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Doña Isabel 2

en Sexo con maduras

En el anterior relato, os describía como conocí a Isabel y como comenzó a cambiar nuestras vidas, dos personas sin tan apenas relación terminaron follando como si se acabara el mundo.

Como os decía Isabel es una mujer educada a la antigua usanza, se casó para salir del pueblo donde vivía sin mas aspiraciones que tener unos hijos, criarlos y atender a un marido enfermizo tan antiguo como ella y ahora a sus 65 años ha descubierto su sexualidad y está ansiosa por ponerse al día.

Yo llevo unos meses sin tener pareja, con tres hijos en casa que hacen difícil el mantener relaciones así que estaba bastante necesitado, y eso de ir a una casa de citas a desfogarme nunca me gustó. Siempre me han gustado las mujeres maduras y de todas ellas guardo unos agradables recuerdos.

Siguiendo con el relato, después de quedarnos extenuados de tanto follar, nos fuimos a la ducha donde le enseñé hacerse una paja, costó un rato pero al final se corrió, estaba cansada pero alegre y feliz y ansiosa por repetir nuestro amoroso encuentro.

Seguimos con nuestros paseos mañaneros y planeando cuando podríamos estar nuevamente juntos, sólo de pensarlo nos poníamos bien calientes. Se estaban aproximando las vacaciones y mis hijos se irían a pasar unos días con su madre, eso significaba que tendríamos vía libre para nuestros encuentros.

El día que mis hijos se fueron con su madre le mandé un mensaje y rápidamente me contestó que ese día no podía que lo dejáramos para otra ocasión que ya me avisaría. Transcurrieron varios días sin tener noticias hasta que recibo un mensaje:

Mañana quiero ser tuya

Me dio un vuelco el corazón, por un momento creí que se había arrepentido, que larga se me hizo la espera, esa misma noche me hice una paja en su honor.

Al día siguiente estuve pendiente hasta que ha mitad de mañana suena el telefonillo, era ella, rápidamente abrí la puerta para que entrara sin llamar a mi casa y la sorpresa fue enorme no parecía ella, recién salida de la peluquería, suavemente maquillada, con unos labios rojo pasión, una blusa blanca un poquito escotada dejando entrever el canalillo de sus tetas y una falda ajustada que remarcaba su culo.

Esto es por ti, me dijo mientras me besaba, agarré fuertemente sus nalgas,  nuestras lenguas se fundieron  y nuestros pechos se juntaban, sus pezones comenzaban ponerse duritos y los pellizqué sobre la blusa, después de una buena sesión de arrumacos, sobarnos y acariciarnos la llevé al dormitorio, me quede un rato admirando su transformación hasta que le pedí que se desnudara lentamente para saborearla, comenzó por su blusa al quitársela apareció un sujetador semitransparente y sus pezones color café luchando por salir, luego la falda llevaba unas braguitas tipo tanga donde sobresalía su monte de venus, se acostó en  la cama, mientras yo me quité la camisa y el pantalón y me puse encima de ella.

Comencé por acariciar todo su cuerpo, desde la cabeza a los pies quería saborearla toda entera sin dejar ni un poro de su cuerpo sin lamer, la hice que se diera la vuelta y pase mi lengua desde la nuca pasando por su espalda hasta su culo, resoplaba y gemía y siempre repetía  esto no lo había hecho nunca pero que le gustaba mucho, la volví a girar y le quite el sujetador y las bragas y ella me quito el calzoncillo, y ataqué sus tetas y pezones mientras agarraba mi pija pajeando suavemente y comenzó a besar todo mi cuerpo, después de degustarnos mutuamente baje hasta sus pies chupando sus dedos, para subir por sus muslos hasta su conchita donde introduje dos dedos buscando su clítoris, una vez encontrado comencé a lamerlo, Isabel comenzó a gemir agarro mi cabeza para que no saliera de ahí después de un buen rato me tumbe en la cama boca arriba para dejarla que ella participara.

