo, sin dejar ni un milímetro sin rellenar. 

Después de mucho sexo duro, excitación, pasión, morbo... de los dos hermanos, Álvaro se corrió por segunda vez dentro de un culo en el mismo día. Esta vez Álvaro se corrió en el culo de su hermano, llenándolo con mucha cantidad de semen fresco y calentito. Pablo se corría a la vez que su hermano, notaba cada trallazo de semen del pollón de su hermano, notando como su culo se llenaba con semen fresco y calentito de su hermano. Álvaro sacó lentamente su pollón del culo de su hermano después de su corrida dentro de él. Dejando hueco el culo de Pablo, per Álvaro fue directo a limpiar la polla y el abdomen de su hermano, lleno de semen fresco y calentito de la corrida de su hermano. Los dos hermanos disfrutaron, se excitaron, tuvieron placer y morbo con el sexo que tuvieron tras su discusión.

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Os agradezco mucho, por haber seguido y leído esta serie de relatos. Anunció que está, será la parte final de esta serie por el momento, quizás en un futuro no muy lejano, esta serie encuentre otra continuación, prolongando así la serie de relatos, de esta historia de erótica adolescente. Si alguien tiene alguna sugerencia, para la continuación de la serie, por favor, escribidme en los comentarios o por correo electronico. Pero de momento, está serie de relatos, no recibirá continuaciones, dando lugar a nuevos relatos y series de relatos, que iré publicando. Muchas gracias por leer todas las continuaciones, espero que os hayan gustado y excitado tanto como a mí, de escribir mis primeros relatos.