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Día de mantenimiento

en Sexo con maduras

Pilar y Jon, una vez más.

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Como cada lunes realizo una junta con todo mi personal a primera hora de la mañana, para repasar los avances y los pendientes.

Mientras Carla, Jon y yo; vamos enumerando las fases en las que se encuentra cada uno de los diferentes proyectos, Sol nos obsequia unos de los mejores panecillos de la zona, nos sirve el café y está pendiente de que todo el material de papelería que se requiere para la reunión sea el suficiente; así como la prueba de rigor previa de las conexiones del ordenador con el cañón y revisar que esté funcionando todo bien; que el rotafolio tenga la cantidad de hojas adecuadas y los marcadores tengan tinta suficiente; le queda pintado el nombre, es mi Sol y mi mano derecha en todo lo que se refiere a administración de la oficina, muchas veces me ha sacado del apuro hasta en cosas del ámbito particular.

Carla va enlistando uno a uno cada proyecto; yo comento que es lo que se debe de hacer y Jon va indicando cuál sería la forma más adecuada para poder ejecutarlo; tomamos nota los 3; pero Carla tiene la visión y facultad de traducir todo lo que se dice de tal forma que al final, le sabe indicar a cada quién lo que debe hacer.

Hemos en poco tiempo podido conformar un grupo muy dinámico, muy profesional y muy progresista. Jon se encarga del código en general, Carla de hacer las interfases y yo mapeo y pruebo cada módulo, las veces que haga falta hasta que la funcionalidad que obtenemos sea la esperada.

Llegamos a un punto de la reunión donde les digo, chicos, recuerden que este fin de semana requerimos dar mantenimiento a los servidores; ya que debemos subir a producción la aplicación de “Topisa”, Jon asiente, pero veo que el semblante de Carla se transforma se pone pálida;

-  Pilar, lo siento mucho; me surgió un contratiempo, discúlpame, tal vez no pueda participar

-  ¿Por qué Carla, que paso? - le pregunto

-  Es que le surgió a Ana una salida obligada a su casa, con su familia porque su abuela se está muriendo y quiere tener reunidos a todos los nietos. Y es hasta su pueblo.-  Sinceramente se veía muy afectada Carla

-  No te preocupes, Jon y yo nos las arreglaremos. Si cuento contigo Jon ¿verdad?

-  Claro que sí- dijo éste sin ninguna duda

-  No se hable más Carla, solo te encargo por favor que dejes todo listo desde el jueves; con el checklist a punto de los servidores y sus registros de respaldos ya efectuados, así como el orden cronológico para dar de baja cada uno y su consecuente protocolo de apagado y encendido. El directorio de los clientes y de los proveedores de software y hardware a la mano por si se ocupa en algún momento. – Le pedí

-  Tenlo por seguro Pilar, te lo tendré listo desde el jueves. -  asintió Carla

Continuamos con nuestra reunión de la manera habitual, hablando de todo y salpicado de bromas, teníamos una camaradería sana y jovial, lo que se traducía en un ambiente muy agradable y nos permitía trabajar muy a gusto.

Transcurrió toda la semana y como le pedí a Carla el jueves me entregó todo lo necesario para llevar a cabo el mantenimiento de los servidores; lo teníamos programado para iniciar el viernes a las 4:00 pm; cuando ya todo el personal de “Idea 3” se hubiera retirado de fin de semana; Sol les había enviado un memorándum informándoles esta actividad y como lo habíamos planeado desde hacía un mes aproximadamente, todas las áreas de la empresa subieron, cerraron, respaldaron y validaron su información de acuerdo a los protocolos que les indicó Carla a fin de facilitarnos la tarea y evitar inconvenientes. Estaba yo muy satisfecha con las labores que realizábamos ya que gracias a nuestras reuniones podíamos planear perfectamente bien todas las actividades a realizar.

Ese viernes, tanto Jon como yo llegamos más tarde de lo habitual a la oficina, porque nuestra labor iba a ser bastante ardua y era muy probable que nos llevara bastante tiempo; a eso de las 2 p.m. Sol encargó la comida a un hostal cercano donde cocinan de rechupete, comimos los cuatro, dándonos ellas dos las últimas recomendaciones, que no fuéramos a olvidar esto o aquello, las dos muy lindas, realmente muy solidarias.

