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Chico Trans descubriendo su sexualidad (III)

en Fantasías Eróticas

 

Pasaron un par de días desde que Fran me pilló masturbándome en el almacén, esos días los pasé bajo mucha tensión, a veces sentía la mirada de algún compañero y creía que lo sabía también, que Fran le habría contado algo, en esos días no tuvimos que trabajar juntos, nos cruzamos un par de veces pero me avergonzaba y agachaba la cabeza tras saludarlo educadamente como siempre, me respondía al saludo y seguía su camino. ¿Se lo habría dicho a alguien?, ¿se lo estaría pensando?, ¿porqué no se paraba a hablar conmigo?, ¿volvería a hablarme como antes?, las dudas me estaban matando, él no es un tío tímido, me extrañaba muchísimo que no viniera a decirme nada a la cara, cualquier cosa, buena o mala, un chiste, lo que fuera.

Le mandé un mensaje al móvil “Fran necesito hablar contigo”, y su respuesta me dejo peor “Ahora no puedo Ale, esta tía me tiene liadísimo con el trabajo últimamente, otro día”, a lo que respondí “Vale, avísame cuando puedas”. Suponía que era una excusa para no mirarme a la cara, puede que lo que vió le hiciera sentirse incómodo, seguro, quizás repulsión, esa era la parte que más podía dolerme, que fuera repulsivo para él haberme visto así de pleno con mis piernas abiertas y durante unos leves segundos corriéndome frente a él, recuerdo sus ojos observando mi coño antes de darse la vuelta ante su sorpresa; tendría que haber tenido más cuidado.

Soñe muchas veces que me pillaba así en el almacén, pero claro, en mis sueños él acababa follándome duramente; nada que ver con la realidad. Después del par de días de descanso y sin saber nada de él desde que le mandé el último mensaje y viendo que no me decía nada, al siguiente día en el trabajo esperé a ver si me lo cruzaba; a primera hora no dí con él y no pude moverme de mi puesto de trabajo; llegó la hora del desayuno y normalmente yo lo hago en el edificio, él suele salir a un bar fuera con otros compañeros, así que cogí y me fui al bar a desayunar con todos. Hice como sino pasara nada, saludé a todos, echamos unas risas mientras comíamos y cuando dió la hora de irnos me acerqué a Fran.

Yo – Tío tengo que hablar contigo ya.

Fran – Aquí no vamos a hablar, hay mucha gente.

Yo – Deja de ponerme excusas, por favor, solo avísame cuando tengas un hueco y quedamos en el almacén para hablar tranquilos sin nadie que ponga la oreja.

Fran - ¿En el almacén? - me dijo poniendo una cara rara.

Yo – Si joder, no voy a violarte, vamos a hablar solo. - le dije medio en broma, aunque estaba la cosa tensa.

Fran – Vale pesado, ya te aviso cuando pueda.

Yo – No me dejes tirado anda.

Fran – Que no pesadito.

Y así fue, creí que en un rato me diría algo pero no fue así. Al otro día de vuelta en el trabajo creía que de nuevo me haría el gato de alguna manera pero ante mi sorpresa me escribió que estaba liado, que si quería hablábamos en el rato del desayuno, acepté y me fuí al almacén a esperarlo, esperando que no me dejara tirado otra vez. Llegó unos minutos tarde y abrió la puerta un poco metiendo la cabeza como si fuera a encontrarme igual que el otro día.

Yo – Entra tranquilo coño.

Fran – La última vez que entré tranquilo……

Yo – Ya sé, ya sé, como si tú nunca te hubieras pajeado.

Fran – Pues claro, pero aquí casi nunca.

Yo - ¿Casi nunca? Vaya, esto si que es nuevo – dije con cara de sorpresa abriendo mucho los ojos -. En fin, que no veníamos a eso, creo que te debo una disculpa por como me viste el otro día.

Fran – No tienes que disculparte por eso.

