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De visita donde una amiga

en Sexo con maduros

Ese día sali a realizar unas compras, como aún era temprano decidí visitar a una amiga, pero no la encontré,  don Manuel, el conserje, un señor de unos 60 años, me saludo con un beso y me pregunto que pasaba. Le explique que mi amiga no estaba, y me dijo que la esperara en la sala de estar.

Yo tengo tengo 35 años, soy morena, de 1,60 de estatura, hago ejercicio, por lo que me mantengo bastante bien, tengo 100 app de busto y cadera. Ese día andaba con un vestido mini, no muy escotado, yo habia notado como don Manuel me miraba los pechos, así que para calentarlo desabroche algunos botones del vestido, para que disfrutara de la vista. 

Mientras esperaba, me sente en un gran sillón, como distraida, con las piernas un poco abiertas, don Manuel se saboreaba y desviaba constantemente su vista a mis piernas y pechos. El me pregunto a que hora llegaba mi amiga, como en una hora le dije.

Yo ahora tengo mi hora de colación, me dijo, si quiere me acompaña y se toma un café.

Gracias le dije, no le complica?

No, tengo un pequeño departamento en la azotea y ahí nadie me molesta cuando estoy en mi hora de descanso.

Entonces le acepto el café, le dije, con una sonrisa .

Suba me dijo, me paso la llave. Yo subo enseguida, mi compañero llega en 5 minutos.

Tome la llave y subi en ascensor a la azotea.

El departamento era pequeño, era más bien un dormitorio con un sector de cocina y baño. Estaba muy limpio.

Me senté en un piso alto a esperarlo, la altura del piso, era la excusa para tener mis piernas un tanto abiertas, ya que como soy pequeña, no llegaba al suelo, por lo que apoye mis pies en un fierro que tenia el piso.

Al llegar don Manuel, no pudo evitar mirar mi entrepierna, yo lo miré arrugando mi frente.

Perdón, me dijo, no pude evitar mirar, en esa posición se ve muy sexi.

Yo le sonreí, finjiendo verguenza.

Si fuera más joven más joven, ya estaria intentando seducirla, me dijo.

Pero usted es joven, se mantiene muy bien, no se limite don Manuel, le dije, como decia mi abula, lo peor que puede pasar es que le digan que no. Y le sonreí picaramente. El me devolvió la sonrisa, sin dejar de mirar mis tetas, mordiendose los labios al mismo tiempo.

Sientese en la cama si quiere, ahí va a estar más comoda, quiere un café, tengo vino también.

Yo me sente en la cama y le dije que preferia vino.

Mientras tomabamos vino, ya los dos acomodados sobre la cama, mi vestido muy subido y el escote más abierto, casi dejando al descubierto mis pezones. El me dijo que tenia la tarde libre, que lo acompañara con esa botella, que la estaba guardando hace tiempo para una ocasión especial y esta es una muy especial, no todos los días hay una mujer tan joven y sabrosa en mi cama.

Me sirvió más vino, nos reimos, mientras el despreocupadamente puso su mano en mi pierna, y la acariciaba suavemente, mientras me contaba algunas historias, de su pasado.

Poco a poco, subia más su mano, casi llegaba a mis gluteos, cuando sentí que me apretó un gluteo, y me miró, para ver si podía seguir.

Yo le sonreí. 

Estan suaves y firmes, me dijo, sin dejar de amasar y apretar. Sus pechos se ven igual de deliciosos. Usted cree, don Manuel, nose yo encuentro que están un poco gordos, le dije, agarrandomelos con las manos y pellizcando sobre la ropa mi pezon.

El dejo de amasar mi culo, y con sus 2 manos agarro mis pechos, los amaso sobre la ropa, yo los encuentro que estan muy bien, me djo. Pero tendría que ver mejor, para dar una respuesta certera. Desabrocho los pocos botones que aún faltaban,  corrio mi sosten blanco de encanje, pellizco mis pezones y los amaso suavemente. Estan hermosos y deliciosos sus pechos.

Como sabe que están deliciosos, don Manuel, si usted no los ha probado, le dije.

El sonrió morbosamente, se sentó apoyandose en el respaldo de la cama, me llevo hacia el sentandome encima, como en posición de cabalgarlo. Me sacó el vestido, aún con el sosten corrido dejando al descubierto mis pechos, empezo a besarlos, pasando su lengua caliente, succionaba como experto, pellizcaba suavemente mis pezones, mientras amasaba con sus manos. La escena era genial.

