Pequeño avance de la continuación de un relato que dejó en el aire algunas incógnitas sobre la suerte de sus protagonistas.
...y es que Marina era guapa hasta en esos momentos, sin apenas maquillaje, la ligera palidez de su rostro la hacía vulnerable, pero ahí estaba yo para protegerla...
Reconozco que deseaba tener noticias de ella...
Para quienes gustan de leer el relato completo os lo dejo (con una pequeña sorpresa). Mientras tanto debo dedicar unos días a mi cuidado, volveré pronto y espero no perder las ganas de escribir. Un beso.
Pedí tu ayuda... Quizás cuando me la des sea demasiado tarde, pero no por eso quiero dejar de imaginar que me la concediste. Mi viaje no tiene demora, esa es la razón de mi despedida.
Nueve y media de la mañana. Habitación 310 del hospital. El doctor de turno acompañado por el consabido séquito de estudiantes de medicina, después de inspeccionarme como si fuera una rara avis y de haber explicado a los alumnos mi ficha médica, dió órdenes a la enfermera-jefa-de-planta de que me echara a la calle...
... alguna cosa que había comido me había sentado mal. ¡El cochino helado, seguro que tenía salmonellas! pensé- ¡Debí haberme metido en el sex-shop!. Había sido ingresada de urgencias...
...deseaba la llegada del momento en que las nubes liberaran el rayo que me atravesara hasta lo más íntimo. No me importaba morir en aquel momento maravilloso...
No es lo que parece. Disculpadme.
¡Vaya par de dos, ella y Sandra! ¡Se estaban aguantando la mirada! Tuve que darle un rodillazo en su pierna a la muy zorra para que dejara de mirarla.
Quien nos saludaba, con una sonrisa de oreja a oreja, era la mismísima Maria Teresa. ¡Menudo putón verbenero estaba hecha! Nosotras claro que estábamos preparadas y ella también...
La poesía le pudo a la prosa. siempre me ocurre cuando pienso en ella.
...no sabíamos si el hecho de conocer el secreto de aquella mujer nos serviría de algo cuando dentro de unas horas la tuviéramos frente a frente. ¿Podríamos explotarlo?
Por un lateral de la sala, junto al estrado donde se sientan los conferenciantes, salió una mujer que (Sandra me dió con su rodilla en la pierna), de unos 40 años bien puestos, medía algo así como 1,80, pelo negro hasta los hombros, vestía el clásico traje chaqueta oscuro, con pantalón, de ejecutiva-agresiva...
Para quienes les gustan leer relatos completos me permito publicar en uno solo todos los capítulos de Uno de mis viajes, así mientras estais leyendo tengo tiempo de seguir con un nuevo relato, jajajaja!!!! Perdonad la broma
...llegó a tal punto de agitación que me era difícil controlarla y controlarme, rodamos por la cama sin soltarnos, sus piernas me aprisionaban y sus brazos me pedían que nos fundiéramos en una sola...
¿Te vas a dejar intimidad por una puta vieja? El espejo seguía hablándome: Dale su merecido, enséñale los dientes. ¡Venganza siciliana!.
Hago un descanso. Aparco mi relato y me dejo llevar por la poesía.
A veces no todo lo que empieza bien termina como quisiéramos que acabara.
De como pasé de un accidente acuático a un postre inolvidable.
Es la primera vez que escribo un relato ficticio para una página como ésta. Ya me disculpareis.