Yo – Si joder, bueno, no esperaba que entrara nadie, tuve un calentón y… siento mucho si la escenita te resultó repulsiva.

Fran – A ver Ale, no sentí repulsión, es que, no sé, fue raro; entiéndelo, aparte del sorpresón de encontrarse a alguien aquí haciendo eso, es, la situación en sí, ya sabes, tu…

Yo – Yo que?

Fran – Pues tío, eso, que no estoy acostumbrado a verle el coño a un tío; es raro, hacía años que ni recordaba como eras antes, como si desde siempre hubieras tenido una polla, es que ni lo pensaba, y ahora te veo así de sopetón todo y encima… ¿te estabas corriendo o me lo pareció?.

Yo – Mierda si, lo siento, entraste justo y durante unos segundos no pude parar.

Fran – Pues eso, ponte en mi situación, más o menos, que abrieras la puerta y me hubieras pillado tú a mi ahí pajeándome.

Yo – Pues también hubiera sido raro para mi, más que nada porque tampoco he visto nunca una polla de cerca. Bueno, menos a ti cuando te pillé aquí meando, pero fueron 2 segundos.

Fran - ¿Que me miraste la polla? - no sé porqué se le dibujo una sonrisa, ¿se estaba cachondeando de mi?.

Yo – Supongo que es normal mirar, ¿no? O acaso tú no me miraste el coño? - Sabía que lo había hecho.

Fran – Claro, joder, quien no lo hubiera mirado si estabas ahí todo espatarrado. - Yo cada vez estaba más colorado, estaba siendo una conversación bastante rara; teníamos confianza pero por normal general él me contaba sus cosas y yo más bien solo escuchaba.

Yo – Joder que vergüenza más grande. Me harás el favor de no decirle a nadie esto, ¿verdad?

Fran – No diré nada, tranquilo, aunque deberías tener más cuidado.

Yo – Ya, lo sé. Ya te conté que las hormonas las tengo disparadísimas, a veces no puedo controlarme mucho.

Fran – No sé si… ¿puedo hacerte una pregunta?

Yo – A ver, suelta.

Fran - ¿Me pareció que decías mi nombre mientras te corrías? Bueno, mi nombre, podría ser otro Fran claro, me refiero a que, ¿no te gustaban las tías?

Sí que me escuchó, en ese momento quería que la tierra me tragara maldita sea, cómo iba a salir de eso.

Yo – Sí que me gustan las mujeres, pero, esto es algo que jamás le he contado a nadie, como digas algo te mato, eh? - él me asiente con la cabeza -, creo que podría disfrutar más con un tío en cuestión de sexo, creo, no he probado nada pero...

Fran – Ah vaya, que cosas, ¿cómo pueden hacer eso las hormonas?, ¿a los demás les pasa lo mismo?.

Yo – Pues no sé, ni yo mismo lo entiendo pero, ahora mismo solo sé que a veces me excita pensarlo – no iba a contarle que estaba obsesionado con probar su polla, ni siquiera la polla de otro, solo quería salir del embrollo como fuera.

Fran – Amm, interesante – dijo mientras miraba el reloj -. Deberíamos seguir otro día que ya llevamos aquí dentro un rato y aún no comí nada.

Aunque hubiera querido bajarme los pantalones y decirle “cómete esto”, le dije un simple “Ok” todo cortado y se fue, me quedé dentro un par de minutos pensando en lo raro que había sido todo y salí a desayunar también. El día luego siguió normal y corriente. A la tarde estando en casa me llegó un mensaje, era de Fran.

Fran – No me dijiste si te estabas corriendo pensando en mi.

Yo - ¿Qué más dá?

Fran – Porque quiero saberlo.

Yo - ¿Porqué? ¿Eso te molestaría? ¿te asquearía? ¿puro morbo? ¿o por subir tu ego de macho?

Fran – Dímelo y te digo.