-Si necesitas cualquier cosa, aunque sea media noche, no dudes en llamarme – dijo Sol

-No te preocupes, estaremos bien, pero si te necesito ten por seguro que te llamo, muchas gracias - le respondí

Dando las 4 en punto nos pusimos manos a la obra; era la primera vez que Jon me ayudaba con el mantenimiento, me comentó que en su universidad alguna vez ayudó al encargado del centro de cómputo a dar de baja los servidores; con la diferencia que no se controlaban por medio de ese bypass transacciones de clientes que se traducen en miles o millones de euros mientras se habilita el servidor definitivo.

Cabe comentar que el site, es un cubículo de tres por tres, con los servidores acomodados en unos racks a modo de bloques, dejando pasillos angostos de 60 centímetros por donde circula en la parte baja el aire frío que es inyectado por medio de orificios a lo largo de todo el bloque, y en la parte superior existen rejillas para recuperar el aire caliente y enviarlo al exterior del edificio, es tanta la temperatura que despiden estos aparatos que si no se contara con este sofisticado sistema de enfriamiento sería muy peligroso estar ahí adentro y a los equipos los pondría en riesgo.

Procedieron a las mil maravillas las ejecuciones de los respaldos de los servidores, así como las copias de las bases de datos… uno a uno los procesos fueron realizándose de la manera prevista y obteniendo muy buenos resultados.

En un momento cuando estaba intentando introducir un código de autentificación que no me permitía conectarme adecuadamente, solo alcancé girar la cara y abrir la boca para decirle a Jon que me indicara que procedía, no sentí su proximidad pero si la tibieza de su lengua aprisionando la mía, mis manos en el teclado se quedaron petrificadas, Jon me tomo por la nuca y se introdujo en el hueco de mis brazos, quedando entre mi pecho y el teclado del servidor, me pego a la pared y entrelazó sus dedos con los míos sosteniendo mis manos por encima de mi cabeza, nuestras bocas no se separaban ni un milímetro, era un beso intenso, apasionado, lleno de deseo y de urgencia, no me podía soltar de esas manos que me mantenían firme, él se aprovechaba de su estatura y mientras podía me pegaba su paquete por todo mi vientre, su siguiente movimiento fue igual de autoritario, con una sola mano estaba sosteniendo mis dos manos por encima de mi cabeza como si fuera una tenaza, con la otra mano aprovechó a desabrochar mi camisa de mezclilla desde arriba hasta abajo, dejando a la vista mi bra que mantenía a mis grandes tetas en su sitio, curiosamente, ese día me puse un sujetador con broche al frente, que no le costó ningún trabajo destrabar; con la mano derecha comenzó a magrear un pecho y con la boca se comió el otro, me estaba proporcionando un placer indescriptible; su aroma a limpio, a hombre, me ponía a mil, y su barbita que me rozaba la piel del seno contribuía al gozo, en un momento me soltó las manos, lo tome de la cabeza y atraje su boca a la mía, fue un besazo intenso, pero no dejó que durará mucho, sus intenciones eran otras, poco a poco fue bajando por el canal entre mis senos, dando pequeños lametones, volvió a trazar círculos alrededor de cada pezón entreteniéndose en ambas areolas y succionando un poco de ellas, pero prosiguió su camino hacia el sur, se detuvo un poco en mi panza, luego en el vientre, para este momento ya se había hincado sobre el suelo y con su boca estaba intentando abrir el botón de mi bermuda; intervine a fin de liberarme de ella, pero protestó mi ingeniero, - shh, yo lo hago- , -está bien, hazlo tú- alcancé a decir, me extrañó que tardó algunos instantes sin hacer nada, en esa posición privilegiada en que estaba, se dedicó a mirar, no dije ni pío, esperé pacientemente y después con mucha ternura una mano de cada lado de mi cadera me empezó a bajar las bragas con cuidado tomo cada uno de mis pies y me las quitó del todo, las acomodó sobre la bermuda; ahora sí comenzó a pasear su lengua abordando primeramente mi ombligo, y trazando círculos alrededor cada vez más amplios pero tomándose su tiempo en cada vuelta, cuando se aproximó a mi monte de venus, daba besos, lametoncitos y hasta succionaba un poco… la primera descarga de electricidad fue cuando dirigió la primera lamida a mi vulva, las piernas me querían flaquear pero Jon ya no se apartó de ahí, con una habilidad inusitada lamia y succionaba todos mis órganos genitales, que maestría, al mismo tiempo en que sus manos me acariciaban los senos y aprisionaban mis pezones dando pequeños apretones con cierta cadencia, en poco tiempo logró que se hinchara mi clítoris ofreciéndosele como el premio anhelado, lo tomó delicadamente entre los dientes y la lengua y succionaba de él llevándome a las estrellas, logró que me corriera como nunca con una comida de coño, mientras tanto yo con una mano le acariciaba la cabeza y succionaba mi dedo pulgar de la otra mano.   

