-Callate! grito y me abofeteo. Su bofetada fue tan fuerte que cai en el suelo. Se giro para cerrar la puerta con el pestillo. Ahora ya estamos tu y yo solos. Nadie se va a enterar de que estamos aquí verdad? Porque tu vas a estar calladita mientras yo te como el coño. Y si gritas , si respiras mas alto de lo que debes, te clavare toda esta navaja hasta el mismísimo fondo de tus entrañas. Lo has entendido¿?
Nos quedamos un rato abrazados sin decir nada. El me acariciaba la espalda con una mano y con la otra me agarraba de la cadera. Se inclino hacia el otro lado para verme bien la cara, mirándome a los ojos con carita de esperanza, me pregunto: -Mónica, todavía eres virgen?
Mi historia era real. Tenia casi 22 años y continuaba siendo virgen. Os preguntareis lo mismo que yo, por que? Había recibido una fuerte educación religiosa...
Estaban cansados, tuvieron un dia agotador caminando por el monte pero sus ganas de follar eran insaciables...