¿Qué cojones le iba a decir? No sé si estaba jugando conmigo, ¿a qué venía todo eso?, de perdidos al río, ¿qué podría pasar?, ya me vio medio desnudo en esa situación, no creo que unas palabras pudieran joder más la cosa, además con los nervios se me da fatal mentir.

Yo – Vale, sí, estaba pensando en ti. - Durante varios minutos, eternos, no me dijo nada, lo leyó y luego ya no estaba en línea, ¿quería jugar conmigo o joderme de alguna manera?

Fran – Bien.

Yo – Tú no me has respondido.

De nuevo se tira varios minutos sin responder y de repente me manda una imagen que me saca de mis casillas y de mi todo, me envió una foto donde solo se ve la zona del boxer sacando la foto desde arriba como estirando el brazo, y con la mano está agarrándose la polla por fuera para que se note la forma bajo el boxer de que la tiene dura, bajo la imagen la frase “Responde esto a tu pregunta?”. Dios mio, me quedo sin palabras, ¿qué intentaba hacer? ¿quería calentarme? ¿ponerme en alguna clase de prueba?, no iba a mandarle ninguna foto mia, no me fiaba qué pudiera pasar o si era lo que estaba buscando, ¿y si estaba con alguien y lo que querían era reirse?, no me cuadraba nada, y le respondí.

Yo – Vale, esto es raro. Hablamos otro día.

Él me mandó un par de mensajes que ignoré y luego desistió.

Al siguiente día, a las 7:30 de la mañana terminándome de preparar para ir al trabajo me manda otro mensaje.

Fran- ¿Piensas contestarme?

Yo - ¿Qué quieres que te conteste? Esa foto podría no ser tuya y estar cachondeándote de mi, asi que no tengo nada que contestarte. Te dejo que ya casi me voy.

Estos días estaban siendo muy raros con toda esta movida, al llegar al trabajo casi esperaba no encontrármelo, menos aún que nos pusieran juntos, a ver si podía evitarlo unos días y calmarme. Pero un poco antes del desayuno vuelve a escribirme otra vez.

Fran – Ven al almacén en 5 minutos que ahora el que tiene que hablar contigo soy yo.

No me fio a decirle que no, vaya que sino hago lo que quiere se enfade y acabe diciendo que me vio, y aunque no tenga pruebas pues la gente después siempre hay los que creen que es verdad y otros que no, así que voy al almacén y me lo encuentro ya dentro en pie.

Fran – Siéntate – me dice mientras que con una mano me indica el sofá.

Yo – Casi que prefiero quedarme de pie.

Fran – Siéntate joder – me agarra del brazo tirando de él, no muy fuerte, hasta pegarme al sofá y me siento.

Yo – Vale, ya lo has conseguido, ¿ahora qué? ¿porqué esto? ¿qué diablos te pasa?

Fran - ¿Qué me pasa? Que nadie me llama mentiroso.

Yo - ¿Eh?, ¿qué dices?

Antes casi de que pueda terminar la frase veo que se está bajando el zip del pantalón y tira un poco del pantalón hacia abajo, sin bajarse los boxer mientras se acerca al sofá parándose ante mi, veo como recorre su forma con su mano sobre el boxer y me dice:

Fran - ¿Aún dices que esta no es mi polla de verdad?

Yo flipando, sin saber exactamente qué está pasando, cómo hemos llegado a eso, sin saber muy bien que hacer, solo me quedo mirando la forma de su polla dura y su cabeza sobresaliendo un poquito por la parte de encima del boxer, no puedo creer que esté haciendo eso, ni sé exactamente qué quiere de mi en esa situación. Al ver que no tengo respuesta y me he quedado embobado, sigue.

Fran - ¿Quieres ver mi polla de verdad o no?

Yo – Yo… no sé… no sé qué hacer

Fran – Me dijiste que nunca viste una de cerca, ¿quieres tocarla?

