Ella acarició ese torso liso y peludo, enredó sus dedos en el vello que había bajo el ombligo, y su corazón comenzó una carrera al ver libre el falo erecto de Andrés.Nunca había visto uno, no sabía ni que existía, pero le gustó.
No era una mojigata, pero presentarse así, en plan putón, pidiendo guerra como una actriz porno, lo había puesto tan cachondo que...
Y es que ¡vaya subidón! Se acababa de cumplir una de mis mayores fantasías: un desconocido me había echado un polvo así, sin pedir permiso y sin dejarme ni reaccionar.
Crónica de cómo fue mi única noche como scort profesional junto a ella.
-Esto no puede ser, aquí o se está al cien por cien, o no se está.- le susurré al oído mientras le tendía del todo en la cama y me frotaba contra él. Aquello reaccionó de maravilla, así que descendí lentamente por su cuerpo abriendo camino hacia aquel objeto de deseo que
Espero que sea la categoría correcta...
Sólo soy capaz de sentir, en el sentido amplio de la palabra. Caricias, besos, roces, estremecimiento y humedad. No, en realidad no quiero despertar si con eso averiguo que esto no es real.
-Ana, cariño, mira cómo me tienes - y cogiendo la mano de ella, la dirigió al tremendo bulto que se le había formado en los pantalones. Ana no cabía en sí de la sorpresa, ¡estaba tocando un pene!