Ese hombre mayor, me habia calentado al maximo, con su boca y lengua me estaba probocando increibles sensaciones.

Eres exquisita mi niña, me decia, te voy a chupar enterita.

Me acostó sobre la cama, me sacó el sosten y la tanga. El se saco su camisa y pantalones, quedando solo en slip.

Empezó a recorrerme entera con sus manos, con su lengua. Yo estaba completamente abierta y dispuesta para él.

Se notaba, que esa boca y esa lengua tenian experiencia en el arte del sexo, ya que rapidamente estaba ardiendo, pidiendo su boca en mi vagina, con mis manos lleve su cabeza a mi sexo ardiente, su legua lo recorrió por completo, su boca lo succionó suave, lo beso, estaba mojada, mis jugos se mezclaban con su saliva. Su boca caliente logro que me arqueara y tuviese mi primer orgasmo. Yo gritaba. Cuando llego la calma, el subio hasta mis pechos, los beso, acercó su boca a mi oido. Ahora te voy a culiar rico, me dijo.

Me puso en cuatro, y empezo a penetrar mi vagina, estaba tan mojada, que su pene gordo entro facilmente.

Empezó un mete y saca, con sus manos en mis gluteos, amadando y pegando palmaditas.

Se pegaba a mi cuerpo, sentia su calor, sus bolas golpear mi culo, grita mi niña, me decia. Yo estaba gozando de forma increible, ese madurito, era todo un semental. Que rico me culeaba, lo sentí apretarme con fuerza, y gritar de placer. Su leche caliente inundó mi sexo, logrando con eso que yo acabará nuevamente, con fuertes movimiento. Que ricoo, así llenos de fluidos, seguimos pegados unos minutos, luego nos fuimos a duchar, almorzamos, tomamos más vino y nos acostamos a mirar una pelicula porno.

Mientras mirabamos la pelicula en posición cucharita, metió un dedo en mi vagina, lo mojo y luego empezó a jugar con mi ano.

Se acercó a mi oido, ya me estoy recuperando mi niña, me dijo, ahora por el culo te voy a dar.

Yo  voltee mi cabeza, le sonrei, mordi sus labios y metí mi lengua desesperadamente a su boca. Estaba caliente nuevamente, ese dedo en mi ano, me estaba haciendo gemir.

Me puso en cuatro, y fue introduciendo su pene gordo en mi ano, quue ya estaba bastante lubricado, aunque se resistía un poco. Mientras me embestia para penetrarme poco a poco, amasaba mis pechos y mordía mi cuello. Yo ayudaba, empujando y parando mi cola. Su pene entraba cada vez más, abriendome el ano, yo gemía entre mezcla de placer y dolor. En un momento paro, se movió en circulos y empujo de golpe lo que faltaba por entrar. Yo grité y luego empece a gemir.

Empezamos a movernos al mismo ritmo, como bailando, los dos gimiendo, su boca pegada en mi espalda y su saliva callendo sobre ella. Estabamos calientes, como perros, pegados, en un movimiento exquisito que yo queria nunca acabará. Deme duro don Manuel, no se limite, bombee rico, así, así, le decía. Y don Manuel aceleraba, gemía muy rico, lo que me calentaba más. Le voy a dejar bien abierto el culo mi niña, me decia, se pegaba tanto que parecia se metería dentro mio.

Nuevamente paro, se movió en circulos, me apreto con fuerza, ya me voy me niña. Yo me aprete más a el, parado mi culo, mientras tocaba mi clitoris, la situación era de mucho morbo y calentura. Empece a gemir más fuerte, el me apretaba a su cuerpo, también gemia, ahora los dos gritabamos, en un orgasmo conjunto. El me apreto más, me beso el cuello y la espalda, me dijo al oido, tiene el culito muy rico mi niña, cada vez que venga se lo voy a llenar de leche.

Yo me estremecí, cerre lo ojos y me imagine las siguientes visitas al depa de mi amiga.

No separamos, su leche corrió por mis piernas, yo me bañe, me vestí, luego bese a don manuel y le dije, la próxima semana vendré a ver a mi amiga y le traigo un vino, para que compartamos. Nos reimos, nos dimos un largo beso y me marche.

Gracias amigos por leerme, ojala les guste este nuevo relato. Besos