Viendo que estaba medio en shock y me costaba responder se agachó, cogió mi mano y la intercambió con la suya sobre el boxer, inmediatamente mi mano la cubrió entera y la palpaba muy suavemente.

Fran - ¿Qué te parece?

Yo – No sé… es raro…

Fran - ¿Raro bien? o ¿raro mal?

Yo – Bien… por ahora

Fran – Sácamela y tócala directamente, familiarízate con ella, mira qué contenta está de que la toquen

Sin decir nada le obedezco, con las dos manos tomo el filo de la tela del boxer y lentamente tiro de ella dejando al descubierto una hermosa polla de unos 17 cms recién depilada, la tomo con una mano, totalmente embelesado observándola mientras mis dedos la exploran y tiro del pellejito muy flojo que casi esconde el glande rosado.

Fran - ¿Te gusta?

Asiento con la cabeza y vuelve mi mirada hacia su polla, lo empiezo a pajear lentamente, sin saber exactamente si lo estoy haciendo bien, intento hacerlo como en tantas pelis porno que he visto, por su expresión no parece que lo haga muy mal, aunque supongo que también podría hacerlo mejor.

Fran – Supongo que tampoco has hecho nunca una mamada, te voy a dar clases particulares ahora mismo – dice sonriéndome.

Agarra con una mano su polla, soltando la mia y veo como se pajea lentamente mientras se baja hasta las rodillas el pantalón y el boxer, se pega todo lo que puede al sofá apuntando su polla tiesa a mi cara.

Fran – Ven aquí y chupa.

Me siento más erguido y acerco la cabeza, empiezo a darle pequeños besos a la punta, él la tiene agarrada y me va dando pequeños golpecitos en los labios; intento alzar una mano para cogérsela e ir ayudándome yo mismo pero me agarra la mano y la pone en mi rodilla, con ese movimiento aparta su polla de mi al agachar el cuerpo.

Fran - ¿Ves que pasa? Te quedas sin polla cuando intentas usar las manos; ¿quieres que te vuelva a dar mi polla?

Asiento con la cabeza.

Fran – No te oigo, ¿quieres mi polla o no?

Yo – ¡Si joder!, quiero tu polla

Vuelve a acercármela, saco mi lengua y se encarga de nuevo en darme golpecitos con su glande, empiezo a darle más besos y pequeños mordisquitos con los labios sobre el tronco, llegando a la base, tomando mi lengua luego todo el camino de vuelta hacia la punta, él se levanta la polla llevándola hacia el ombligo, supongo que querrá también que pruebe sus huevos, voy hacia ellos y es raro, no es que sea desagradable pero me excita más el jugar con su polla que con sus huevos, aún así como supongo que eso le gusta los lamo despacito y chupo un poco la piel hasta que deja caer su polla en mi cara.

Fran – Es hora de mamar putita, métela en tu boca.

Joder como me ha puesto solo diciéndome eso, hace que mi puta interna se desate, me meto su polla en la boca y supongo que al principio torpemente juego con su glande en mi interior succionando un poquito, jugueteando con mi lengua alrededor, noto como sus caderas empiezan a moverse un poco buscando las caricias de mi boca, me están follando la boca por primera vez y lo estoy disfrutando, me gusta sentirlo así, desesperado también buscando placer a través de mi cuerpo. Intento tener cuidado de no hacerle daño, cuando veo que se embala intento frenarlo un poco poniendo mis manos en sus piernas; la segunda vez que le hago eso me agarra y me levanta del sofá sentándose él, abre sus piernas, agarra su polla y se la sacude mientras me mira, no le hace falta decir nada para saber que lo que me está diciendo es que me inque de rodillas para mamársela.

Me encuentro súper caliente, me encantaría bajarme el pantalón y masturbarme mientras se la mamo, pero no sé cómo podría reaccionar él, o si solo está buscando que se la mame y listo; así que intento aguantar y me clavo de rodillas entre sus piernas, mis manos se posan en sus rodillas y van subiendo mientras mi lengua está a punto de hacer contacto de nuevo con su glande.