Cuando mi Jon me volteo a ver, ambos teníamos una cara de satisfacción que no la podíamos ocultar, -mi amor, ahora veras de lo que soy capaz- dije para mis adentros.

Ayudé a que se incorporara y lo puse ahora a él contra la pared, le di un suave beso en su linda boca, que lengua tan apetitosa tiene, ya no había la urgencia del principio pude pasear mi lengua a mi antojo por toda su boca, salí de ahí besándole las mejillas, la barbilla, la frente, los ojos, las orejas, me detuve en los lóbulos, los besé, los succioné, y como la cereza del pastel le sople suavecito en el oído  e introduje un poco mi lengua con movimientos muy rápidos, sé que eso lo calentó y me encantó, poco a poco fui acariciándole los hombros, bajando por los brazos hasta las muñecas, regresando por el mismo camino… acaricie sus pectorales, le desabotoné la playera, ayudé a sacársela, la puse sobre mis bragas, con mis dedos fui recorriendo diferentes caminos sobre ese torso masculino, bien trabajado y muy fortalecido. Le besé cada centímetro de piel, y me detuve también en los pezones, mientras con mis manos recorría suavemente todo el abdomen, llegando al borde del pantalón de ejercicio que traía, fui metiendo mis dedos índices uno de cada lado entre el pantalón y la piel, cuando pude meter dos dedos de cada lado, di un tirón para abajo y – Sorpresa, ahora soy yo quién no trae bragas- me dijo Jon, reímos de buena gana los dos.

Entonces me pude recrear con esa polla que tanto ansiaba, a pesar de haberla ya tenido dentro mío dos veces, aún no la había podido mirar, sopesar y admirar como yo deseaba; era un lindo ejemplar, digno de un gran hombre, entonces me di a la tarea de comer polla como nunca, la detuve con una mano comencé a pajearla un poco descubriendo el glande y mirando las pequeñas gotitas de semen que estaban luchando por salir, al momento de desnudar a Jon su pija estaba despertando pero una vez que estuvo entre mis manos comenzó a crecer, lo primero que hice fue darle pequeños besitos en su capullo, acompañados de lametoncitos, poco a poco fui bajando hasta su base, y de vuelta a subir pero en un momento me comencé a comer esa polla como si fuera un banano, alcanzaba a introducir un poco más de la mitad en mi boca mientras con mi lengua trazaba formas libres sobre ella, succionaba con cierta ansiedad, Jon solo alcanzaba a gemir, como todo un caballero nunca me empujó la cabeza para marcar el ritmo, este me lo indicaba amasando mis tetas y trazando pequeños círculos sobre mis pezones, al mismo tiempo con mi mano libre le acariciaba la nalga redondita y muy bien tabajada, intuitivamente encontramos la cadencia, para mí fue una delicia poder mamarle la verga a este hombre maravilloso,  en cada chupada yo podía ir engullendo más polla, fui acostumbrando a mi boca y a mi garganta a recibir ese miembro, fue un mete-saca muy intenso, con el magreo a mis pechos me estaba llevándo también al éxtasis, y en un momento me dice Jon -Pilar me voy a correr-,- muy bien amor, estoy lista-, en el momento que siento su descarga de semen en mi boca, mi entrepierna me indica que también está satisfecha; que placer tan grande sentimos ambos, fue una corrida monumental y alcanzamos la dicha juntos, una vez más.

He de confesar que nunca lo había hecho, tragar el semen, fue algo agradable, más que el sabor, la sensación de haber sido la artífice de la dicha de mi Ingeniero, me dio un doble placer…

(To be continued?…Maybe)