Al principio se quedó parada no sabía qué hacer, hasta que comenzó a lamerme comenzando por mis pezones bajando hasta mi pene que empezaba a ponerse tieso, lo tomó con suavidad y con sus manos comenzó una suave paja le animé a que siguiera me miró y fue incrementando el ritmo hasta que se puso tieso como un palo, la puse sobre la cama y acomodé mi pene entre sus tetas y comencé un mete y saca, el capullo tan apenas sobresalí en sus dos enormes pechos, de vez en cuando lo sacaba para golpear sus pezones  que estaban erectos y duros y retomaba la cubana, para Isabel todo esto eran nuevas sensaciones, era ella quien apretaba sus tetas para sentir mejor la picha, la saqué de esas moles y se la puse junto a la boca, al principio dudo un poco pero enseguida la abrió y comenzó a chupar la cabeza del capullo después un poco más hasta que empujando mis nalgas fue acelerando el ritmo, ya le había perdido el miedo y le gustaba, se la sacaba de la boca la lamia toda y se la volvía a meter  “uhm que rica  me gusta”,  yo a punto de correrme, se la saqué de la boca y comencé a saborear de nuevo sus tetas y pezones y mis dedos en su raja frotando a su clítoris hasta que los susurros se convirtieron en gritos señal que estaba a punto de correrse, mi lengua sustituyó a mis dedos y comenzaron los espasmos, los gemidos y resoplidos, movía su culo y sus manos en mi cabeza con tanta fuerza que casi no me dejaba respirar hasta que pegando un grito se desplomó, mordiendo sus labios y los ojos cerrados tuvo su primera corrida, me puse a su lado para que descansara un poco y que saboreara el orgasmo que había tenido, me abrazó y me llenó de besos.

Cuando se recuperó un poco me agarró la picha hasta ponerla dura, se subió encima y se la fue metiendo en su raja despacio sintiéndola como entraba cuando la tuvo toda dentro comenzó a bambolearse, hacia delante y hacia atrás mientras mis manos tenían agarradas sus tetas. Después de cabalgar un rato la puse a lo perrito y penetré de un tirón, es ella quien con su culo me follaba, sacaba el culo y lo metía para que mi polla entera y saliese cada vez con más fuerza, separé sus nalgas y apareció el agujerito de su culo y con los dedos comencé a acariciarlo notando como va reaccionando aunque se asustó un poco, dos cachetes en sus nalgas la volvieron a meter en faena, la puse de costado y la seguí follando, me avisó que quería mi leche así que cambiamos de postura para verle la cara, y comenzaron sus espasmos, esta vez con los  ojos abiertos y morreándonos como posesos grita más,  más metemelá hasta los huevos lo quiero todo, ya me dejé llevar y un chorro de leche inundó sus entrañas, dos sacudidas violentas y más gemidos anunciaron su orgasmo, la saqué de su chocho y se la metí en su boca para que limpiara mi tranca y saboreara mi semen, aplicada no dejó rastro de los fluidos, nos abrazamos nos besamos suavemente recorriendo nuestros cuerpos hasta quedarnos dormidos.

Cuál fue mi sorpresa cuando medio adormilado sentí un calorcito en mi pija, abrí los ojos y vi a Isabel como se la estaba comiendo y me dijo picarona, “hay que empatar tu uno y yo dos además quiero más leche que me ha sabido a poco”, mientras se metía un huevo en su boca y siguió chupando hasta que explotó en su boca.

Los dos tendidos en la cama agotados, la edad no perdona, relamiendo los placeres que nos habíamos dado, su cara en mi pecho y su mano jugueteando con mi pija, feliz y alegre me contó todas nuevas sensaciones que había tenido, no se podía imaginar que fuera tan rico, que se sentía una mujer nueva, cuando sonó su móvil, era su hijo preguntando donde estaba que ya era la hora de comer, después de un improperio comenzó  a vestirse le dije que si nos vamos a la ducha a lo que me contestó que quería oler a su hombre, después de descansar un rato me fui a la ducha a pensar en nuestro próximo encuentro