Kim conoce algunos detalles de su jefe. Mary se compra un nuevo pijama... muy peculiar.
Irma acepta piercings en sus lóbulos, además de una sensibilización en el área para convertirla en una nueva zona erógena.
Daphne recibe un regalo inesperado de Jennifer, a la vez que es exhibida.
Mary y Daphne se convierten en amantes habituales, bajo el escrutinio y la bendición de Roger.
Irma acepta llevar piercings en las orejas como emblema de su amor por Galatea.
Daphne se viste para la celebración del fin de semana con Jennifer.
Kim se acostumbra a exhibirse para Roger y a cumplir sus órdenes a rajatabla. Asimismo, la relación de Kim con Mary asciende de nivel.
Irma aprende a cumplir con las reglas establecidas por Galatea.
Daphne sufre varios episodios humillantes en la escuela de modelos
Irma va asimilando poco a poco las expectativas de Galatea.
Roger y Kim asumen qué estan enamorados, mientras que Mary sigue sin comprender sus verdaderos deseos.
Lena teje una red para capturar a Irma
Jennifer seduce a Daphne. ¿O es al revés?
Kim seduce a Roger en un concierto de rock.
Daphne aprende algunas reglas de etiqueta
Kim y Mary van de compras
Kim queda envuelta en el halo de Roger.
Daphne asiste a su primera clase.
Kim se introduce cada vez más en una vorágine de sensaciones.
Fantasía para adultos. Daphne se incorpora a la escuela de supermodelos.
Fantasía para adultos, exhibición, sadomaso, dominación. MF+/f La historia narra la implantación de un chip que controla el orgasmo de las mujeres hacia mediados del siglo XXI, en un mundo turbulento, repleto de revoluciones e intrigas.
Al llegar junto al coche, actúan deprisa. Esta zona está mucho más concurrida y en cualquier momento puede llegar alguien. Jude espera a que Rebeca se decida. Porte vanidoso, hombros bien hacia atrás ayudados por la postura de los brazos. Pechos bien expuestos, barbilla elevada. La cintura encogida sin remisión gracias a la cadena. Mantiene el aire dentro hinchando sus pechos, recordando lo que le gusta a Pierre. Los cordeles están tensos al máximo. Quiere que su ama se sienta orgullosa de ella, que la desee. Nada mejor que su cuerpo. O lo único.
Bien seca, perfumada e hidratada con el repertorio de cremas, sale y busca los tacones y las pinzas. Le encanta el poder que tiene cuando lleva los tacones, no pudiendo Pierre evitar dejar de mirar de arriba abajo una y otra vez. Las pinzas ayudan a trasladarse al dolor y evita pensar en orgasmos. Llaman a la puerta y Pierre, despreocupado del espectáculo que pueda ofrecer Jude, abre y sostiene la puerta mientras detrás de un carrito lleno de viandas y olores surge un joven que se queda paralizado al ver a Jude desnuda, sentada en la cama, con unas tacones de escándalo y unos pendientes con cadenitas que llegan hasta los hombros. Sin poder evitarlo, se queda unos segundo deleitándose antes de reaccionar y preparar el carro levantado tapas metálicas y mostrando tostadas, huevos revueltos, zumos de naranja, mantequilla, cruasanes y frutas. Y té y café envueltos en jarras térmicas.
Jude estaba en la postura de esclava de placer. Un enorme aro dorado rodeaba su cuello, otro su cintura. Una liviana tela trataba de ocultar los pechos, con enganches a los dos aros. Los laterales quedaban cubiertos gracias a la anchura. El frontal contenía un círculo perfecto. El reborde simulaba otro aro del mismo color. Los pechos eran visibles en un escote espectacular y los pezones claramente alineados con la tela no tenían otro camino más que el de brotar con el movimiento. * Corregido *
Salió del baño con su caminar habitual, erguida, pechos bien hacia fuera, talones levantados. Expectante a la reacción de su amante. Había dejado en la cama las restricciones: el pañuelo para sus ojos y el guante para sus brazos. Se permitió un último vistazo a su amante antes de colocarse la venda. Luego le ofreció el guante y se dio la vuelta. Pierre tardó en comprender como ponérselo. Encerraba las manos de Jude fundiéndolas, así como los brazos hasta mucho más allá de los codos.