De repente, se asoma la vecina del patio a tender, pero al oír mis gemidos, para nada disimulados, se gira y con una expresión de horror, se vuelve hacia dentro dejándose todo por tender.
Ese es el sencillo mensaje que me manda un amante cuando quiere sexo conmigo, y yo solo tengo que recibirlo para ir a su casa, bajarme los pantalones y dejar que me la meta sin decir ni una palabra.
Buscaba plan para follar y no sabia que el hombre que conocí en el chat era mi vecino de enfrente.
A partir de ese guiño, ella se recogió el pelo hacia un lado y se metió la polla de mi hermano en la boca, no dejaba de mirarme mientras lo hacia, y mi pequeño pene se estaba poniendo a tope.
Una tarde de sabado aburrida se arrgla gracies a un chico del chat y a su compañera de piso.