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Braguitas mojadas y corridas

en Fantasías Eróticas

Mientras absorbía su bebida se le ocurrió lo más morboso que podría haber hecho nunca. Lo miró… él estaba mirándola con deseo, lo sabia… y se le notaba. No apartaba sus ojos de los suyos. Estaba segura que debajo de sus pantalones había una erección. Dejó su copa y se levantó.

-voy al servicio, ahora vuelvo. Sonrió y lo besó en la mejilla.- Le dijo Carlota.  

Estaba mojada. Estaba muy mojada. No pudo evitar tocarse en la baño durante unos momentos. No había nadie y sus pequeños gemidos no llamaban demasiado la atención. O eso quería seguir creyendo ella, aunque alguien le pillara aun le ponía mas y sobre todo si fuera él.

Mojó sus braguitas tocándose y cuando estaban lo suficientemente húmedas se las quitó. Las guardó en su bolso y se colocó la falda lo mejor que pudo. Los calores aun corrían por su cabeza… y por el resto de su cuerpo. Salió, se acercó a su lado y le pasó mis húmedas braguitas por debajo de la mesa disimuladamente.

-vete al baño y córrete en ellas.- le susurró. Fran agarró las braguitas fuertemente notando que estaban húmedas. La miró a los ojos y sin salir una palabra de sus labios se dirigió al baño. Carlota se sentó y siguió bebiendo de su copa. El frio de aquel vodka limón le refrescó. Ya casi podía sentir el chispazo dentro de sí. Quién sabe si aquello fue iniciativa suya o de su interior aflorado por aquel cargadísimo vodka.

Al cado de los minutos, Fran salió del baño con una mano en el bolsillo y una cara de necesito hacer algo más que correrme en tus bragas. Se las paso debajo de la mesa como ella había hecho y volvió a levantarse. La miró extraño y ella le respondió con un guiño de ojo. Podía sentir como la miraba mientras volvía al baño. Volvió a entrar y en ese momento había una mujer de unos 40 o 50 años, bien vestida, de forma clásica se podría decir. Se metió en un servicio, cerró la puerta y se volvió a colocar sus braguitas húmedas y corridas. Se había corrido en el interior. El cabrón sabía donde hacerlo. Y eso le gustó.

Salió del baño sin tirar de la cadena, no le apetecía ni disimular. Que aquella mujer pensara lo que quisiera. Sentía en su coño el calor de la corrida de Fran y eso le ponía, le ponía mucho. Salió y volvió a acercarse a su oído y le susurró algo que hizo que sus ojos se abrieran y sus dientes mordieran su labio superior.

-Siento tu semen contra mi chochito.

Fueron a casa de Fran y en cuanto entraron, Carlota le puso el dedo en la boca, no le dejó que dijera nada. Fueron directamente hacia su dormitorio y lo tumbó sobre la cama. Se puso el dedo en la boca para que siguiera sin decir ni una sola palabra. Se colocó sobre Fran, colocándose sobre su cara. Quería que se lo comiera con sus bragas mojadas y corridas. Aunque ya se había secado el semen, aun seguían un poco húmedas porque aun no había dejado de estar cachonda. Quería sexo. Y lo quería ya y que fuera del duro. Que la empotraran. Que se lo comieran. Quería tener una polla dentro.