Yo – Mmmm cuánto te echaba de menos.

Digo antes de volver a meterla en mi boca y empezar a mamarla, mi boca no es muy grande, por lo que se me hace imposible tragarme más de la mitad, intento hacerlo lo más rápido que puedo, que tampoco es mucho teniendo en cuenta de que no me fio de hacerle daño con la inexperiencia; me la saco de la boca y le digo que por favor me avise antes de correrse y sigo dándole lamiditas al capullo como se fuera un rico helado.

Con el calentón empiezo a apretarme el coño por fuera del pantalón, me pone más caliente aún ver que hasta sentado sus caderas se mueven ligeramente intentando follarme la boca, agarra mi cabeza, intenta marcarme el ritmo, me va diciendo como quiere que se lo haga, me excita que me hable entre jadeos, que me ordene, en ese momento haría casi todo lo que me pidiese.

Fran – !Voy a correrme¡

Me empuja un poco y se pone en pie sacando su polla de mi boca mientras se pajea, chupo mi mano y sigo pajeándolo desde un lado, sin dejar de mirar su polla y el gesto de su cara de reojo.

Yo – Mmmm así, quiero ver como sale tu leche.

No tarda mucho cuando veo disparar varios chorros de leche que caen al suelo, menos mal que me quité de en medio, no sé si sería capaz de dejarlo correrse en mi boca, y menos aún tragármelo. Agarra papel del baño limpiándose con él la polla y tirando un poco al suelo para limpiar las manchas ayudándose con el pie.

Fran - ¿Qué te ha parecido tu primera mamada?

Yo – Ha estado bien – digo colorado como un tomate con todo el calentón en el cuerpo.

Fran - ¿Que ha estado bien? ¿No estás cachondo?

Yo – Un poco

Fran - ¿Un poco?

Se mete la polla bajo el boxer, se acerca a mi, intenta quitarme el botón del pantalón pero instintivamente lo paro con mis manos, me da verguenza; me da un empujón mientras me agarra las manos llevándolas arriba de mi cabeza y mi espalda toca la pared. Con una mano agarra mis manos sobre mi cabeza (claro que podría soltarme pero quiero ver hasta donde llega), con la mano derecha desabrocha el botón del pantalón, abre la cremallera, y mirándome a los ojos mete la mano bajo mi boxer mientras con sus piernas ayuda a que las mias se abran un poco; siento sus dedos tocar mi clítoris aunque no se quedan mucho tiempo y van mas abajo, caminan por mis labios hasta abrirlos y llegar a la entrada de mi coño, siento que uno de sus dedos entra en mi interior y juguetea durante un instante explorando mi cueva. Saca su mano y la lleva entre mi cara y la suya.

Fran – Un poco, ¿eh? - lo veo meter el dedo en su boca y chuparlo mientras que gime – Te va a sonar a putada pero por ahora tendremos que dejarlo que el rato del desayuno acabó, pero te juro que te voy a compensar este, desayuno especial, ¿vale?.

No me queda otra que resignarme y esperar a que lo que diga sea verdad y no se haya simplemente aprovechado de mi. Ambos nos vestimos, él sale antes que yo y yo, no puedo salir sin correrme, me bajo los pantalones rápido, me siento en el sofa abriéndome de piernas y empiezo a masturbarme frenéticamente pensando en lo que acaba de ocurrir, en que he saboreado mi primera polla, la polla de Fran, aún con su sabor en mi boca, he tenido su dedo dentro de mi, ha saboreado mis fluidos, ha probado el sabor de mi coño caliente de él, no tardo más de 5 minutos en correrme brutalmente mientras escucho el chapoteo de mis dedos entrando y saliendo de mi coño. No sé cómo va a acabar esto, pero no quiero que termine.